No he podido ir al estadio, ni apenas ver la primera parte. Según me han dicho, ha sido penosa, sacando Ramos una ocasión bajo palos y –a partir de aquí sí pude verlo– una ocasión clamorosa fallada de nuevo por Isaac Romero. Menos mal que marcó en la segunda parte y supongo que ya se le quitará la ansiedad que ya le salía hasta por las orejas. Y eso es nefasto para un jugador, y más para un delantero.
En la segunda parte, sobre todo a raíz de la entrada de Suso, el equipo cambió, y al menos se hizo con el control del juego, llegando los goles. El primero fue algo curioso, puesto que Navas pasó con la izquierda a Suso y éste centró con la derecha, rematando, como ya sí es habitual, En-Nesyri de cabeza a la red.
Este gol dio algo de tranquilidad, a pesar de que pudo empatar a los pocos minutos Raíllo, en una ocasión donde, incomprensiblemente, remata solo en el área.
El 2-0 llegó en una buena combinación entre En-Nesyri e Isaac Romero, quien, con algo de suerte, tras desviar en un defensa, por fin, consigue romper la mala racha que le agobiaba. Y no era para menos, porque en los últimos partidos puede haber fallado al menos cuatro o cinco ocasiones, a cuál más clara.
En el descuento, todos los sevillistas sabíamos que el Mallorca acortaría distancias, porque está más que comprobado que es imposible que veamos un partido con un final tranquilo, ya sea en el Sánchez Pizjuán o fuera. Y así fue: Abdón Prats cabeceó a la red sin encontrar mucha oposición de la defensa.
El planteamiento del partido no me gustó un pelo. No entiendo por qué Quique Sánchez Flores recibe en casa a equipos que están por debajo de la tabla como si les tuviera miedo: con cinco defensas y cediéndoles el centro del campo, como ya hizo con el Celta de Vigo. Cuando además, es que, precisamente, la defensa es el punto débil del equipo. La calidad en esa línea brilla por su ausencia. Únicamente Ramos y Badé se salvan. Y tampoco es que estén haciendo una temporada como para tirar cohetes. Aunque Ramos compensa sus errores en defensa con goles, algunos de ellos importantes.
Agradezco a Aguirre que sólo diera veinte minutos de juego a Darder, quien, en mi opinión, es uno de los mejores jugadores del Mallorca.
Estos tres puntos, con los que ya se les saca doce puntos de ventaja al Cádiz, habiendo además cinco equipos más entre el Sevilla y el Cádiz, hacen que prácticamente, aunque no sea de forma matemática, el equipo esté salvado esta temporada. El problema será la siguiente, donde habrá que hacer una gran reforma en la plantilla –con el peligro que ello conlleva–, con poco dinero, y donde nuestros sabios dirigentes no tienen el más mínimo inconveniente en reconocer que no hay dinero, con lo cual, como es lógico, los posibles compradores de lo poco que tenemos de valor, ofertarán a la baja.
Próximo partido contra el Betis. Que pase lo antes posible. No me gustan los derbis, aunque lo normal, como dice la historia, es que gane el Sevilla FC. Pero en fútbol no siempre gana el mejor, y ahí es donde tienen una oportunidad los vecinos. Como siempre, espero ganar. Veremos a ver qué pasa.