Las Palmas-Sevilla. Quinta jornada y al borde del abismo

Bueno, no es que el Sevilla esté al borde del abismo, es que ya está en el abismo; exactamente, en el fondo del abismo, pues es el farolillo rojo, el último de la fila, el que cierra la tabla. Teóricamente, es el equipo que peor lo ha hecho hasta ahora, aunque todos sabemos que realmente no ha sido así.

La cuestión es que esta noche nos enfrentamos ante un igual, ante uno de esos cuatro equipos –incluyendo al Sevilla– que aún no ha sido capaz de ganar en esta liga 2015-2016. Por tanto, el partido es vital, puesto que, de no ganar, la salida del pozo se vería aún más lejana de lo que se ve ahora.

Cierto es que esto no ha hecho más que empezar. Tan cierto como que verse el último en la tabla crea mucha inquietud en los aficionados… y también en los profesionales. Es innegable que estando en puestos de descenso entran dudas y todo se vuelve más complicado.

Por supuesto, no estamos ahí por casualidad, sino porque hemos entrado en una dinámica negativa muy preocupante. Y las razones son muy variopintas: plaga de lesiones en defensa, mal juego, fragilidad defensiva, pésima actitud de los jugadores en algunas fases, falta de acoplamiento de los nuevos, falta de gol, graves errores arbitrales… Hasta la suerte nos ha dado la espalda. La unión de todos estos factores nos ha llevado a un lugar, la vigésima posición en la tabla, que quizás no merezcamos, pero que es una realidad. Una realidad que hay que afrontar y cambiar lo antes posible.

Nada más acabar el partido contra el Celta, aparte del lógico enfado o disgusto por el resultado y las pésimas sensaciones que dejó el partido, mi estado era más bien de ansiedad. Ansiedad por que llegara el próximo partido ante Las Palmas para quitarnos, lo antes posible, ese mal sabor de boca. Yo sólo espero que los jugadores salten esta noche al estadio Gran Canaria con esa misma ansiedad y esas ganas de revertir la extraña situación en la que nos encontramos.

Ahora mismo no se sabe cuál es el objetivo real del Sevilla. Pensar en Europa es un disparate mientras no lleguen los resultados y estemos en puestos de descenso. Tampoco se sabe cuáles serán nuestros rivales directos. Hoy por hoy, Las Palmas es uno de ellos. Lo dice la clasificación, aunque la lógica diga lo contrario.

Hay que conseguir un seis de seis y dejar de lado ese paupérrimo 2 de 12 que nos ha llevado hasta el fondo del abismo. Todo ello será más fácil si el Sevilla corre y se esfuerza más que su rival en el patatal del Gran Canaria. Sólo con eso, tendremos mucho ganado.

Quizás también vendría bien refrescar un poco el equipo. Cuatro jugadores cayeron lesionados en el último partido, ante el Celta, y no sería prudente que los que siguen tocados, como Vitolo, Mariano o Andreolli siguieran tentando la suerte. Claro que Emery tampoco tiene mucho donde elegir, sobre todo en el centro de la defensa. Pero puede que sea el momento de alinear a jugadores como Cristóforo, Iborra, Konoplyanka o Immobile, que no están teniendo mucha participación hasta el momento.

Lo único importante es el resultado. Da lo mismo jugar bien o mal, pues todo lo que no sea ganar esta noche será un fracaso y, sobre todo, un nuevo mazazo para el sevillismo. Pero si no ganamos, al menos que no haya más lesionados.

 

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