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El partido de hoy

Osasuna 1 – Sevilla FC 1. Si no puedes ganar, no pierdas

Buen punto el conseguido por el Sevilla en un campo dificilísimo, donde el público aprieta mucho y los jugadores locales siempre juegan con la máxima intensidad.

La primera parte del Sevilla no fue nada buena. A pesar de que se adelantó en el marcador con un buen gol de Munir, poco más hizo el Sevilla para aumentar distancias. En la única ocasión que tuvo, se anuló el gol a Chicharito por un fuera de juego de centímetros. Y cuando parecía que se iba a llegar al descanso con la victoria mínima, llegó el empate en una buena jugada entre Adrián y Chimy Ávila. Me dio la impresión de que Vaclík pudo hacer más en el gol. Aunque el disparo del argentino era muy fuerte, no era colocado.

En la segunda parte, el Sevilla salió a por el partido. Parecía que nos íbamos a adelantar de nuevo, por un penalti sobre Chicharito, pero Estrada Fernández rectificó tras ver la jugada por el monitor del VAR. Chicharito también falló un mano a mano contra Juan Pérez, tras un extraordinario pase de Banega. Para nuestra desgracia, el guardameta local hizo dos o tres paradas de bastante mérito.

La última media hora la jugó el Sevilla en superioridad numérica. Por fin. Llevamos varios partidos consecutivos donde el árbitro perdona la segunda amarilla a jugadores rivales, y ya era hora.

A partir de aquí, fue un asedio del Sevilla al área local, y el Osasuna se defendía como podía. Cuando más cerca estuvimos de la victoria fue cuando el palo rechazó el disparo de Dabbur y el Mudo no pudo cazar el rechace.

Sin embargo, el Sevilla también corrió bastantes riesgos. No me gustaba nada que Carriço tuviera que vérselas con el rapidísimo Ávila, con la defensa tan adelantada, pero en la única ocasión que pudo escaparse al contragolpe, el portugués le ganó la partida. Y menos mal, porque se podría haber quedado solo ante Vaclík.

El Sevilla controló bastante bien al Osasuna, no dando pie a que pudieran marcar el segundo a la contra, o a balón parado, y no concedió ningún córner ni hizo faltas tontas.

Puede pensarse que el Sevilla debió ganar el partido, porque tuvo más ocasiones que el Osasuna. Pero también es cierto que los rojillos, aunque sólo tuvieron tres, fueron muy claras. En los primeros minutos, Ávila cabeceó al larguero. Después este mismo jugador marcó el gol. Y por último, en un error de Koundé, que dejó botar el balón, pasándole por encima, Rubén García remató de nuevo al palo.

No sé si es justo o no el resultado, pero es lo que hay. Lo importante es que se puntuó en uno de los estadios más complicados, que sigue sin conocerse la derrota desde hace mucho tiempo, y que estamos en tercera posición, sacándole cinco puntos de ventaja a nuestros más directos rivales: un Atlético de Madrid que ha perdido bastante poderío y un Valencia que parece que se ha espabilado definitivamente. Es poca cosa, porque quedan aún sesenta y seis puntos por disputar, pero bienvenidos sean esos puntos.

Los triunfadores de hoy creo que han sido Ever Banega, que ha hecho un partidazo y Dabbur, que ha aprovechado los pocos minutos que le ha dado Lopetegui. Tengo ganas de ver una delantera formada por Munir, Dabbur y Ocampos, porque creo que con ellos tres se nos acabarían los problemas con el gol. Pero mientras Lopetegui siga contando con Nolito y De Jong, lo tenemos crudo. Chicharito hoy ha estado regular. Lo hizo muy bien en el gol anulado, incordió siempre, luchó lo indecible, pero también falló una ocasión de gol clarísima.

Jesús Navas sigue sin estar bien. No sé si hace bien Lopetegui en forzarlo, sin estar al cien por cien físicamente. Quizás debería dar alguna oportunidad a Pozo, porque Navas no ha desbordado por su banda casi nunca.

El próximo partido será ante el Villarreal, en el Ramón Sánchez Pizjuán. A pesar de que les llevemos a los amarillos doce puntos de ventaja, no me fio de ellos ni un pelo. Seguro que estarán luchando, como mínimo, por entrar en Europa.

 

 

At. Madrid 1 – Sevilla FC 1. Punto insuficiente tras una buena segunda parte

Hay que quedarse con la segunda parte del partido de hoy, porque la primera, como ha ocurrido demasiadas veces en esta temporada, ha sido para olvidar. Sin actitud y sin ambición no se consiguen los objetivos. Aparte de una falta de calidad tremenda, tanto en defensa como en el centro del campo — vaya el partidito de Roque Mesa–, que hacía impensable la victoria en el Wanda. El Atlético no es que hiciera gran cosa, porque jugaba con las chanclas puestas, pero en un contragolpe, muy mal defendido, se adelantó en el marcador. Me pareció absurdo que la defensa al completo reculara tanto y, encima, hasta dejaron tirar a Coke. Un desvío involuntario de Kjaer, que casi siempre sale en la foto, hizo el resto.

Sin embargo, en la segunda parte sí se notó un importante cambio, en todo, desde el pitido inicial. Se llegaba al área, se creaban ocasiones… Hasta que llegó el gol, de Sarabia, al aprovechar un buen pase de Mudo Vázquez.

El empate servía de poco, pues necesitábamos los tres puntos. Y el Sevilla lo intentó, pero Sarabia falló una de esas ocasiones que tienen que acabar en gol siempre. Se dispuso de varias ocasiones más, pero Oblak hizo de las suyas.

El Atlético también tuvo una oportunidad, por medio de Correa, para conseguir el 2-1, pero atajó el disparo Vaclík, que tuvo poco trabajo hoy.

El punto no sirve para mucho, porque nos jugaremos la sexta plaza en la última jornada, ante un rival directo. Sí nos puede servir para adelantar a Valencia o Getafe, en caso de victoria. Adelantar a los dos parece poco menos que imposible, porque además se enfrentan al Valladolid y Villarreal respectivamente, ambos sin nada en juego.

Podemos quedar entre el cuarto y el séptimo, aunque con más probabilidades para quedar sextos. Séptimos sería un desastre y significaría además cerrar la temporada con una nueva derrota. Despediremos una temporada donde el Sevilla se desinfló, hasta el punto de perder una plaza Champions que parecía asegurada. Por eso se acabará la temporada con la sensación de fracaso, aunque se gane al Athletic Club el sábado a las veinte horas. Si es que no cambian de nuevo el horario o incluso el día. Que en esta liga se puede esperar de todo.

Sevilla Atlético 2 – Villanovense 1. Permanencia casi asegurada

Hacía casi una década que no iba a la Ciudad Deportiva del Sevilla. He recordado viejos tiempos, porque antes, cuando el tiempo me sobraba, no me perdía ni un partido del primer filial. Sabía que me iba a encontrar un gran cambio, pero no esperaba que tanto. La primera vez que he visitado el estadio Jesús Navas y me ha dado muy buena impresión. Lo único que he echado en falta es un marcador más grande –ya electrónico– o un segundo marcador, y esas hojitas que se repartían con las alineaciones a los aficionados. Sólo he visto que las hayan repartido en el palco, donde estaban Monchi y Castro.

No ha sido un buen partido del Sevilla Atlético. Ya lo había visto por televisión en varias ocasiones y hoy he vuelto a tener la sensación de que este equipo, dirigido por Luci, es uno de los menos dotados técnicamente de los últimos años. No me extraña que haya estado luchando hasta hace poco por el descenso –no es matemática la salvación, pero casi–, aunque, quizás, también tenga mucho que ver que muchos jugadores son muy jóvenes e inocentes, y eso se aprecia mucho, tanto en ataque como en defensa.

El árbitro, del colegio madrileño, malísimo. Con lo fácil que es enseñar una tarjeta amarilla cuando hay una entrada dura… Pues nada, parecía que le gustaban las protestas del público. Afortunadamente, no era tan malo como para no darse cuenta del clarísimo penalti que le hicieron a Curro –transformado por él mismo– justo delante de sus narices.

Al inicio de la segunda parte llegó el empate, al defenderse nefastamente un córner, que fue aprovechado por Luis Martínez. Tras este gol, hubo varios minutos donde el filial perdió el norte y a punto estuvo de recibir el 1-2. Menos mal que Moussa, el delantero centro negro del Villanovense erró en un cabezazo que era más fácil colarla dentro que tirarla fuera. Este jugador fue el que dio problemas por su fortaleza y corpulencia. Pero si llega a tener calidad, lo más normal es que no estuviera en el Villanovense, aunque el guineano aún es joven –23 años– y tiene tiempo para mejorar.

En los minutos finales, como ninguno de los dos equipos daba por bueno el empate y dejaban bastantes huecos que facilitaban los contragolpes, me daba la sensación de que uno de los dos se iba a llevar el gato al agua. Yo creía que iba a ser el villanovense, porque veía tan inocente y con tan poca calidad a nuestra defensa, que esperaba que iba a pasar como en el último partido en casa, ante el Recreativo de Huelva, donde el Sevilla perdió injustamente en el descuento. Pero, por suerte, me equivoqué, y el Sevilla logró el importantísimo 2-1 en el minuto 91. Gol que, a la postre, le daría la victoria.

El 2-1 fue marcado por Mena, al aprovechar un rechace del portero a disparo de Bryan Gil. El barbateño estuvo muy marcado y apenas creó peligro, con contadas intervenciones, pero al final fue decisivo. Fue importante también la aportación de Juanpe, muy acertado en el centro del campo. Sustituyó al lesionado Diego García en el minuto 45.

Ojalá la próxima temporada del Sevilla Atlético sea más tranquila y no tengamos que mirar la parte baja de la clasificación continuamente. Porque aunque sea verdad que el primer objetivo del Sevilla Atlético sea la de formar jugadores para el primer equipo, no es menos cierto que, mientras mayor sea la categoría en donde se formen, mejor.

Sevilla FC 0 – Leganés 3. Justa derrota ante un Leganés muy superior

Derrota importantísima, porque se une a la de Gerona y, muy probablemente, a la de la próxima jornada. Mucho tiene que cambiar el Sevilla para que no muerda el polvo ante el Atlético. Tendrá que hacer un partido perfecto, o casi, no ya para ganar, sino para puntuar.

La decepción de esta noche ha sido tremenda. Esperaba a un Leganés correoso, encerrado para salir al contragolpe, como hacen casi todos los equipos que visitan el Ramón Sánchez Pizjuán, pero se ve que Pellegrino nos ha estudiado bien. Los madrileños salieron a presionar desde el minuto uno a nuestra débil defensa –cómo se nota que no está Carriço– con una línea de tres muy adelantada. Nuestros defensas, por su escasez de calidad técnica, se veían negros para enlazar con el centro del campo, donde también nos presionaban sin parar, con una defensa adelantada. Esa presión provocó un robo, en una mala entrega de Promes –muy mal hoy–, con muchos atacantes del Lega arriba, llegando el primer gol.

Este gol, lógicamente, sentó como un mazazo, a pesar de que ya nos habían dado un par de avisos. El Sevilla no supo sobreponerse, jugando con precipitación y siendo incapaz de dominar el centro del campo. Y esto fue debido a dos motivos: en primer lugar, la perfecta colocación de los visitantes, hasta el punto de que daba la impresión de que estaban en superioridad numérica, unido al gran despliegue físico que hicieron, incansables en la presión. Y en segundo lugar, a que nuestros jugadores estaban negados. Todos jugaron a un nivel muy inferior al habitual. No se salva ni Jesús Navas, y con eso lo digo todo. Tampoco Sarabia dio una a derechas y Ben Yedder tuvo que bajar a recibir al centro del campo varias veces. Tampoco tenía mucho sentido que se quedara en el área, rodeado de las torres que tienen los pepineros en defensa.

El Leganés olió sangre y ambicionaba el segundo. La velocidad y fortaleza de sus delanteros En-Nesyri y Braithwate daban mucha sensación de peligro. Este último, excompañero de Ben Yedder en el Toulouse, casi dejaba el partido sentenciado con un buen gol. Aún tenía la esperanza de que algún cambio táctico y de alineación de Caparrós diera resultado, porque aún quedaban setenta minutos por delante para arreglar el entuerto. Pero no sólo no fue así, sino que el Sevilla incluso empeoró en la segunda parte. Se perdió el orden y, de no haber sido por Vaclík, el 0-3 habría llegado al inicio de esta segunda mitad y no casi al final de ésta.

Caparrós recurrió al Mudo, pero volvió a hacer un partido pésimo, muy malo, siendo incapaz tanto de distribuir juego con eficacia como de contener en la zona media. Por cierto, Rog tampoco hizo nada de nada. No me explico qué vieron en este jugador. Supongo que en el pasado mostraría otro nivel, porque el Nápoles no se habría gastado entonces un buen dinero en él, ni habría sido internacional con su país. Pero, desde luego, en el Sevilla no está haciendo méritos para que se planteen su fichaje a final de temporada.

Tampoco Gonalons fue la solución. Con él se mejoró algo, pero sin poner en apuros al Leganés en ningún momento.

El Leganés, a mi modo de ver, hizo un partido completísimo. Presionó con maestría durante todo el partido, con velocidad en las contras, con contundencia en defensa y eficacia en ataque. A eso se le añadía que al Sevilla no le salía nada –todos los rebotes se los llevaban los visitantes y las pocas ocasiones que tuvimos, algunas claras, las fallamos– y que Undiano Mallenco estuvo al nivel que nos acostumbra: desastroso. No influyó en el marcador, pero quizá nos habría ayudado algo el que no hubiera perdonado varias tarjetas amarillas clarísimas al Leganés. Era desesperante ver cómo advertía, una y otra vez, a los jugadores que a la próxima habría tarjeta. El rival se aprovechaba cortando por la tremenda cualquier posibilidad de desborde del Sevilla. También permitió que se perdiera todo el tiempo del mundo. En fin, tampoco vamos a descubrir a Undiano Mallenco ahora.

El palo de hoy ha sido gordo. En dos jornadas, con dos bochornosas derrotas, hemos pasado de encarrilar la plaza Champions a temer que no haya clasificación europea.

Lo que sí ha quedado claro hoy es que Monchi tiene muchísimo trabajo por delante. Empezando por fichar físico, en todas las líneas, pero principalmente en defensa –aquí también se necesita velocidad– y centro del campo. Y arriba se echa en falta un delantero centro como el que se hartó de pedir Machín, que en partidos como el de hoy nos habría venido de perlas.

La sensación ahora mismo, al menos la que yo tengo, es que un «virgencita, que me quede como estoy» sería un gran éxito.

 

Gerona 1 – Sevilla FC 0. El enésimo partido vergonzoso fuera de casa

La verdad es que no lo entiendo. Un partido importantísimo para el Sevilla, sabiendo además que el Valencia había perdido, y salen los jugadores a jugar andando, sin la más mínima intensidad, con una parsimonia que indigna a cualquiera, como si en lugar de 0-0 fueran ganando 0-5.

Como suele ser habitual cuando el Sevilla juega de foráneo, el equipo local ganó con el mínimo esfuerzo. Se limitó a aprovechar una de esas pérdidas absurdas a las que Banega nos tiene acostumbrados, para hacer el único gol del partido.

Partido de muy pocas ocasiones de gol, por ambos conjuntos. La clave, sin duda, estuvo en el desastroso partido de las tres piezas del centro del campo: Roque Mesa, Mudo Vázquez y Banega. El peor de todos, Mudo Vázquez. Cuando lo traspasen, lo voy a celebrar. Estoy más que harto de este jugador. A  mí no me vale que un día haga un partidazo y después haga seis o siete donde no aporta absolutamente nada, como ha ocurrido hoy, hasta el punto de que, prácticamente, se puede decir que hemos jugado con diez jugadores.

Pero si el partido de Vázquez ha sido desastroso, Ever Banega no se queda atrás. Una calamidad. Su temporada está siendo muy mala. Se pueden contar con los dedos de una mano los partidos donde ha jugado bien. Vamos, yo es que no le renovaba. Aparte de su mal partido, vio su quinta tarjeta amarilla en el descuento y, por si fuera poco, un minuto después una roja directa. Y eso es ser un mal profesional. Y a jugadores así no los quiero en mi equipo, por mucho que de vez en cuando, cada vez menos, haga un partidazo.

Y Roque Mesa, simplemente, es que no tiene calidad para estar en un club como el Sevilla. No es que sea mal jugador, pero no tiene nivel como para ser titular en uno de los equipos punteros de Europa.

Lógicamente, si las tres piezas del centro del campo fallan, es complicadísimo ganar el partido, ya que se crean muy pocas ocasiones de gol y se producen pérdidas continuas en la zona ancha. Y, además, hoy tampoco ha sido el día de los jugadores de ataque, con lo que no se ha aprovechado ninguna de las escasísimas ocasiones de gol que ha tenido el Sevilla.

Para mí, es incomprensible el bochornoso espectáculo que ha dado hoy el Sevilla. Ni siquiera Caparrós ha sido capaz de insuflar un poquito de pundonor a esos profesionales que defienden el escudo del Sevilla FC.

Como las desgracias nunca vienen solas, Carriço, nuestro mejor central con diferencia, se retiró lesionado. Veremos a ver si vuelve a jugar, porque tenía pinta de ser una lesión muscular importante, pues enseguida pidió el cambio.

Aún quedan puntos, pero la plaza de Champions League, que deberíamos de haberla tenido más que asegurada, cada día está más complicada, sobre todo, porque el Sevilla está empeñado en hacer el ridículo ante equipos a los que, teóricamente, debería pasarles por encima.

Getafe 3 – Sevilla FC 0. Mateu nos vapulea de nuevo

Importante derrota la que ha cosechado hoy el Sevilla en Getafe, ante un rival directo, perdiendo además el goal-average, lo que complica la clasificación para la Champions League.

No fue un buen partido del Sevilla, ni tampoco del Getafe, que se limitó a aprovechar dos penaltis por dos manos involuntarias. En esta última mano estuvo la clave del partido, porque Mateu no se conformó con señalar la pena máxima, sino que, incomprensiblemente, mostró la segunda amarilla a Escudero –la primera fue por protestar– lo que conllevó que el Sevilla se quedara en inferioridad numérica con toda la segunda parte por jugar.

¿Alguien es capaz de imaginarse a Mateu Lahoz señalando penalti y expulsión si hubiera sido el Madrid y no el Sevilla? Evidentemente, no. Por desgracia, esta jugada prácticamente dejó sentenciado el partido, no habiendo tenido el Getafe apenas ocasión alguna de gol. Yo, inocente de mí, creí que no señalaría penalti, porque el balón da en la cabeza de Escudero y después le da en el brazo.

Para colmo, al inicio de la segunda parte, en una jugada muy mal defendida, sobre todo por Kjaer, dejaba el marcador en un contundente 3-0, que sería ya definitivo. El danés rompió el fuera de juego, no fue al paso del jugador azulón que llegó a la línea de fondo, y, por último, no pudo imponerse al delantero que cubría. Un desastre.

Hoy no me gustó ni la alineación inicial de Caparrós. Esperaba un once más ofensivo. Creo que ante la ausencia de Carriço, Mercado debió jugar de central, pues es el defensa más contundente que nos quedaba. Para el otro central me habría decantado por Sergi Gómez, que no es que me entusiasme, pero creo que es mejor que Kjaer. El Danés tiene dos buenas cualidades: su pase en largo y su juego aéreo. En todo lo demás deja bastante que desear, por lo que no debería formar parte de la plantilla de un equipo que aspire a Champions.

Tampoco me convencía el centro del campo. Roque Mesa me parece bastante mejor que Amadou y, además, está en un buen momento de juego. Y Mudo Vázquez no está para los partidos a cara de perro, y el de hoy lo era.

El partido hoy era muy complicado por el rival –el Getafe no está ahí arriba de casualidad–, los árbitros –Mateu Lahoz y Martínez Munuera ya han demostrado en muchas ocasiones que nos odian, y no me extrañaría que incluso fueran socios del Valencia–, y por las importantes bajas que presentábamos, ya que tanto Sarabia como Carriço son básicos en ataque y defensa, respectivamente.

Lamentablemente, sólo queda esperar a tener la posibilidad de volver a adelantar al Getafe, y para eso será fundamental ganar el jueves a un Rayo Vallecano que se está jugando la permanencia. Cinco partidos por delante, donde tendremos que estar a un alto nivel para lograr la deseada cuarta plaza.

Sevilla FC 2 – Alavés 0. Victoria, a pesar de Martínez Munuera

Victoria muy trabajada, porque el rival era de los correosos, de esos que luchan al máximo y que tienen calidad para sorprender en un momento dado. Si están en puestos europeos, no es por casualidad.

Sin embargo, el dominio del Sevilla fue total y absoluto, siendo el resultado bastante corto. Que yo recuerde, el Alavés sólo ha tenido una ocasión, muy clara, a puerta vacía, pero cuando ya iba un cómodo 2-0 en el marcador.

Costó abrir la lata. Infinidad de balones sobrevolaban el área, pero siempre faltaba rematador. Hasta que Roque Mesa la puso en la escuadra. Me dio la impresión que su disparo rozó levemente en un defensor.

En la segunda parte, más de lo mismo. Los visitantes, a pesar de ir perdiendo, no arriesgaban en absoluto. Sólo la mínima ventaja daba algo de intranquilidad, porque ya sabemos que los rivales necesitan muy poquito para hacernos daño. Sarabia, tras una pérdida absurda en el centro del campo por parte del Alavés, acabó por sentenciar el partido, batiendo con solvencia a Pacheco.

No eché en falta a Banega. Roque Mesa y Gonalons se hicieron con el control de la zona ancha durante los noventa y cinco minutos de partido. En mi opinión, Gonalons fue el mejor del partido. Todo lo hizo bien, tanto en ataque como en defensa, y se impuso en todos los balones aéreos que disputó.

También estuvo muy acertado Rog durante los pocos minutos que disfrutó, anticipándose en la marca y con agresividad.

No me gustó que Caparrós hiciera tan tarde los cambios, pues era un partido exigente en lo físico y en tres días tenemos otro partido. Partido donde no podrá estar Jesús Navas, por una gracieta de Martínez Munuera. El valenciano es un árbitro desesperante. El distinto rasero a la hora de señalar faltas y mostrar trajetas encendió la grada.

Tres puntos vitales conseguidos que nos permiten estar en puestos europeos. Porque no es que tengamos complicado conseguir la plaza Champions, es que tendremos que luchar también duro por una de las plazas de la Europa League. Y es que nuestra desastrosa segunda vuelta ha provocado que haya muchos equipos en la pelea por entrar en Europa.

Próxima parada, Pucela. Quedan tan pocos puntos, que ya valen su peso en oro.

 

Sevilla FC 0 – Valencia 1. Como siempre, el rival nos ganó con muy poco

El peor día para perder, el peor día para hacer un pésimo partido, el peor día para hacer un penalti estúpido que a la postre nos costó el partido.

El Valencia, como nos ha pasado en muchas ocasiones esta temporada, nos ganó con lo mínimo. Simplemente, se limitó a transformar el absurdo penalti cometido por Banega. Y sólo tuvo una ocasión más, donde Gameiro estrelló su disparo en el larguero. Por lo demás, Javi Díaz fue otro espectador más.

El Sevilla no hizo un buen partido. En la primera parte, salvo el arreón inicial, perdió el control del centro del campo por completo. En la segunda, tuvo varias ocasiones claras para empatar, pero hoy no era el día de nuestros jugadores ofensivos. En general, el partido de la mayoría de los jugadores fue muy discreto. En mi opinión, sólo se salvan Navas y Promes. Ben Yedder estuvo desconocido.

No me gustaron algunos cambios. Por ejemplo, no entendí que sustituyera a Promes, a no ser que tuviera molestias, ni tampoco la entrada de Mudo Vázquez, que está en una notable baja forma.

Para colmo, el arbitraje de González González, como suele ser habitual fue desastroso. Ni siquiera acertó al calcular el tiempo añadido, pues hubo muchos parones, pérdidas de tiempo y se hicieron todos los cambios. En el descuento, en mi opinión, hubo un claro penalti a Gonalons, pero ni el árbitro ni los del VAR lo vieron.

Partido para olvidar. Y hay que hacerlo pronto, porque el jueves hay otro partido ante un rival directo. Con la derrota de hoy, la Champions se complica muchísimo, algo totalmente normal cuando los rivales necesitan hacer tan poco para puntuar.

Slavia 4 – Sevilla FC 3. El Sevilla cae increíblemente eliminado de la Europa League. Seis goles para analizar

Increíblemente, el Sevilla ha sido eliminado de la Europa League, por un equipo bastante inferior. Pero el Sevilla, que no ha hecho una buena eliminatoria, no ha tropezado con el líder de la liga checa, sino con la Diosa Fortuna. Y si tenemos que luchar con dioses, mal vamos. Los seis goles son para analizar.

El primero que encajamos es un tiro lejano que desvía un defensor, dejando a Vaclík vendido.

El segundo es de los más raros que he visto en mi vida, y he visto muchísimos, pero que muchísimos goles en mis casi medio siglo de vida. Un córner, el balón golpea en un defensor, dándole en la espalda, remata sin querer, poniéndola en la misma escuadra, inalcanzable para el portero, que además se lesiona en la jugada.

Ya en el partido de vuelta, el único gol más o menos normal fue el primero del Slavia, en un córner, muy mal defendido, donde Vaclík sale en falso, y se deja rematar en el área pequeña.

El segundo de hoy fue un penalti regalado por el árbitro bielorruso, premiando un piscinazo de un jugador checo.

El tercero fue finalizando la primera parte de la prórroga, en una jugada de nuevo muy mal defendida, donde se deja rematar a un jugador local, sin ángulo, pero el balón pasa por debajo de las piernas de Kjaer y acaba en la red, ajustado al poste.

 Y el último, el gol que nos ha eliminado, es el remate. La última jugada del partido. Una falta lejana, un disparo a puerta, no se es capaz de despejar el balón, rebote hacia el rival, remate, toca Vaclík, después en la rodilla de Kjaer, que no es capaz de despejar, dando al aire, y se acaba colando el balón dentro, casi ni se sabe cómo.

Si a eso le sumamos que en el partido de ida anularon un gol por fuera de juego de Ben Yedder inexistente, que hoy hemos tirado al palo, cuando parecía que entraba, y que el portero local ha hecho tres o cuatro paradas importantes… Yo creo que hemos hecho méritos más que suficientes para eliminar al Slavia de Praga. Es cierto que no hemos hecho una gran eliminatoria, pero en el global, me parece que hemos merecido pasar la eliminatoria, pero cuando no se puede, no se puede. Y además, es imposible.

Sé que es un análisis muy simplista, basado en la suerte, pero siempre he creído que es un factor muy determinante en un deporte como el fútbol. No es lo mismo como en tenis o baloncesto, donde puede acompañarte en un par de golpes de raqueta o tiros a canasta. En fútbol, una decisión arbitral, un rebote, un palo… te puede costar un partido o una eliminatoria. Y contra el Slavia, parece que nos ha mirado un tuerto. En fútbol no vale para nada, en absoluto, ser mejor que el rival. Sólo cuenta marcar un gol más que el contrario, da lo mismo que sea un golazo por la escuadra, en propia puerta, de penalti injusto o sin querer.

También creo que hoy Machín se ha equivocado en los cambios. Yo a Ben Yedder no lo quitaría ni aunque estuviera cojo. Y marcando en la prórroga, yo pondría un cerrojazo, fortaleciendo el centro del campo, adelantando la defensa y dejando sólo en punta a Ben Yedder. Pero también es verdad que es ver los toros desde la barrera.

Por supuesto, también ha faltado calidad y oficio. Adelantádote en la prórroga, jamás se debe ir una eliminatoria, y más en campo contrario, donde el valor es doble.

El mejor jugador me ha parecido Promes, que fue objeto de penalti, disparó a puerta con peligro y asistió a Mudo Vázquez en el gol.

El verdadero drama de este Sevilla de Machín es que el rival, cualquier que sea, necesita hacer muy poco, lo mínimo, para marcar y, por tanto, ganar con el mínimo esfuerzo. Lo hizo el Celta, el Barcelona, el Huesca, La Real Sociedad –hizo dos goles de cuatro ocasiones que tuvo–, y el Slavia casi ha hecho pleno. Y con tanta fragilidad no se va a ningún sitio. Probablemente, el Español nos ganará también teniendo sólo una o dos ocasiones de gol.

La eliminación es un palo, un palo grande. Pero hay que mirar el lado positivo: nos vamos a ahorrar un pasta entre vuelo, hotel, etcétera, etcétera. Y, además, para qué negarlo, no tenía ninguna gana de ir a Bakú.

 

Sevilla FC 5 – R. Sociedad 2. ¡Por fin! 

Un poco más y se me saltan las lágrimas. Creía que no iba a ver ganar nunca más al Sevilla. Parecía que se iba a seguir el mismo camino de los últimos partidos, con el Sevilla creando bastantes ocasiones que no entraban por poco. Y cuando nos adelantamos, por medio de Sarabia, la Real nos empató a los pocos minutos, en la primera ocasión que tuvieron. Oyarzabal la puso imposible para Soriano, de tiro raso, cruzado, fuerte y ajustado.

Pero, afortunadamente, en la segunda parte cambió el viento y se puso a favor, con Ben Yedder haciendo un triplete, e incluso con un gol de Oyarzabal en propia meta. Este jugador también hizo el segundo de su equipo al transformar un penalti por manos involuntarias de Mercado.

Los tres puntos eran vitales, porque habríamos perdido posición europea, el Getafe se habría escapado y es que todos los rivales directos habían ganado o puntuado. Y supongo que Machín habría sido destituido.

En defensa se ha estado mejor que en otras ocasiones, con anticipación, presionando y yendo bien por arriba. Gran partido de Mercado, Promes y, por supuesto, Ben Yedder. Por favor, renueven ya al «miarma». Esta renovación es mucho más importante que la de Sarabia o Banega. Y que alguien le diga que no haga tantos goles, no vaya a venir uno de esos clubes que están acostumbrados a robar, tanto partidos como jugadores, y se encapriche de él. Creo que tiene una cláusula de 30 o 40 millones, que es ridícula para un goleador. Él y Dabbur pueden liarla la próxima temporada si jugaran juntos.

Muy importante también la recuperación de jugadores clave, como Gonalons y Carriço. Ahora viene la recta final, tanto en Europa League como en Liga, y mientras más calidad y alternativas tenga Machín, mucho mejor.

Si somos capaces de ganar los dos próximos partidos, el Sevilla podría recuperar esa tranquilidad y confianza tan necesaria para ganar partidos y aspirar a todo. Pero para eso hay que volver a ganar fuera, que es algo que nos cuesta la misma vida. Tanto que parece misión imposible.

Sevilla FC 2 – Lazio 0. En octavos, con algún que otro susto

Misión cumplida. El Sevilla estará en el próximo sorteo. No ha sido un partido fácil, sobre todo en la primera parte, que fue bastante igualada y donde llegó el primer susto. Un despiste en la defensa, donde un italiano había pasado desapercibido, llegó a tener una ocasión clarísima de gol. Desde la grada me pareció que pudo ser hasta penalti.

Poco después llegaría el gol de Ben Yedder, que aprovechó un rechace del portero, a tiro de Sarabia, para empujar el balón al fondo de la red. Estos dos jugadores están en un momento extraordinario y sus estadísticas demuestran que fue un grave error que estuvieran en el banquillo en el importantísimo partido de Villarreal.

El segundo susto llegó tras la expulsión de Franco Vázquez. A mi modo de ver fue injusta. Me dio la sensación de que hasta es él el que recibe la falta. De cualquier forma, era un gran riesgo mantener a Vázquez en el césped con una tarjeta, porque es un jugador bastante alocado y no sabe contenerse.

La cuestión es que se planteaba un final de partido complicado, porque la Lazio tiene un buen equipo y quedaba mucho tiempo por delante, más de media hora. Afortunadamente, Marusic vio una estúpida tarjeta roja y, ya en igualdad numérica, quedaba prácticamente sentenciado el partido. Para despejar toda duda, Sarabia se encargó de hacer el 2-0, con la colaboración de un defensa que tocó el balón.

Por desgracia, a los pocos minutos, en un salto donde pisó mal, se lesionó Jesús Navas. Esperemos que no sea para mucho, porque es uno de los jugadores más importantes de la plantilla. La baja de Navas se une a la de Escudero, que se echó mano a los isquiotibiales nada más empezar el partido. La lesión de Escudero parece más importante, y además, como suele ocurrir, le ha cogido cuando parecía que estaba recuperando la forma.

Aparte del parido de Sarabia y Ben Yedder, me quedo con el buen partido de Promes y con el paradón de Vaclick, que evitó el gol del empate, casi a  bocajarro, despejando por encima del larguero.

Los ex sevillistas Immobile y Correa pasaron desapercibidos, haciendo un mal partido. No fue así el caso del ex bético Durmisi, que se llevó una sonora pitada.

Se cumplió el objetivo de estar en octavos de final, al superar a un rival importante y con solvencia. Yo, al menos, no esperaba un contundente 3-0 en el global de la eliminatoria. Ahora toca recuperarse de este intenso partido, porque el próximo rival es el Barcelona, que llegará más descansado y contará con la ayuda, más o menos descarada, de uno de los peores árbitros y más serviles del fútbol español: Mateu Lahoz. Que Dios nos coja confesados.

Villarreal 3 – Sevilla FC 0. Otro partido andando, otro bochorno

Otro partido igual. Desde los primeros minutos, viendo la actitud de los jugadores sevillistas y los de amarillo, ya se preveía el desastre. Mientras los primeros andaban, los segundos no paraban de correr y presionar. Si a eso le sumábamos el atrevimiento u osadía de Machín de dejar a los dos jugadores más determinantes y con más gol en el banquillo (Ben Yedder y Sarabia), el partido pintaba mal.

Pasaban los minutos y el Sevilla, como le suele ocurrir de visitante últimamente, no creaba ocasiones de gol. Hasta que llegó un córner, desastrosamente defendido, y el primer gol del partido. Woeber comete el error de principiante de estar más pendiente de su marca que del balón, al que ni mira. Cuando se vino a dar cuenta, ya era imposible evitar el remate de Álvaro.

Pudo el Sevilla dar un halo de esperanza, soi Munir hubiera batido a Asenjo en una clarísima ocasión, pero el guardameta hizo una gran parada.

En esos momentos, viendo el despropósito, yo ya deseaba llegar al descanso con 1-0, pero el Sevilla no tuvo esa suerte, y en los minutos de la prolongación, en otra jugada muy mal defendida, llegó el 2-0. Si ya pintaba mal el partido, ahora ya era necesario otro milagro como ante el Eibar.

Por cierto, el 2-0 fue marcado por Ekambi, que debió ser expulsado por una clara segunda amarilla, en las mismas narices del árbitro, pero éste no quiso expulsarlo. Simplemente, no le dio la gana, como ya nos ha ocurrido en esta temporada, creo que en tres ocasiones más. Una fue con el Getafe, en casa, otra en Leganés, y la otra ocasión no recuerdo el rival, pero estoy seguro que se dio. Es evidente que el respeto que nos tienen los árbitros sigue siendo nulo.

En la segunda parte, el Sevilla mejoró. No podía ser otra forma, porque hacerlo peor era realmente difícil. Machín dio entrada a Sarabia y Yedder, pero ya era demasiado tarde. El Sevilla tuvo varias ocasiones para acortar distancias, pero fueron todas desaprovechadas. La porcentaje de efectividad fuera del Ramón Sánchez Pizjuán debe ser ridículo.

Varias de esas ocasiones las tuvo André Silva, que hizo un partido verdaderamente lamentable. Todo lo hizo mal. Este jugador, o cambia radicalmente, o yo no pagaba 40 millones de euros por él, de ninguna de las maneras.  Sólo me gustó en las primeras jornadas, pero después ha pegado un bajón enorme.

No dábamos una en ataque, pero el que sí se encargó de estropearnos el goal-average fue Pedraza, consiguiendo el 3-0 definitivo, aprovechándose de que, aparte de que estábamos volcados, defendemos francamente mal.

Otro partido para olvidar, otro partido donde da la sensación de que el rival siempre le echa más huevos que nosotros, otro partido que se salda con derrota vergonzosa. Y ya van tantas que a Machín ya le salen detractores hasta de debajo de las piedras. Y es lógico, porque en el fútbol mandan los resultados y las sensaciones. Y las sensaciones son que ahora mismo no le ganamos a nadie y que Machín parece no encontrar solución a la falta de intensidad, a esa desgana que cabrea a cualquiera.

Y lo peor es que el próximo rival en liga es el Barcelona de Messi y que la próxima salida es en Huesca, donde a buen seguro ya se estarán frotando las manos.

Puede que ya salgamos de los puestos Champions esta jornada si el Alavés gana en el Villamarín. Pero si no, sólo es cuestión de tiempo. Jugando así no vamos a ningún sitio.

Lazio 0 – Sevilla FC 1. Se perdió la oportunidad de sentenciar

Buen partido del Sevilla, que salió muy mentalizado desde el minuto 1. Sin embargo, creo que faltó ambición para buscar con más ahínco un marcador más favorable.

La Lazio tenía bajas muy importantes y habría sido conveniente ampliar la ventaja para la vuelta, donde no estará Banega, por sanción.

El Sevilla dispuso de varias ocasiones para hacer el segundo gol, principalmente en varias contras facilitadas por los locales, aunque fueron todas desaprovechadas. Así fue como llegó el primer gol: al finalizar un contragolpe, con una excelente combinación entre Escudero, Sarabia y Ben Yedder.

Por su parte, la Lazio apenas inquietó. Si acaso, a balón parado.

Espero que no nos tengamos que acordar de las múltiples ocasiones erradas hoy, especialmente la que falló Vázquez en el minuto 89, completamente solo ante el portero, pero ni siquiera tiró. Amagó y esperó que el defensa, absurdamente, le marcara.

Sería una sorpresa que no nos clasificáramos, por la ventaja y porque el Ramón Sánchez Pizjuán debe decidir. Pero a nadie se le escapa que, a poco que hubiéramos estado acertados, este partido era para un 0-2, mínimo. El equipo parecía excesivamente preocupado por no encajar gol más que por incrementar la ventaja.

Villarreal, próxima parada.

Celta 1 – Sevilla FC 0. Derrota más vergonzosa incluso que la del Nou Camp

Pues sí, era difícil hacerlo peor que ante el Barcelona en la Copa del Rey, pero el Sevilla lo ha conseguido esta noche, cayendo derrotado ante un Celta que ha demostrado que está en el furgón de cola por méritos propios, y al que, de haber hecho un partido medio serio, el Sevilla le tendría que haber metido cuatro, como mínimo.

Esperaba un Sevilla espoleado por el partidito de hace tres días, pero no. El Sevilla se dedicó a tirar a la basura el primer tiempo. Tenemos un problema grave en la creación, pues Banega, Vázquez y Sarabia están a un nivel ínfimo. Y claro, así es muy difícil hacer ocasiones de gol. Si además abusamos de los pases horizontales y lo hacemos a una lentitud desesperante, pues es casi un milagro que marquemos algún gol.

Y menos mal que el Celta no está para nada. Es lamentable que nuestros rivales, fuera de casa, tengan que hacer tan poquísimo para llevarse el gato al agua. Al Celta hoy le basó aprovechar un triple fallo del Sevilla para llevarse los tres puntos. Y lo hizo poco después de que Ben Yedder –el mejor hoy– fallara un mano a mano con el portero, lanzando al poste.

La jugada del gol es para analizarla, porque da la sensación de que Machín no entrena los córners, ni en ataque ni en defensa. Como digo, hubo tres errores, a cual más grave. Primero, Kjaer despeja a córner de manera innecesaria, pues su despeje no fue forzado. Segundo, es André Silva, un delantero, el que va a defender al primer palo, y lo hace mal, no despejando el balón y permitiendo que pase al segundo palo. Y, en tercer lugar, por incomprensible que parezca, no hay ningún defensor en el segundo palo, con lo que Okay remata completamente solo y a placer.

Por cierto, de nuevo muy mal partido de André Silva. Un jugador que cuesta 38-40 millones de euros tiene que hacer mucho más que peinar hacia atrás en la mejor ocasión de gol que tuvimos y que desaprovechó Ben Yedder. Su calidad es innegable, pero creo que es un jugador muy sobrevalorado. A mí, junto con el Mudo Vázquez, es el que más me desespera de este Sevilla.

Con el 1-0, y quedando poco más de quince minutos, fue un querer y no poder. Al Celta le bastó perder tiempo y el juego sucio (hasta dos agarrones desentendiéndose del balón y cortando contragolpes) para aguantar hasta el final y llevarse los tres puntos en juego con el mínimo esfuerzo.

Nos ganó un equipo inferior, muy inferior, y eso, aparte de ser muy decepcionante es gravísimo, porque deja en evidencia los múltiples defectos que muestra el Sevilla fuera de su estadio, donde parece otro equipo distinto. De no corregirse la debacle sevillista como foráneo, dudo mucho que logremos plaza Champions a final de temporada.

Machín también me defraudó. Ya por detrás en el marcador, quita a Sarabia. Aunque estaba haciendo un nefasto partido, siempre va a tener más gol y va a atacar mejor que Escudero, que fue quien le sustituyó.

Partido para olvidar, porque lo único que debe importar ya es el Éibar. Pero qué pena de estos tres puntos tirados a la basura, de manera tan estúpida.

El Sevilla FC celebra su cumpleaños ante el Levante (5-0)

El Sevilla tiene 129 años de vida y un día. Y vaya día. Tan soleado que parecía primavera y perfecto para disfrutar del fútbol. Y bien que se disfrutó, pero en la segunda parte, porque la primera fue más bien igualada, aunque fue el Sevilla el que dispuso de las mejores ocasiones de gol.

Ben Yedder pudo poner de cara el partido, en los primeros minutos de partido, pero no aprovechó el magnífico pase de Aleix Vidal, y no pudo sortear la salida de Oier. El Levante únicamente inquietó a balón parado, en una falta lateral y tres lanzamientos de córner. En uno de ellos, Boateng a punto estuvo de darnos un disgusto, porque su testarazo casi roza el larguero. Y ya acabando esta primera parte, Roque Mesa pudo lograr el 1-0, pero el poste lo evitó.

La segunda parte fue totalmente distinta, pues el Sevilla barrió a su rival, y aunque parezca que cinco goles son muchos, en realidad pudo caer alguno más. Por ejemplo, por increíble que pueda parecer, se fue al garete un contragolpe de cinco o seis jugadores sevillistas contra un solo defensor granota. Y el larguero rechazó un cabezazo de Silva, que pudo haber sido el 6-0.

Abrió la lata Ben Yedder, aprovechando un magnífico pase de Roque Mesa. El francés sigue incrementando su cuenta goleadora, en esta ocasión colando el balón entre las piernas de Oier, en un disparo raso y esquinado.

Llegó entonces la ocasión más clara del Levante: un disparo de Bardhi, tocó en Mercado, se elevó y se estrelló en el poste. Habría supuesto un jarro de agua fría el empate, pero en esta ocasión el poste sí jugó a nuestro favor.

A falta de media hora, André Silva lograba el 2-0, al enganchar un perfecto pase de Promes, quien previamente había contralado el balón de manera magistral con la puntera.

Con este segundo gol se ponía muy de cara el partido, pero la tranquilidad absoluta llegó cuando Mudo Vázquez logró el 3-0, a pase de Sarabia. Quedaban sólo veinte minutos para el final y la ventaja era ya insalvable.

El cuarto y el quinto llegarían desde el punto de penalti. El primero sobre Promes y transformado por Sarabia, y el segundo fue sobre Roque Mesa y transformado por Promes.

Varios nombres propios por parte sevilllista:

Promes. Fue el héroe del partido. Su partido fue impresionante, especialmente cuando pasó al lateral derecho. Dejó en bandeja el 2-0, para que rematara a placer André Silva, provocó el penalti que dio lugar al 4-0, y, aunque erró el segundo penalti, cogió su propio rechace para hacer el 5-0. Además, en defensa estuvo perfecto, cortando alguna contra peligrosa. Sin duda, el mejor partido que ha hecho hasta ahora el holandés, recibiendo una ovación más que merecida.

Maximiliam Wöeber. No pudo dejar mejores sensaciones en su debut. Lógicamente, habrá que verlo más, pero estuvo bien colocado y rápido. Se mostró expeditivo por alto y subió con seguridad al ataque. De hecho, estuvo cerca incluso de hacer gol, en un disparo raso y cruzado.

Roque Mesa. Completísimo su partido. Asistió a Ben Yedder en el primero y le hicieron el penalti que resultó en el 5-0 definitivo. Tuvo un par de ocasiones que desaprovechó por poco. Ojalá consiga corregir su disparo a puerta, porque no suele echar el cuerpo sobre el balón y, en consecuencia, casi siempre sus tiros se van por encima del larguero.

Pablo Sarabia. Su visión de juego y su calidad provocaron que cada contra del Sevilla fuera peligrosísima. El Sevilla ganó mucho en ataque con él sobre el campo. Marcó el 4-0 de penalti, con un lanzamiento perfecto.

Pero no todo podía ser de color de rosa. Desgraciadamente, la enfermería tiene dos nuevos inquilinos: Sergi Gómez y Aleix Vidal. A este paso va a tener que acabar jugando el Sevilla Atlético.

Ahora sólo queda pensar en conseguir la hazaña de eliminar al Barcelona. La ventaja que llevamos es muy corta. 2-0 es muy poca cosa cuando se visita el Nou Camp. Hay que marcar allí, como mínimo, un gol para tener esperanzas.

Los tres puntos de hoy son vitales, importantísimos, porque se corta una racha muy negativa y porque siempre sumar de tres en tres, inevitablemente, pone tierra de por medio con algunos de nuestros perseguidores. Por ejemplo, el Getafe acaba de morder el polvo ante el Atlético de Madrid (2-0).