Archivo diario: 23/05/2013

UEFA estudia conceder una quinta plaza Champions e incrementar plazas de Europa League

Según The Guardian, UEFA está estudiando medidas que afectarían tanto a la Champions League como a la Europa League, a partir de la temporada 2014-2015. Así, con el fin de hacer más atractiva la Europa League, este viernes, en el congreso que tendrá lugar en Londres, se podría anunciar la nueva norma que clasificaría directamente al campeón de la Europa League para disputar la Champions.

También podría premiar con una quinta plaza de Champions League a las grandes ligas europeas y aumentar el número de plazas que den acceso a jugar la Europa League.

Así mismo, en la web de la UEFA se han publicado, en el día de hoy, sanciones más duras para luchar contra el racismo. El nuevo Reglamento Disciplinario de la UEFA sancionaría, en caso de comportamiento discriminatorio por parte de los jugadores con un mínimo de diez partidos de sanción –que tome nota Diego Costa–. De proceder la discriminación por parte de la grada, podría cerrarse parcialmente el estadio, y, en caso de reincidencia, cerrarse totalmente, acarreando, además, una multa de 50.000 euros.

Por otra parte, se ha otorgado un poder adicional a los órganos disciplinarios de la UEFA, permitiéndoles tomar medidas si una federación miembro de la UEFA deja de sancionar, o lo hace de una manera inapropiada, conductas que dañan la esencia del fútbol, en especial referentes al amaño de partidos, a la corrupción y al dopaje.
Igualmente, también se ha hecho público que, en el año 2015, el Olympiastadion de Berlín acogerá la final de la UEFA Champions League, mientras que el Estadio Nacional de Varsovia celebrará la de la UEFA Europa League.

Garantizada otra liga de mierda para la temporada que viene

El inepto de Tebas, Presidente de la LFP, ha dicho que la próxima temporada seguirán los partidos televisados los viernes y los lunes, con lo cual, aficionados y clubes volverán a ser perjudicados. Pero, por supuesto, no todos los clubes se verán afectados, porque los dos de siempre seguirán con sus privilegios, y jugarían los lunes como algo excepcional; es decir, cuando le convengan a ellos.

Por lo que se ve, todo seguirá igual: los comités disciplinarios seguirán con sus absurdas sanciones –dos partidos por protestar–, y haciendo la vista gorda o entrando de oficio cuando les venga en gana, dependiendo del jugador a sancionar; los árbitros continuarán tomando decisiones incomprensibles, con fallos tan graves que son difíciles de explicar y que, por consiguiente, llevan a pensar que la competición no es limpia; y, cómo no, seguirá la enorme diferencia en ingresos de televisión, que está provocando que unos naden en la abundancia y otros tengan que hacer lo imposible por subsistir.

Es evidente que si el tercero y el cuarto clasificado están más cerca del farolillo rojo que del campeón de liga, es que algo no se está haciendo bien. Esto no parece preocuparle a nadie, pero lo cierto es que parece que estamos condenados a tener un campeonato de liga de lo más vulgar. De nuevo, la próxima temporada se decidirá en cuanto el Madrid y el Barcelona cobren una ventaja de siete puntos entre ellos. Ya que estos dos mastodontes económicos ganan con claridad casi todos los partidos, prácticamente, la liga queda sentenciada  tras haberse disputado los dos partidos entre ellos. De hecho, ya se sabía quién iba a ser el campeón de la liga de la temporada que aún está en juego desde hace muchos meses, y todo parece indicar que esto se volverá a repetir en los próximos campeonatos. El aficionado que busque emoción en la liga, tendrá que encontrarla en la lucha por no descender o para clasificarse para Europa.

Y cuando nuestros equipos vayan a Europa –donde a buen seguro no tendrán privilegios de ningún tipo–, tanto en la Europa League como en la Champions, lo más probable es que sean barridos por equipos de ligas más competitivas.

Y después se sorprenderán de que el aficionado no vaya al estadio. Si a la liga le quitas emoción, igualdad de trato –económico, arbitrajes y órganos disciplinarios– y le añades unos horarios demenciales, entonces, ¿qué es lo que queda? Pues, aunque sea malsonante, lo que nos queda es una liga de mierda. Así de claro.