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El domingo, ante Las Palmas. Un partido tan importante como complicado

Si estás arriba, tienes que ganar continuamente, porque es lo que hacen los de arriba, y sería muy mala señal continuar con la, hasta ahora, corta racha negativa que iniciamos ante el Español y que se prolongó con el empate ante el Villarreal. Pero un nuevo tropiezo podría acercar peligrosamente al Atlético de Madrid –recibe al Celta– y a la Real Sociedad –visita al Español–.

Por tanto, todo lo que no sea ganar sería un mal resultado. No podemos permitirnos un «dos de nueve» o, peor aún, un «uno de nueve». Y la Unión Deportiva Las Palmas no es precisamente un rival propicio. No me explico, con los jugadores que tiene, cómo está en tierra de nadie, y no luchando por entrar en Europa.

De la plantilla amarilla destacan tres: Jonathan Viera, Kevin-Prince Boateng y Roque Mesa.

En mi opinión, el mejor es Jonathan Viera, el amigo de Vitolo. No trinfó en el Valencia, que es algo que puede considerarse ya normal, visto lo visto, pero en Las Palmas está dando un altísimo rendimiento. Es muy técnico y verdaderamente peligroso a balón parado. Piensa rapidísimo y es el principal baluarte ofensivo. Habrá que marcarlo muy de cerca.

Tampoco se le puede dar un metro a Boateng, el ex del Milán, que es un maestro en el juego de espaldas y tiene muy buen disparo. Este jugador ya estuvo en el punto de mira de Monchi, creo que cuando militó en el Schalke 04.

Y el trío lo cierra Roque Mesa, al que ya conocemos todos. Es el repartidor de juego y uno de los jugadores que más balones roba de la Liga.

Por si fuera poco, hay otros jugadores, como Bigas, Tana –ya nos marcó desde fuera del área en el partido de ida– o Lemos, que también apuntan alto. Y, además, se han reforzado últimamente con Jesé y Halilovic, exjugadores del Madrid y Barcelona, ya contrastados.

La plantilla canaria tiene calidad y un buen entrenador. En mi opinión, Quique Setién está haciendo muy buen papel, hasta ahora.

Es decir, que habrá que hacer las cosas muy bien para no venirnos de vacío y, sobre todo, para volver a la senda de los éxitos.

El árbitro será De Burgos Bengoetxea. Ninguno de los dos equipos ha ganado con él. Espero que eso no signifique que habrá empate, aunque, a veces, un empate, depende de cómo se dé el partido, también puede ser un buen resultado.

Las Palmas-Sevilla. Quinta jornada y al borde del abismo

Bueno, no es que el Sevilla esté al borde del abismo, es que ya está en el abismo; exactamente, en el fondo del abismo, pues es el farolillo rojo, el último de la fila, el que cierra la tabla. Teóricamente, es el equipo que peor lo ha hecho hasta ahora, aunque todos sabemos que realmente no ha sido así.

La cuestión es que esta noche nos enfrentamos ante un igual, ante uno de esos cuatro equipos –incluyendo al Sevilla– que aún no ha sido capaz de ganar en esta liga 2015-2016. Por tanto, el partido es vital, puesto que, de no ganar, la salida del pozo se vería aún más lejana de lo que se ve ahora.

Cierto es que esto no ha hecho más que empezar. Tan cierto como que verse el último en la tabla crea mucha inquietud en los aficionados… y también en los profesionales. Es innegable que estando en puestos de descenso entran dudas y todo se vuelve más complicado.

Por supuesto, no estamos ahí por casualidad, sino porque hemos entrado en una dinámica negativa muy preocupante. Y las razones son muy variopintas: plaga de lesiones en defensa, mal juego, fragilidad defensiva, pésima actitud de los jugadores en algunas fases, falta de acoplamiento de los nuevos, falta de gol, graves errores arbitrales… Hasta la suerte nos ha dado la espalda. La unión de todos estos factores nos ha llevado a un lugar, la vigésima posición en la tabla, que quizás no merezcamos, pero que es una realidad. Una realidad que hay que afrontar y cambiar lo antes posible.

Nada más acabar el partido contra el Celta, aparte del lógico enfado o disgusto por el resultado y las pésimas sensaciones que dejó el partido, mi estado era más bien de ansiedad. Ansiedad por que llegara el próximo partido ante Las Palmas para quitarnos, lo antes posible, ese mal sabor de boca. Yo sólo espero que los jugadores salten esta noche al estadio Gran Canaria con esa misma ansiedad y esas ganas de revertir la extraña situación en la que nos encontramos.

Ahora mismo no se sabe cuál es el objetivo real del Sevilla. Pensar en Europa es un disparate mientras no lleguen los resultados y estemos en puestos de descenso. Tampoco se sabe cuáles serán nuestros rivales directos. Hoy por hoy, Las Palmas es uno de ellos. Lo dice la clasificación, aunque la lógica diga lo contrario.

Hay que conseguir un seis de seis y dejar de lado ese paupérrimo 2 de 12 que nos ha llevado hasta el fondo del abismo. Todo ello será más fácil si el Sevilla corre y se esfuerza más que su rival en el patatal del Gran Canaria. Sólo con eso, tendremos mucho ganado.

Quizás también vendría bien refrescar un poco el equipo. Cuatro jugadores cayeron lesionados en el último partido, ante el Celta, y no sería prudente que los que siguen tocados, como Vitolo, Mariano o Andreolli siguieran tentando la suerte. Claro que Emery tampoco tiene mucho donde elegir, sobre todo en el centro de la defensa. Pero puede que sea el momento de alinear a jugadores como Cristóforo, Iborra, Konoplyanka o Immobile, que no están teniendo mucha participación hasta el momento.

Lo único importante es el resultado. Da lo mismo jugar bien o mal, pues todo lo que no sea ganar esta noche será un fracaso y, sobre todo, un nuevo mazazo para el sevillismo. Pero si no ganamos, al menos que no haya más lesionados.