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El partido de ayer

Barcelona 1 – Sevilla FC 1. Faltó convicción

Lástima de partido que ha dejado escapar el Sevilla. Siempre he tenido la impresión de que faltaba convicción o sobraba respeto hacie el Barcelona. Pero lo cierto es que, en muchas ocasiones, cuando parecía que había posibilidades de hacer daño a la contra, en lugar de ir arriba con todo, se ralentizaba el juego o se pasaba hacia atrás.

En líneas generales, me ha parecido que el Sevilla ha hecho un buen partido, pero que ha dejado escapar una buena oportunidad para ganar en un estadio que se le lleva resistiendo demasiados años.

El partido se puso de cara pronto, cuando nos adelantamos con el gol de De Jong, que cazó un balón muerto que quedó rechazado tras una pugna de Koundé con un jugador azulgrana. Neto, prácticamente, fue fusilado y no pudo hacer nada.

El Sevilla no supo mantener la ventaja, ya que el Barcelona empató inmediatamente. Se mantuvo la defensa muy adelantada, lo cual aprovechó Messi para meter un pase peligrosísimo, que Navas convirtió en mortal al llegar muy forzado y no poder controlar ni despejar el balón, dejándolo de dulce para que Coutinho sólo tuviera que empujarla a la red.

El Sevilla pudo adelantarse de nuevo, pero, lamentablemente, hoy no era el día de dos jugadores que, normalmente, son fundamentales: Jesús Navas y Ocampos. El palaciego asistió con demasiada fuerza en lo que pudo haber sido el 1-2.

Los que sí hicieron un partido impresionante, de principio a fin, fueron Koundé, Diego Carlos y Fernando. También Bono hizo un par de paradas de mucho mérito.

En el último cuarto de hora, el partido se volvió loco, y temí que esa pérdida de orden nos costara el partido. El Sevilla pudo adelantarse, por un despeje de un defensa culé a un centro de En-Nesyri, pero también pudo hacerlo el Barcelona en los últimos minutos.

Creo que el empate se puede considerar justo, y también un buen resultado. Auque se me queda la sensación de que se hubiera habido más ambición y convicción en la victoria, ésta habría llegado.

Siete puntos de nueve posibles, no está nada mal. Y, sobre todo, lo más importante, es la sensación tan buen que transmite el equipo, que se ve trabajado, con calidad y con muchas y buenas alternativas en el banquillo.

Espero y confío en que este período de fichajes sirva para potenciar la plantilla y no para debilitarla. Es decir, que no se venda a ningún jugador importante, como Koundé u Ocampos.

Ahora llega un tedioso parón por Selecciones y después llegará un interesante Granada- Sevilla. Partido fundamental para llegar a plazas de Champios League, hacia donde vamos muy bien encaminados. Con sólo tres partidos, ya hemos llegado a plaza de Europa League, y eso es muy buena señal, cuando la mayoría de los equipos ya han disputado cinco.

Sevilla FC 1 – Levante 0. Gran victoria, pese a la mierda de arbitraje

Indignadísimo con el arbitraje del catalán Estrada Fernández. No me puedo creer que el Sevilla haya sido amonestado en cinco ocasiones y el Levante sólo en dos. Una prueba del arbitraje malintencionado de Estrada es que sólo Vukcevic ha podido ver la tarjeta amarilla hasta en cuatro ocasiones, haciendo incluso un par de entradas por detrás. Bueno, pues el tío no sólo ha acabado el partido, sino que se ha ido de rositas. Únicamente ha recibido una advertencia verbal. Tan increíble como cierto.

Y el Sevilla no es que se haya hartado de repartir leña, como ha hecho el Levante, sino todo lo contrario. Es más, Navas y Fernando han sido amonestados por protestar faltas inexistentes. Los dos centrales, Koundé y Diego Carlos, han recibido tarjetas por faltas dudosas. Posiblemente, no sean ni falta, pero, desde luego, no es tarjeta en ningún caso. Espero que el club recurra ambas tarjetas, porque son dos jugadores fundamentales. De igual modo, también es dudosa la falta donde recibe la tarjeta Ocampos. El único expulsado fue Lopetegui, también por protestar. Y  no me extraña, porque el calamitoso arbitraje de Estrada Fernández hoy hace hablar hasta a un muerto.

Dejando a un lado el lamentable y criminal arbitraje de hoy, tiene muchísimo mérito lo que ha hecho el Sevilla. No sólo porque un arbitraje así desespera y descentra a cualquiera, sino porque el Levante tiene cuatro jugadores que, en mi opinión, son buenísimos, como son Campaña, Bardhi, Morales y Roger. Por suerte, este último, no sé por qué razón, no suele jugar contra el Sevilla. Y yo que me alegro, porque es el típico delantero que necesita media ocasión para hacer un gol. Hoy jugó sólo los minutos finales.

Si no se controla a esos jugadores, te la lían en un santiamén, y para eso es necesario estar concentrado durante los noventa y tantos minutos de partido.

El partido no empezó nada bien, con un error garrafal de Ocampos, con toda la portería para él. Eso sí, gracias a otro gran error de un defensa granota, que perdió el balón como último hombre. Más tarde, Diego Carlos hizo más o menos lo mismo, y, por suerte, Morales también tiró fuera. Hoy no se aceptaban regalos por ninguna de las dos partes.

Fue un partido de pocas ocasiones, pero la mayoría fueron para el Sevilla, por lo que considero el resultado justo. El peligroso contragolpe del Levante fue controlado en todo momento y apenas dispuso de ocasiones en algún córner o a balón parado.

A Munir se le anuló un gol. En mi opinión, fue justamente anulado. Koundé toca levemente el brazo de De Frutos, pudiendo desequilibrarle y provocar su error. Es cierto que no queda claro si el agarrón es lo suficientemente fuerte como para desequilibrar al defensa, pero ante la duda, hay que anular el gol. Creo que es en lo único que ha acertado Estrada Fernández hoy. O más bien el VAR, porque Estrada concedió gol en un primer momento.

En la recta final, Lopetegui hizo cambios ofensivos para buscar la victoria. Y acertó, porque En-Nesyri, uno de esos cambios, cabeceó a la perfección uno de esos sensacionales centros a los que don Jesús Navas nos tiene acostumbrados. Era el minuto 92 y, con un poquito de oficio, el partido quedaba sentenciado. Así fue, ya que el Levante tampoco tuvo ninguna ocasión en ese par de minutos que restaban.

Me alegro mucho por que el goleador haya sido En-Nesyri. Le vendra muy bien para superar esa jugada de la final de la Supercopa de Europa, a la que seguro le estará dando vueltas aún. Probablemente, lo hará el resto de su vida.

Y a Jesús Navas ya va a haber que pensar en algo, porque el que le pongan su nombre a un estadio ya se le está quedando cortito. Se merece, como mínimo, una estatua de oro y brillantes al lado de su amigo Antonio Puerta.

Tres puntos de oro que son fundamentales, porque el próximo rival es en el Nou Camp, y ya sabemos que el Barcelona de Messi siempre es un duro hueso de roer. Un empate allí siempre es un buen resultado, al menos a priori. Después, si hacemos un buen partido, incluso puede saber a poco.

 

Cádiz 1 – Sevilla FC 3. Munir cambió el partido

Difícil papeleta se le presentaba al Sevilla después del enorme esfuerzo físico que supuso la Supercopa de Europa. Afortunadamente, el desplazamiento era cercano y el rival, teóricamente, de los más débiles, al ser un recién ascendido. Lopetegui se vio obligado a hacer bastantes rotaciones, dejando fuera a jugadores tan importantes como Koundé o Fernando, lo que, lógicamente, se notó. Esto es algo que se debería solucionar, pues hay una diferencia abismal entre los centrales titulares y los suplentes, que a día de hoy son Sergio Gómez y Gnagnon, si es que este último cuenta. Sería una temeridad disputar cuatro competiciones, más los partidos con la selecciones, con sólo dos centrales de garantías.

La primera parte no me gustó. Entiendo que, por el cansancio, se quisiera dar pausa al partido, pero me desespera ese juego lento y casi completamente horizontal que suele hacer mucho el Sevilla en los primeros tiempos. Tengo la sensación de que se están perdiendo minutos que luego, si las cosas salen mal dadas, se pueden echar en falta. Y es precisamente lo que ocurrió ayer, ya que el Cádiz se adelantó al inicio de la segunda parte y el Sevilla tuvo que ir a contrarreloj para conseguir la remontada.

Recibir este gol fue duro, porque el Sevilla fue el que había tenido las ocasiones más claras, como un tiro de Oliver al poste, el gol anulado a Ocampos, otro disparo de Rakitic desde la frontal, con todo a favor, y, por lo visto, una ocasión clarísima de En-Nesyri que no pude ver por problemas técnicos, y que hasta ahora no he podido ver en ningún resumen.

El gol anulado a Ocampos, la verdad es que no lo entiendo. No tiene lógica que se lleven varios minutos para decidir si es fuera de juego o no. En tal caso, si es tan ajustado, en mi opinión debería haber subido al marcador, ya que, si la norma no ha cambiado, en caso de duda, debe darse gol. Otra cosa es si hubiera un sistema automático, con una precisión tal, que garantizara, aunque fuera por centímetros, que hay fuera de juego. Desconozco cómo es el funcionamiento del sistema, pero me parece que las líneas las trazan manualmente los árbitros encargados del VAR, con lo que la fiabilidad está lejos de estar al 100%, ya que dependerá del criterio y la referencia que se tomen al trazar las líneas.

La cuestión es que se anuló el gol, por centímetros o milímetros, cualquiera sabe. Uno de esos goles que en otros casos, si le ocurre a otros equipos, habría sido válido.

Había que remontar, y para ello fueron fundamentales los cambios. De Jong sustituyó a un En-Nesyri que no está pasando por su mejor momento. Fue el que logró el empate, tras un sensacional pase de Jesús Navas.

Lo de Navas es que no tiene nombre. Me quedo con al boca abierta al ver el despliegue físico que hace partido tras partido, y la calidad que tiene. Una leyenda que ojalá podamos disfrutar muchos años más. Junto con Koundé, es el jugador más determinante de la plantilla.

Con media hora por delante entraron Jordán y Munir. Los dos fueron claves para la remontada. A partir de aquí, el dominio del Sevilla fue absoluto. Y a falta de un minuto para el final, Jordán asistió, con un gran pase en profundidad, a Munir para que éste batiera al guardameta cadista.

Muy poquito después, ya en el tiempo de descuento, Munir asistió a Rakitic para lograr el 1-3 definitivo.

La verdad, no entiendo que con el poquito gol que tiene el Sevilla, Munir sea suplente. En mi opinión, es de los jugadores de más calidad de la plantilla. No sólo valoro su facilidad para marcar, sino también sus desmarques, su visión de juego, técnica… incluso su generosidad. Porque el balón que le dejó ayer en bandeja a Rakitic, para que sólo la empujara, otros jugadores no lo habrían hecho.

La jugada del 1-2 fue muy protestada por el Cádiz por entender que hubo una falta previa. A mí me dio la impresión de que sí la hubo, pero está claro que yo debo de tener un criterio muy diferente al del árbitro, ya que creo que se equivocó en muchísimas faltas. En cualquier caso, no he podido ver la jugada repetida.

Por último, ayer debutaron en partido oficial Oscar y Acuña. Ambos me dieron bastante buena impresión. Hay que verlos más, pero creo que van a ser dos buenos fichajes.

El próximo rival será el Levante, en casa, un rival muy duro, con varios jugadores de gran calidad.

Era muy importante empezar bien. Tan importante como darle continuidad a esos tres puntos, si queremos estar en los puestos de privilegio de la tabla.

Bayern de Munich 2 – Sevilla FC 1. ¡¡Gracias!!

Gran partido con el que nos ha deleitado el Sevilla FC hoy. Desgraciadamente, no podemos sumar otro titulo a nuestro palmarés. Para ello, tendríamos que haber hecho un partido perfecto, y sólo lo hemos hecho casi perfecto. Hemos tenido algunos fallitos, que ante equipos como el Bayern se pagan siempre muy caro.

Y es que el Bayern no es un equipo. Es un equipazo. Impresiona ver cómo juegan. Son buenísimos en todo: en preparación física, técnica y táctica. En todos sus jugadores. No hay ninguno «normalito». Son todos unso fuera de serie. Te exigen al máximo en cada balón. Un descuido, por pequeño que sea, lo pagas. Por tanto, el mérito que tiene que el Sevilla le haya disputado, con prórroga incluída, la final a estos tipos es descomunal.

Sin embargo, la sensación que tengo ahora mismo no es agradable. Es una mezcla de orgullo infinito, por la  entrega de nuestros jugadores, y de coraje, porque, de nuevo, hemos estado verdaderamente cerca de ser supercampeones de europa. El partido de hoy me ha recordado mucho a la Supercopa que perdimos contra el Madrid en el tiempo de descuento. También debimos ganar, pero perdonamos. Aquel día nos faltó un poquito de calidad y oficio. Hoy ha sido otro tanto de lo mismo.

También estoy un poco decepcionado porque me habría gustado ver a Oscar en acción. En mi opinión, nos habría venido muy bien su velocidad, desborde y golpeo de balón, pero Lopetegui se decantó por el Mudo Vázquez. En otras ocasiones el argentino ha sido decisivo, pero hoy no ha aportado absolutamente nada. Creo que el toledano acabará siendo titular, al igual que Acuña, pero, seguramente, Lopetegui considerará que ambos llevan poco tiempo trabajando con el grupo. También esperaba que entrara Munir –uno de los jugadores con más gol de la plantilla– por Suso, y que Ocampos cambiara de banda para aliarse con Navas. Mi gozo en un pozo.

Por otro lado, si hay algo que debemos aprender del partido de hoy es que –creo que a estas alturas tienen que ser conscientes en la Secretaría Técnica– hay que mejorar, subir de nivel, a nuestro delantero centro. El delantero centro titular, sobre todo porque sólo jugamos con uno, debe marcar diferencias. Y a día de hoy En-Nesyri y De Jong no lo hacen. Al marroquí lo considero aún un jugador de futuro, pero necesitamos uno de presente. Al holandés le falta una virtud que es esencial en el fútbol: velocidad. De hecho, la ocasión que ha fallado hoy En-Nesyri no la habría tenido De Jong en la vida. Le habrían cazado los defensas teutones. En realidad, los dos delanteros deben tener una técnica más depurada. En-Nesyri es joven y puede ganarla en un par de años, pero dudo que De Jong sea capaz de hacer lo mismo.

También está Carlos Fernández, pero creo que, si no renueva, saldrá traspasado. Lamentablemente, mucho me temo que el de hoy puede haber sido el último partido de Koundé con el Sevilla. Una lástima, porque considero al central francés nuestro mejor jugador de la plantilla, junto con Jesús Navas. Es el mejor central que han visto mis ojos en el Sevilla, con diferencia. Y los he visto muy buenos: Antonio Álvarez, Hibic, Escudé, Javi Navarro, Pablo Alfaro, Lenglet… Ninguno como Koundé. Si se va, creo que difícilmente Monchi encontrará otro jugador de su nivel, por lo que su marcha provocará una merma en el aspecto defensivo. Ojalá me equivoque y continue, al menos, una temporada más con nosotros.

Lo que más me ha gustado del partido de hoy es la entrega de nuestros jugadores. Han luchado hasta la extenuación. Yo me cansaba de verlos correr, de ver la paliza física que se han dado para contener a esa máquina de jugar al fútbol que es el Bayern de Munich. Un conjunto el alemán tan bien engranado, tan técnico, que juegan de memoria y sólo necesitan dos pases rápidos para pasar el balón de un área al otro.

Y sobre todo, me ha gustado esa fe que han tenido para luchar hasta el último segundo de la prórroga. Lo han dado todo y, por tanto, no se les puede exigir más. No se puede exigir que ganen títulos –sobre todo, cuando el rival es superior en todo–. Se debe exigir que lo den todo. Y lo han hecho. Desde luego que lo han hecho. Así que muchas gracias por defender de esa manera la camiseta, el escudo e intentar traer a Sevilla la segunda Supercopa de Europa.

Ahora toca recuperarse, física y anímicamente. Hay que ganar en Cádiz. Es muy importante empezar la Liga ganando. Y si apenas hay tiempo para la recuperación, desde luego, no lo hay para lamentaciones.

 

 

 

Sevilla FC 3 – Inter de Milán 2. Perdí la fe, pero la Europa League va de nuevo para Sevilla

Recuerdo cuando viajé a Eindhoven, muchos comentábamos: «Esto es una vez en la vida». Ahora queda gracioso, pero realmente, nadie se imaginaba que al año siguiente llegaría otra, y más tarde la tercera, la cuarta, la quinta, y ayer la sexta. Nada más y nada menos que la sexta. Y sin olvidarme de las Copas del Rey, la Supercopa de España y la Supercopa de Europa donde vapuleamos al Barcelona de Messi, Etoo, Iniesta, Xavi… y una interminable constelación de estrellas.

Admito que en esta edición llegué a perder la fe. Y no me refiero a la final, donde a pesar de tener enfrente a un grandísimo equipo, como es el Inter, veía que, si hacíamos las cosas bien, podríamos superarles. Yo perdí la fe en este equipo en la semifinal, ante el Manchester United. Veia imposible superar a los ingleses cuando veía cómo combinaban, a velocidad de vértigo, Rashford, Greenwood y Martial, bajo la batuta de Bruno Fernandes. Pero perdonaron. Tuvieron una ocasión de oro para ponerse 0-2 en el marcador y la desaprovecharon. Mal asunto dejar con vida a cualquier equipo cuando lo puedes sentenciar. Y si es a este Sevilla más aún. Y ahí llegaron Navas y De Jong para demostrarme que estaba en un error y que no era imposible ganar al Manchester United, a pesar del equipazo que tienen.

Los mismos protagonistas, Navas y De Jong fueron los protagonistas del 1-1. Un golazo que casi para Handanovic, quien sólo pudo ser un espectador más en el segundo gol del Sevilla, de perfecto cabezazo de De Jong, a pase de Banega.

La puñalada que supuso el empate, conseguido en la jugada inmediatamente posterior, sólo pudo sanarse con el gol de Diego Carlos, en colaboración con Lukaku. El belga tiene la fea costumbre de marcarnos cuando se enfrenta a nosotros. Ya lo hizo en Old Trafford con el United y ayer lo hizo con el Inter, aunque tuvo la gentileza de marcar también en propia puerta.

Final épica, con jugadores que acabaron lesionados, muy sufrida, ante un conjunto que creo que nos supera abismalmente en presupuesto y que puede permitirse el lujo de tener a fichajes multimillonarios en el banquillo, como Christian Eriksen.

Difícil saber quién es el máximo protagonista en esta sexta Europa League. En otras estaba claro que fueron la de Palop, M’Bia, Coke… Pero esta quizás sea la de Bono, con su retahíla de paradones. O puede que la de De Jong, que ha marcado tres goles decisivos en la semifinal y en la final. ¿Y dónde dejamos a Navas? No podemos olvidarnos de Navas, con sus innumerables asistencias, su portentoso físico y carácter ganador. ¿Y los centrales? Koundé es el mejor central que han visto mis ojos, superando a Antonio Álvarez. Y al final también ha tenido muchísimo protagonismo Diego Carlos, quien ha hecho tres absurdos penaltis ante Wolverhampton, Manchester United e Inter de Milán, pero que ha resultado ser decisivo al lograr el 3-2 definitivo.

No, esta copa no es de un jugador en concreto, es de un señor equipo. Ahora a ver si Monchi es capaz de evitar que se vaya la columna vertebral de este equipo y se corrijan las deficiencias que tiene la plantilla. Que no son muchas, pero que las hay. Supongo que además de encontrar al sustituto de Banega, tendrá que firmar, como mínimo, un lateral derecho, uno o dos centrales –dependiendo de si Sergi Gómez sale–, uno o dos laterales izquierdos –si se va Reguilón, como parece probable– y un delantero centro goleador, muy goleador, de esos que marcan diferencias un partido sí y otro también.

Ahora es tiempo de celebraciones y de prepararse para los próximos retos.

Por cierto, lo único «malo» de haber ganado hoy es que, casi con toda seguridad, tendremos que pasar por el mal trago de enfrentarnos al Bayern de Munich en la Supercopa de Europa. Y estos son mucho mejores que el Manchester United y el Inter de Milán. Pero bastante mejores.

Pero bueno, vivamos el momento y tengamos en cuenta que, si se juega al máximo nivel, siempre hay posibilidades de ganar a cualquier equipo, incluyendo al Bayern

Sevilla FC 2 – Roma 0. Exhibición que debió acabar en goleada

Partidazo, con todas las letras, el que ha hecho hoy el Sevilla, hasta el punto de que la Roma, uno de los mejores conjuntos de Italia, parecia un equipo de Segunda B española. Los romanos apenas crearon ocasiones de gol y, sin embargo, el Sevilla pudo lograr la goleada, pues tuvo ocasiones para ello. Entre ellas, dos tiros al travesaño (Koundé y Banega) y un gol anulado por fuera de juego, por centímetros, a Joules Koundé.

El Sevilla bordó el fútbol desde el minuto uno hasta el final. Abundaban las triangulaciones rápidas, cambios de juego de treinta metros, control del balón, presión atosigante cuando se perdía la posesión… Para ponerse el babero.

Y los goles también fueron bonitos, especialmente el primero, de Reguilón, donde, justo es decirlo, colaboró el ex bético Pau López, que pudo hacer más por atajar el balón.

Antes del partido esperaba un partido igualado. De ninguna manera me esperaba que el Sevilla pasara por encima de uno de los equipos más fuertes del campeonato. Todos los jugadores estuvieron a un gran nivel: Navas, Ocampos, Koundé, Diego Carlos, Fernando, En-Nesyri, Banega… Todos.

Del rival, en mi opinión, el mejor fue Dzeko, que estuvo a punto de poner el balón en la escuadra en una de las ocasiones que tuvieron los italianos.

No me gustó el arbitraje del holandés Kuipers, que fue muy permisivo durante todo el partido. Perdonó muchas amarillas a los italianos. A Kolarov, por ejemplo, sólo le enseñó una, cuando tuvo hasta tres ocasiones para hacerlo. Sin embargo, sí mostró la roja en el minuto 97 a Mancini, en una jugada que en España muy probablemente habría sido amarilla o incluso quedado sin tarjeta.

Hay que celebrar el pase a cuartos, pero tampoco hay que tirar las campanas al vuelo, porque aún hay que ganar tres partidos para alzarse con el título y seguramente habrá que hacerlo ante equipos muy potentes: Manchester United, Inter de Milán, Bayern Leverkusen… Como siempre ocurre, ganar la Europa League es muy difícil, aunque el Sevilla en el pasado, como se suele decir, ha hecho fácil lo difícil.

Sevilla FC 1 – Eibar 0. Victoria de infarto que deja la Champions muy de cara

Esperaba que el partido de esta noche iba a ser muy complicado, por tres motivos: porque el Eibar siempre es un rival muy complicado (entrenador muy experimentado, con jugadores expertos en juego directo y equipo que siempre va al 100%, presionando como locos), porque nos faltaba una pieza fundamental para este tipo de encuentros (Koundé), y porque el soplapitos era Mateu Lahoz, que ha hecho todo lo posible para evitar que el Sevilla ganara, desde obviar dos penaltis claros –el tercero, aunque mano, creo que no lo es, porque está apoyada en el césped– hasta permitir que se sacara de banda, con el tiempo ya cumplido. Pero el penalti que no quiere pitar, la jugada de la mano que acaba con el balón golpeando el poste, creo que es clarísimo. No sólo porque le da en la mano, sino porque evita que remate a placer Fernando, que estaba justo detrás y tenía un remate franco. Pondría la mano en el fuego, sin miedo a quemarme, a que si en vez de ser el área del Sevilla hubiera sido del Madrid, ni se lo habría pensado para irse flechado al punto de penalti. Pero claro, no somos el Madrid, somos el Sevilla, y no se le va a echar medio país encima del impresentable de Mateu Lahoz. Es la misma historia de siempre. La misma historia, cansina, de siempre.

El partido no me gustó en ningún momento. En la primera parte no se imponían en la zona ancha Banega y Oliver Torres, y el Eibar llegaba con claridad. No tuvo ocasiones importantes, pero siempre daba sensación de peligro.

El Sevilla sólo llegaba con peligro cuando atacaba por su temida banda derecha: Ocampos-Navas. A estos dos jugadores principalmente le debemos la victoria de hoy. Verdaderamente, no tengo claro quién debería ser elegido jugador del partido, ya que el argentino marcó el gol del partido y evitó un gol, con un paradón, sustituyendo a Vaclík, en la última jugada del partido. Y Jesús Navas, por otro lado, dio una genial asistencia a Ocampos y sacó bajo palos, y tras el paradón de Ocampos, en el último segundo del partido, evitando también el gol. Ambos hicieron un buen partido, por lo que yo creo que sería, un fifty-fifty. El premio tendría que repartirse entre los dos, pues ambos han sido igual de decisivos.

Tampoco me gustó la segunda parte, sobre todo a raíz de que el Sevilla marcara el gol. No acabo de entender por qué el Sevilla se volvió loco, con continuas precipitaciones y pérdidas de balón, cuando era precisamente el momento de hacer todo lo contrario: controlar el partido, tener posesión y jugar con la desesperación de un rival que está en la parte baja de la clasificación y que necesitaba la victoria.

Pero para desesperación la mía, sobre todo cuando llegó la falta peligrosísima, al borde del área, lanzada por Pedro León, y a En-Nesyri, que se llevó el rebote, y con todo el equipo saliendo en tromba, no se le ocurre otra cosa que darle un voleón, cuando era el momento de tener un poquito de sangre fría y solucionar el partido a la contra. Es que era una ocasión clarísima, un contragolpe con una superioridad abrumadora de jugadores… En fin, supongo que habrá que estar ahí abajo, en el césped, para comprenderlo, y que por la tele se ve todo muy fácil.

Y ya el final de partido fue de infarto. Se nos apareció la virgen en las dos últimas jugadas del partido –al pobre Vaclík no–. Primero, cuando Kike García remató al palo. Y segundo, cuando Ocampos sacó el balón al remate de Dmitrovic –sensacional portero–, y cuando Navas, un segundo después, sacó el balón bajo palos.

Victoria que vale su peso en oro. Sacamos seis puntos al Villarreal, con el que tenemos el goal-average perdido, cuando sólo quedan doce por disputar. Y es que el Villarreal tiene un calendario bastante complicado: visita al Getafe, recibe a la Real Sociedad, visita a un Real Madrid que esperemos aún se esté jugando la Liga, y, por último, recibe al Eibar, que casi con toda seguridad, llegará ya salvado, porque le saca seis puntos al Mallorca, el primero de los que ocupan los puestos de descenso, y eso es una auténtica barbaridad, si tenemos en cuenta que los tres último no le ganan a nadie.

Aún no está todo hecho, pero el panorama se ha puesto muy bonito.

Mucho me temo que el final de Liga tendremos que disputarlo sin Vaclík, porque que te caiga una mole encima de la rodilla, con la pierna apoyada, tiene que ser una experiencia muy desagradable. Y los gestos de dolor del jugador no hacen presagiar nada bueno. Una lástima, porque es un jugador que siempre ha dado lo mejor. Algunas veces ha estado más acertado que otras, como todos los jugadores, pero siempre se ha esforzado al máximo, y estaba además en muy buen momento. Una baja importantísima para este esprint final.

Sevilla FC 1 – Vallladolid 1. Pudo ser peor

Punto que, a priori, es poca cosa, pero luego habrá que ver, dependiendo de los demás resultados, si puede ser de oro. Hay resultados entre rivales directos y podemos mantener la ventaja con algunos o incluso aumentarla con otros. Evidentemente, lo ideal habría sido ganar, pero como bien se dice, «si no puedes ganar, empata».

Y la verdad es que el Sevilla no lo tuvo fácil. Parecía que todo salía mal. Los goles no llegaban por centímetros. Primero, Ocampos remató al larguero un buen pase de Jesús Navas, y después llegó el gol, pero fue anulado por un ajustadísimo fuera de juego, tras un buen remate de Munir, a pase, de nuevo, de Jesús Navas.

Sin embargo, al Valladolid le pasaba todo lo contrario. La primera ocasión que tuvo la coló dentro. Fue al botar una falta inexistente, donde Vaclík se tragó un remate que le cogió por sorpresa, a contrapié.

El partido se puso muy feo, porque el Valladolid seguía defendiendo como lo hizo desde el minuto uno: con los diez jugadores de campo, con las líneas muy juntas y sin dejar huecos. Y ya sabemos que el fuerte del Sevilla no es su delantera.

Menos mal que llegó el penalti, perfectamente transformado por Ocampos. A partir de aquí, el partido me pareció decepcionante. Esperaba un acoso total del Sevilla, en busca del gol de la victoria, pero lo cierto es que hubo precipitación y desorden, con lo que el Valladolid dispuso de un par de ocasiones claras, en la recta final, a las que en esta ocasión sí respondió con mucho acierto Vaclík. El checo nos salvó de la derrota.

El arbitraje del madrileño Pizarro Gómez no me gustó nada. Me pareció que utilizaba diferente criterio a la hora de señalar faltas –varias inexistentes, como la del gol– y mostrar tarjetas. Creo que también añadió poco tiempo extra.

Molesta perder puntos contra equipos de la parte baja de la tabla, pero no se puede ni se debe olvidar que en Primera no hay ningún rival fácil, y que este mismo Valladolid también puso en muchos apuros al Atlético de Madrid, hace un par de jornadas. De hecho, sólo pudo superar a los vallisoletanos por un gol marcado en el minuto 81, tras aprovechar una cantada de Masip a la salida de un córner. El gol entró tan ajustado que el VAR tuvo que revisar si el balón entró, pues un defensa lo sacó bajo palos. Simeone calificó el partido contra el Valladolid de durísimo.

Este empate probablemente provocará que el Atlético nos saque más ventaja, ya que recibe al Alavés. Lo ideal es que entre el Villarreal y el Valencia, ganen los amarillos –tienen un calendario muy difícil– o empaten, y que haya un empate entre Getafe y Real Sociedad.

Hay que ganar ya de tres en tres. Quedan muy pocos partidos y tenemos la Champions en la palma de la mano. Contra el Leganés tampoco será fácil. Nunca lo ha sido, y esta temporada además se juegan la vida.

 

Sevilla FC 0 – Barcelona 0. Lopetegui lo tiene fácil con Pablo Pérez

El partido contra el Barcelona me ha dejado sensaciones extrañas. Por un lado, se ha conseguido un punto con el que no contaba, como siempre que el Sevilla juega contra el Madrid o el Barcelona. Considero que estos dos equipos tienen tantas ventajas sobre los demás, económicas y deportivas, que deberían ganar todos sus partidos con claridad. Y por otro lado, tengo la sensación de que podríamos habernos llevado la victoria. Me acuerdo de una jugada de Ocampos, donde está poco generoso y tira a puerta, en lugar de centrar a un En-Nesyri desmarcado en el segundo palo, y sobre todo, de dos de Reguilón, una donde es incapaz de desprenderse del único defensor, con dos jugadores del Sevilla esperando su centro, y otra, donde tira flojo y centrado, desde corta distancia y con toda la portería para él.

También es verdad que el Barcelona tuvo sus ocasiones. La más clara, la que sacó Koundé en un tiro de falta de Messi, y una de Luis Suárez en la recta final del partido, que salió rozando el larguero. Pero no pude evitar pensar que si Lopetegui se hubiera atrevido a dar la titularidad a Pablo Pérez, probablemente se habría ganado. No le he visto jugar, pero si es tan bueno –hay clubes de postín interesados en su fichaje– que, según dicen, Lopetegui está encandilado con él, y viendo el bajo nivel que están mostrando Reguilón y Escudero, la verdad, no entiendo por qué no le da una oportunidad al canterano. Su pecado es que tiene 18 años. Pero a mí me parece una virtud. Y no hay que olvidar que en nuestra cantera tenemos antecedentes importantes: Reyes debutó con 16 años, Sergio Ramos con 17 (casi 18), Carlos Marchena con 18 y Jesus Navas con 18 recién cumplidos.

En cuanto a Reguilón, no sé si es que le he cogido manía, pero es un jugador que no me convence, ni atacando, ni defendiendo. Celebraré cuando se vaya. Puede ser en el futuro un gran jugador, porque aún es joven, pero ahora mismo no lo es. Y si quieremos ganar títulos y clasificación para la Champions, tenemos que tener buenos jugadores en todas las posiciones.

En líneas generales, hay que dar el punto por bueno, pues el Sevilla evitó ser víctima de sus archienemigos Messi y González González. Eso sí, para ver hasta qué punto ha sido importante el empate, habrá que esperar a ver qué hacen nuestros más directos rivales. La Real Sociedad tiene un hueso duro de roer con el Madrid, el Getafe recibe a un siempre complicado Eibar, el Valencia no debería tener problemas en ganar a Osasuna, al igual que el Atlético de Madrid ante el Valladolid. Y ojo con el Villarreal, nuestro próximo rival, porque lleva un nueve de nueve, y con la portería a cero. Si el Sevilla pierde, se convertirá en un rival directísimo y muy peligroso, puesto que tiene muchos jugadores de calidad y perderíamos el goal-average con ellos. Así, pues, partido importantísimo el de la próxima jornada.

Del partido de hoy me han gustado muchísimo Koundé y Fernando. Los dos han hecho un partidazo. Ambos estaban en todas. Y probablemente, ambos evitaron goles. Koundé en la falta de Messi que parecía que se colaba, y Fernando en aquel balón que se movía por el área pequeña tras la pifia de Vaclík. Por cierto, su único error.

El esfuerzo físico de hoy ha sido importante. El lunes tenemos un partido vital, sin que medien ni siquiera 72 horas entre partido. La mejor liga del mundo, dicen. Con gran sentido del humor, sin duda.

Levante 1 – Sevilla FC 1. El vértigo de Lopetegui impide sumar de tres en tres

Punto que sabe a poco, porque lo cierto es que el Sevilla hizo un gran partido durante 75 minutos, pero igual de cierto es que en los últimos 15 minutos pudo irse todo al traste, en lo que habría sido un partido calcado al que el Sevilla disputó en Vigo.

El Sevilla hizo lo más complicado, que fue parar a un Levante que tiene buenos jugadores –ganó a Madrid y Barcelona en su estadio–, pero que, sin embargo, no deja de ser un equipo inferior, como así reflejan las plantillas de uno y otro equipo y la clasificación. Por tanto, nunca me parecerá bien esa manía que tiene Lopetegui de, una vez que el Sevilla se ha puesto por delante en el marcador, atrincherarse atrás. Eso tiene lógica si enfrente tienes a un equipo superior y quieres mantener el resultado o sorprender a la contra, pero ante un equipo inferior siempre hay que intentar sentenciar el partido, precisamente para evitar lo que ha pasado hoy. Porque para más inri, Lopetegui además parece que no sabe defender. O al menos, su forma de defender no le está dando resultado. Se supone que su intención, tras acumular jugadores de tintes defensivos, cerca de la portería, era que no pasara nada. Y más bien pasó de todo. Hasta el punto de que, si no llega a ser por Koundé, probablemente nos habríamos ido de vacío.

El gol del Sevilla fue un auténtico golazo. En un visto y no visto, tres toques y a velocidad de vértigo: Diego Carlos, Munir y De Jong a gol.

Y el gol del Levante fue un auténtico churro: centro desde la banda, despeja Vaclík, rebota en Diego Carlos, con tan mala suerte que se cuela medio llorando en la portería. Para nuestra desgracia y para alegría granota, valen exactamente lo mismo. Claro ejemplo de que, en el fútbol, la suerte es determinante. La Diosa Fortuna también nos dio la espalda en el que podría haber sido el 0-2, obra de Diego Carlos, pero que fue anulado por un riguroso Hernández Hernández. Yo al menos no vi ninguna falta, ni siquiera en la repetición. Aunque también es verdad que no soy imparcial. Tan verdad como que a otros equipos no le habrían anulado ese gol.

En fin, una lástima que no se hayan conseguido los tres puntos, y sobre todo, por haberse dejado escapar la victoria de forma tan estúpida, por esa falta de ambición o por exceso de miedo, o por inseguridad, o por cualquiera sabe el motivo, de nuestro entrenador. Pero lo cierto es que es un error del que parece no aprender, porque lo repite una y otra vez. Hasta el punto de que, según he leído, ya nos han marcado nueve goles en los últimos cinco minutos. Y desde luego, eso no es por casualidad. Es incluso lógico. Si te encierras atrás, sin orden, con la última línea demasiado atrasada, dando por tanto, facilidades para que te centren al área, y dando sensación de ser incapaz de sentenciar a la contra, en realidad estás dando vida a un rival que está casi con la soga al cuello. Sobre todo, cuando éste no tiene nada que perder, ya que se va a llevar cero puntos, y decide echar toda la carne en el asador, e incluso ir a la desesperada. Como ocurrió en Ipurua, en Balaídos, y casi como ha ocurrido hoy.

Y lo peor es que el próximo partido es contra el Barcelona, sin público, y probablemente con Messi, con lo que puntuar –y ojalá me equivoque por completo– va a ser bastante complicado.

 

 

2-0. El Sevilla FC ya le gana al Betis hasta los entrenamientos

No tenía ninguna ilusión por este derbi. Es duro no poder ir al estadio en lo que tendría que haber sido una fiesta. Y al fin y al cabo, lo ha sido, pero en los bares y en las casas de los aficionado sevillistas.

En realidad, más que un derbi, parecía un entrenamiento, por lo que tiene muchísimo mérito que los jugadores hayan estado concentrados durante todo el partido.

El Sevilla ha dominado casi por completo el partido. En la primera parte, el dominio ha sido total, con un solo tiro a puerta, y desde muy lejos, por parte del Betis. Lo único malo es que el Sevilla debió irse, al menos, con un gol de ventaja al descanso. Y sólo en la segunda parte, a partir del 2-0, y porque Lopetegui, lógicamente, echó al equipo atrás, el Betis inquietó con algún centro al área. Vaclík, prácticamente, fue un espectador más. No tuvo que emplearse a fondo en ningún momento.

Los dos goles fueron a balón parado. El 1-0 llegó en un penalti, para mí claro, sobre De Jong, y transformado por Ocampos. Es más, antes de ese penalti hay otro igual o más claro, en un córner, que no se pitó.

El segundo y definitivo, en un córner, tras pase de tacón de Ocampos, que remató Fernando a bocajarro ante el portero.

Muchos jugadores del Sevilla han estado a un altísimo nivel. Ocampos, con un gol y una asistencia, ha sido definitivo. Los centrales han estado inmensos. Tanto Diego Carlos como Koundé se han mostrado inexpugnables. En mi opinión, Diego Carlos es un gran central, pero Koundé es mejor. El francés me parece completísimo: va muy bien por alto, técnico, con anticipación, inteligente tácticamente, muy rápido –una de las cualidades que más valoro en un central–, y además se incorpora al ataque con peligro. Y lo mejor de todo, es que sólo tiene 21 años, por lo que su margen de mejora es tremendo. En ningún momento, viendo cómo se comporta en el terreno de juego, parece que tenga esa edad. Lástima que a Lopetegui, por simple capricho, le diera por romper durante varias jornadas esa magnífica pareja de centrales que forman Diego Carlos y Koundé, porque por esa tontería se nos han ido varios puntos que no volverán y que nos tendría afianzados en los puestos Champions.

En el centro del campo, exhibición de Fernando, que además incluso marcó un gol. Los jugadores que entraron desde el banquillo cumplieron.

Temía este partido por la grada vacía y por el árbitro, un Mateu Lahoz que nos odia, pero que, sinceramente, creo que hoy ha estado bien, a pesar de que se ha tragado un penalti, muy similar al que luego señaló. Pero al final, como casi siempre, ganó el Sevilla, ganó el mejor, y con claridad.

Noche de silencio, que siempre en buena señal en un derbi, y tres puntazos que nos mantienen, una jornada más, en puestos Champions.

 

 

Atlético de Madrid 2 – Sevilla FC 2. Punto importantísimo ante el rival más directo

Buen partido del Sevilla FC, en líneas generales, en el siempre complicado Wanda Metropolitano. En mi opinión, el Sevilla fue de más a menos, pero, en todo caso, mereció puntuar.

Sorprendió Lopetegui alineando de inicio a De Jong, en detrimento de En-Nesyri, quien parecía tener más papeletas para jugar, pues estaba en racha goleadora y, por su velocidad, parecía más propicio para aprovechar los espacios que dejara el Atlético. La jugada, al menos, no le salió muy mal, pues De Jong abrió el marcador, aprovechado un fallo de Savic –central del montón, muy sobrevalorado–, para batir a Oblak. Claro que tampoco sabemos qué habría ocurrido de haber jugado el marroquí. De Jong, aparte de su gol, no tuvo más ocasiones.

El Sevilla jugaba bien cuando el VAR le jugó una mala pasada, ya que le pitaron penalti a Diego Carlos. Desde mi punto de vista, no es penalti, ya que el balón golpea el hombro de nuestro central, y no la mano. En cualquier caso, de ser penalti, y considerando que le da en el antebrazo, sería por centímetros. En ningún caso es una mano clara.

El penalti fue transformado por Morata, no dejando ninguna opción a Vaclík. Esto fue un jarro de agua fría para el Sevilla, que pareció perder la concentración y encajó otro gol, apenas dos minutos después. Fue tras una pérdida en una mala salida del balón, donde se defendió mal, y para colmo, tampoco acompañó la suerte, pues en el inteno de Koundé por despejar el balón, lo desvió, siéndole imposible a Vaclík pararlo.

Sacó casta el equipo y fue a por el empate, lográndolo justo antes del final de la primera parte, y donde fue fundamental el VAR de nuevo, ya que Hernández Hernández no señaló penalti inicialmente en un claro derribo a Ocampos, que le ganó la posición a Trippier y fue arrollado por éste. El mismo Ocampos ejecutó a la perfección el penalti, engañando a Oblak.

En la segunda parte, el Sevilla siguió sin pasar apuros, controlando bien el partido, dejando al Atlético tener pocas opciones de gol… Pero hete aquí que a Lopetegui le da por sorprender de nuevo, dando entrada a En-Nesyri, sustituyendo a Suso.

Yo, la verdad, no entiendo a Lopetegui. Resulta que en casa, que vienen todos a encerrarse, poniendo una línea de seis defensas con cuatro centrocampistas por delante, juega con un solo delantero, y sólo se «arriesga» a jugar con dos cuando se va perdiendo. Y llega hoy, con empate en el marcador, controlando el partido, y decide jugar con dos delanteros, teniendo el rival centro del campo a temer. Supongo que el resultado no fue el que esperaba, pues a partir de ahí el Atlético fue el que se hizo dueño y señor del partido, y a nuestros dos delanteros no les llegaban balones, precisamente, porque no olíamos la pelota en la zona media. Afortunadamente, la línea defensiva hizo muy bien su trabajo, excepto en un despeje desastroso de Diego Carlos, raso, y que le cayó a los pies de… creo que Carrasco, y que, con toda la portería para él, y prácticamente a placer, la tiró fuera.

Buen partido de Vaclík, que hizo una gran parada, cuando el balón entraba, a un balón que desvío Koundé. También los centrales, Gudelj y Ocampos hicieron un muy buen partido.

Por cierto, creo que se debería cambiar el criterio arbitral a la hora de señalar penalti por manos. No puede ser que penaltis por manos totalmente involuntarias, o tan dudosos como el señalado hoy a Diego Carlos, acaben señalándose o se interrumpa constantemente el juego para ver si roza tal o cual mano.

El punto conseguido hoy es vital, pues mantenemos la ventaja con el Atlético, igualando el goalaverage, y con el Valencia, que a día de hoy son los rivales a los que considero rivales directos, sin quitar un ojo a Getafe y, sobre todo, a la Real Sociedad, que también tiene una gran plantilla.

Para el próximo partido de Liga, en el derbi, será baja por sanción Gudelj. Parece que Jordán será de la partida, si no tiene problemas físicos –antes está el partido con el Roma–, porque al estar Fernando también lesionado, Lopetegui no tiene mucho dónde elegir.

 

Sevilla FC 3 – Osasuna 2. A Lopetegui ya le da la espalda hasta la suerte

No he podido ir al estadio, pero viendo el partido por televisión se pasa mucho peor.

Hoy no empezó mal el Sevilla: controlando el partido, adelantándose en el marcador, teniendo efectividad… Hasta marcando de córner, lo que casi nunca hace el Sevilla.

Yo soy muy desconfiado. Hasta que no vamos ganando por cuatro goles de diferencia, no veo el partido tranquilo. Pero tengo que reconocer que, ganando el partido 2-0 y con la expulsión del portero visitante, di por ganado el partido. Iluso de mí, creí que ya el Osasuna no tenía nada que hacer. No contaba con la desidia de los jugadores, que supongo que pensaban lo mismo que yo, con la diferencia de que yo creía que el Sevilla buscaría el tercero, y no se dedicaría a ver cómo el Osasuna pasaba, o mejor dicho, paseaba por nuestro centro del campo sin ningún problema.

Tampoco contaba con que los rojillos sacarían una falta impecablemente, con la que acortarían distancias. Ni con ese golpe de mala suerte que es hoy día, con el VAR, que el balón te dé en la mano. Da lo mismo que sea voluntaria o involuntaria. Ya la puedes tener atrás, como le ha pasado a un jugador del Villarreal, o delante, cubriendo las partes nobles, como ha hecho hoy Escudero, que como tengas la mala suerte de que te dé, penalti que te crió. Yo creo que eso va contra el espíritu de la norma y contra el sentido común. El penalti es la pena máxima, el máximo castigo en el fútbol, y no parece lógico penalizar tan duramente una acción involuntaria.

Lo cierto es que esta mano, este penalti, también lanzado impecablemente, puso muy complicado el partido. También porque imagino que el ambiente estaría enrarecido y muy crispado, porque es imperdonable dejar que te empaten cuando vas ganando con dos goles de ventaja y en superioridad numérica.

Con este panorama, creí que íbamos a empatar el partido, que iban a volar dos nuevos puntos de nuestro estadio. Menos mal que Lopetegui metió un segundo delantero y que apareció En-Nesyri para hacer su segundo gol del partido y darnos los tres puntos.

Lopetegui no lo está haciendo nada bien, sobre todo en casa, pero también es cierto que no está teniendo suerte en momentos puntuales. Tiene a la grada muy mosqueada, hasta el punto de que ya ha recibido dos avisos, dos sonoras pitadas. Y no quiero ni pensar que reciba una tercera, porque supongo que sería o ante la Roma o en el derbi. Y necesitamos ganar los dos partidos. Sin olvidar el partido del Wanda, donde no estará Fernando por sanción y por lesión. Lesión que se veía venir. Fernando lo juega todo y ya fue duda ante el Cluj, por molestias musculares. Se arriesgó forzando y se volvió a arriesgar hoy, hasta que se rompió. Seguramente, estaremos un mes sin uno de los jugadores más importantes de la plantilla en un momento clave de la temporada.

Por último, decir que Koundé debe ser uno de los titularísimos del equipo. No sólo porque es muy rápido, sino por lo que aporta en ataque. En Getafe marcó, hoy ha estado a punto de hacerlo y también dio la asistencia En-Nesyri en el gol de la victoria. Tendrá fallos, porque sólo tiene 21 años, pero está a años luz del tercer y único central que queda en plantilla, que es Sergi Gómez.

Sevilla FC 0 – Cluj 0. ¿Qué tiene que ocurrir para que Lopetegui cambie?

Pues eso. Me pregunto qué tiene que pasar para que Lopetegui se dé cuenta de lo que es evidente para el 99’9 % de los sevillistas: Que su sistema es más que válido para jugar fuera de casa, donde el rival va a buscarte, pero que es una nulidad para los partidos de casa, donde el rival, normalmente inferior técnicamente al Sevilla, ya que disponemos de una gran plantilla, viene con la idea de encerrarse atrás, como ha hecho hoy el Cluj y como hará el Osasuna el domingo.

Lopetegui tiene en la cabeza un sistema que para él es innegociable, y en el que sólo cuenta con un delantero. El problema es cuando el rival, como ha ocurrido hoy, se planta con una línea de seis defensas, con los otros cuatro por delante. Y nos encontramos con que un solo delantero, y que además es De Jong –que no es un virtuoso, técnicamente hablando–, tiene que vérselas y luchar… no en inferioridad, sino en total inferioridad, con la defensa rival. Pero es que De Jong, para colmo, seguramente por orden de Lopetegui, tambien va a presionar a banda, con lo que es habitual que lleguemos al área en posición de centrar, y no haya ni un solo jugador al remate. Al final, las jugadas de ataque se limitan a pasar el balón por la frontal del área, de lado a lado, con bastante lentitud, hasta que llega a Navas, quien centra a ese área totalmente poblada de rivales y, por tanto, con pocas posibilidades de éxito. Resumiéndolo en una palabra: aburrimiento.

Y a mí ese estilo de juego, sencillamente, me parece un disparate. Veo lógico que al Sevilla se le estén escapando infinidad de puntos en su estadio, y se le seguirán escapando como Lopetegui siga sin reaccionar, como siga sin cambiar su innegociable sistema.

Evidentemente, cuando Petrescu cayó en la cuenta de que tenía que marcar un gol forzosamente, y de que era una verdadera gilipollez mantener a seis defensas contra un solo delantero, cambió a una defensa de cuatro, reforzando el centro del campo y poniendo al Sevilla en muchísimos apuros. Tantos que incluso temi la eliminación. Los rumanos, a pesar de ser muy inferiores, se dieron cuenta de que, con la táctica del Sevilla, las posibilidades de que recibieran daño eran muy escasas, y pasaron a creer en la victoria. De hecho, tuvieron ocasiones muy claras. Si llegamos a tener enfrente a un equipo de calidad media, nos dan para el pelo.

Tampoco entiendo cómo Lopetegui no ha cambiado a De Jong, quien, si bien ante el Getafe hizo un auténtico partidazo –aunque no marcó, como, desgraciadamente, es habitual en él–, hoy ha sido un auténtico desastre. Pero es que, a pesar de eso, el tío no ha sido sustituido, y ha jugado los 98 minutos de partido. Ole ahí. Hoy ha estado tan mal De Jong que incluso ha evitado un gol, haciendo de defensa central y blocando un balón que se colaba en la meta contraria.

No fue hasta el minuto 75 cuando Lopetegui se dignó de dar entrada a En-Nesyri y jugar con dos delanteros. A partir de ahí, el Sevilla controló más el partido, pero el daño ya estaba hecho. El Cluj no tenía nada que perder y fue con todo a buscar el gol de la clasificación. Los nervios evidentes en los jugadores del Sevilla tampoco ayudaban. Creo que fue Koundé quien hizo una falta absurda en el tiempo de descuento, y Bono tuvo dos cantadas que pudieron costar la eliminatoria. Una donde se le escapó el balón y Koundé estuvo, milagrosamente, al quite, para despejar a córner, y otra donde, incomprensiblemente, se dejó tirar a un jugador rumano desde la frontal del área, tragándose Bono el balón. Menos mal que el el VAR anuló el gol, por mano previa, totalmente involuntaria, de Traoré. Pero se pudo ver un numerito. Bueno, mejor dicho, se pudo haber visto un numerito más grande del que se vio.

Encima, tenemos que aguantar las ruedas de prensa de Lopetegui, que parece que vio otro partido. Dice que el Sevilla dominó el 85% del partido y de que tuvo claras ocasiones de marcar. Hombre, alguna sí tuvimos. Faltaría más. Pero el Cluj también tuvo unas cuantas muy claras. Por ejemplo, el cabezazo de Traoré no entró porque… ni idea. No me explico cómo no entró. Yo lo vi dentro. Lo tuvo todo a su favor, pero se fue fuera por muy poquito.

Yo creo que lo de jugar con dos delanteros ya es un clamor en la grada. Por lo menos, en la zona donde tengo mi asiento, los aficionados comentan ese tema. Además, es que jugar con dos delanteros no sólo aumenta las posibilidades de hacer gol, sino que también dificulta la salida del balón del rival y le obliga a defender, a estar más concentrado, a no poder irse tan alegremente al ataque. Por eso, como se suele decir, la mejor defensa es un buen ataque. El rival sabe que el más mínimo despiste le costará un gol.

Y lo que más coraje me da es que este año tenemos una gran plantilla, de manera que el potencial defensivo del equipo no se vería muy mermado si Lopetegui se decidiera a jugar con dos puntas. Tenemos dos grandes centrales, como Koundé y Diego Carlos –rápidos, fuertes, técnicos y que van bien por alto– y dos centrocampistas defensivos muy buenos, como son Gudelj y Fernando.

Leí un twitter esta tarde donde alguien decía que no tenemos plantilla para ganar la Europa League. Yo discrepo totalmente. Tenemos una plantilla muy completa, y perfectamente capacitada para levantar la sexta Europa League. Lo que no tenemos es entrenador. Y lo peor es que Lopetegui es una apuesta personal de Monchi y que ha firmado por tres años. Con lo que sólo se irá si el Sevilla hace el ridículo –más de lo que lo ha hecho hoy– y en Liga empezara a alejarse de los puestos europeos. Con lo cual, tenemos que hacernos a la idea de que hay Lopetegui para rato.

Pero qué harto estoy de Lopetegui. ¡¡Qué harto!! Es que no lo puedo aguantar.

 

Getafe 0 – Sevilla FC 3. Vuelve Koundé, vuelve la portería a cero y la seguridad en defensa

Partido muy serio, y con mucha seguridad en defensa, el realizado hoy por el Sevilla en Getafe. Se volvió a hacer un partido como los de antes, cuando el rival se las veía y se las deseaba para crearnos ocasiones de gol. Y estoy seguro, segurísimo, de que no ha sido casualidad que esto haya ocurrido con la vuelta de Koundé. En mi opinión, el francés tiene que ser, obligatoriamente, quien forme la pareja de centrales junto con Diego Carlos. No sólo porque es la única pareja que ha dado consistencia y fortaleza a la defensa, sino porque además Koundé aporta bastante en ataque, tanto a balón parado como en contragolpes o desplazamientos en largo. Hoy ha marcado un gol, pero también fue muy llamativa la velocidad con la que salió al contragolpe en el minuto 88 de partido, dejando atrás a varios rivales. Esa velocidad viene de perlas a un equipo que no es que destaque precisamente por la rapidez a la contra.

También otros jugadores estuvieron a un altísimo nivel, como fueron los casos de Gudelj, Fernando (marcó un gol y asistió a Koundé) o Dejong. El holandés, aunque no marcó, como suele ser habitual, dio muchos quebraderos de cabeza a la defensa azulona y asistió a Fernando en el 0-2, tras falta lateral magistralmente botada por Suso.

Hay que admitir que también tuvimos esa suerte que he echado en falta en oros partidos. Fue fundamental para abrir el marcador el resbalón en el área de Etebo, lo que permitió a Reguilón robar y dar un perfecto pase medido a Ocampos, quien sólo tuvo que empujar el esférico a puerta vacía.

También me ha parecido muy importante que el árbitro, Estrada Fernández, echara mano de las tarjetas y no se dedicara a perdonarlas, como hacen otros. Así, hasta siete jugadores del Getafe vieron amarilla.

Me sentó como tres patadas donde más duele que Lopetegui decidiera, con 0-2 en el marcador, retirar a Suso y dar entrada a Sergi Gómez. De nuevo, echaba al equipo atrás, cuando, aparentemente, no había necesidad de cambiar nada en el aspecto táctico, pues el Getafe era incapaz de crearnos peligro. Afortunadamente, llegó el 0-3 al poco tiempo y no hubo consecuencias en los balones que los locales centraban sin cesar al área.

Con la seriedad mostrada hoy, con la intensidad y, sobre todo, con la efectividad del que ha hecho gala hoy el Sevilla, pocos puntos se nos deben ir. Hay que seguir mejorando en ataque, porque una efectivdad tan alta no la vamos a tener siempre –ojalá– y hay que crear más ocasiones de gol.

La victoria de hoy pone fin a una racha de varios partidos sin ganar, que, curiosamente, ha coincidido con los partidos en los que a Lopetegui le dio por quitar a Koundé de las alineaciones y sustituirlo por Carriço o por Sergi Gómez, ambos, sobre todo este último, muy lejos de las capacidades de Koundé. Confío en que, si a Lopetegui se le antoja cambiar algo, que ni mire a los centrales, y que más bien mire a la delantera. Al menos en casa, deberíamos arriesgar más y jugar con dos delanteros. Hay que poner fin a la fuga de puntos del Ramón Sánhez Pizjuán.

Habrá que estar atentos a la lesión de Vaclík. No parece buena señal que sea en la rodilla y que estuviera llorando. Si no pudiera jugar, Bono demostró ser un buen portero en el Gerona. En caulquier caso, ojalá no sea nada grave y se quede todo en un susto.

Próximo rival en Liga, el Osasuna. Equipo que no parece el mismo desde la lesión del Chimy Ávila. Tres puntos fundamentales para afrontar con tranquilidad el importantísimo partido ante el Atlético de Madrid, que hoy ha ganado con claridad, por 3-1, a un Villarreal que se adelantó en el marcador y que se queda a cinco puntos del Sevilla.

Los tres puntos de hoy, aparte de hacernos volver a los puestos Champions, nos dan el goalaverage a favor ante el Getafe (5-0), rival que se supone estará en puestos europeos hasta final de temporada, Final de temporada que se prevé muy disputada por la calidad y cantidad de los equipos que se disputan entrar en Europa: Atlético, Sevilla, Getafe, Real Sociedad, Villarreal y Valencia. Seis equipos para cuatro plazas.