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Sevilla FC 1 – Salzburgo 1. Punto importantísimo

Lo normal cuando haces tres penaltis, a cual más tonto, y tienes que jugar cuarenta y seis minutos en inferioridad numérica ante un equipo Champions es que pierdas, y eso, afortunadamente, no ha ocurrido. Por tanto, este punto, que a priori sería malo, puede ser oro puro cuando se finalice la fase de grupos. Además, económicamente también tiene su importancia.

Los austriacos me han sorprendido, por su planteamiento ofensivo y por la calidad de algunos de sus jugadores, como Adeyemi, Camara o Aaronson.

Me ha dado la impresión de que los jugadores del Sevilla no han salido con la suficiente concentración ante una competición tan importante, donde cada error se paga caro. No puede explicarse de otra forma los absurdos penaltis de Jesús Navas y Bono, o la expulsión de En-Nesyri, aunque a mi modo de ver, ya con el VAR en funcionamiento, me parece incomprensible que el árbitro expulse a un jugador por simular un penalti. Y es que además lo hace hasta mal. Con una amonestación verbal habría sido suficiente, o simplemente, como hacen muchos árbitros, haber dado continuidad al juego y no parar el partido.

A pesar de los palos que recibía el Sevilla cada pocos minutos, lo cierto es que al final incluso tuvo ocasiones para llevarse los tres puntos. Lo mismo le ocurrió al Salzburgo, que si no llega a ser por dos paradones impresionantes de Bono, habría caído una dolorosa derrota.

Me ha gustado mucho Lamela, y me ha parecido evidente que su compatriota Lucas Ocampos está bastante lejos de alcanzar su mejor estado de forma.

La fase de grupos es bien larga y queda mucho recorrido para enmendar la pérdida de estos dos puntos. Pero lo que está claro es que el Sevilla deberá mejorar muchísimo su juego para lograr la clasificación. Jugando al nivel mostrado hoy no vamos a ningún sitio.

B. Dortmund 2 – Sevilla FC 2. Gran partido, pero faltó gol

El equipo lo dio todo, como en la ida, pero no fue suficiente. Faltó gol, ese mismo gol que le sobra al Borussia con jugadores de la talla de Haaland o Jadón Sancho, quien, afortunadamente, fue baja hoy.

El partido del Sevilla ha sido muy bueno, superando al Borussia con claridad, con mucha claridad, como demuestran las estadísticas, pero un error en la salida del balón puso la eliminatoria casi imposible, al obligar a hacer ya tres goles. Una lástima, porque la primera parte fue extraordinaria, pero hay que admitir que el Borussia defendió muy bien durante todo el partido. Los centrales amarillos estuvieron sensacionales, despejando todo lo que les llegaba por arriba y a ras de suelo, que era muchísimo.

El Sevilla mereció al menos marcar algún gol, pero en el fútbol no valen de nada los merecimientos, sino los goles. Y el segundo de los locales llegó en una jugada disparatada, absurda, gracias al VAR. El árbitro turco estaba revisando si anulaba el segundo gol de Haaland, por empujón a Fernando, y resulta que se remonta a una jugada anterior donde Koundé agarra levemente de la camiseta a Haaland y éste se tira a la piscina, descaradamente. Evidentemente, Koundé no debe agarrar a nadie de la camiseta, pero los árbitros deberían de saber un mínimo de física básica. Para parar a una mole como Haaland, y además en carrera, no basta con un simple agarrón de la camiseta, sino que tendría que hacerle prácticamente un placaje. Y por supuesto, habría caído hacia atrás. La caída lógica hacia adelante es si le hubiera empujado, que no fue el caso. Pero bueno, increíblemente señaló penalti. Los paradones de Bono a Haaland no sirvió de nada porque no tenía los pies sobre la línea de gol. Y en la repetición ya Haaland no perdonó.

Era el más difícil todavía. Ya no eran necesario tres goles, sino cuatro para la clasificación y tres para forzar la prórroga. Y la verdad es que se estuvo muy cerquita de lograrlo. Acortamos distancias por un penalti tonto de Emre Can sobre De Jong, perfectamente transformado por En-Nesyri. Y ya en el descuento, un magnífico pase de Rakitic fue cabeceado a la perfección, de nuevo, por En-Nesyri, poniendo el balón en la escuadra. Este gol daba mínimas esperanzas de llegar a la prórroga, porque sólo quedaba un minuto. Habría sido demasiado bonito para ser verdad, pero al menos se intentó, se dio todo, pero no pudo ser. Marcó la diferencia la gran eficacia cara a gol de Haaland, pero el Sevilla hizo una eliminatoria muy digna, siendo bastante superior al Borussia Dortmund en gran parte de la eliminatoria.

Por cierto, el Borussia no es sólo Haaland. Tiene una plantilla extraordinaria: Jadon Sancho, Marco Reus, Reyna, Hummels, Hazard, Emre Can, Guerreiro, Dahoud, Akanji… Meunier es incluso suplente. Vamos, un plantillón.

Ahora ya sólo queda lamerse las heridas, recuperarse físicamente y ponerlo todo en la Liga. No será nada fácil mantener la cuarta plaza, puesto que la Real Sociedad está apretando de lo lindo y tiene una gran plantilla. No descarto incluso al Betis. Y no lo descarto porque está enrachado y le sale absolutamente todo. Gana aunque no lo merezca. Si le ganamos el derbi, donde por supuesto el Sevilla es favorito –aunque eso no sirve para nada, sólo para las casas de apuestas–, prácticamente lo dejamos desahuciado, pero si es al revés… Por tanto, el próximo partido es de vital importancia, como lo son el resto de partidos que siguen. Ya no hay tregua hasta el final.

Sevilla FC 3 – Krasnodar 2. Primera parte de pesadilla, segunda parte de épica

Increíble partido de Champions el que hemos visto esta noche. En los primeros minutos, donde el Sevilla apabullaba a un Krasnodar que ponía el autobús en el área, parecía que era cuestión de tiempo que el Sevilla inaugurara el marcador. Y todo parecía indicar eso cuando el árbitro señaló un penalti que luego corrigió el VAR. Yo creía que iba a señalarlo por manos del defensor ruso, pero al final quedó en nada. Y poco después saltó la sorpresa, pues en una contra Koundé se vio obligado a hacer falta, dado que había un rival solo en el segundo palo. La ejecución de la falta fue, sencillamente, perfecta, un verdadero golazo el de Suleymanov. La puso en la misma escuadra. Imposible para Vaclík y para cualquier portero.

Cuando aún no se había recuperado el Sevilla del golpe, llego otro más fuerte. El que casi nunca falla, Koundé, no fue capaz de controlar un balón fácil, se le escapó y cuando fue a despejar, se le adelantó Berg. Koundé fue a despejar el balón y despejó la pierna del jugador ruso. Penalti claro. Que transformó Berg también a la perfección. Vaclík se estiró muy bien, pero no pudo llegar al disparo fuerte, raso y ajustado de Berg.

Se ponía el panorama negrísimo, más negro que la camiseta del Krasnodar. Era el momento de arriesgar. Y Lopetegui lo hizo, pues retirar a nuestro mejor central siempre es un riesgo, pero probablemente se vio obligado a ello porque tenía ya una amarilla e iban a quedar muchos espacios atrás.

Poco después llegó el buen gol de Rakitic, cabeceando un magnífico pase de Jordán.

Cuando parecía que el partido iba a llegar al descanso con el 1-2, llegó una jugada desgraciadísima, ya que Navas no llegó a despejar el balón, golpeando a un jugador ruso, y fue expulsado.

Verdaderamente, parecía impensable que un equipo con tan poco gol como el Sevilla fuera capaz de hacer tres goles y no encajar ninguno en sólo 45 minutos, con un jugador menos, y sin contar con los dos mejores jugadores de la plantilla, que son, a mi juicio, Jesús Navas y Koundé.

Sería un milagro, y de los gordos, que el Sevilla remontara el partido. Pero el milagro sucedió. Y para ello fue preciso que se dieran varias circunstancias: una pizca de suerte, ya que el fallo de Caio, dando lugar el empate, fue tremendo; y el acierto de cara a puerta, puesto que En-Nesyri enchufó a la red las dos ocasiones que tuvo. El marroquí fue el héroe del partido, y su doblete le vendrá de perlas para mejorar en confianza.

Lo que quedaba era aguantar estoicamente los veinte minutos que quedaban, alargue incluido, para lograr la hazaña. Y se hizo, aunque con mucho sufrimiento. Pero los centrales consiguieron despejar todos los centros al área y pases en profundidad del Krasnodar.

Debutó Rekik. Ya sólo queda por hacerlo Idrissi. A ver si se recupera de su interminable lesión.

La victoria de hoy es importantísima. No sólo porque nos deja bastante de cara la clasificación, al lograr siete puntos en tres partidos, sino porque cambia la dinámica de derrotas y de infortunio. Y eso puede ser importantísimo para afrontar el duro partido que nos espera el sábado ante el Osasuna.

Bayern Munich 0 – Sevilla FC 0. El Bayern no cometió el mismo error que el Manchester United

El Sevilla puso ayer fin a su brillante recorrido en la Champions League, competición donde, lamentablemente, estará, como mínimo, una temporada ausente.

Había que remontar un resultado muy adverso, que obligaba a marcar al menos dos goles, y eso para este Sevilla es muchísimo. Quizás si el árbitro nos hubiera pitado el penalti, por manos dentro del área, o aquel cabezazo de Correa a la escuadra hubiera entrado, como sí hizo ante el Cádiz –habría sido un gol calcado–, o hubiéramos aprovechado algunas de las contadas ocasiones que tuvimos, habríamos tenido una posibilidad de dar la sorpresa. Pero la mayor dificultad que se encontró el Sevilla en tierras bávaras es que el Bayern no cometió el mismo error que llevó al Manchester United a la eliminación: el exceso de confianza. En Manchester, desde el mismo momento en que se conoció que el Sevilla sería, ya se veían en Cuartos de Final. Sin embargo, al Bayern esta eliminación le sirvió de aviso, y tanto en el partido de ida, como en la vuelta, tomaron muchas precauciones. En ningún momento hicieron declaraciones prepotentes, ni se vieron claros vencedores. Se esforzaron al máximo y mostraron mucho respeto por el Sevilla, tanto que ni en su propio estadio salieron con la intención de sentenciar la eliminatoria por la vía rápida, sino que tenían como máxima prioridad el mantener la portería a cero. De modo que el Sevilla se encontró con muchas dificultades para sorprender a la contra, pues apenas encontró espacios, salvo en un par de entregas fallidas de los jugadores alemanes.

Tampoco ayudó que nuestros jugadores de ataque estuvieran muy desacertados. Sarabia y Correa estuvieron desaparecidos, así como Vázquez, con lo que apenas llegamos a asustar al Bayern. Ben Yedder volvió a jugar solo en punta, lo que no le viene nada bien. El francés no tiene cualidades para ser el único delantero. Ya que había que marcar un par de goles, creo que habría sido acertado por parte de Montella el haber jugado con dos delanteros, o al menos, haber puesto en la banda izquierda a Muriel o a Sandro, que es un jugador que se ha mostrado muy voluntarioso cuando ha salido, y además es muy rápido y tiene desborde.

Sin embargo, en defensa el equipo estuvo muy bien, de ahí que el Bayern no consiguiera hacer ningún gol, lo cual tiene muchísimo mérito. Soberbio también el partido de David Soria, muy seguro en todo momento. Como siga así, le va a ser imposible a Sergio Rico recuperar la titularidad.

El árbitro fue bastante casero, ya que tuvo diferente criterio a la hora de mostrar las tarjetas. De gatillo rápido cuando las faltas las hacía el Sevilla, y todo lo contrario cuando las hacía el Bayern.

Es una lástima la eliminación, sobre todo porque el Bayern no ha sido mejor, pero se le puso la eliminatoria muy de cara con los dos goles en propia puerta de la ida. Hay que quedarse con el buen papel realizado en esta competición tan exigente, donde se ha recaudado muchos millones de euros y se ha ganado en prestigio, pues no es moco de pavo salir imbatido de Anfield, Old Trafford o el Allianz Arena de Munich.

Ahora, a ver si somos capaces de ganar al Villarreal, porque, en mi opinión, la temporada sería un fracaso si no logramos estar en Europa la próxima temporada. Mejor hagámoslo por la vía fácil, que es la Liga, y no confiemos en la vía difícil, es decir, vencer en la final de la Copa del Rey al todopoderoso Barcelona de Messi

Manchester United 1 – Sevilla FC 2. Saca a Ben Yedder, saca a Ben Yedder…

“Saca a Ben Yedder”. Eso es lo que me llevé diciendo ayer durante casi todo el partido. No sólo porque soy de los que están absolutamente convencidos de que Ben Yedder debe ser titular indiscutible en este equipo, sino porque el Sevilla estaba haciendo un buen partido, muy serio, controlándolo a todos los niveles, pero cuando llegaba arriba no hacía nada de daño. Y era lógico, porque tanto Muriel como Mudo Vázquez, nuestros jugadores más adelantados, hicieron un partido desastroso, tanto en el pase como en la definición –Vázquez se salva porque aporta trabajo y tácticamente es bueno–, siendo incapaces de poner a prueba a De Gea ni una sola vez. Se llegaba a las inmediaciones del área con peligro, pero una vez allí, o hacíamos algo parecido a los ensayos de rugby, o tirábamos desviado.

 Y no se puede ir con balas de fogueo a la guerra. Claro que no. Por eso celebré la entrada al campo de Ben Yedder, porque es evidente que es nuestro mejor delantero. No lo digo yo, lo dicen sus cifras, sus estadísticas. Y éstas dicen que tiene mejor promedio de goles que delanteros históricos, como Luis Fabiano, Kanouté, Gameiro… ¿Que podría ser más veloz? ¿Que podría ser más alto? Pues sí. ¿Qué falla goles cantados, como en Moscú o ayer mismo, perdonando el tercero? También, pero eso le ocurre a todos los delanteros. Y por eso precisamente no es uno de los mejores delanteros del mundo, pero sí es nuestro mejor delantero, con diferencia.

Después de este panegírico dedicado al franco-tunecino, decir que me gustó mucho el planteamiento y el juego de mi equipo. En mi opinión, al igual que ocurrió en la ida, el Sevilla fue bastante superior al Manchester United, con un espectacular trabajo en defensa y en el centro del campo, con el único hándicap de que daba la impresión de que el Sevilla tenía demasiado respeto al United y que, en cuanto éste se le perdiera, en cuanto el Sevilla se olvidara de que el Manchester es el equipo más rico del mundo y de que se gasta una auténtica barbaridad de dinero en fichajes, podría ganar el partido. Y así fue.

Lo que no me gustó nada fue la exhibición que hicieron los franceses del equipo. Increíble el partido que hicieron Lenglet –que amargó a la mole Lukaku–, Nzonzi y Ben Yedder. Y no me gustó en el sentido de que la exhibición la hicieron en el gran escaparate del mundo del fútbol, la Champions League, y a buen seguro que habrán tomado buena nota tanto Deschamps  –eso no me importa tanto—como los Directores Deportivos de los equipos más pudientes del mundo. Y eso es un serio problema, si tenemos en cuenta que las cláusulas de rescisión de estos jugadores son bajísimas para esos equipos. Es decir, que nos va a ser casi imposible retener a nuestros mejores jugadores, como nos viene ocurriendo habitualmente. Debemos encontrar una solución a esto, porque la renovación obligada de la plantilla nos impide tener continuidad, formar una base fuerte con jugadores de calidad. El primer paso, desde luego, es poner las cláusulas de rescisión lo más alta posibles, y el segundo es el más complicado: conseguir éxitos deportivos, los cuáles llevan al éxito económico, necesario para poder mantener altas fichas.

También hicieron un trabajo excepcional el resto de jugadores de la defensa: Mercado, Kjaer y Escudero. Sergio Rico hizo de salvador con un par de paradones. No pudo hacer nada en el gol, donde fue fusilado a corta distancia por Lukaku.

Uno de los pocos detalles negativos del partido fue la tarjeta amarilla que vio Banega, algo absurda, por innecesaria, y que le impedirá jugar el primer partido de Cuartos de Final. Sin duda, una baja importantísima.

El éxtasis llegó, como es lógico, con los goles de Ben Yedder. El primero propio de un goleador nato, librándose del defensa y ajustando el tiro al máximo, fuerte y raso, poniéndolo imposible para De Gea. Y el segundo de oportunismo, con un cabezazo que entró por poco, pero lo suficiente para que lo vieran los árbitros.

El árbitro no estuvo mal, pero lo vi muy casero a la hora de mostrar las tarjetas, perdonando varias, bastante claras, a los locales.

Donde ya me quedo sin palabras es a la hora de referirme a nuestra afición. Verdaderamente impresionante, hasta el punto de que, por televisión, parecía que estábamos jugando en el Ramón Sánchez Pizjuán. Sólo se oía a nuestros aficionados, durante todo el partido.

Ahora toca disfrutar de unas horas del partidazo del histórico partidazo de ayer. Y no es para menos, porque hacía 60 años –que se dice pronto—que no alcanzábamos unos Cuartos de Final de la máxima competición europea. Pero ojo, porque en pocos días vamos a pasar del mítico Old Trafford, el llamado “Teatro de los Sueños”, a Butarque. Con todos los respetos para el Leganés, el cambio es total. En Old Trafford no era necesario ganar para conseguir el objetivo. El domingo, sin embargo, todo lo que no sea ganar será un fracaso, porque nos están pisando los talones un par de equipos (Villarreal y Gerona) y después hay otros que, aunque están algo apartados, no están tan lejos (Betis, Eibar y Celta). Tenemos que recibir aún a Madrid y Barcelona, y no nos podemos dormir en los laureles. Ya que no podremos jugar Champions la próxima temporada, hay que estar obligatoriamente en la Europa League.

Sevilla FC 0 – Manchester United 0. Empate que deja la eliminatoria bastante complicada

Buen partido el realizado ayer por el Sevilla, aunque tuvo muy poco premio, pues el empate obligará al Sevilla a estar al máximo nivel, tanto en defensa como en ataque, para pasar la eliminatoria.

Los dos equipos se mostraron mucho respeto durante todo el encuentro. Los de Mourinho jugaban con las líneas muy juntas, al igual que el Sevilla, y no pudieron disfrutar de espacios para salir al contragolpe, excepto al final, cuando ya el cansancio hizo mella en los jugadores del Sevilla, y cuando se intentó conseguir el tan ansiado gol que pusiera la eliminatoria más de cara.

El Sevilla tuvo infinidad de ocasiones de gol y atosigó por momentos al Manchester, con continuos saques de esquina –hasta 12–, pero siempre se impuso la defensa inglesa o un espectacular De Gea, que tuvo intervenciones de mucho mérito, como el paradón que le hizo a Muriel en la última ocasión de la primera parte. El colombiano cabeceó a placer, aunque, lamentablemente, al alcance de De Gea, y sus reflejos hicieron el resto. Quizás fuera esta la ocasión más clara del partido.

Una lástima que el Sevilla siga teniendo problemas con el gol, porque de estar algo acertados de cara a puerta, el Ramón Sánchez Pizjuán, que ayer se vistió con sus mejores galas, se habría convertido en un manicomio. Por eso no se entiende que nuestro mejor goleador, Ben Yedder, no jugara ni un solo minuto. Está claro que Montella prefiere a Muriel y a Sandro antes que al franco-tunecino, a pesar de que ha marcado 17 goles en 30 partidos.

Tampoco entiendo que Montella apure tantísimos los cambios. Me desespera, y supongo que a los jugadores a los que obliga a calentar tanto tiempo, aún más. No hizo el primer cambio  hasta el minuto 85 de partido. Pero es que el segundo no lo hizo hasta el 89, y prescindió del tercero. Desde mi punto de vista, es inexplicable, sobre todo porque había tres jugadores recién salidos de lesiones musculares y varios jugadores daban muestras de estar agotados en la recta final del partido.

El United dio algún susto, como un remate de Lukaku, tras un sensacional pase de Alexis, que se fue alto. Ayer los centrales tuvieron muchísimo trabajo, y muy meritorio, porque marcar a Lukaku debe ser una experiencia muy desagradable. Parece más un jugador de fútbol americano. Es una auténtica mole que es difícil de parar, tanto cuando juega de espaldas como en velocidad.

En general, todos los jugadores hicieron un gran partido, pero destacaría a Navas, quizás el mejor, y a Banega. El palaciego ha mejorado mucho físicamente. Se le ve más rápido y, por tanto, con más desborde. Se ha hecho dueño indiscutible del lateral derecho.

Lo más valioso que consiguió ayer el Sevilla fue mantener la portería a cero. Es la esperanza que tenemos de sobrevivir a Old Trafford, donde, teóricamente, vamos a sufrir de lo lindo, dado el potencial de los ingleses. De marcar allí, y si conseguimos mantener la fortaleza defensiva, podemos poner en muchos apuros al Manchester United,

Pero para eso aún quedan tres semanas. Y eso en fútbol es toda una eternidad. Creo que son cuatro partidos de Liga los que hay que disputar hasta entonces, y no son nada fáciles. Ahora es cuando llega la verdadera prueba de esfuerzo de la plantilla: muchos partidos, poco descanso, y ante rivales muy exigentes.

El primero llega el domingo, y es el Atlético. Vital para que la próxima temporada podamos volver a vivir lo de ayer.  La Champions engancha. Hay que darlo todo para conseguir esa cuarta plaza que ahora parece inalcanzable.

Maribor 1 – Sevilla FC 1. Clasificados, pero habrá que mejorar mucho para tener opciones de pasar a cuartos

Mal partido del Sevilla ayer en Eslovenia. Se logró el empate, que era lo mínimo exigible, pero, a decir verdad, yo esperaba una victoria, porque considero que el Sevilla es, o debería ser, inmensamente superior al Maribor, por muchos internacionales que tenga. Tampoco es que sean «unos mataos», pero el Liverpool les metió siete en Inglaterra, y nosotros tres en el Ramón Sánchez Pizjuán. De ahí mi decepción con el partido de ayer, donde, dicho sea de paso, tiramos por la borda casi un millón de euros, que es la diferencia entre empatar y ganar en la Champions League.

La primera parte no hubo donde cogerla. Lo mejor fue que sólo nos marcaron un gol, pero pudieron ser más. Como suele ser habitual, el equipo rival no debe hacer gran cosa para crearnos peligro, y en el primer contragolpe nos marcaron. Fue una buena jugada por la banda derecha, con un centro perfecto, con una velocidad y altura que hizo que fuera imposible de atajar por Sergio Rico. Pero lo que no se puede permitir es que el único delantero del equipo esloveno rematara completamente solo en el segundo palo. Esos fallos de marcaje no se pueden cometer en un equipo de primer nivel.

El Sevilla, durante toda esa primera mitad, hizo un fútbol muy simplón, horizontal y lentísimo, con lo que el Maribor, que se encerró descaradamente, con la única intención de sorprender al contragolpe, no pasó ningún apuro para mantener su portería a cero.

En la segunda parte cambiaron algo las tornas, sobre todo a raíz de la entrada de Ganso, que es uno de los pocos jugadores que tenemos en la plantilla capacitado para desenmarañar la red que había trenzado el Maribor, con las líneas muy juntas y con constante presión. Y además de su extraordinaria visión de juego, el brasileño también tiene gol. Ve puerta con facilidad, y ayer no fue una excepción, aunque mucha parte de culpa la tuvo el veterano guardameta Handanovic, que se tragó el balón.

Partido con mucha posesión de balón, pero que no sirve para nada, porque, a veces, se pierde en posiciones peligrosas ,y además se abusa del juego horizontal, con lo que se crean muy pocas ocasiones de gol.

Lo que sí tengo muy claro es que el Sevilla deberá reforzarse bien en enero si quiere tener opciones de pasar a cuartos de final, sobre todo en defensa. En mi opinión, es fundamental fichar un central de calidad, con buena salida de balón y que tenga velocidad, ya que jugamos con la defensa muy adelantada y un equipo de calidad media-alta nos fulmina al contragolpe, como ya han demostrado el Spartak de Moscú, el Liverpool y ayer el Maribor. Si no reforzamos la línea defensiva, será casi imposible superar a los posibles rivales que nos pueden tocar en el sorteo del lunes. Mi orden de preferencia sería el siguiente: Besiktas, Roma, Tottenham, Manchester United, Paris Saint Germain y Manchester City.

Pero vamos, que está claro que nos va a tocar la Roma de Monchi, Perotti y Fazio (o Facsio, como diría el maestro Araujo).

Sevilla FC 2 – Spartak de Moscú 1. A un difícil paso de la clasificación

Buen partido y buen resultado, que deja al Sevilla a un solo paso de la clasificación. Eso sí, será un paso complicado de dar, porque consiste en ganar al Liverpool, que tiene un equipazo y es el actual líder del grupo. Esta situación me recuerda a la temporada pasada, donde teníamos que vencer a la Juventus, y, lamentablemente, perdimos. Injustamente, con una penosa actuación arbitral de por medio, pero perdimos, y nos lo tuvimos que jugar todo en el último partido. Así que esperemos que la historia no se repita.

El pasito de ayer tampoco es que fuera fácil, porque el Spartak volvió a demostrar que tiene varios jugadores de mucha calidad –no es el campeón de Rusia por casualidad– y que funciona muy bien como equipo, con continuos apoyos y desmarques, intentando jugar siempre al primer toque.

El partido pudo ponerse de cara muy pronto, en los primeros minutos, pero Banega, solo ante el portero, la tiró fuera. Después llegarían ocasiones con cuentagotas, porque el Sevilla era muy consciente de que el principal peligro del Spartak era su contragolpe, siendo muy precavido con la posesión del balón, y además el equipo ruso se encerraba bien, con orden. Y, por supuesto, el Sevilla reincidía en su manía de no querer tirar a puerta, llegando a ser algunas veces desesperante. Como cuando Nolito se quedó justo en la frontal del área, en inmejorable posición para tirar, y no lo hizo en primera instancia, escorándose más, innecesariamente, para cruzar demasiado el balón y desaprovechar una oportunidad de oro.

La primera parte fue de total dominio sevillista. La única ocasión de los visitantes fue a continuación de haber conseguido el Sevilla el 1-0, a raíz de un córner, donde Sergio Rico tuvo que estirarse de lo lindo para despejar el buen golpe franco ejecutado por el brasileño Fernando.

La segunda parte ya fue otro cantar, pues el Spartak se estiró más. Sin embargo, sólo empezó a inquietar al Sevilla a partir de que Banega marcara el segundo gol. O, más bien, golazo, porque la rosca con que Banega puso el balón en la escuadra, desde fuera del área, es para que lo pongan como ejemplo en las escuelas de fútbol.

La salida del campo de Banega, por lesión, le dio vida al Spartak, que, además, no tenía ya nada que perder, yendo arriba con todo. Eso provocó que también el Sevilla tuviera opciones de sentenciar el partido, como la que tuvo clarísima Ben Yedder, y que fue sacada bajo palos por un defensa, cuando gran parte del balón había entrado.

Poco después llegaría el gol que daría intranquilidad a la grada y jugadores blancos, en una jugada muy bien trenzada por los rusos, con velocidad y profundidad. Sergio Rico hizo su segundo paradón de la noche, pero no sirvió para nada, porque el caboverdiano del Spartak, Zé Luis, cogió el rechace y sólo tuvo que empujar el balón al fondo de la red.

Quedaban 17 minutos de angustia, con el añadido incluido, pero el oficio de los jugadores y el empuje de la grada fue suficiente para que no se produjera un empate que nos habría complicado mucho la clasificación.

Por la rueda de prensa de Berizzo, parece que el Sevilla está condenado a jugar con el doble pivote. Un sistema que a mí no me gusta nada, ya que preferiría ver al Sevilla jugar con dos delanteros, y una línea de cuatro por detrás formada por Correa, N’Zonzi, Banega y Sarabia. Pero no creo que llegue a verlo, ni siquiera ante el Cartagena en Copa del Rey. De igual manera que me gustaría ver más a Ganso. Será mejor que espere sentado.

 

 

 

 

Sevilla FC 2 Basaksehir 2. Un gran sufrimiento y una gran satisfacción

Partido muy trabajado el que empató ayer el Sevilla. Empezamos fuerte, creando ocasiones y perdonando la vida. Dos ocasiones falladas, ambas clarísimas, por parte de Correa y Ben Yedder. Los turcos empezaron a tocar y a  inquietar, sobre todo a balón parado. Hasta que llegó el 0-1, tras una rápida combinación por banda y centro al área, que remató a placer Elía, quien le había ganado la posición a un Mercado que anduvo bastante torpe en esa jugada. Lo mejor que hizo el argentino fue un fuerte disparo que se estrelló contra el poste, cuando parecía que entraba.
El Basaksehir me pareció muy buen equipo, muy técnico y con unos automatismos que harían babear al mismísimo Emery. Tiene tres o cuatro jugadores muy interesantes, de calidad contrastada, como Elia, Adebayor, Visca o el número cinco –creo que Emre–, que era el encargado de distribuir juego y sacar todos los balones parados. Este jugador pudo tirar nuestras esperanzas Champions por la borda, de no haber repelido el poste su disparo, a tan sólo dos minutos del final.
Tácticamente, nos ganaron la partida durante buena parte del encuentro. Entre que tocaban bien el balón, presionaban muy arriba y con eficacia, y que el centro del campo Banega-Pizarro-N’Zonzi no acaba de cuajar, nos pusieron en apuros en la zona media, costándonos mucho crear ocasiones de gol.
Sin embargo, Navas se las apañó para sacar un centro perfecto, que remató a placer Escudero en el segundo palo.
Después llegaría el 2-1, que daría algo de tranquilidad y eliminaba cualquier posibilidad de prórroga. Fue en un contragolpe bien llevado por Nolito, y perfectamente finalizado por Bien Yedder, que al igual que Escudero, logró su segundo gol en la eliminatoria y, a la postre, la que nos daría el pase a la fase de grupos.
El final del partido fue infartante y angustioso. Primero porque el Basaksehir logró empatar, a falta de ocho minutos, en fuera de juego que no vio el linier. Y después por la falta directa, antrs reseñada, que no entró de milagro.
Me preocupa la fragilidad defensiva que está mostrando el equipo. Hecho en falta un central de categoría que tenga velocidad. Los que entienden de esto –Berizzo y Arias– dicen que no es necesario. Ojalá tengan razón, pero yo creo que en el mercado de invierno estaremos buscando un central.
Se pasó la eliminatoria, que era lo importante. Ahora, a esperar rivales y a disfrutar, un año más, de la Champions League.

Tocó el Basaksehir turco, un rival de dificultad media que no debería ser obstáculo

El Sevilla ha tenido relativa suerte en el sorteo celebrado en el día de hoy en Nyon. Por un lado, evitamos a los dos equipos más complicados, como eran el Niza y el Hoffenheim, pero, por otro, tampoco nos enfrentaremos a los objetivos más fáciles del bombo: Young Boys y el antiguo Steaua de Bucarest.

Así pues, nos tendremos que ver las caras con un equipo que no será ninguna perita en dulce, ya que ha estado a punto de ser campeón de la liga turca, quedando por delante de equipos consagrados, como Galatasaray y Fenerbahçe. Sin embargo, si se hacen las cosas medianamente bien, el equipo turco no debería evitar que el Sevilla estuviera en la fase de grupos de la Champions League.

Ahora bien, tengo clarísimo que, para que haya final feliz, será imprescindible respetar al rival, en el césped y desde la grada. Aquí somos muy dados a despreciar a los rivales, y ése es el primer paso para darnos un batacazo, volviéndose a repetir la mala experiencia que tuvimos con el Braga hace unos años.

Tropezar con la misma piedra sería un error terrible, sobre todo cuando se está conformando un plantel muy competitivo, a falta de un lateral izquierdo y un tercer delantero.

Según he leído, el Basaksehir es un equipo conformado por jugadores muy veteranos, con una media de edad que ronda los 31 años. Muchos de ellos pertenecieron a equipos de primer nivel, como Adebayor, Clichy, Elia o Inler. También destaca el internacional bosnio Eden Visca, que juega por la derecha y es bastante peligroso. Así que más nos vale que, al menos, tengamos al lateral izquierdo antes de los enfrentamientos con los turcos, porque no tenemos alternativa de garantías ante una posible lesión de Escudero, como ya se vio en el partido ante el Arsenal.

Me ha gustado que el partido de vuelta sea en casa. Si se diera un mal resultado en la ida, es preferible una remontada con el factor campo a favor.

En resumen, el Basaksehir es un rival teóricamente inferior, pero que, como nos confiemos, nos dejará en la cuneta, como hizo no hace mucho el Leicester City. Y eso sería un importante paso atrás para un club como el Sevilla, que busca afianzarse en la máxima competición del fútbol europeo.

Leicester 2 – Sevilla FC 0. A la Champions no se puede ir de pardillo

Pues se acabó la Champions League para el Sevilla FC, una competición muy exigente y que no perdona a equipos que van de pardillo.

Porque de pardillo es perdonar en la ida a un rival y encajar un gol, más que evitable, en la recta final del partido.

De pardillo es fallar dos penaltis, uno en cada partido, y, además, de la forma cómo se han fallado: tirando flojo y por el centro.

También es de pardillo, teniendo que hacer un gol en Leicester, dejar en el banquillo a Jovetic, que es uno de los jugadores ofensivos de más calidad que tenemos, si no el que más.

De pardillo es no ir a por el partido de ayer desde el principio. La primera ocasión de Nasri fue solo un espejismo. Después el equipo fue a verlas venir, y una vez encajado el primer gol, que nos eliminaba, todo era más complicado. El que marcara primero tenía mucho ganado, y fue el equipo inglés.

De pardillo fue encajar el segundo gol tontamente. Rami, de forma no forzada –pudo despejar a córner o banda–, despejó al centro del área, que es precisamente donde no se debe despejar nunca. No sé en qué estaría pensando un jugador internacional y de la experiencia de Rami, pero Albrighton no desperdició el regalo.

De pardillo fue no sustituir a Nasri en la segunda parte, cuando no estaba aportando absolutamente nada. Ralentizaba el juego, jugaba andando, sin chispa, parecía desganado, estaba desacertado y tenía tarjeta amarilla –absurda tarjeta amarilla–. El Nasri de antes de Navidad merecía ser titular siempre, el de después de Navidad no merece serlo nunca. No sé qué le inyectaron en la famosa clínica, pero parece otro jugador.

De pardillo fue caer en la provocación de Vardy. Nasri podría ser nombrado Pardillo Mayor del Reino por eso. Aunque en realidad no le hizo nada, teniendo ya una tarjeta amarilla, es de tontos siquiera encararse con un jugador que va buscando expulsarle. Con la mala suerte además de que el árbitro de turno no supo, o no quiso, ver que Vardy simuló la agresión.

De pardillo fue, necesitando marcar un gol, quitar a nuestro mejor delantero, que es Ben Yedder. Él y Jovetic deben ser titulares siempre, porque además se complementan bien. Y también habría que haber tenido en cuenta que, por lo visto, Ben Yedder es el único capacitado para transformar un penalti en la plantilla.

De pardillo fue quitar a nuestro mejor central, Mercado, cuando además se estaba incorporando bien al ataque y va bien por alto. Sus compañeros de River Plate le llamaban «El hombre de los goles importantes». Pienso que era Pareja el que tendría que haber sido sustituido, porque no estaba haciendo un buen partido. Me sorprendió que ni siquiera tirara una falta peligrosa que, en su lugar, acabó lanzando Rami bastante mal.

Igual también es de pardillos considerar, como leía ayer en las redes sociales, que el Leicester es inferior al Sevilla. No sé si es muy acertado considerar inferior a un club que nos supera ampliamente en ingresos y que ha ganado la Premier League, que es el mejor campeonato del mundo, con diferencia. Porque el Leicester no es sólo Vardy y Mahrez, aunque hayan sido ellos, junto con Schmeichel, los que hayan decidido la eliminatoria. Quizás si hubiéramos tenido todos más respeto por el rival, nos habría ido mejor. Y tampoco habría estado mal tener un poco de más suerte, porque el 1-0, obra de Morgan, fue casi sin querer, y los palos han sido un handicap más, en ambos partidos.

Lo que sí tengo claro es que el Sevilla aún tiene mucho que aprender en la máxima competición europea. Y que, desde luego, en la Champions, a estas alturas, no hay lugar para los pardillos.

Espero que podamos volver a disfrutar de esta competición la próxima temporada y que no tropecemos en la misma piedra.

 

 

 

Tocó el Leicester. ¿Una perita en dulce?

Obviamente, el Leicester no es ninguna perita en dulce. Sería absurdo ponerle ese calificativo cuando ha quedado primero en su grupo y, además, es el vigente campeón de la Premier League.

Ahora bien, entre los posibles rivales estaban el Ársenal, Nápoles y el Borussia Dortmund. Los tres equipos están plagados de buenos jugadores, pero, sobre todo, en mi opinión, los alemanes eran el principal objetivo a evitar. Y es que el Borussia tiene individualidades de mucha categoría y que te deciden el partido en un visto y no visto. De hecho, están disputándole el título al todopoderoso Bayern de Munich. Por tanto, se puede considerar que hemos estado afortunados en el sorteo. Pero sería un terrible error que eso nos llevara a un exceso de confianza.

Si llega ese exceso de confianza sería reincidente, porque no deberíamos olvidar que ya nos eliminó el CSKA de Moscú y el Fenerbahçe. Y si no recuerdo mal, el Ramón Sánchez Pizjuán no estaba lleno en ninguna de las dos ocasiones. Y en un partido de ese nivel, tendría que haber estado hasta la bandera y haber sido una olla a presión.

Por cierto, me ha llamado la atención las palabras de Ranieri. El técnico argentino, tras alabar al Sevilla, ha dicho que si equipo nunca es favorito, entiendo yo haciendo referencia a que el Leicester aún no tiene un gran nombre en Europa. Y eso puede hacerlo incluso más peligroso, porque lo que está claro es que sigue teniendo un buen equipo, aunque quizás esté echando en falta el equilibrio que daba Kanté.

Otro punto a tener en cuenta es que los partidos serán en febrero y marzo. Es decir, que habrá un mes para que ambas plantillas cambien. No quiero pensar por ejemplo, que llegue un club ricachón y pague la cláusula «irrisoria» de 30 millones de euros. En todo caso, el Leicester, o cualquier equipo inglés, es mucho más fuerte económicamente que nosotros.

Probablemente, el partido se decidirá en la vuelta, pero si queremos tener posibilidades de pasar a Cuartos de Final, tendremos que jugar a un gran nivel y llevar alguna ventaja, aunque sea mínima.

Bonita eliminatoria, donde estará en juego mucho dinero y prestigio. Como para perdérsela.

Olympique de Lyon – Sevilla FC. En juego, estar entre los mejores de Europa

En el partidazo de esta noche nos jugamos, nada más y nada menos, que conseguir uno de los objetivos marcados por la institución: superar la fase de grupos de la Europa Champions League y estar entre los dieciséis mejores equipos de Europa.

Ya sabíamos que no iba a ser fácil de conseguir, porque la Champions es una competición muy exigente, pero sí es verdad que a estas alturas todos esperábamos que el partido de hoy fuera un mero trámite. No lo será por el extraño gol que encajó la Juventus en su propio estadio ante el Lyon –rarísimo que un equipo con la calidad y experiencia que tiene en defensa y portería encaje un gol en una falta sin demasiado peligro en la recta final del partido– y por el desastroso arbitraje, del inglés Mark Clattenburg, que tuvimos que sufrir en el Ramón Sánchez Pizjuán ante la propia Juventus.

Así que habrá que poner toda la carne en el asador e ir a por el partido desde el principio. Las posibilidades de éxito las veo al 50%. Es cierto que al Sevilla le basta incluso con una derrota mínima, pero también hay que tener en cuenta que el Olympique de Lyon jugará ante su público, en un estadio lleno, y no se puede obviar que es un gran rival, con jugadores muy importantes, como Gonalons, Tolisso, Grenier, Darder –cuidado con su disparo lejano–, Fekir, Valbuena y, sobre todo, Alexandre Lacazette, su máxima figura. Ya el Lyon nos dio muchos problemas en nuestro estadio y les faltó Lacazette, aunque Cornet también nos dio algún susto.

El Sevilla tendrá otro handicap: Sampaoli no podrá sentarse en el banquillo, por sanción, aunque confío en que esto no será problema y no quedemos en manos de Lillo.

Por otra parte, podremos contar con nuestro equipo de gala. Por fin, no será de la partida Franco Vázquez, sancionado. Creo que merece un banquillazo desde hace tiempo. Me gustaría que su sustituto fuera Ben Yedder, o bien que jugara el francés en lugar de Vietto, pero me da a mí que Sampaoli se decidirá a alinear a Iborra, para liberar a Nasri de tareas defensivas. Por cierto, si como dice Sampaoli, Nasri no está en el estado de forma ideal, pienso que no debería jugar, ya que el partido será muy exigente. Yo, al menos, espero un partido «a cara de perro».

En Francia son optimistas por varios motivos, aunque son conscientes de la dificultad: porque el estadio estará a reventar, porque el Lyon ya ha realizado varias «hazañas» con anterioridad, por la facilidad goleadora que están mostrando últimamente y, la más peculiar: porque el Sevilla tiene un idilio con la Europa League.

No estar en octavos sería un duro revés, pero nos daría paso a otra ilusionante competición, la Europa League, donde seríamos uno de los favoritos y donde tendríamos otra vía para clasificarnos para la Champions League. Esperemos que no sea el caso y podamos estar en Octavos de Final.

 

Sevilla FC 1 – Juventus 3. Clattenburg nos privó de ver un gran espectáculo

Imposible hablar del partido sin hacer referencia a Clattenburg, un invitado inesperado que apareció en la fiesta que se celebraba en el Ramón Sánchez Pizjuán y que se cargó el partido bien pronto, en el minuto 35 expulsando a Vázquez por doble amarilla, y después, para dar la puntilla, señalando un riguroso penalti en el descuento del primer tiempo. Fue el típico penalti que hay que todos los corners, pero tuvimos la mala suerte de que sólo viera ese.

Clattenburg se ha ganado a pulso integrar la galería sevillista de los horrores arbitrales, junto a García de Loza –por sus innumerables tropelías cuando arbitraba al Real Madrid–, Iturralde –por el mangazo en Mallorca que muy probablemente nos impidió alzarnos con el título de Liga– y Mateu Lahoz — por el 2-3 del Sevilla-Barcelona en octubre de 2012.

La primera amarilla de Vázquez fue clara y merecida, pero no se habría producido si Clattenburg hubiera señalado una falta previa de Cuadrado, sensacional jugador, por cierto. Temí que le enseñara la roja a Vázquez, y no la amarilla, porque hizo la falta con la única intención de cortar el juego, con violencia, desentendiéndose del balón y en respuesta a la falta no señalada de Cuadrado. En realidad, lo que hizo el árbitro fue posponer unos minutos la tarjeta roja, porque, como se suele decir, le cogió la matrícula y poco después, en una falta normalita en el centro del campo, en una acción que no era violenta ni cortaba jugada de peligro, le mostró la segunda amarilla a Vázquez, dejando muchísimos minutos al Sevilla a merced de la Juventus y prácticamente sentenciando el partido. Si ya es difícil hacer frente a cualquier equipo jugando en inferioridad, ante uno de los equipos más potentes de Europa, poco hay que hacer.

El esfuerzo del Sevilla fue encomiable, de principio a fin. Cuando eran once contra once, el Sevilla dominó el partido y pudo incluso conseguir el 2-0, por medio de Escudero, y ya en inferioridad, lo intentó siempre, incluso cuando recibió un nuevo rejonazo de Clattenburg, con el penalti, y también cuando Marchisio conseguía el injusto 1-2.

A destacar el partidazo de Vitolo. No me explico cómo, jugándolo todo, puede hacer tal despliegue físico. No tuvo tanta suerte Mariano Ferreira, que tuvo que ser sustituido por calambres. Esperemos que sólo se queden en eso, porque es un jugador importante.

Lamentablemente, no pudimos disfrutar del gran espectáculo que hubiera sido un Sevilla-Juventus con un buen arbitraje. Estoy seguro de que habríamos visto un gran partido y ahora mismo estaríamos clasificados para los Octavos de Final. Por desgracia, tendremos que jugarnos todas las opciones en Lyon, en campo hostil y ante un gran equipo. Habrá que dar lo mejor para seguir en Champions y tener un mínimo de esa suerte que ayer nos dio la espalda. Y, por supuesto, también será imprescindible un poco de respeto arbitral.

Hay quien piensa que lo de ayer fue un escarmiento por parte de la UEFA, debido a la reyerta del lunes entre aficionados del Sevilla y la Juventus. Yo me niego a creer que eso sea así. No tiene sentido castigar a 40.000 personas y a toda una afición por lo que hacen 40 descerebrados, cuando además el club no tiene responsabilidad alguna y ha reaccionado enérgicamente ante los hechos.

En cualquier caso, ahora toca olvidar la derrota de ayer, lo antes posible y pensar desde ya en el Valencia, que seguro que nos pondrá las cosas muy difíciles para que podamos seguir manteniendo una plaza Champions.

Sevilla FC 4 – Dinamo Zagreb 0. Goleada que deja a las puertas de Octavos de Final

Como se esperaba, victoria fácil ante el Dinamo de Zagreb, por un contundente 4-0. No podía ser de otra forma, dada la debilidad el rival. Ya me dio la impresión, cuando vi el Dinamo-Sevilla, que los croatas no tendrían nivel para jugar en la Primera División Española. Creo que ayer quedó confirmado, ya que Sergio Rico fue un espectador más.

Los tres puntos no dan la clasificación para octavos porque el Olympique de Lyon dio la sorpresa al empatar en el Juventus Stadium, en la recta final del partido. Sin duda, la importante baja de Dybala habrá tenido bastante que ver, ya que es un jugador que marca diferencias. Ojalá que el argentino no esté recuperado para el día 22. La clasificación del grupo ha quedado así:

1.- Sevilla FC, 10 pts.

2.- Juventus, 8 pts.

3.- Olympique Lyon, 4 pts.

4..- Dinamo Zagreb, 0 pts.

Curiosamente, a pesar de lo que pueda parecer, el equipo que tiene más fácil y yo diría que asegurada al 100% es la Juventus, ya que el OL no puede llegar nunca a los 11 puntos, y a los italianos, aunque pierdan en el Ramón Sánchez Pizjuán, les bastaría con ganar a los croatas, que ya están eliminados matemáticamente, en el Juventus Stadium.

El equipo que tiene más complicada la clasificación es el Olympique de Lyon, ya que tendrían que ganar en Croacia –lo cual es fácil– pero un simple empate del Sevilla les dejaría sin ninguna opción. En el caso de que el Sevilla perdiera, habría que disputar un partido «a vida o muerte» en Lyon. Esperemos que no se dé este caso, pero si se da, creo que el Sevilla puede puntuar allí, aunque no sería nada fácil, pues el Lyon, como ya tuvimos la oportunidad de comprobar, es un equipo bastante fuerte. Arriba tiene jugadores rapidísimos y de mucha calidad, como Lacazette, Fekir o Tolisso, que podrían jugar en cualquier equipo del mundo.

En cuanto al partido, fue dominado, de principio a fin, por el Sevilla, y quedó sentenciado a raíz de la absurda expulsión de Stojanovic, que hizo una fuerte entrada a Vitolo, más que evitable, en el centro del campo, y, además, justo delante de las narices del árbitro, el alemán Felix Zwaye. Quedaba toda la segunda parte por delante y el Dinamo ya perdía 1-0, con gol de  Vietto, quien, a la media hora de juego, batió a Livakovic de un fuerte disparo raso, a pesar de que no tenía mucho ángulo.

En la segunda parte, el Sevilla siguió percutiendo sobre el área croata, hasta que los goles fueron cayendo con relativa facilidad. El segundo llegó tras una extraordinaria pared entre Vitolo y Escudero, que definió perfectamente –otro gran partido de nuestro lateral–. El tercero llegó en un córner, rematado por N’Zonzi, y el cuarto fue otra de Ben Yedder, a pase de Mariano.

Prácticamente, todo el equipo jugó a un gran nivel. Los defensas estuvieron perfectos, Mercado y Rami no dieron ninguna opción a sus rivales y Escudero y Mariano, además de cumplir en defensa, subieron la banda en multitud de ocasiones.

En la zona media, el Sevilla fue el dueño y señor. N’Zonzi volvió a hacer un partidazo, como ya es habitual. Además, marcó un gol. Como encima marque goles, con la cláusula tan ridícula que tiene, nos va a durar diez minutos. Entre él y Kranevitter, cortaban todo lo poquito que intentaba el Dinamo.

También me gustó el partido de Ganso, que fue todo un espectáculo. Es impresionante con la facilidad que ve el último pase y a los compañeros desmarcados. Lo vi mejor físicamente, aunque se retiró con molestias, que, según parece, se trataba de unos simples calambres.

En mi opinión, el partido era ideal para haber dado descanso a algunos jugadores que lo están jugando todo, como Mariano o Vitolo, aunque también es cierto que la goleada nos puede venir bien para una hipotética clasificación ajustada.

Lo bueno es que esta gran victoria no puede apenas disfrutarse, porque ya asoma el todopoderoso Barcelona. Que viene sin Iniesta y sin Piqué, pero sí serán de la partida Messi, Suárez y Neymar. Vaya tres.