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Sevilla FC 2 – Villarreal 1. Victoria de mucho mérito

Tenía muy malas sensaciones para este partido. Hacía menos de 72 horas, el Sevilla había disputado un intenso partido ante el Manchester United, y el Villarreal no había jugado entre semana, con lo cual estaba mucho más descansado. Además, viendo el once inicial, como es lógico, Mendilíbar había decidido que era momento para hacer rotaciones. Miraba a la defensa y daba miedo: el inexperto Nianzou y en los laterales dos jugadores (Montiel y Telles) faltos de intensidad y calidad, aunque sean internacionales por sus países, lo cual es un misterio para mí. Siendo conscientes, por supuesto de que el Villarreal tiene un grandísimo equipo.

El inicio fue muy extraño, con el Villarreal tonteando en las inmediaciones de su área, lo que provocó que el Sevilla dispusiera de numerosas ocasiones de gol en estos minutos iniciales. Todas las ocasiones falladas. Esto no hizo nada más que aumentar mi malas sensaciones, ya que no es buena señal perdonar al rival, y mucho menos si éste tiene jugadores de calidad.

Parecía que el Villarreal había saltado al campo «amamonado». Y fue en una pérdida totalmente absurda de los visitantes donde se gestó el 1-0. Suso asistió a Rafa Mir, quien la puso en la escuadra. Rafa Mir deja mucho que desear en casi todos los aspectos. En lo único en que sobresale es en su disparo: fuerte y seco. En cualquier caso, creo que tuvo bastante culpa Reina, que debió cubrir mejor su palo.,

El primer tiempo habría sido redondo si un centro de Suso, que no pudo rematar Bryan Gil, no se hubiera estrellado en el poste. Un 2-0 al descanso habría estado de lujo.

En la segunda parte el Villarreal pisó el acelerador, y se veía venir el empate. El centro del campo amarillo se encargaba de dominar el partido. El Sevilla apenas podía hacer frente a la calidad y verticalidad de Yeremi Pino, Lo Celso y Parejo, y la velocidad de Chukweze. De manera que el Villarreal puso cerco al área sevillista, hasta que llegó el tan temido empate. El gol visitante fue polémico, con fuera de juego posicional, y tras revisión del VAR.

En ese mismo momento habría firmado el empate, pues veía al Villarreal muy superior y, después de todo, un empate en nuestra situación no era mal resultado. Sin embargo, el equipo resurgió tras los cambios, puesto que Mendilíbar puso toda la carne en el asador, dando juego a jugadores titularísimos, como En-Nesyri, Navas y Ocampos. Y vaya si se notó. Aunque yo seguía con el miedo en el cuerpo, y más teniendo en cuenta que entrábamos en los minutos finales, donde un error llevaría prácticamente a la derrota, afortunadamente, hubo final feliz, gracias a un córner sensacionalmente botado por Rakitic y perfectamente rematado por En-Nesyri. El marroquí volvió a superar a los defensores en uno de esos saltos que parecen sobrenaturales, ajustando el balón al poste, dejando a Reina sin opciones de atajarlo.

Quedaban un par de minutos, que fueron suficientes para que el Villarreal nos diera un buen susto, porque no llegó el 2-2 de milagro, por muy poquito, en la última jugada del partido.

Estos tres puntos parecen asegurar la categoría. Aunque no matemáticamente, nos quedan varios partidos ante conjuntos de la parte baja de la tabla, y otro con el Betis, al que casi siempre ganamos.

Próximo partido ante el Athletic Club, en Bilbao. De nuevo, un partido muy difícil, pero con Mendilíbar uno tiene la sensación de que, juegue quien juegue, el equipo competirá. Y eso es mucho.

Getafe 2 – Sevilla FC 0. El partido más indigno y estúpido de todos

El Sevilla ha hecho muchos partidos lamentables esta temporada, pero, desde mi punto de vista, como el de hoy ninguno. Y precisamente hoy, que era, probablemente, uno de los partidos más importantes de la temporada, donde nos jugábamos tres puntos y el goal-average contra un rival directo. Goal-average que hemos perdido de forma estúpida en el tiempo de descuento.

Y esa es precisamente la palabra que define el partido: estupidez. Y se preveía el desastre desde antes de empezar, con un planteamiento estúpido y mostrando una alarmante falta de ambición. Decía Sampaoli que el Sevilla estaba «obligado a ganar», y para ello no tiene mejor ocurrencia que sacar un once sin ningún delantero. Por contra, el Getafe ponía de inicio a tres delanteros: Ünal, Munir y Borja Mayoral, además de un jugador muy ofensivo, como Portu.

Pero no quedaba ahí la cosa, ya que el Getafe, desde el minuto 1 –donde ya dábamos muestra de estupidez supina, con ese absurdo regate de Bono ante Ünal que casi nos cuesta el primer gol–, ponía mucha más intensidad en cada balón que el Sevilla. Y para mí eso es injustificable y vergonzoso.

El Sevilla apenas llegó al área local en todo el partido. La más clara posiblemente fue en la primera parte, por medio de Bryan Gil. Y en la segunda parte, un zapatazo de Pape Gueye.

Como no podía ser de otra manera, el primer gol del partido llegó de la forma más estúpida posible: intentando sacar el balón jugado, como si fuéramos el dream team, pero con Joan Jordán de pivote. Y claro, Jordán hizo lo que hace en muchísimas ocasiones: perder un balón que nos cuesta un gol. Y el problema es que lo hace en tantas ocasiones que no tengo ni idea de por qué Sampaoli sigue alineándolo. Yo pondría a cualquier otro jugador, incluso del filial. No podemos permitirnos tener un jugador que pierde tantísimos balones y que, cuando no lo pierde, lo único que hace es retrasar el balón.

Quedaba aún mucho partido, pero, a pesar de ello, teniendo en cuenta el nivelito que estaba mostrando el equipo, daba la sensación de que no marcaríamos ni aunque estuviéramos jugando tres días seguidos. Y para colmo, aunque pareciera increíble, el Getafe seguía poniendo más intensidad en cada balón.

Como era de esperar, pasaban los minutos y el Sevilla seguía sin inquietar lo más mínimo la portería local. Iluso de mí, pensé que menos mal que Mateu Lahoz no había señalado el que para mí era un penalti estúpido y absurdo de Acuña, porque eso habría supuesto perder el goal-average. Pensaba que podría haber sido peor, dando por hecho que perderíamos por 1-0. Pues estaba equivocado. No sólo podía haber sido peor, sino que fue lo peor posible: otro estúpido regalo, en esta ocasión de Gudelj –que para ser justos, ha hecho, en líneas generales, un buen partido–, que no controló un balón fácil y además se resbaló, dejó un peligroso tres contra dos. Jugada donde además nos perjudicó un rebote.

Era el estúpido broche a un partido de lo más estúpido. Desde el planteamiento, pasando por los noventa minutos de juego y acabando en el descuento. Un partido estúpido, indigno y vergonzoso, que ojalá no hubiera visto.

Y el próximo partido es contra el Cádiz. Otro partido vital. Y como a Sampaoli le dé otra vez por jugar sin delanteros, es que tardo medio segundo en apagar el televisor. Me niego a ver más mierdas como la de hoy.

Sevilla FC 3 -PSV Eindhoven 0. Sorprendente Sevilla

Para ser sinceros, tras ver los primeros minutos de juego, me sentía muy pesimista. Y no era para menos, porque el PSV se imponía con facilidad en la zona ancha, con jugadores que nos superaban en físico y muy técnicos; con el tal Simons, con su gran velocidad y cambio de ritmo, dando la sensación de que nos lo podía liar en cualquier momento. Y para colmo llegó la lesión de Badé, nuestro mejor central de entre los escasísimos centrales que tenemos. De hecho, no sé cómo vamos a afrontar los próximos partidos, ya que Rekik, Badé y Marcao están lesionados, Gudelj –centrocampista, que no se olvide–sancionado, y encima el club ha tenido la genial idea en este mercado de invierno de, además de no traer ningún central, dejar salir a Carmona y a Kike Salas, con lo que, si no me equivoco, sólo nos queda como central disponible Nianzou. Supongo que Sampaoli tendrá que salvar la difícil papeleta de afrontar partidos importantes poniendo como centrales a Fernando o a Pape Gueye, que ya ha jugado de central. En fin, es lo que hay.

La cuestión es que a partir de la entrada de Fernando, sorprendentemente, se cambiaron las tornas. El Sevilla pasó a ser dominador, a tener mucha más posesión y a jugar con más tranquilidad y sentido.

Como siempre, Bono tuvo un papel fundamental, con dos o tres intervenciones de mucho mérito. Y también nos acompañó la suerte, en jugadas como el tiro al poste del PSV cuando ya iba 3-0 en el marcador. O cuando los holandeses no fueron capaces de aprovechar un par de absurdas pérdidas de Jordan, jugador que parece que cada día juega peor. No me explico qué le pasa a este jugador.

Los goles del Sevilla fueron bastante bonitos, y además llegaron en momentos sicológicos. El primero, en un buen remate de En-Nesyri al final de la primera parte. El segundo, un golazo de Ocampos, al inicio de la segunda parte, donde controla con una pierna y remata con la otra, a la media vuelta, de tiro fuerte, ajustado y cruzado. Y el tercero, poco después, de Gudelj, fusilando al portero visitante, tras una buena dejada de tacón de Ocampos. El argentino mejoró mucho, con su gol y asistencia, a lo que hizo Bryan Gil, que estuvo bastante perdido y al que le ganó la partida su marcador, que era incluso más rápido que él.

Lo único que no me gustó, aparte de la lesión de Badé, fue esa absurda y ridícula manía de sacar los saques de esquina en corto. No le veo ningún sentido, sobre todo cuando un córner bien sacado es peligrosísimo, y más teniendo a dos jugadores que van bastante bien por alto, como son En-Nesyri y Nianzou. Y tampoco me gustó el que jugáramos sin delanteros más de media hora. Prácticamente, es como renunciar a marcar más goles, aunque los fallos del PSV en defensa casi nos pusieron en bandeja lograr el cuarto gol.

Lo que más me gustó fue esa forma de presionar al rival, de no dejarle respirar, de buscar el balón con agresividad. Hacía mucho que no veía eso en el Sevilla. Y también se juega de forma más vertical, buscando más pases al hueco. Personalmente, veo bastante mejoría en el equipo, y me hace ser bastante optimista de cara a la próxima temporada, siempre y cuando, como es lógico, a Sampaoli se le den jugadores de calidad para llevar a cabo su estilo de juego, que ya sabemos que es muy ofensivo y, por tanto, muy vistoso de cara al aficionado. Por suerte, bastante lejos del estilo de Lopetegui. A mí, aunque los resultados acompañaban, me desesperaba tanta lentitud y horizontalidad.

En cualquier caso, aunque el equipo esté mejorando y se lleve una muy buena ventaja para el partido de vuelta, no caben confianzas. Por dos razones: porque hoy el PSV, pese a la derrota, ha dejado claro que es un buen equipo y que dispone de varios jugadores de mucha calidad, y porque nos presentaremos en Eindhoven con una defensa de circunstancias, con sólo un central sano. Y eso, en el mejor de los casos, porque, como nos recuerda la Ley de Murphy, cualquier situación, por muy mala que sea, siempre es susceptible de empeorarse. Así que a rezar lo que sepamos para que no haya más lesiones.

Sevilla FC 2- Mallorca 0. Saliendo del hoyo

Partido con dos partes bien diferencias. Una primera donde el Sevilla fue bastante superior al Mallorca, con total dominio del partido, y una segunda donde se dedicó a tontear, sin buscar apenas la portería contraria y sin cerrar el partido. Menos mal que el Mallorca mostró un nivel muy pobre, porque, de no haber sido así, seguramente habría marcado el típico gol a falta de pocos minutos para el final, al que ya estamos acostumbrados y que nos deja esa desagradable sensación que nos hace mirar el cronómetro cada pocos segundos.

Los goles llegaron en la primera parte, y pudieron ser más, de no haber tenido un par de buenas intervenciones el portero visitante. También un defensa mallorquinista sacó un balón bajo palos. El primero, de En-Nesyri, tras controlar un sensacional pase de Pape Gueye –buen jugador el senegalés– y rematar mal, pero lo importante es que entre. Aquí no estuvo muy afortunado el portero. Y el segundo prácticamente se lo encontró Bryan Gil, tras no ser capaces de defender dos defensas rojillos un pase de Jesús Navas. El gol fue un buen regalo de cumpleaños para Bryan, que hoy ha cumplido 22 añitos.

Lo peor del partido fue la lesión de En-Nesyri, que veremos a ver si se queda en sólo un golpe o le impedirá afrontar los importantísimos partidos que se avecinan. También en el lado negativo, las estúpidas e innecesarias tarjetas de Gudelj y Jordán, que les impedirán ser de la partida en Vallecas. Sampaoli tendrá problemas para formar una defensa de garantías, al estar lesionado Rekik.

Badé volvió a demostrar que es el mejor central que tenemos, a pesar de que estuvo muy cerca de liarla al ceder mal a Bono un balón, siendo presionado por Muriqi. La acción se quedó en el susto, pero un buen susto.

También hicieron un buen partido Fernando, Navas y Suso.

Tres puntos importantísimos, que nos sitúan provisionalmente en la duodécima posición, empatados con el Gerona

Osasuna 2 – Sevilla FC 1. Eliminados, pero en progresión

Derrota que nos apea de una competición que, siendo honestos, parecía poco menos que imposible conseguir; por el nivel de los rivales que quedarán en semifinales y, sobre todo, por las carencias que tiene el Sevilla.

Hay que ver el lado positivo, si es que lo tiene. Al menos, se me una mejoría en el equipo. Se acerca al equipo que a mí me gustaría ver: un equipo con ambición, que va a por el partido de inicio y que domina al rival. Falta, por supuesto, crear más ocasiones y tener más acierto de cara a gol, pero eso sólo lo da la calidad de los jugadores, principalmente del centro del campo y delantera.

Si nos tienen que ganar, que sea porque el rival está más acertado que nosotros, y no por desidia o conformismo. Y eso es lo que ha ocurrido hoy, que Osasuna ha hecho dos buenos goles. Han llegado en dos muy buenas acciones de Ávila y Adbe. Porque hay que admitir que, aunque no debería ser así, Osasuna tiene más gol que el Sevilla, o mejor dicho, más calidad, porque en Liga ambos conjuntos llevan marcados 18 goles. Budimir y Ávila me parecen más completos que En-Nesyri y Rafa Mir.

El Sevilla ha sido bastante superior al Osasuna durante, prácticamente, todo el partido. Lo malo es que eso no sirve absolutamente para nada. Por suerte o por desgracia, lo único que cuenta son los goles. Así que otra vez será. Otra vez donde la plantilla no tenga tantas deficiencias.

A pensar en el próximo partido, ante el Elche, donde una victoria nos alejaría bastante de la zona de descenso. Y tampoco vendría mal que Monchi se pusiera las pilas y trajera esos dos o tres jugadores de calidad que se necesitan para no pasar apuros y, si se hacen las cosas bien, acercarse a las plazas europeas. Porque aunque el Sevilla esté haciendo una temporada bastante desastrosa, no están tan lejos. Una buena prueba de la mediocridad de la Liga española.

Madrid 3 – Sevilla FC 1. Poca plantilla para ganar en el Bernabéu

El partido de hoy ha tenido cosas buenas y cosas malas. Entre las buenas, que no se ha lesionado Marcao –o eso parece–, quizás uno de los jugadores más importantes de la plantilla, y que hemos pasado por el que puede considerarse el estadio más difícil sin que el goal average sufra mucho. Vamos, que ha sido una derrota que se suele llamar digna, y más aún teniendo en cuenta que el Sevilla iba con muchas bajas importantes, principalmente en el centro de la defensa. También hay que tener en cuenta que en once jornadas ya nos hemos enfrentado a los equipos más importantes: Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Villarreal y a un Athletic Club que estaba siendo uno de los equipos más fuertes del campeonato, al menos cuando se enfrentó al Sevilla.

Entre las cosas malas, pues que ha pasado lo de siempre: que hemos perdido. Y hemos perdido por errores más que evitables –como siempre–, por la diferencia de calidad de plantillas –como siempre– y por falta de mentalización –como siempre–. Esto último es lo única explicación que encuentro a que Sampaoli se plante en el Bernabéu con un once titular donde no figura ningún delantero. Me quejaba de que Lopetegui sólo jugaba con un delantero, y ahora viene Sampaoli y juega sin delanteros en Mallorca y en Madrid. Pues qué bien.

Los errores más que evitables fueron la pérdida de Montiel en el 1-0, y el doble fallo de Rafa Mir en el 2-0. Mir, en primer lugar, falla en la entrega, pero, sobre todo, cuando no corta el contragolpe que llevaba claro marchamo de gol, lo cual sólo le costaría una tarjeta amarilla. Tampoco Carmona estuvo acertado en la jugada, pues, de haber mantenido la línea, habría dejado en fuera de juego a Vinicius. Para colmo, a los pocos minutos Valverde marcó el gol que sentenciaba el partido con un buen disparo, fuerte, ajustado y cruzado, que no pudo parar Bono.

A pesar de jugar sin delanteros, sonó la flauta y fuimos capaces de marcar un gol. Fue tras un buen pase en profundidad de Montiel y un sensacional remate de Lamela, que batió a Courtois con poco ángulo.

No obstante, los cambios de uno y otro equipo fueron decisivos en el resultado final, sobre todo con la entrada de Asensio, quien, a mi modo de ver, es uno de los mejores centrocampistas de la Liga.

El árbitro, Hernández Hernández, estuvo aceptable. Se le vio el plumero en un par de detalles sin importancia, como la amarilla al Papu, pero sin influir en el resultado.

Para ganar en el Bernabéu se tienen que dar tres circunstancias: que el árbitro tenga un mínimo de decencia y se comporte, que las estrellas del Madrid no tengan su día, y, sobre todo, plantarse con una plantilla de calidad, de muchísima más calidad como la que ha tenido a disposición hoy Sampaoli.

Eso sí, el resultado ha sido, más o menos, el de siempre, pero lo que sí tengo claro es que el Sevilla de Sampaoli me gusta bastante más que el de Lopetegui. Y me gustará más cuando se conforme la plantilla a su gusto.

Borussia Dortmund 1 – Sevilla FC 1. Esto ya es otra cosa

Se percibió ante el Athletic Club y se confirmó esta noche en Alemania. Este Sevilla es diferente, bastante diferente al entrenado por Lopetegui. Por un lado, da tranquilidad el saber que se podrá salir del pozo, pero, por otro, también sabemos que el nivel mostrado en la recién comenzada etapa de Sampaoli pende de un hilo, pues la defensa sigue estando cogida con alfileres. Más nos vale que no se resfríe Marcao, que hoy tuvo un fallo que pudo echar a perder el partido, pero que hizo una exhibición de saber estar, de anticipación, de veteranía, y de fuerza física. Además, tiene buena salida del balón. Espero y confío en que su retirada en los últimos minutos de partido fuera una estratagema para perder tiempo o para coger aire, porque debió de acabar medio muerto.

Pero lo más importante es que, como decía en el titular, esto ya es otra cosa. Ahora el equipo es mucho más vertical, favorecido por la disposición táctica de los jugadores, más escalonados y menos horizontal. Se acabó el juego aburrido de pasar el balón de banda a banda, con lentitud desesperante. Ahora se triangula más, y con más velocidad; hay más desmarques, y no tanto juego estático… En definitiva, se ha dado otra imagen muy distinta, y Sampaoli lo ha conseguido en sólo dos partidos. Y además lo ha hecho con un equipo bastante cambiado con el que logró empatar ante los bilbaínos.

Sin embargo, hoy el Sevilla ha tenido el lastre de contar con algunos jugadores que ahora mismo no están para nada, como es el caso de Suso o de Gudelj. A Suso le salva la grave lesión que tuvo, pero lo cierto es que debe recuperarse a un jugador que, aunque no sea un portento físico, sí tiene mucha calidad técnica y visión de juego. Gudelj es un caso perdido. De vez en cuando hace un buen partido, o incluso excepcional, pero muy de vez en cuando.

El empate, en realidad, no ha sido un buen resultado, porque el Sevilla mereció más. Falló algunas ocasiones muy claras, y tuvo el gran mérito de que el Borussia Dortmund apenas creara ocasiones de gol. Lamentablemente, en una de esas pocas ocasiones, llegó el gol del empate que equilibraba el buen gol marcado por Nianzou, al cabecear a la perfección una falta botada por Rakitic.

Eso indica el buen trabajo general del equipo, pues hay que reconocer que los alemanes tienen un equipazo, con un nivel de plantilla enorme. Los que salieron del banquillo eran tan buenos o mejores como los titulares, y tienen una calidad arriba apabullante, y de muchísimo futuro, con jugadores jovencísimos, como Adeyemi (20 años), Bellingham (19 años) o Moukoko, con sus increíbles 17 años.

Prácticamente decimos adiós a la Champions League, pero este empate probablemente nos servirá para jugarnos el pase a la Europa League ante los daneses del Copenhague, y de paso pillar casi un milloncito de euros (930.000 exactamente), que vendrán muy bien a la supuestamente maltrecha economía del club.

Ojalá Monchi sepa en esta ocasión reforzar convenientemente a la plantilla en el mercado de invierno, y logre, por fin, traer lo que verdaderamente necesita el Sevilla: un cuarto central, un centrocampista que pueda reemplazar a Fernando con garantías, y un delantero goleador.

En cualquier caso, aún queda mucho para el mercado de invierno, por lo que hay que centrarse en el próximo partido liguero, ante el Mallorca. Este partido es fundamental para salir del descenso, dar confianza, y empezar a recortar distancias con los de arriba.

Sevilla FC 0 – Barcelona 3. El Sevilla muestra síntomas de equipo de parte baja de la tabla

De nuevo, esa desesperante sensación de que, aunque el partido dure tres días, el Sevilla es incapaz de hacer un gol. De nuevo, esa desagradable sensación de que cualquier aproximación al área, cualquier balón colgado tiene una alta probabilidad de acabar en gol. Esa dificultad para marcar y esa facilidad para encajar son cualidades que marcan a los equipos de la zona baja de la tabla. Por eso precisamente sólo hemos logrado un punto de doce posibles y llevamos ocho goles encajados en cuatro partidos, es decir, una media de dos goles por partido. Evidentemente, con esos números no vamos a ningún sitio.

El partido de hoy no empezó mal, con dos clarísimas ocasiones desperdiciadas por Rakitic y En-Nesyri. Lógicamente, cuando se falla eso ante un rival de la calidad del Barcelona es que, a la primera que tengan ellos, la cuelan. Y así fue. Se ponía el panorama negro con este primer gol de Rafinha, no ya porque se adelante en el marcador, sino porque que este Sevilla haga los dos goles necesarios para remontar el partido parece algo inviable, a día de hoy.

El segundo gol dejó en evidencia la tremenda fragilidad defensiva del equipo. Un pase desde la banda, de Koundé, no sólo no es despejado por los centrales, sino que Lewandowski pudo controlar con el pecho, con toda tranquilidad, sin que nadie le molestara lo más mínimo, antes de fusilar a Bono.

Partido prácticamente sentenciado en la primera mitad. En la segunda, más de lo mismo, el Sevilla fallando lo que nunca se debe fallar y el Barcelona llegando en tropel y pudiendo dejar un marcador de escándalo. Afortunadamente, ellos también fallaron lo que nunca se debe fallar. Con lo que el 0-3 puede considerarse como un mal menor, para lo que podría haber sido.

Espero que Marcao sea un grandísimo central, porque ahora mismo es la única esperanza que me queda. El objetivo, a día de hoy, debe ser ganar un partido. Cuando se logre, que esperemos que sea el próximo, ante el Español, a ver si mejoran las sensaciones; porque, hasta ahora, no pueden ser peores. Llevamos cuatro partidos. Cuando se disputen diez, tendremos una idea bastante aproximada de las aspiraciones de esta temporada.

Osasuna 2 – Sevilla FC 1. Primer robo, primera derrota, pero no se puede ocultar el mal partido

Lo peor del partido de hoy es, aparte de la falta de respeto de los árbitros, la sensación de la falta de ambición del equipo y la patente fragilidad defensiva. Esto último no debería extrañar a nadie, ya que hemos disputado el partido con sólo un central sano. Gudelj, aunque hace lo que puede, no es central, y se nota.

El partido ha sido calcado a muchos de los que hemos visto la temporada pasada. Algo lógico, porque no había ninguna cara nueva de inicio y el entrenador sigue siendo el mismo. Es decir, juego previsible, horizontal, retrasando líneas innecesariamentte… Desesperante es la palabra.

No pudo empezar peor el partido, con un gol tempranero, donde, a mi juicio, Bono puede hacer algo más. El centro de es muy bueno, Gudelj no marca bien, y Bono no es capaz de despejar un balón que le va al cuerpo.

Reaccionó bien el equipo, con un gol bastante bueno, tras una rápida combinación entre Acuña, Papu y Rafa Mir.

A partir de aquí, lo que suele ocurrir: el Sevilla empieza a tontear y no va a la yugular, arriesgándose a que una buena jugada del rival, un golpe de mala fortuna o una barrabasada arbitral lo eche todo a perder.

No obstante, el Sevilla también pudo marcar el 1-2 en alguna ocasión, como el remate que tiró el Papu al portero, con todo a su favor, o el tiro al Palo de Delaney. Aunque también es cierto que Osasuna también tiró al palo, en una jugada donde quedó en evidencia la fragilidad del Sevilla en defensa. No puede ser que un rival controle el balón en la frontal del área y disponga de mucho tiempo para pensar y golpear.

La segunda parte, en mi opinión, fue muy decepcionante. Esperaba que el Sevilla buscara con más ahínco la portería contraria, pero ni mucho menos fue así. Sin embargo, no fue superado por el Osasuna. Y en el minuto 72 llegó la jugada que determinó el resultado final. Es lo que se llama un penalti de chiste. No se entiende muy bien qué es lo que pita el árbitro, y mucho menos se entiende que no sea corregido desde el VAR. Porque el VAR está para eso, para evitar disparates como el que hemos visto hoy. Se supone que el árbitro considera que Papu Gómez le da un codazo en la cara al jugador de Osasuna, pero en las imágenes se ve que no es así y que el jugador del Osasuna finge. Uno de esos penaltis que a otros equipos –no hace falta decir ni cuáles– no les señalarían en la vida.

Urge corregir la fragilidad defensiva. Pero no sólo hemos perdido contundencia en defensa, sino también los valiosísimos pases en largo, la salida de balón y el aporte en ataque de Koundé y Diego Carlos.

Tampoco se puede obviar la falta de recursos para intentar empatar a dar la vuelta al marcador, puesto que el Osasuna no pasó ningún apuro en el corto tiempo extra que concedió Del Cerro Grande.

Este partido ha servido, sobre todo, para dejar claro que Monchi tiene muchísimo trabajo por delante. Y por supuesto, Lopetegui también debe corregir bastantes cosas. Principalmente, la falta de ambición que se ha desmostrado hoy.

Primer partido y no se puedo empezar peor: con derrota. No merecida, pero con derrota. Y con la desazón de que la Liga española sigue siendo una competición corrupta, y, lo que es peor, que no parece que sea algo que vaya a cambiar ni a corto, medio o largo plazo.

Asco de fútbol.

Sevilla FC, fin de una temporada de éxito y fracaso

Concluida la temporada, y teniendo en cuenta las circunstancias, creo que el sevillista debe estar muy satisfecho con la temporada realizada, aunque quede la sensación de que esta temporada, que ha sido buena, al haberse conseguido el objetivo principal, podría haber sido brillante y, con un poco de suerte, haber llegado algún título.

Las circunstancias a las que me refiero es, evidentemente, la inaudita plaga de lesiones que ha asolado a la plantilla durante, prácticamente, toda la temporada. Incluso diría que Lopetegui no ha podido conformar un once a su gusto desde las primeras jornadas. Raro era el partido que no caía uno o varios jugadores, ya fuera debido a lesiones musculares o traumáticas. Especialmente importante, desde mi punto de vista, han sido las bajas de Suso, ya que es uno de los pocos jugadores que tiene desborde y calidad, y también, por supuesto, la de Fernando, que es quien da equilibrio a la plantilla. Se ha notado una barbaridad la ausencia del brasileño en la recta final del campeonato, haciéndose el equipo más vulnerable en defensa y perdiendo capacidad ofensiva.

Ha sido una temporada de éxito y fracaso porque en Liga se ha hecho un extraordinario trabajo pero en otras competiciones la decepción ha sido máxima:

Champions League

En la competición estrella, la que da mucho dinero y prestigio, el equipo ha estado nefasto. Para empezar, creo que se ha cometido el error de subestimar a los rivales. En mi opinión, no me parecía un grupo fácil, como se empeñaba en asegurar la prensa y gran parte de la afición. El Lille era el campeón de Francia, superando al todopoderoso PSG; el Wolfsburgo, uno de los mejores equipos de la Bundesliga, que es un campeonato importante; y el Salzburgo, que era supuestamente la perita en dulce, pero que gana de calle la liga austriaca y tiene una serie de jugadores de bastante nivel. De hecho, su estrella, el joven delantero Adeyemi,  ha sido fichado por el Borussia Dortmund para sustituir a Haaland, pagando 30 M€ más variables.

El mal papel en esta competición, aparte de una gran decepción, ha supuesto también un descalabro económico, puesto que estaba presupuestado pasar la fase de grupos. Además, casi todos los partidos los hemos empatado o perdido, con lo que los ingresos han sido mínimos. Vamos, lo que se dice un desastre. Sin paliativos.

Europa League

Una vez eliminados de Champions, había la esperanza de llegar a la final, que este año se celebraba en el mejor escenario posible: el Ramón Sánchez Pizjuán. Pero, de nuevo, decepción. Sin embargo, en esta ocasión, no lo considero un fracaso, puesto que nos eliminó un buen equipo, como es el West Ham, y sobre todo, porque el Sevilla disputó la eliminatoria muy mermado por las numerosas bajas. Creo recordar que se viajó a Londres con sólo 12 fichas profesionales.

Copa del Rey

Más de lo mismo. Se hizo lo que se pudo. Aquí ya era el más difícil todavía, porque a las numerosas bajas (11) por las lesiones, Covid, y la Copa de África, se sumaba el hecho de que era a partido único, en campo rival, y, por cuestiones de reglamento –edad del tercer portero—tuvimos que jugar con el cuarto portero. Aún así, perdimos por la mínima y estuvimos muy cerca de llegar a los penaltis si el larguero no hubiera repelido el cabezazo de Koundé en el descuento. Por las circunstancias –sin contar el lamentable espectáculo de la agresión a Jordan y la sinvergonzonería de la Federación por obligar al Sevilla a jugar la continuación del partido con el jugador agredido de baja–,  tampoco considero un fracaso la eliminación, aunque fuera ante un rival inferior.

Liga

En esta competición sí que ha estado el equipo bien. Brillante diría yo. Casi todo el tiempo en segunda posición, y podríamos haber estado incluso líderes, de no haber sido por los arbitrajes criminales que ha recibido el equipo. Pero no es sólo lo que nos quitan a nosotros, sino lo que le dan a los demás. No hay más que ver la de puntos que le han regalado al Barcelona antes del mercado invernal (donde se reforzaron bien), con tal de meterlo en Europa primero, y de situarlo en la segunda posición después, para que disputara la Supercopa. O los favores hacia el Real Madrid, que increíblemente ha finalizado el campeonato sin ningún jugador expulsado, pese a que tiene en sus filas a Casemiro, que hace méritos, de sobra, para ser expulsado en cada partido. A mí esto me parece un escándalo, sobre todo porque ya no hay excusas al existir el VAR, que es una herramienta perfecta pero que parece utilizan para manipular los partidos. Esta temporada me he indignado en muchas ocasiones por culpa de los soplapitos, como, por ejemplo, la expulsión de Koundé en Cornellá, los goles anulados por unas supuestas manos que no se ven de manera clara en las imágenes, la no expulsión de Camavinga en el Sevilla-Madrid, por las muchas jugadas polémicas en el Rayo Vallecano-Sevilla, etc, etc…

Es decir, que podríamos haber asegurado los puestos Champions con muchas jornadas de antelación, pero hemos tenido que esperar a la penúltima jornada. No obstante, doy mucho mérito a esta clasificación para Champions porque llegué a pensar que la plantilla no podría superar la plaga de lesiones, el menosprecio arbitral y el cansancio físico, porque me daba la impresión de que el equipo ha finalizado la temporada bajo mínimos. Y no debemos olvidar un dato importante: hemos sacado 11 puntos de ventaja, más el goal-average, al que yo consideraba el principal rival por el cuarto puesto: el Villarreal, que tiene una grandísima plantilla.

La clave para la consecución del objetivo principal ha sido la fortaleza defensiva del equipo, que ha conllevado que Bono sea premiado con el Zamora, como el portero menos goleado. Es increíble que aun habiendo habido partidos donde sólo hemos tenido un central sano, el Sevilla haya sido el equipo menos goleado con sólo 30 goles en 38 partidos. Únicamente hemos mordido el polvo en cuatro ocasiones: ante Granada, Real Madrid en dos ocasiones y Barcelona. Cifras verdaderamente impresionantes y que serán difíciles de repetir, y que demuestra la gran labor defensiva del equipo, recayendo especialmente en  el rombo Fernando-Diego Carlos-Koundé-Bono.

Se acabó una temporada que se me ha hecho eterna, angustiosa por momentos, pero ya estoy deseando de que vuelva la que yo llamo “la peor liga del mundo”, por méritos propios. Evidentemente, el Sevilla 2022-2023 sufrirá una gran transformación, pero ahí estaré una temporada más para apoyarlo.

Atlético de Madrid 1 – Sevilla FC 1. Estoy más contento que unas castañuelas

Objetivo cumplido, que es lo importante. Estoy contentísimo porque llegué a creer que el Sevilla no podría superar la tremenda racha de lesiones y la masacre arbitral a la que le han sometido esta temporada. Pues sí, me equivoqué y se superó todo contratiempo.

La temporada que ha hecho el Sevilla me parece de muchísimo mérito. Porque ha sido una temporada durísima y muy larga. Particularmente, se me ha hecho eterna. Era tremendo preguntarse cuántos lesionados caerían en cada partido. Desde luego, sobrevivir a esto sólo ha sido posible por la calidad de la plantilla que ha conformado Monchi, aunque, a mi modo de ver, ha tenido un error grave de planificación, que nos ha costado puntos y, posiblemente, eliminatorias: tener únicamente tres centrales específicos en plantilla. Espero y deseo que no haya reincidencia en la planificación para la próxima temporada.

El final de temporada ha sido especialmente duro, viendo cómo nuestros rivales nos recortaban puntos, y con el equipo en una forma física lamentable. Barcelona y Atlético nos adelantaron, pero, por suerte, el Betis no dio el nivel –petardazo tremendo ante el Elche– y se quedará con un justo puesto de Europa League. Demasiado premio tuvo ya con la Copa del Rey, trofeo que no habría logrado, con toda seguridad, se no haberse enfrentado al Sevilla FC con once bajas, a partido único y con el cuarto portero defendiendo nuestra portería; en un partido además que pasará la historia por el vergonzoso ataque a Joan Jordan, desde la grada y desde el vestuario y palco verdiblanco. Y, desde luego, no se puede olvidar que también con la connivencia de la corrupta Federación Española de Fútbol obligando al Sevilla a disputar la reanudación del partido con el agredido aún de baja médica. Y lo que es peor, el Sevilla consintiéndolo. No entenderé jamás la actitud del Betis como institución, ni de la Federación, ni del Sevilla. Peor no pudieron actuar las tres partes.

Ha sido una lástima y una vergüenza que el Sevilla haya tenido que esperar a la penúltima jornada para asegurar plaza Champions, porque ha hecho méritos de sobra para afianzarla mucho antes. Habría sido así, sin ninguna duda, de no haber sido atracado por los árbitros y el VAR en numerosos partidos, como en el Madrid-Sevilla (penalti no pitado a Ocampos) y Sevilla-Madrid (expulsión perdonada a Camavinga con 2-0 en el marcador), Barcelona-Sevilla (penalti no pitado por manos de Araujo con 0-0 en el marcador), el Rayo Vallecano-Sevilla, Sevilla-Alavés… etc, etc. No los recuerdo todos, a bote pronto, pero son muchos partidos donde nos han anulado goles muy sospechosos, por supuestas manos que no se ven en ninguna imagen de VAR; penaltis que nos pitan pero que jamás en la vida pitarían a otros equipos… En fin, más vale que «los otros dieciocho» pongan pie en pared y arreglen el VAR, de manera que deje ser un despropósito. Es una herramienta estupenda, pero en malas manos ha quedado como una herramienta más para que los de siempre manipulen los partidos.

Y lo peor no es lo que nos han quitado, sino lo que han dado a los dos privilegiados de siempre. Estaba claro que el Barcelona tenía que acabar en segunda posición, antes incluso de que surgiera el escándalo entre Piqué y su amigo Rubi. Es increíble los puntos que le han dado al Barcelona antes del mercado de invierno, para que se enganchara, como fuera, a los puestos europeos. El ejemplo más claro fue el paradón –que quedó impune, como es lógico– de Piqué en el Villarreal-Barcelona, evitando un gol con la mano. Ya no fueron tan descarados una vez que el Barcelona se gastó una millonada, que no tenía, en reforzarse muy bien en enero. Al final, consiguieron el objetivo de situarlo en la segunda posición, para que fuera a la Supercopa.

Del partido de hoy no voy a decir nada, porque no he podido verlo. Me he tenido que conformar únicamente con el resumen, donde apenas han sacado ocasiones de gol por ambas partes. Supongo que habrán escaseado.

Veremos el Sevilla-Athletic Club con tranquilidad, sin nerviosismos. Habrá que despedir al Sevilla como se merece: con una gran ovación. Porque lo que ha hecho este equipo es muy grande. Ha luchado contra todo y contra todos.

Aún es posible la tercera plaza, pero será difícil que el Atlético no gane a la Real Sociedad.

Sevilla FC 0 – Mallorca 0. Un punto que no sirve, pero que puede ser fundamental

Mal partido del Sevilla, como, por desgracia, se está convirtiendo en habitual. Partidos como este lo hemos visto muchas veces, y ya nos lo sabemos de memoria: Equipo encerrado atrás, con las líneas muy juntas, perdiendo tiempo incluso antes de saltar al terreno de juego, y esperando que suene la flauta en algún contragolpe o a balón parado. Y ojo, porque a punto estuvo de sonar la flauta. Menos mal que tenemos un porterazo, a San Bono, al que deberíamos hacerle una estatua en la ciudad deportiva o incluso en el Ramón Sánchez Pizjuán.

Por contra, también nos conocemos de memoria el juego del Sevilla: juego horizontal, lentitud a raudales, nadie en el centro del campo con fortaleza física, capaz de aguantar un balón –desde que se fue Fernando. No lo puedo echar más de menos–… Nadie que se meta entre líneas, que desborde, que se desmarque en carrera, que vaya al espacio, que centre a la primera. Y además, si sólo tenemos un delantero, lo normal es que las ocasiones de gol brillen por su ausencia.

Hoy ha sido un partido muy complicado, donde, por desgracia ha ganado el antifútbol, con la colaboración del soplapitos de turno. En este caso, ha sido González González, que ha sido muy rápido a la hora de sacar amarillas a los jugadores del Sevilla, pero que ha perdonado varias tarjetas a los jugadores del Mallorca, incluso por entradas por detrás y por cortar contragolpes, desentendiéndose del balón. Si hoy no ha sido expulsado, como mínimo, un jugador del Mallorca, es porque al árbitro no le ha dado la gana, porque motivos ha tenido de sobra. Y qué decir de las pérdidas de tiempo. Una vergüenza que sólo haya añadido siete minutos, cuando se han realizado todos los cambios y las pérdidas de tiempo eran continuas. En fin, después de todo es lo normal, que nos pongan piedras en el camino. Sería de ilusos esperar otra cosa.

A pesar del mal juego, hemos tenido nuestras ocasiones y las hemos desaprovechado. Las más claras han sido en la segunda parte, cuando Martial, en lugar de centrar atrás, donde había un compañero para rematar a placer, le dio por tirar a puerta, parando el portero; y ese cabezazo de En-Nesyri en el descuento, donde Reina hizo un paradón. Sin duda, de haber estado Sergio Rico, quien llevaba una media de más de dos goles encajados por partido, habríamos ganado el partido. No pudo venir peor el 2-6 que les endosó el Granada en su propio campo, porque esto permitió ver la luz a Aguirre, que lo mandó, merecidamente, al banquillo, para nuestra desgracia. No podemos tener peor suerte esta temporada.

No ha sido justo el resultado. Pero el fútbol no va de justicia, sino de goles. Y el Sevilla ha hecho muy poquito para marcarlos. Ofensivamente, este equipo deja bastante que desear. Y defensivamente, hoy también hemos estado muy flojitos, con algunas pérdidas peligrosísimas, que no han acabado en gol por la poca calidad del rival, pero que, prácticamente, con cualquier otro rival, nos habría costado la derrota.

Finalmente, creo que nos clasificaremos, pero, desde luego, vamos a sufrir. Mi teoría es que el Betis ganará los dos partidos que les quedan, puesto que sus rivales no se juegan nada. Si acaso el Granada, pero, teniendo en cuenta el nivel del Mallorca, estos parecen que son los que bajarán, salvo hecatombe.

Por cierto, vaya suerte que estén teniendo nuestros malos vecinos esta temporada. Les esta saliendo absolutamente todo, tanto en Copa del Rey como en Liga. En Liga, se enfrentarán a Granada –casi salvado– y Madrid –pensando en la Champions y que jugará con el Madrid B–.

Y también creo que el Sevilla perderá en el Wanda, con lo que se jugará la Champions en la última jornada, ante un Athletic Club que no se jugará nada –confío ciegamente en el Villarreal– y donde, gracias al punto de hoy, bastará con un empate.

El partido contra el Atlético de Madrid no podré verlo. Un sufrimiento que me ahorro. Lo único que espero de ese partido es que no haya lesiones ni sanciones, y que Lopetegui, aunque sea por una vez en toda la temporada, pueda disponer de casi toda la plantilla. Porque disponer de toda la plantilla ya es imposible.

En fin, habrá que esperar para lograr el tan ansiado puesto Champions, el cual ya tendríamos que tener ya asegurado desde hace muchas jornadas, ya que hemos hecho méritos para ello.

Barcelona 1 – Sevilla FC 0. Buen partido, arbitraje criminal y primera derrota del 2022

Como suele ser habitual, el Sevilla ha mordido el polvo en el Nou Camp. Desgraciadamente, es lo de siempre: si no caemos por nuestros errores, es debido a los «errores» arbitrales, por una genialidad del rival o por falta de mentalidad. En mi opinión, hoy ha sido por una conjunción de los tres primeros motivos que he enunciado.

En cuanto a nuestros errores, han sido en ataque. En defensa el Sevilla ha rozado la perfección, pero ha sido en las jugadas de ataque donde siempre se ha elegido la peor opción y donde hemos errado las pocas oportunidades de gol que hemos tenido. Los mayores responsables de este desaguisado ofensivo han sido Ocampos y Martial. Ambos han estado negados, hasta el punto de que no alcanzo a comprender por qué Lopetegui no los ha sustituido antes. También se han desaprovechado las ocasiones a balón parado. Rakitic estuvo muy cerca de marcar de falta directa, pero el balón fue a parar encima de la red.

El arbitraje me ha parecido criminal. Cuando Sánchez Martínez decidió no señalar un penalti clarísimo, y que vio perfectamente puesto que estaba magníficamente situado, lo hizo para mandar un mensaje claro: «Si queréis ganar aquí, será por encima de mi cadáver». El penati es que no admite discusión: Araujo tiene el brazo separado del cuerpo y ocupa un espacio, precisamente el espacio que cortó y evitó el centro al área del Barcelona. Por supuesto, el VAR fue cómplice necesario de la fechoría. Se esfumaba así una magnífica posibilidad de poner el 0-1 en el marcador. Cierto que luego hay que meterlo, pero mejor ocasión que un penalti no hay, excepto los disparos a puerta vacía.

Pero Sánchez Martínez no se quedó ahí, sino que dejó sin señalar innumerables faltas en contra del Barcelona, la mayoría de ellas muy claras, perdonando, por ejemplo, una amarilla a Piqué, que probablemente habría supuesto su expulsión en los minutos finales del partido, o un par de faltas sobre Martial, una de ellas al borde del área. Incluso evitó el saque rápido de una falta a favor del Sevilla, mandándola repetir, por sacarse a pocos metros de donde se había producido. Lo que fuera necesario, que por él no iba a quedar.

Espero que ya que la Federación y la Liga tienen lo que deseaban, que el Madrid y el Barcelona se disputen la Liga y jueguen la Supercopa –que para eso la han modificado para que la jueguen cuatro equipos–, dejen de machacarnos los árbitros, jornada sí y jornada también, porque así es muy difícil ganar.

Y por último, el partido se decidió en una genialidad de uno de los muchos y buenos jugadores con los que cuenta el Barcelona. En esta ocasión fue Pedri. Que conste que a mí me parece un jugador sobrevalorado, pero tengo que admitir que hizo un golazo, ajustando el balón al palo y dejándolo imposible para Bono.

Lógicamente, era mucho pedir que el Sevilla no perdiera jugadores para el próximo partido. En esta ocasión le ha tocado a Rekik –de nuevo, lesión muscular, que hace pensar que no se ha recuperado bien– y a Montiel, por sanción, al ver una amarilla por protestar.

Pintan bastos. Toca defender la cuarta plaza, y para eso el principal rival será el Betis, ya que tiene un calendario bastante favorable, teniendo la suerte de enfrentarse al Madrid en la última jornada, cuando será ya, previsiblemente, campeón de Liga.

Por tanto, cada partido de los ocho que queda son primordiales. El primero será el Granada. Pero aún nos quedan rivales durísimos, como Real Madrid, Atlético o Villarreal. Será fundamental recuperar en esta recta final a jugadores tan importantes y decisivos como Papu Gómez y Acuña. Y por favor, si Martial no va a aportar absolutamente nada, que no juegue. Porque si mal está pagar un pastizal por unos meses, mucho peor va a ser que no vayamos a la Champions por una sequía goleadora que parece que podría tener mejor remedio en Rafa Mir o En-Nesyri. Ambos marcarán o no, pero al menos se matan corriendo y dan lo máximo.

Sevilla FC 0 – Real Sociedad 0. Un punto más importante de lo que parece

Evidentemente, empatar en tu propio feudo, ante un rival que está por debajo de la tabla, no puede considerarse un buen resultado, pero, si lo pensamos bien, el punto conseguido no es tan malo como parece. Por los siguientes motivos:

  1. – La Real Sociedad ha sido bastante superior al Sevilla, hasta el punto de que, de haber ganado, me habrían parecido justos vencedores. En varias fases del partido el Sevilla lo pasó bastante mal. Incluso podrían haber logrado una victoria holgada. Por ejemplo, se nos apareció la Virgen y los nueve coros celestiales cuando, con todo a su favor, con toda la portería para él solito, a bocajarro, a Sorloth se le ocurrió la brillante idea de disparar a los pies de Portu, que había caído al suelo, con la fuerza suficiente además como para que el balón saliera por encima del larguero. Tampoco podemos olvidar que los palos nos salvaron en dos ocasiones, y que también tuvieron alguna bastante clara.
  2. – Hoy lo que no se podía dar, bajo ningún concepto, era un derrota, porque eso habría conllevado el buscarnos un rival directo, ya que habrían quedado a sólo seis puntos y con el goal-average perdido. En cualquier caso, creo que ni aún así la Real Sociedad habría sido un pretendiente serio para entrar entre los cuatro primeros, ya que tienen un calendario difícil y, en mi opinión, no tienen un buen entrenador.
  3. – Le sacamos un punto más al Villarreal. Muchos pensaréis que el Villarreal no es rival, pero yo no me fío. Es cierto que ahora mismo, con su pinchazo ante el Cádiz, se quedan a 12 puntos de distancia, pero no es menos cierto que tienen un buen entrenador y una gran plantilla. De hecho, considero que es el rival más serio para disputarnos el cuarto puesto, junto con el Betis. El Betis, en teoría, no tendría que estar ahí, pero tiene dos o tres jugadores bastante buenos, un calendario que no es muy difícil –cierra la temporada en el Bernabéu, cuando previsiblemente el Madrid ya será campeón de Liga–, y les ha salido todo, pero todo, durante gran parte de la temporada.
  4. – Sé que hay muchos que no lo tienen en cuenta, pero yo valoro muchísimo, una barbaridad, el gran esfuerzo que está haciendo la plantilla esta temporada, con ocho, nueve, diez bajas por jornada, durante muchos meses. Es más, me sigo maravillando al ver al Sevilla en segunda posición todavía. Hoy faltaban Suso, Fernando, Rekik, Diego Carlos, Acuña, Bono, Papu Gómez y Rafa Mir. No sé si me dejo alguno, pero casi todos son titulares. Coged a cualquier equipo de Primera División y quitadle a cinco o seis titulares, y veréis en qué se quedan.

Eso sí, si miramos a la segunda plaza, la cosa está bien jodida. Con tanto empate hemos, prácticamente, perdido la ventaja con Atlético y Barcelona. Sería un error olvidar que estos equipos juegan con otras reglas, como vemos «jornada sí y jornada también». Y al Sevilla pues le pasa lo contrario: que nos maltratan siempre que pueden. También es evidente que el Barcelona ha conseguido reforzarse muy bien en el mercado invernal, con los fichajes de Aubameyang y Ferrán Torres. Como ya tenían un gran equipo y antes de llegar a ese mercado le habían regalado muchísimos puntos para acercarlos a las posiciones europeas, sería un verdadero milagro que no finalizaran en segunda posición.

En resumidas cuentas, hoy hemos ganado un punto que no hemos merecido –bienvenido sea–, y la cuarta plaza sigue pintando bastante bien, aunque tengamos un calendario bastante complicado. Ojalá recuperemos jugadores tras el parón, pero somos tan desgraciados que probablemente no se recupere ninguno y además se lesione alguno de los que se van a ir con sus Selecciones.

Osasuna 0 – Sevilla FC 0. Falta de ambición alarmante

Conste que no veo aspirante a ser campeón de Liga al Sevilla, principalmente por dos motivos: por el tema arbitral, que ya nos han birlado varios puntos, y porque el Madrid tiene una plantilla bastante superior. Eso sí, si Benzemá se lesiona, como es el caso, creo que ya se iguala mucho la disputa. Pero el que no vea capaz al Sevilla de ganar la Liga no quiere decir que no deba intentarlo. Y a mi modo de ver, hoy no ha salido el equipo de Lopetegui con la mentalidad necesaria como para ganar el partido. Nos habría gustado ver un equipo vertical, asediando el área rojilla desde el minuto uno, y, sin embargo, hemos visto a un equipo que aburría hasta las ovejas, pasándose el balón continuamente entre centro del campo, defensa y portero, sin ni siquiera intentar llegar al área rival. Verdaderamente, esto lo hemos visto muchas veces, sobre todo en los partidos de fuera, pero a mí no deja de sorprenderme que un equipo de la calidad del Sevilla tire a la basura 45 o 60 minutos, con un juego ramplón y anodino, para después ir a por la victoria en la recta final del partido.

Lo cierto es que el partido ya me daba sensaciones negativas al ver que en el once inicial no estaban ni Koundé ni Fernando, jugadores fundamentales en este Sevilla. Peor pintaba aún cuando se lesionó Ocampos en el calentamiento y Montiel a los cuatro minutos de juego. Es decir, la banda derecha del Sevilla y de la Selección Argentina completamente KO antes de los cinco minutos de partido. Un verdadero desastre.

Pero aún así el Sevilla debió ganar el partido. O al menos intentarlo. Pero pasaban los minutos y el Sevilla no daba la sensación de ir a por los tres puntos. Y eso a mí me parece verdaderamente desesperante. Me cuesta asimilarlo, sobre todo cuando se está clasificado en segunda posición y sólo a cuatro puntos del líder.

Dice Lopetegui que el Sevilla mereció ganar el partido. Puede ser que tenga razón, porque, a decir verdad, el Sevilla tuvo tres ocasiones clarísimas de gol: En-Nesyri, que parece dudar mucho entre las varias posibilidades de remate que se le ofrecían, y que al final acaba rematando mal, con la rodilla, flojo y centrado; la de Corona, que se le fue alto; y el penalti de Rakitic en el descuento. Me parece muy extraño que un jugador de la calidad y experiencia de Rakitic tire tan mal un penalti, pero su cara era un poema. Parecía imposible que lo metiera.

Por contra, el Osasuna apenas tuvo alguna clara. Si acaso, un tiro lejano que sacó Bono a mano cambiada, y un error en defensa que desperdició Ávila.

Tercer empate consecutivo del Sevilla, o lo que es lo mismo, un mísero tres de nueve. Vamos, que a este ritmo no se puede seguir. Así es imposible mantenerse en los puestos Champions.

Siendo positivos, este punto servirá para igualar o aumentar la distancia con algún que otro rival. Aunque también, evidentemente, hay muchas probabilidades de que alguno nos recorte distancia o que el Madrid la aumente. Lo más conveniente sería un empate entre Barcelona y Atlético, para que todo siga más o menos igual.

En cuanto a los cambios, no entendí que quitara a En-Nesyri y a Martial cuando se necesitaba marcar, dando entrada a Munir y a Rafa Mir, estando ambos a un nivel paupérrimo. A no ser que tuvieran problemas físicos, claro está.

El próximo rival será el Elche, que se dio un festín ante el Alavés. Tampoco tiene suerte el Sevilla con los rivales, pues parece que siempre los recibe cuando están en su mejor momento y cuando tienen más confianza, como ya ocurriera con el Celta.

En cualquier caso, lo más importante es recuperar jugadores. A ver si es posible que para el próximo partido Lopetegui pueda contar con Fernando, Koundé y Navas. Y por Dios, que no se lesione nadie más, porque esto ya parece una pesadilla.