Yo creo que no. Aún recuerdo cómo nos machacó el 21 de abril de 2013, en nuestro propio estadio (dejo mi post de aquel día). Así que, si no se cortó en el Ramón Sánchez Pizjuán, no creo que se vaya a cortar en el Manzanares. Porque ojalá González González, el árbitro que arbitrará mañana el Atlético de Madrid-Sevilla, fuera sólo un mal árbitro. De ser así, podría perjudicar a los dos equipos. Pero no, González González sabe muy bien lo que hace. Sabe perfectamente cuándo sacar una vara de medir y cuándo otra. Sabe cuándo ver las infracciones y cuándo no.
Espero equivocarme, pero tengo la impresión de que el poderoso Atlético de Madrid no será nuestro peor enemigo. Eso sí, el Atlético no deja de ser un rival temible, ya que sigue teniendo una gran plantilla. Pienso que ha perdido potencial. Ya no cuenta con el que, a mi modo de ver, es el mejor portero del mundo –Courtois–, ni con el jugador más antideportivo y gran goleador de la liga pasada –Diego Costa–, ni con Villa, Diego Ribas o Filipe Luis. Pero tiene otros grandes jugadores, como el francés Griezmann –La Real Sociedad está notando muchísimo su marcha–, Mandzukic, Arda Turan o el central Godín, al que habrá que vigilar muy de cerca a balón parado.
Por tanto, tendremos que sudar sangre, sudor y lágrimas para puntuar allí, y, por supuesto, armarnos de paciencia para no caer en las provocaciones arbitrales. A eso habrá que sumar el habitual ambiente hostil con que nos recibe la simpática afición atlética.
Habrá que mantener la cabeza fría y jugar un gran partido, donde no nos podremos permitir la falta de efectividad de la que hicimos gala ante la Real Sociedad.
Y si no se puede ganar, al menos espero que nuestros jugadores lo den todo y que no haya sanciones para el próximo partido, contra el Deportivo. La liga no ha hecho más que empezar y seguro que llegarán las derrotas y los malos partidos.