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Valladolid 0 – Sevilla FC 3. Buena victoria en un partido que estorbaba muchísimo

El partido de hoy se las traía. Nada más ver la alineación, me echaba a temblar, pues Badé salía de inicio. Precisamente, el jugador que debía descansar, ya que lo juega todo y es fundamental en el sistema defensivo, se arriesgaba a jugar y, por tanto, a lesionarse. Por suerte, parece que no tenido ningún percance, aunque por TV dijeron los comentaristas que se llevó la mano a la ingle en la recta final del partido.

En general, ha sido un buen partido del Sevilla, que podría haber sido muy plácido de no haber sido por el lamentable arbitraje sufrido. Aunque el Valladolid también tiene motivos para quejarse, por un gol que no subió al marcador por haberse señalado el final un segundo antes de que Escudero tirara a puerta. Torpeza máxima la del colegiado. Si dejas sacar un córner fuera de tiempo, señala el final en cuanto despeje la defensa y no esperes a que rematen en una segunda jugada.

Por contra, al Sevilla, con 0-0 en el marcador, el árbitro le cortó un ataque peligroso, para atender a un jugador rival lesionado; le perdono hasta dos expulsiones al rival (una en la primera parte y otra en la segunda, por dos entradas por detrás a Pape Gueye. Esta segunda además provocó que tuviera que ser retirado en camilla, con muy mala pinta), y anuló un gol a Badé, por una supuesta falta en un salto. Falta que yo no veo por ningún lado.

Una jornada más me pregunto qué tiene que hacer un rival del Sevilla para que le expulsen a un jugador. No me lo explico. Es dificilísimo.

En cuanto al partido, el Sevilla controló buena parte, excepto el final del primer tiempo, donde pasó muchos apuros, disfrutando los locales de varias ocasiones de gol. En la segunda parte llegaron los goles. El primero, de Rafa Mir, rematando con el pecho un buen pase de Montiel; el segundo fue de Papu Gómez, regateando al portero; y el tercero de Tecatito Corona, que volvió de su larga lesión a lo grande.

Dmitrovic tuvo que emplearse a fondo con 0-1 en el marcador. No tuvo que hacer ninguna parada más de mérito, a pesar de que el Valladolid tuvo ocasiones bastante claras, una de ellas dando en el poste.

Tres puntitos que nos dejan los puestos europeos a tiro de piedra, lo que era impensable hasta no hace mucho.Ahora a pensar en el partido del jueves, uno de los más importantes de la historia, ya que nos puede situar en otra final europea. Lo que también era impensable hace unos meses. Lo que hace un buen entrenador y un buen central como Badé.

Sevilla FC 3 – Español 2. Victoria que certifica la permanencia

Victoria que certifica la permanencia y que, salvo milagro, condena al Español. El partido ha dejado claro, si no era ya lo suficientemente evidente, que hay una distancia sideral entre los titulares y los suplentes del Sevilla FC. La defensa del Sevilla sin Badé, me da auténtico miedo. Si no llega Badé en el mercado de invierno, estoy seguro de que habríamos bajado a Segunda División. Espero que el francés continúe, y junto con Gattoni, que tiene pinta de ser muy buen central, volveremos a ser aspirantes a jugar en Europa. Si se hacen las cosas medio bien, es decir, se quita morralla –que hay mucha– y se acierta en buena parte de los fichajes, seguramente, viendo el paupérrimo nivel de la Liga, tendremos bastantes posibilidades de ir a Champions.

Empezó el partido bien, con un gol algo polémico de Bryan Gil, porque el árbitro bien podría haber pitado falta de Ocampos –creo que era él–. Pero después se impuso la lógica. Con una defensa tan mala y con mayoría de suplentes, el Español dominó el partido y no le costó darle la vuelta al marcador. Y tuvimos hasta suerte, porque los visitantes fallaron algunas ocasiones bastante claras, un par de ellas teniendo como protagonista a uno de sus mejores jugadores: Joselu. Falló un mano a mano con Dmitrovic, que lanzó fuera, y un remate en plancha a placer, con todo a su favor.

Al descanso, un preocupante 1-2. Pero entraron alguno de los indiscutibles (Acuña y En-Nesyri), que junto a los jugadores importantes que perdía el Español (Darder, Denis Suárez y Melamed), pusieron el partido de cara para el Sevilla. Así, llegaron los dos goles del Sevilla necesarios para darle la vuelta al marcador, y en ambas teniendo como protagonista a Pape Gueye. En la primera, fue objeto de penalti, en una falta bastante evitable; y en la segunda, rematando un buen pase de Acuña.

El Sevilla ha estado en puestos de cola de la tabla casi toda la temporada, pero, como dije antes, el nivel de la Liga es tan bajo que incluso tiene posibilidades de ir a Europa vía Liga. Todo dependerá de lo que se haga en las cinco jornadas restantes.

En lo negativo, la lesión de Suso, que como tenga lesión muscular, como parece, se perderá algunos partidos.

Ahora a pensar en la Juventus, partidos que pueden llevarnos a soñar, siempre y cuando no se resfríen los buenos jugadores que tenemos en defensa: Acuña, Badé, Gudelj –gran temporada la suya, y más aún si tenemos en cuenta que no está jugando en su posición– y Jesús Navas.

Sevilla FC 2 – Villarreal 1. Victoria de mucho mérito

Tenía muy malas sensaciones para este partido. Hacía menos de 72 horas, el Sevilla había disputado un intenso partido ante el Manchester United, y el Villarreal no había jugado entre semana, con lo cual estaba mucho más descansado. Además, viendo el once inicial, como es lógico, Mendilíbar había decidido que era momento para hacer rotaciones. Miraba a la defensa y daba miedo: el inexperto Nianzou y en los laterales dos jugadores (Montiel y Telles) faltos de intensidad y calidad, aunque sean internacionales por sus países, lo cual es un misterio para mí. Siendo conscientes, por supuesto de que el Villarreal tiene un grandísimo equipo.

El inicio fue muy extraño, con el Villarreal tonteando en las inmediaciones de su área, lo que provocó que el Sevilla dispusiera de numerosas ocasiones de gol en estos minutos iniciales. Todas las ocasiones falladas. Esto no hizo nada más que aumentar mi malas sensaciones, ya que no es buena señal perdonar al rival, y mucho menos si éste tiene jugadores de calidad.

Parecía que el Villarreal había saltado al campo «amamonado». Y fue en una pérdida totalmente absurda de los visitantes donde se gestó el 1-0. Suso asistió a Rafa Mir, quien la puso en la escuadra. Rafa Mir deja mucho que desear en casi todos los aspectos. En lo único en que sobresale es en su disparo: fuerte y seco. En cualquier caso, creo que tuvo bastante culpa Reina, que debió cubrir mejor su palo.,

El primer tiempo habría sido redondo si un centro de Suso, que no pudo rematar Bryan Gil, no se hubiera estrellado en el poste. Un 2-0 al descanso habría estado de lujo.

En la segunda parte el Villarreal pisó el acelerador, y se veía venir el empate. El centro del campo amarillo se encargaba de dominar el partido. El Sevilla apenas podía hacer frente a la calidad y verticalidad de Yeremi Pino, Lo Celso y Parejo, y la velocidad de Chukweze. De manera que el Villarreal puso cerco al área sevillista, hasta que llegó el tan temido empate. El gol visitante fue polémico, con fuera de juego posicional, y tras revisión del VAR.

En ese mismo momento habría firmado el empate, pues veía al Villarreal muy superior y, después de todo, un empate en nuestra situación no era mal resultado. Sin embargo, el equipo resurgió tras los cambios, puesto que Mendilíbar puso toda la carne en el asador, dando juego a jugadores titularísimos, como En-Nesyri, Navas y Ocampos. Y vaya si se notó. Aunque yo seguía con el miedo en el cuerpo, y más teniendo en cuenta que entrábamos en los minutos finales, donde un error llevaría prácticamente a la derrota, afortunadamente, hubo final feliz, gracias a un córner sensacionalmente botado por Rakitic y perfectamente rematado por En-Nesyri. El marroquí volvió a superar a los defensores en uno de esos saltos que parecen sobrenaturales, ajustando el balón al poste, dejando a Reina sin opciones de atajarlo.

Quedaban un par de minutos, que fueron suficientes para que el Villarreal nos diera un buen susto, porque no llegó el 2-2 de milagro, por muy poquito, en la última jugada del partido.

Estos tres puntos parecen asegurar la categoría. Aunque no matemáticamente, nos quedan varios partidos ante conjuntos de la parte baja de la tabla, y otro con el Betis, al que casi siempre ganamos.

Próximo partido ante el Athletic Club, en Bilbao. De nuevo, un partido muy difícil, pero con Mendilíbar uno tiene la sensación de que, juegue quien juegue, el equipo competirá. Y eso es mucho.

Valencia 0 – Sevilla FC 2. Parece que ha pasado el peligro

Victoria importantísima. Tan importante que, a no ser que el final de temporada del Sevilla sea desastroso, prácticamente se puede decir que continuaremos en Primera la próxima temporada, ya que dejamos al Valencia a ocho puntos, que en realidad son nueve, ya que también le ganamos el goal-average. Y quedando sólo nueve partidos, da la sensación de que es una ventaja considerable. Además, en esos nueve partidos, el Sevilla tendrá varios partidos con rivales de la parte baja de la tabla (Elche, Valladolid, Español), algunos rivales de la zona alta-media (Villarreal, Athletic Club, Gerona, Real Sociedad, Real Madrid) y Betis, equipo éste al que se nos ha dado bien siempre. Ganando tres de estos partidos, incluso puede que dos, será suficiente.

El partido de hoy se las traía. Era un partido sin apenas descanso, habiendo jugado hace menos de tres días con el Manchester United, y, sin embargo, el Valencia estaba descansado. Sin lateral izquierdo, por las sanciones de Acuña y Alex Telles; sin la fuerza de Pape Gueye en el centro del campo… Pero lo que me daba más miedo era Del Cerro Grande, al que temía más que a todo el Valencia. Sorprendentemente, ha hecho un buen arbitraje. Únicamente, en mi opinión, ha tenido tres errores: La amarilla que le muestra a Ocampos (no es ni falta, e incluso ni siquiera señala falta), la amarilla que le perdona a Gayá, cuando agarró y derribó a Navas, desentendiéndose totalmente del balón, y el penalti que le pita a Marcao, felizmente corregido por el VAR. En mi opinión, en la jugada más polémica del partido, acierta, ya que el balón da en la mano de Fernando, pero el balón había dado previamente en la pierna de Fernando. Lo que no entiendo es por qué le llamaron desde el VAR. Y por supuesto, lo que no me esperaba es que no hiciera caso del VAR, porque cuando llaman al árbitro, prácticamente en el 100 % de los casos, el árbitro se limita a decir «Sí, bwuana», y se van flechados para el punto de penalti.

El Sevilla no ha hecho un gran partido, pero al menos no ha hecho ninguna tontería atrás y ha estado firme. Partido con pocas ocasiones de gol, por parte de ambos conjuntos; con mucha tensión, por la importancia de los puntos; y con final feliz para el Sevilla, que es lo único que importa, y más a estas alturas.

Hay que destacar hoy, sobre todas las cosas, el partidazo de Badé, quien además abrió el marcador. El que se haya recuperado Marcao es otra de las razones que me llevan a pensar que no pasaremos apuros. Por fin tendremos a un par de centrales contundentes, aunque sólo sea en la recta final de la temporada. Espero decirlo en buena hora, por supuesto.

El segundo gol llegó tras una buena internada de Montiel, por la banda izquierda, y sensacional remate de Suso.

Me tuvo intranquilo bastante tiempo el hecho de que Mendilíbar no sustituyera ni a Ocampos (buen partido el suyo también) ni a Jordán, teniendo ambos tarjetas amarillas y teniendo los dos tan poca cabeza. Me mentalicé de que, de nuevo, acabaríamos el partido con al menos un expulsado, pero, por suerte, no fue así.

Como era previsible, Rekik se volvió a lesionar. A ver si hay suerte y logramos traspasarlo en verano.

Ahora es el momento de pensar en el ilusionante partido del jueves. Nada más y nada menos que un partido que puede volver a poner al Sevilla FC en una semifinal europea. No será fácil, a pesar de las bajas que traerá el Manchester. La bombonera de Nervión debería de estar a reventar.

Getafe 2 – Sevilla FC 0. El partido más indigno y estúpido de todos

El Sevilla ha hecho muchos partidos lamentables esta temporada, pero, desde mi punto de vista, como el de hoy ninguno. Y precisamente hoy, que era, probablemente, uno de los partidos más importantes de la temporada, donde nos jugábamos tres puntos y el goal-average contra un rival directo. Goal-average que hemos perdido de forma estúpida en el tiempo de descuento.

Y esa es precisamente la palabra que define el partido: estupidez. Y se preveía el desastre desde antes de empezar, con un planteamiento estúpido y mostrando una alarmante falta de ambición. Decía Sampaoli que el Sevilla estaba «obligado a ganar», y para ello no tiene mejor ocurrencia que sacar un once sin ningún delantero. Por contra, el Getafe ponía de inicio a tres delanteros: Ünal, Munir y Borja Mayoral, además de un jugador muy ofensivo, como Portu.

Pero no quedaba ahí la cosa, ya que el Getafe, desde el minuto 1 –donde ya dábamos muestra de estupidez supina, con ese absurdo regate de Bono ante Ünal que casi nos cuesta el primer gol–, ponía mucha más intensidad en cada balón que el Sevilla. Y para mí eso es injustificable y vergonzoso.

El Sevilla apenas llegó al área local en todo el partido. La más clara posiblemente fue en la primera parte, por medio de Bryan Gil. Y en la segunda parte, un zapatazo de Pape Gueye.

Como no podía ser de otra manera, el primer gol del partido llegó de la forma más estúpida posible: intentando sacar el balón jugado, como si fuéramos el dream team, pero con Joan Jordán de pivote. Y claro, Jordán hizo lo que hace en muchísimas ocasiones: perder un balón que nos cuesta un gol. Y el problema es que lo hace en tantas ocasiones que no tengo ni idea de por qué Sampaoli sigue alineándolo. Yo pondría a cualquier otro jugador, incluso del filial. No podemos permitirnos tener un jugador que pierde tantísimos balones y que, cuando no lo pierde, lo único que hace es retrasar el balón.

Quedaba aún mucho partido, pero, a pesar de ello, teniendo en cuenta el nivelito que estaba mostrando el equipo, daba la sensación de que no marcaríamos ni aunque estuviéramos jugando tres días seguidos. Y para colmo, aunque pareciera increíble, el Getafe seguía poniendo más intensidad en cada balón.

Como era de esperar, pasaban los minutos y el Sevilla seguía sin inquietar lo más mínimo la portería local. Iluso de mí, pensé que menos mal que Mateu Lahoz no había señalado el que para mí era un penalti estúpido y absurdo de Acuña, porque eso habría supuesto perder el goal-average. Pensaba que podría haber sido peor, dando por hecho que perderíamos por 1-0. Pues estaba equivocado. No sólo podía haber sido peor, sino que fue lo peor posible: otro estúpido regalo, en esta ocasión de Gudelj –que para ser justos, ha hecho, en líneas generales, un buen partido–, que no controló un balón fácil y además se resbaló, dejó un peligroso tres contra dos. Jugada donde además nos perjudicó un rebote.

Era el estúpido broche a un partido de lo más estúpido. Desde el planteamiento, pasando por los noventa minutos de juego y acabando en el descuento. Un partido estúpido, indigno y vergonzoso, que ojalá no hubiera visto.

Y el próximo partido es contra el Cádiz. Otro partido vital. Y como a Sampaoli le dé otra vez por jugar sin delanteros, es que tardo medio segundo en apagar el televisor. Me niego a ver más mierdas como la de hoy.

PSV 2 – Sevilla FC 0. Sampaoli reincide y casi lo echa todo a perder

El partido del Sevilla en Eindhoven me ha gustado mucho, hasta que a Sampaoli ha vuelto a hacer lo que hizo, hace unos días, en Vallecas: con el partido totalmente controlado, quita al único delantero del equipo, se echa atrás, provocando que el rival empate o, como hoy, gane. Y menos mal que el partido no ha durado cinco minutos más, porque, si no, igual nos empatan la eliminatoria y tenemos que ir a la prórroga, con lo que habría supuesto teniendo que disputar el domingo el que probablemente será un durísimo partido ante Osasuna.

Esa táctica de quitar al delantero y poner a lo que ahora llaman un «falso nueve», no lo entiendo. Porque lo único que se consigue con ello es dar el total dominio del partido al rival, el cual no tiene que ocuparse de marcar a ningún delantero, lo que permite que los defensas puedan incorporarse al ataque sin ningún problema. Porque, además, el equipo se echa atrás. Y para colmo, hoy la táctica resultaba más suicida que nunca porque sólo teníamos un defensa central sano, que era Nianzou.

Por supuesto, el PSV aprovechó el regalo y se dedicó a bombardear nuestro área, y como es lógico, nos pusieron en un gran aprieto, más aún teniendo en sus filas a Luuk De Jong, que su especialidad es el juego aéreo. Nuestro ex jugador marcó el primero e intervino en el segundo.

La tontería del falso nueve –me molesta hasta el nombre que le han puesto– únicamente le veo posibilidad de éxito en el caso de tener un centro del campo de mucha calidad y con jugadores muy rápidos. Y, precisamente, ése no es el caso del Sevilla.

Y lo de los córners es otra cosa que no entiendo. Con lo peligroso que es un córner bien sacado, y nosotros los solemos sacar en corto. A esto sólo le veo sentido si se pretende perder tiempo. Pero encima es que hoy han ido dos jugadores a sacar un córner, como para sacarlo en corto, y después lo lanzan al área, con lo que perdemos un jugador, absurdamente, para el remate o para defender un posible contragolpe.

Pero bueno, como digo, el partido me ha gustado mucho hasta ese fatídico momento donde, en mi opinión, Sampaoli se equivoca gravemente. El dominio fue total y los locales no inquietaron en absoluto. El equipo triangulaba con tranquilidad, con buenos apoyos, con verticalidad, con sentido, con pases al hueco… Este equipo ha mejorado muchísimo tácticamente.

El Sevilla pudo haber sentenciado la eliminatoria en tres ocasiones muy claras: cuando En-Nesyri tiró a puerta, rechazando el portero, tras una buena asistencia de Bryan Gil; Rakitic, que tiró al larguero; y Rafa Mir, cuyo disparo fuerte y raso lo blocó el guardameta local.

El equipo, en líneas generales, ha hecho un gran trabajo, destacando Bryan Gil, que desbordó mucho, sobre todo en el primer tiempo. También Acuña y Nianzou estuvieron a muy buen nivel. Este último, en los minutos finales, evitó el 3-0.

El árbitro, el italiano Daniele Orsato, no me gustó nada. Mostró poca personalidad al enseñar la tarjeta amarilla a Acuña, supuestamente por perder tiempo. Pero fue en el minuto 32, y, prácticamente, a petición del público. Dejarse influenciar por la grada no deja en buen lugar a un árbitro. Aparte de eso, creo que fue muy benevolente con los jugadores locales en algunas faltas.

Misión cumplida. Aunque sufriendo innecesariamente, el Sevilla FC estará mañana en el bombo. Toca recuperarse para el importantísimo partido del domingo. Esos tres puntos tienen que quedarse en nuestro casillero, como sea, para dar cierta tranquilidad en la tabla. Porque, además, después visitaremos el estadio del Atlético de Madrid, y ya nos podemos hacer una idea de lo que nos espera. Y ojalá me equivoque, pero mucho me temo que no.

Por cierto, una maravilla esta bandera. De lo mejor del partido:

Sevilla FC 3 -PSV Eindhoven 0. Sorprendente Sevilla

Para ser sinceros, tras ver los primeros minutos de juego, me sentía muy pesimista. Y no era para menos, porque el PSV se imponía con facilidad en la zona ancha, con jugadores que nos superaban en físico y muy técnicos; con el tal Simons, con su gran velocidad y cambio de ritmo, dando la sensación de que nos lo podía liar en cualquier momento. Y para colmo llegó la lesión de Badé, nuestro mejor central de entre los escasísimos centrales que tenemos. De hecho, no sé cómo vamos a afrontar los próximos partidos, ya que Rekik, Badé y Marcao están lesionados, Gudelj –centrocampista, que no se olvide–sancionado, y encima el club ha tenido la genial idea en este mercado de invierno de, además de no traer ningún central, dejar salir a Carmona y a Kike Salas, con lo que, si no me equivoco, sólo nos queda como central disponible Nianzou. Supongo que Sampaoli tendrá que salvar la difícil papeleta de afrontar partidos importantes poniendo como centrales a Fernando o a Pape Gueye, que ya ha jugado de central. En fin, es lo que hay.

La cuestión es que a partir de la entrada de Fernando, sorprendentemente, se cambiaron las tornas. El Sevilla pasó a ser dominador, a tener mucha más posesión y a jugar con más tranquilidad y sentido.

Como siempre, Bono tuvo un papel fundamental, con dos o tres intervenciones de mucho mérito. Y también nos acompañó la suerte, en jugadas como el tiro al poste del PSV cuando ya iba 3-0 en el marcador. O cuando los holandeses no fueron capaces de aprovechar un par de absurdas pérdidas de Jordan, jugador que parece que cada día juega peor. No me explico qué le pasa a este jugador.

Los goles del Sevilla fueron bastante bonitos, y además llegaron en momentos sicológicos. El primero, en un buen remate de En-Nesyri al final de la primera parte. El segundo, un golazo de Ocampos, al inicio de la segunda parte, donde controla con una pierna y remata con la otra, a la media vuelta, de tiro fuerte, ajustado y cruzado. Y el tercero, poco después, de Gudelj, fusilando al portero visitante, tras una buena dejada de tacón de Ocampos. El argentino mejoró mucho, con su gol y asistencia, a lo que hizo Bryan Gil, que estuvo bastante perdido y al que le ganó la partida su marcador, que era incluso más rápido que él.

Lo único que no me gustó, aparte de la lesión de Badé, fue esa absurda y ridícula manía de sacar los saques de esquina en corto. No le veo ningún sentido, sobre todo cuando un córner bien sacado es peligrosísimo, y más teniendo a dos jugadores que van bastante bien por alto, como son En-Nesyri y Nianzou. Y tampoco me gustó el que jugáramos sin delanteros más de media hora. Prácticamente, es como renunciar a marcar más goles, aunque los fallos del PSV en defensa casi nos pusieron en bandeja lograr el cuarto gol.

Lo que más me gustó fue esa forma de presionar al rival, de no dejarle respirar, de buscar el balón con agresividad. Hacía mucho que no veía eso en el Sevilla. Y también se juega de forma más vertical, buscando más pases al hueco. Personalmente, veo bastante mejoría en el equipo, y me hace ser bastante optimista de cara a la próxima temporada, siempre y cuando, como es lógico, a Sampaoli se le den jugadores de calidad para llevar a cabo su estilo de juego, que ya sabemos que es muy ofensivo y, por tanto, muy vistoso de cara al aficionado. Por suerte, bastante lejos del estilo de Lopetegui. A mí, aunque los resultados acompañaban, me desesperaba tanta lentitud y horizontalidad.

En cualquier caso, aunque el equipo esté mejorando y se lleve una muy buena ventaja para el partido de vuelta, no caben confianzas. Por dos razones: porque hoy el PSV, pese a la derrota, ha dejado claro que es un buen equipo y que dispone de varios jugadores de mucha calidad, y porque nos presentaremos en Eindhoven con una defensa de circunstancias, con sólo un central sano. Y eso, en el mejor de los casos, porque, como nos recuerda la Ley de Murphy, cualquier situación, por muy mala que sea, siempre es susceptible de empeorarse. Así que a rezar lo que sepamos para que no haya más lesiones.

Sevilla FC 2- Mallorca 0. Saliendo del hoyo

Partido con dos partes bien diferencias. Una primera donde el Sevilla fue bastante superior al Mallorca, con total dominio del partido, y una segunda donde se dedicó a tontear, sin buscar apenas la portería contraria y sin cerrar el partido. Menos mal que el Mallorca mostró un nivel muy pobre, porque, de no haber sido así, seguramente habría marcado el típico gol a falta de pocos minutos para el final, al que ya estamos acostumbrados y que nos deja esa desagradable sensación que nos hace mirar el cronómetro cada pocos segundos.

Los goles llegaron en la primera parte, y pudieron ser más, de no haber tenido un par de buenas intervenciones el portero visitante. También un defensa mallorquinista sacó un balón bajo palos. El primero, de En-Nesyri, tras controlar un sensacional pase de Pape Gueye –buen jugador el senegalés– y rematar mal, pero lo importante es que entre. Aquí no estuvo muy afortunado el portero. Y el segundo prácticamente se lo encontró Bryan Gil, tras no ser capaces de defender dos defensas rojillos un pase de Jesús Navas. El gol fue un buen regalo de cumpleaños para Bryan, que hoy ha cumplido 22 añitos.

Lo peor del partido fue la lesión de En-Nesyri, que veremos a ver si se queda en sólo un golpe o le impedirá afrontar los importantísimos partidos que se avecinan. También en el lado negativo, las estúpidas e innecesarias tarjetas de Gudelj y Jordán, que les impedirán ser de la partida en Vallecas. Sampaoli tendrá problemas para formar una defensa de garantías, al estar lesionado Rekik.

Badé volvió a demostrar que es el mejor central que tenemos, a pesar de que estuvo muy cerca de liarla al ceder mal a Bono un balón, siendo presionado por Muriqi. La acción se quedó en el susto, pero un buen susto.

También hicieron un buen partido Fernando, Navas y Suso.

Tres puntos importantísimos, que nos sitúan provisionalmente en la duodécima posición, empatados con el Gerona

Osasuna 2 – Sevilla FC 1. Eliminados, pero en progresión

Derrota que nos apea de una competición que, siendo honestos, parecía poco menos que imposible conseguir; por el nivel de los rivales que quedarán en semifinales y, sobre todo, por las carencias que tiene el Sevilla.

Hay que ver el lado positivo, si es que lo tiene. Al menos, se me una mejoría en el equipo. Se acerca al equipo que a mí me gustaría ver: un equipo con ambición, que va a por el partido de inicio y que domina al rival. Falta, por supuesto, crear más ocasiones y tener más acierto de cara a gol, pero eso sólo lo da la calidad de los jugadores, principalmente del centro del campo y delantera.

Si nos tienen que ganar, que sea porque el rival está más acertado que nosotros, y no por desidia o conformismo. Y eso es lo que ha ocurrido hoy, que Osasuna ha hecho dos buenos goles. Han llegado en dos muy buenas acciones de Ávila y Adbe. Porque hay que admitir que, aunque no debería ser así, Osasuna tiene más gol que el Sevilla, o mejor dicho, más calidad, porque en Liga ambos conjuntos llevan marcados 18 goles. Budimir y Ávila me parecen más completos que En-Nesyri y Rafa Mir.

El Sevilla ha sido bastante superior al Osasuna durante, prácticamente, todo el partido. Lo malo es que eso no sirve absolutamente para nada. Por suerte o por desgracia, lo único que cuenta son los goles. Así que otra vez será. Otra vez donde la plantilla no tenga tantas deficiencias.

A pensar en el próximo partido, ante el Elche, donde una victoria nos alejaría bastante de la zona de descenso. Y tampoco vendría mal que Monchi se pusiera las pilas y trajera esos dos o tres jugadores de calidad que se necesitan para no pasar apuros y, si se hacen las cosas bien, acercarse a las plazas europeas. Porque aunque el Sevilla esté haciendo una temporada bastante desastrosa, no están tan lejos. Una buena prueba de la mediocridad de la Liga española.

Gerona 2 – Sevilla FC 1. Derrota tan estúpida como merecida

Partido indigno el que ha hecho hoy el Sevilla en Gerona. Era la hora de la siesta y, verdaderamente, parece que los jugadores sevillistas salieron dormidos al terreno de juego, porque, sólo en los primeros cinco minutos, los locales tuvieron ocasiones para hacer tres o cuatro goles tranquilamente. No se puede salir con menos tensión a disputar un partido.

Pero el fútbol te da sorpresas y una de ellas fue que el Sevilla, después de tantos regalos, se adelantara en el marcador, gracias a una falta muy bien botada por Rakitic y perfectamente rematada por Nianzou.

Lo malo es que el gol del Sevilla llegó en el minuto 13, y quedaba aún muchísimo partido por delante. El Sevilla seguía sin jugar bien, y sin buscar marcar el segundo gol con ahínco.

Se llegó a la segunda parte y, de nuevo, el equipo saltó dormido, puesto que en la primera ocasión marcó el Gerona, en una acción que ya vimos y sufrimos la pasada jornada: un pase hacia atrás, al punto de penalti. El llamado «pase de la muerte». La verdad, no entiendo cómo cuando el rival llega a la línea de fondo, el punto de penalti no está más que protegido, cuando debe ser la prioridad absoluta. Es decir, si solo hay dos defensas para defender un ataque por banda, uno debe ir a cubrir el primer palo, para evitar que marquen en línea de gol, y otro el punto de penalti. Pues nada, este Sevilla FC parece que es incapaz de asimilar los conceptos defensivos básicos. A veces da la impresión de ser un equipo de Segunda o Tercera División.

Llegados a este punto, y viendo el panorama, yo habría firmado gustoso el empate. El Sevilla pudo haber conseguido el 1-2 en un par de ocasiones, la más clara en una pérdida en defensa del Gerona, pero Suso, que no está para nada desde hace mucho tiempo, desaprovechó el regalo.

Parecía que el partido acabará en empate. Un empate que, por cierto, habría sido injusto, porque el Gerona fue superior durante casi todo el partido. Pero no. Una verdadera gilipollez entre Bono y Nianzou provocó el tanto de la victoria del Gerona. La mayoría de la gente culpa a Nianzou, pero yo le doy tanta o más importancia a Bono. No sé a qué viene dar el balón en corto a tu central cuando esta marcado. Lo normal, en un central experimentado es devolverla al primer toque a Bono, pero al bisoño Nianzou le dio por intentar sacar el balón jugado. La cuestión es que si está marcado, el portero no debe pasársela al central, sino darle un voleón y que el balón caiga con nieve en el centro del campo, donde además había muchas posibilidades de que cayese en poder del Sevilla, porque seis de los diez jugadores de campo del Gerona estaban entre el círculo central y el semicírculo del área sevillista, con lo que sólo habría cuatro jugadores locales para recoger el voleón de Bono. A veces, sacar el balón jugado es una temeridad, y, desde luego, no es el camino más directo para atacar. Para colmo, Gudelj estaba mal colocado, no dando lugar a un posible fuera de juego. En esta ocasión los locales sí aprovecharon el regalo que minutos antes había desaprovechado el Sevilla.

Y fin de la historia. Una derrota más, ante un rival que no es nada del otro mundo, pero que, como casi todos, es capaz de aprovechar el ínfimo nivel defensivo de un Sevilla que está haciendo méritos para descender. Porque no puede ser que en cada partido encajemos, como mínimo un gol, pero normalmente son dos o más.

O se ficha mucho y bien, o nos vamos para Segunda de cabeza.

Sevilla FC 2 – Getafe 1. Por fin llegó la primera victoria como local

Qué trabajito ha costado, pero el Sevilla ha logrado los tres primeros puntos caseros. Queda muchísimo que mejorar para no pasar apuros a final de temporada, pero al menos se nota un avance importante con respecto al Sevilla de Lopetegui. Se aprecia más profundidad y mejor circulación del balón.

Pero no nos engañemos, será fundamental acertar con los nuevos fichajes. No puede ser que encajemos al menos un gol por partido y que perdamos por completo la batalla en el centro del campo, cuando además es que tampoco el Getafe tenga jugadores en esa zona como para tirar cohetes. Sin embargo, nos ganan en físico, de forma abrumadora, como casi todos los equipos.

Badé me ha gustado en los pocos minutos que ha podido jugar. Habrá que verlo más, pero al menos es central. Tengo ganas de ver al equipo con dos centrales natos que tengan cierta continuidad y compenetración. Aunque justo es reconocer que Gudelj ha hecho un buen partido.

Nianzou ha vuelto a demostrar que no es un central hecho, por su juventud. Tiene buenas condiciones, pero esa inexperiencia ha costado y costará puntos. Hoy, por ejemplo, ha tenido un error garrafal, dejando solo a Borja Mayoral, quien, afortunadamente, tiró fuera. También en el gol está pendiente únicamente del centro, sin ni siquiera mirar si se incorpora a su espalda algún jugador al remate, como fue el caso de Mayoral.

El gol del Getafe es para correr a gorrazos a media plantilla del Sevilla. Es incomprensible cómo ganando 2-0, a falta de pocos minutos para el final, se permite un contragolpe, que entre por la banda Portu como Pedro por su casa, y al que no se le hace falta; que llegue a la línea de fondo, y que su centro, que iba a la zona que tendría que estar más vigilada por nuestros centrales –el punto de penalti– no lo previera nadie, permitiendo que Mayoral rematara a placer. Un gol que sólo es posible ante un equipo con un nivel defensivo paupérrimo. Y esto hay que mejorarlo, y mucho.

Rafa Mir logró marcar, pese a disputar poco más de quince minutos. No es un alarde de técnica, pero si se le dan buenos balones, suele colarla. Bono ejerció de nuevo como salvador, con una gran parada. También hicieron un buen partido Acuña –golazo el suyo–, Oliver Torres y Fernando. Por contra, estuvieron mal En-Nesyri, Nianzou, Jordán, Lamela y Rakitic. El croata asistió en el gol de Acuña, pero tuvo dos pérdidas absurdas, en una zona peligrosa, que bien pudieron costar un disgusto.

Me sorprendió el árbitro, Martínez Munuera. Es muy mal árbitro, pero hoy hizo un buen arbitraje, en líneas generales, con alguna trastada incomprensible, como el saque neutral que se supone que era para el Sevilla o perdonar una tarjeta amarilla a un jugador del Getafe por derribar a Navas en una ocasión con peligro de gol.

El próximo rival será fuera, ante el Gerona, y después tendremos dos partidos en casa, ante el Cádiz –equipo que defiende bastante bien– y el Elche. Si lo hacemos medianamente bien en estos tres partidos, deberíamos de estar alejados ya de los puestos de descenso cuando llegue el momento de afrontar al siguiente rival: el Barcelona en el Nou Camp

Madrid 3 – Sevilla FC 1. Poca plantilla para ganar en el Bernabéu

El partido de hoy ha tenido cosas buenas y cosas malas. Entre las buenas, que no se ha lesionado Marcao –o eso parece–, quizás uno de los jugadores más importantes de la plantilla, y que hemos pasado por el que puede considerarse el estadio más difícil sin que el goal average sufra mucho. Vamos, que ha sido una derrota que se suele llamar digna, y más aún teniendo en cuenta que el Sevilla iba con muchas bajas importantes, principalmente en el centro de la defensa. También hay que tener en cuenta que en once jornadas ya nos hemos enfrentado a los equipos más importantes: Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Villarreal y a un Athletic Club que estaba siendo uno de los equipos más fuertes del campeonato, al menos cuando se enfrentó al Sevilla.

Entre las cosas malas, pues que ha pasado lo de siempre: que hemos perdido. Y hemos perdido por errores más que evitables –como siempre–, por la diferencia de calidad de plantillas –como siempre– y por falta de mentalización –como siempre–. Esto último es lo única explicación que encuentro a que Sampaoli se plante en el Bernabéu con un once titular donde no figura ningún delantero. Me quejaba de que Lopetegui sólo jugaba con un delantero, y ahora viene Sampaoli y juega sin delanteros en Mallorca y en Madrid. Pues qué bien.

Los errores más que evitables fueron la pérdida de Montiel en el 1-0, y el doble fallo de Rafa Mir en el 2-0. Mir, en primer lugar, falla en la entrega, pero, sobre todo, cuando no corta el contragolpe que llevaba claro marchamo de gol, lo cual sólo le costaría una tarjeta amarilla. Tampoco Carmona estuvo acertado en la jugada, pues, de haber mantenido la línea, habría dejado en fuera de juego a Vinicius. Para colmo, a los pocos minutos Valverde marcó el gol que sentenciaba el partido con un buen disparo, fuerte, ajustado y cruzado, que no pudo parar Bono.

A pesar de jugar sin delanteros, sonó la flauta y fuimos capaces de marcar un gol. Fue tras un buen pase en profundidad de Montiel y un sensacional remate de Lamela, que batió a Courtois con poco ángulo.

No obstante, los cambios de uno y otro equipo fueron decisivos en el resultado final, sobre todo con la entrada de Asensio, quien, a mi modo de ver, es uno de los mejores centrocampistas de la Liga.

El árbitro, Hernández Hernández, estuvo aceptable. Se le vio el plumero en un par de detalles sin importancia, como la amarilla al Papu, pero sin influir en el resultado.

Para ganar en el Bernabéu se tienen que dar tres circunstancias: que el árbitro tenga un mínimo de decencia y se comporte, que las estrellas del Madrid no tengan su día, y, sobre todo, plantarse con una plantilla de calidad, de muchísima más calidad como la que ha tenido a disposición hoy Sampaoli.

Eso sí, el resultado ha sido, más o menos, el de siempre, pero lo que sí tengo claro es que el Sevilla de Sampaoli me gusta bastante más que el de Lopetegui. Y me gustará más cuando se conforme la plantilla a su gusto.

Borussia Dortmund 1 – Sevilla FC 1. Esto ya es otra cosa

Se percibió ante el Athletic Club y se confirmó esta noche en Alemania. Este Sevilla es diferente, bastante diferente al entrenado por Lopetegui. Por un lado, da tranquilidad el saber que se podrá salir del pozo, pero, por otro, también sabemos que el nivel mostrado en la recién comenzada etapa de Sampaoli pende de un hilo, pues la defensa sigue estando cogida con alfileres. Más nos vale que no se resfríe Marcao, que hoy tuvo un fallo que pudo echar a perder el partido, pero que hizo una exhibición de saber estar, de anticipación, de veteranía, y de fuerza física. Además, tiene buena salida del balón. Espero y confío en que su retirada en los últimos minutos de partido fuera una estratagema para perder tiempo o para coger aire, porque debió de acabar medio muerto.

Pero lo más importante es que, como decía en el titular, esto ya es otra cosa. Ahora el equipo es mucho más vertical, favorecido por la disposición táctica de los jugadores, más escalonados y menos horizontal. Se acabó el juego aburrido de pasar el balón de banda a banda, con lentitud desesperante. Ahora se triangula más, y con más velocidad; hay más desmarques, y no tanto juego estático… En definitiva, se ha dado otra imagen muy distinta, y Sampaoli lo ha conseguido en sólo dos partidos. Y además lo ha hecho con un equipo bastante cambiado con el que logró empatar ante los bilbaínos.

Sin embargo, hoy el Sevilla ha tenido el lastre de contar con algunos jugadores que ahora mismo no están para nada, como es el caso de Suso o de Gudelj. A Suso le salva la grave lesión que tuvo, pero lo cierto es que debe recuperarse a un jugador que, aunque no sea un portento físico, sí tiene mucha calidad técnica y visión de juego. Gudelj es un caso perdido. De vez en cuando hace un buen partido, o incluso excepcional, pero muy de vez en cuando.

El empate, en realidad, no ha sido un buen resultado, porque el Sevilla mereció más. Falló algunas ocasiones muy claras, y tuvo el gran mérito de que el Borussia Dortmund apenas creara ocasiones de gol. Lamentablemente, en una de esas pocas ocasiones, llegó el gol del empate que equilibraba el buen gol marcado por Nianzou, al cabecear a la perfección una falta botada por Rakitic.

Eso indica el buen trabajo general del equipo, pues hay que reconocer que los alemanes tienen un equipazo, con un nivel de plantilla enorme. Los que salieron del banquillo eran tan buenos o mejores como los titulares, y tienen una calidad arriba apabullante, y de muchísimo futuro, con jugadores jovencísimos, como Adeyemi (20 años), Bellingham (19 años) o Moukoko, con sus increíbles 17 años.

Prácticamente decimos adiós a la Champions League, pero este empate probablemente nos servirá para jugarnos el pase a la Europa League ante los daneses del Copenhague, y de paso pillar casi un milloncito de euros (930.000 exactamente), que vendrán muy bien a la supuestamente maltrecha economía del club.

Ojalá Monchi sepa en esta ocasión reforzar convenientemente a la plantilla en el mercado de invierno, y logre, por fin, traer lo que verdaderamente necesita el Sevilla: un cuarto central, un centrocampista que pueda reemplazar a Fernando con garantías, y un delantero goleador.

En cualquier caso, aún queda mucho para el mercado de invierno, por lo que hay que centrarse en el próximo partido liguero, ante el Mallorca. Este partido es fundamental para salir del descenso, dar confianza, y empezar a recortar distancias con los de arriba.

Sevilla FC 0 – At. Madrid 2. Drama en defensa

Es casi imposible ganar un partido con una defensa tan endeble. Es más, no recuerdo una defensa tan endeble en el Sevilla, ni siquiera cuando jugaba en Segunda División. Si tenemos suerte, nos meten dos goles. Porque hoy hemos tenido bastante suerte. El resultado bien podría haber sido un 0-5 ó 0-6, puesto que el Atlético tuvo ocasiones muy claras, y sólo Bono o los fallos estrepitosos de los jugadores visitantes evitaron una goleada de escándalo.

El Atlético sólo tuvo que aprovechar dos de nuestros regalos para llevarse el partido. Encajar un gol, prácticamente supone decir adiós a los tres puntos en muchos partidos, porque la nulidad en ataque también es palpable. Un centro del campo lento, muy lento y horizontal, y un único delantero aislado –da lo mismo quien sea, porque está en total inferioridad– entre multitud de rivales son los culpables de la sequía goleadora.

La derrota de hoy ha sido la cuarta de la temporada, lo que supone que, nada más empezar la competición, ya llevamos el mismo número de derrotas que en toda la Liga pasada. Un dato demodelor que deja en evidencia lo que supone prescindir de dos de los mejores centrales de la pasada temporada, a nivel europeo, y sustituirlos por dos jugadores jóvenes sin calidad ni experiencia. Que igual dentro de unos años son unos fueras de serie, pero hoy día no tienen nivel para el Sevilla. Y el fútbol es presente. Si a eso le sumamos la ausencia de Fernando… La planificación esta temporada ha sido desastrosa, y ahora estamos viendo las consecuencias.

La mala noticia es que tiene difícil solución, porque únicamente puede solucionarse con buenos centrales, y no los tenemos. Queda la esperanza de que Marcao se recupere algún día y, además, resulte que sea un buen jugador.

La buena noticia es que hemos llegado a un nivel tan paupérrimo, no ya en defensa, sino en todas las líneas, que es muy fácil mejorar.

La situación es insostenible, y, por tanto, todo parece indicar que Lopetegui dejará de ser entrenador en las próximas horas. Si no ocurre esto, la única explicación que encuentro es que es debido a la mala situación económica del Sevilla y el coste que implicaría la destitución de Lopetegui.

El árbitro, De Burgos Bengoetxea, ha estado mal, aunque no ha influido en el marcador. Eso sí, ha dejado bien claro que es un sinvergüenza, por el doble rasero a la hora de mostrar las tarjetas amarillas.

A ver quién endereza esto, si es que se puede. Porque Lopetegui parece incapaz. Y no hay tiempo.

Sevilla FC 0 – Barcelona 3. El Sevilla muestra síntomas de equipo de parte baja de la tabla

De nuevo, esa desesperante sensación de que, aunque el partido dure tres días, el Sevilla es incapaz de hacer un gol. De nuevo, esa desagradable sensación de que cualquier aproximación al área, cualquier balón colgado tiene una alta probabilidad de acabar en gol. Esa dificultad para marcar y esa facilidad para encajar son cualidades que marcan a los equipos de la zona baja de la tabla. Por eso precisamente sólo hemos logrado un punto de doce posibles y llevamos ocho goles encajados en cuatro partidos, es decir, una media de dos goles por partido. Evidentemente, con esos números no vamos a ningún sitio.

El partido de hoy no empezó mal, con dos clarísimas ocasiones desperdiciadas por Rakitic y En-Nesyri. Lógicamente, cuando se falla eso ante un rival de la calidad del Barcelona es que, a la primera que tengan ellos, la cuelan. Y así fue. Se ponía el panorama negro con este primer gol de Rafinha, no ya porque se adelante en el marcador, sino porque que este Sevilla haga los dos goles necesarios para remontar el partido parece algo inviable, a día de hoy.

El segundo gol dejó en evidencia la tremenda fragilidad defensiva del equipo. Un pase desde la banda, de Koundé, no sólo no es despejado por los centrales, sino que Lewandowski pudo controlar con el pecho, con toda tranquilidad, sin que nadie le molestara lo más mínimo, antes de fusilar a Bono.

Partido prácticamente sentenciado en la primera mitad. En la segunda, más de lo mismo, el Sevilla fallando lo que nunca se debe fallar y el Barcelona llegando en tropel y pudiendo dejar un marcador de escándalo. Afortunadamente, ellos también fallaron lo que nunca se debe fallar. Con lo que el 0-3 puede considerarse como un mal menor, para lo que podría haber sido.

Espero que Marcao sea un grandísimo central, porque ahora mismo es la única esperanza que me queda. El objetivo, a día de hoy, debe ser ganar un partido. Cuando se logre, que esperemos que sea el próximo, ante el Español, a ver si mejoran las sensaciones; porque, hasta ahora, no pueden ser peores. Llevamos cuatro partidos. Cuando se disputen diez, tendremos una idea bastante aproximada de las aspiraciones de esta temporada.