Desde mi punto de vista, la polémica que está surgiendo con el escudo es un poco exagerada. Tengo que admitir que a mí me gusta más el actual, que es el oficial y el que viene recogido en los estatutos, pero, a decir verdad, no me parece tan grave que se decida, por una temporada, que el que luzca en las camisetas sea el que diseñara José Lafita.
El escudo de Lafita no es un escudo cualquiera, sino que fue nuestro primer escudo, e incluso nuestros jugadores ganaron títulos luciéndolo en el pecho. Uno empieza a leer posts por internet y parece que nos quieren imponer un nuevo escudo o modificar el actual. De hecho, han surgido hashtags como #elescudonosetoca, #NoAlCambioDeEscudo. Y no es así. El escudo seguirá siendo el mismo, nadie lo va a cambiar. El magnífico mosaico de Santiago del Campo seguirá presidiendo el Ramón Sánchez Pizjuán. Simplemente, sustituirá al oficial en las camisetas durante una temporada.
Desconozco el motivo por el que se pretende que la nueva camiseta lleve el escudo de Lafita –no sé si es por una cuestión de márketing o es un requerimiento o imposición de Warrior–, pero si el Sevilla se ve beneficiado económicamente por ese cambio temporal, yo creo que el club está en la obligación de hacerlo. Es más, teniendo en cuenta la penuria económica por la que está pasando el Sevilla, me parecería una irresponsabilidad que no se hiciera. Y es que en época de crisis hay que sacar dinero hasta de debajo de las piedras. Eso es así de sencillo.
Igual hay gente que piensa que no se debe sustituir el escudo oficial por el de Lafita porque ofrezcan uno o dos millones de euros. Pero, seguramente, esas mismas personas no pensarían de igual modo si la cifra se remontara a diez o quince millones de euros. En el fondo, sería una cuestión de dinero, de fríos números, que en muchos casos suelen imponerse al sentimentalismo.
En cualquier caso, pienso que el club, si verdaderamente va a sustituir el escudo, aunque sea temporalmente, debería haber consultado a la afición, y, sobre todo, haber informado del motivo. Igual esa explicación la recibimos mañana, que es cuando se presentan las camisetas, pero, con el fin de evitar polémicas innecesarias, quizás debería haberse dado con antelación.
Ahora mismo, lo que sí debemos tener todos meridianamente claro es que lo verdaderamente importante, lo único importante, es el partido de mañana. Porque, aunque parezca increíble, gracias a que muchos equipos lo están haciendo aún peor que nosotros –que ya es difícil–, todavía tenemos opciones europeas. Y nada nos puede distraer de la importancia de los puntos de mañana. O, mejor dicho, nada debería distraernos.
VAya tela la comision que se habra llevado el señor Vizcaino
Me gustaMe gusta