Afortunadamente, ya estamos salvados, pero habría sido un mazazo enorme haber perdido hoy de la manera en que se ha perdido: pudiendo marcar el 2-3 en los últimos minutos (tiro al poste de En-Nesyri) y encajando el 3-2 en el minuto 97, en la última acción del partido, tras una clarísima falta de Sorloth a Kike Salas. Nuestro canterano le había ganado la posición y Sorloth sólo pudo rematar tras empujar –con las dos manos incluso, sin el más mínimo recato– a su defensor. Y lo más increíble es que el VAR no lo corrigió. ¿Para qué está entonces?
Este robo no oculta –mal haríamos– que el partido del Sevilla ha sido, en líneas generales, muy malo. De hecho, hemos podido encajar al menos media docena de goles si los jugadores del Villarreal no hubieran estado tan desacertados de cara a gol, y de no ser por las buenas actuaciones de Nyland.
El partido de hoy ha sido una demostración más de que el problema del Sevilla esta temporada ha sido el bajo nivel de los centrales. Cuando falta Badé –que tampoco es que sea un jugador como para tirar cohetes– la defensa hace aguas por todos sitios. De hecho, no vamos a bajar a Segunda porque el dúo Ramos-Badé, ayudado por Nyland-Soumaré, ha dado una buena estabilidad y contundencia en defensa, que nos ha permitido dejar algunas porterías a cero, o encajar sólo un gol.
En las demás posiciones, aunque algunas sean bastante mejorables, no hay problemas, sobre todo en ataque, donde la dupla que conforma En-Nesyri e Isaac consigue una buena cantidad de goles.
A ver si Orta es capaz de corregir este importantísimo defecto la próxima temporada, porque como no lo haga, o incluso vayamos a peor, volveremos a jugar con fuego.
Pocos jugadores se salvan del partido de hoy. Aparte de Nyland y En-Nesyri, si acaso a Acuña, que hizo un buen partido hasta que tuvo que retirarse por lesión, y a Jesús Navas.
El próximo partido será entre semana, ante el Cádiz, que cada vez tiene más complicado salvarse de la quema.