Archivo mensual: agosto 2015

Sevilla FC 0 – At. de Madrid 3. Partido igualado, hasta la lesión de Carriço

El de ayer no fue un buen partido. El Sevilla demostró estar falto de ideas aún en muchos aspectos del juego. Se falló en todas las líneas, especialmente al final, y para colmo, no acompañaron ni la suerte ni el árbitro. Con todo, el 0-3 resultó excesivo, pues durante casi todo el partido hubo igualdad.

De la alineación inicial, yo habría cambiado a Beto y a Llorente. A Beto, porque Rico me parece bastante mejor portero, y a Llorente porque acaba de llegar hace tres días –no es exageración– y, lógicamente, no ha tenido tiempo de conocer ni a sus compañeros ni a su entrenador. Desde luego, la titularidad de Llorente deja en evidencia la enorme confianza que tiene Emery en él. Titularidad que no habrá sentado nada bien a Gameiro y, sobre todo, a Immobile, que ni siquiera fue convocado.

Ahora bien, si tiene que jugar Llorente, lo que sí espero es que no ocurra más lo de ayer: que se abuse del pelotazo en largo buscando al navarro, y encima haciéndolo sin entrar por banda, facilitando la labor de la defensa rival. Para hacer ese tipo de juego tan directo y simple, que no gusta por aquí, prefiero que no juegue Llorente.

El Sevilla empezó bien. En los primeros minutos tuvo un par de ocasiones clarísimas para adelantarse en el marcador, tal y como ocurrió en Málaga, pero se desaprovecharon.

Mal asunto el de la falta de gol. Pero peor aún fue que no funcionara bien el centro del campo. Para ello fue fundamental el nefasto partido que hizo Banega. El argentino no estuvo para nada, ni siquiera a balón parado. Estuvo lento y entregó al contrario muchos balones.

El partido se desequilibró al poco del final de la primera parte, en una jugada que no debió haberse producido, puesto que previamente hubo un plantillazo a un jugador del Sevilla en la banda que debió incluso acarrear amarilla. Ni el árbitro –mal situado– ni el linier lo vieron. De todas formas, la defensa del Sevilla estuvo lentísima y poco contundente ante Griezmann y Coke.

La segunda parte también tuvo un buen comienzo. El Sevilla llegaba mucho al área pero el Atlético se defendía como gato panza arriba, con mucho orden, consiguiendo que las ocasiones no fueran muy claras y saliendo indemne del aluvión de corners a favor del Sevilla.

El Sevilla siguió insistiendo hasta que llegó la jugada clave del partido: Carriço dispara desde fuera del área y se lesiona. Perdiendo, a veinte minutos del final, y con dos cambios ya hechos, Emery arriesga muchísimo –también es verdad que no quedaba otra–, decidiendo dar entrada a Gameiro y retrasando a Krychowiak al centro de la defensa.

No pudo salir peor la apuesta, ya que el centro del campo, que ya tenía problemas para superar la presión atlética, sucumbió definitivamente. Se cayó como un castillo de naipes, pues sin la fuerza de Krychowiak y dos delanteros, el Atlético se hizo con el control total del partido.

Tampoco acompañó la suerte. A menos de 15 minutos para el final del partido, un disparo fuerte y lejano de Gabi fue desviado por Krychowiak, poniendo el balón imposible para Beto. El Atlético había llegado poco, pero con un acierto de casi el cien por cien.

El desbarajuste en el Sevilla, ya en todas las líneas, se hizo más palpable en los minutos finales, cuando ya no quedaban fuerzas y se notaba demasiado que faltaban efectivos en el centro del campo y que Krychowiak no era central. Los delanteros del Atlético prácticamente remataban sin oposición desde la frotal del área. En una de esas llegó el tercero, y pudo incluso llegar el cuarto si no llega a repeler el poste el disparo de Griezmann.

El arbitraje me pareció lamentable. En todo momento favorecieron al Atlético de Madrid. Al principio no fue con descaro, pero Clos Gómez se quitó la careta al inicio de la segunda parte, cuando no se atrevió a enseñar la segunda tarjeta amarilla a Griezmann por un piscinazo delante de sus narices. Cobardía se llama eso. O poca vergüenza. También perdonó la segunda amarilla a Tiago en los minutos finales, cuando ya iba el marcador 0-3. También escuché en la radio que hubo un penalti a Coke en la primera parte, pero ese no lo vi. En cualquier caso, contra el Atlético es normal que ocurran este tipo de arbitrajes. Por desgracia, ya se sabe de antemano y se da por sentado. Es un obstáculo más que hay que superar cuando se juega contra ciertos equipos.

Dice Castro que hay que tener paciencia. Y estoy de acuerdo. Pero no estaría mal que también se completara la plantilla.

A mi modo de ver, el motivo de la sangría de goles está más que claro: nos faltan centrales de garantías y nuestro mejor portero están en el banquillo. Y lo peor es que esa falta de centrales se pretende paliar con Krychowiak, con lo que también se pierde potencial defensivo en el centro del campo. Pienso que con Sergio Rico, un nuevo central y con Krychowiak en el centro del campo, mejoraría mucho la cifra de goles en contra.

Pero claro, tiene que venir un buen central, no uno cualquiera. Porque no quiero ni pensar que la defensa y centro del campo de ayer se tenga que ver las caras con los jugadores del Manchester City y Juventus. Krychowiak es un parche que puede funcionar contra equipos de medio pelo, pero está más que demostrado que no da resultados contra grandes equipos.

Y, por cierto, menos mal que Carriço se lesionó a falta de veinte minutos. Porque si se llega a lesionar en la primera parte, sí que se habría visto un numerito.

Queda muy poco tiempo para encontrar soluciones, pero alguna debe haber. O bien fichando o bien promocionando a algún jugador del Sevilla Atlético. Pero Krychowiak, desde luego, no es la solución.

 

 

 

 

Hay que tener paciencia

Grupo Champions tan complicado como atractivo

No se puede decir que el Sevilla haya tenido suerte en el sorteo, ya que, para clasificarse para la fase de eliminatorias, tendrá que superar a dos mastodontes económicos y, por tanto, deportivos, como son la Juventus y el Manchester City. También es verdad que pudo ser peor, pues nos podría haber tocado el Wolfsburgo.

El sorteo fue benévolo con los restantes equipos españoles, especialmente con Atlético de Madrid y Valencia, cuyos grupos son un verdadero regalo. Muy mal lo tendrían que hacer para no pasar a la siguiente fase.

En cualquier caso, como dice Monchi, de nada sirve lamentarse, por varios motivos:

1º.- Lamentarse no sirve absolutamente para nada. Hay que creer en nuestro potencial, confirar en la fortaleza de nuestro estadio y ser ambiciosos.

2º.- Estamos en Champions. Si nos quejamos porque nos han tocado rivales fuertes, para eso mejor nos quedamos en la Europa League, donde seríamos uno de los principales favoritos. Además, si quedamos terceros de Grupo –a priori, lo más probable–, iríamos a disputar la Europa League.

Y 3º.- Es cierto que los rivales tienen un gran potencial, pero no es menos cierto que el Sevilla también lo tiene. Es una lástima que el Sevilla tenga su punto débil en la defensa, porque será fundamental defender muy bien para hacer algo serio en una competición tan exigente. Pero si el Sevilla llega en un buen nivel, puede ganar perfectamente a cualquier equipo del mundo, especialmente en nuestro estadio, que deberá ser una caldera.

Será un gran espectáculo jugar contra Juventus y Manchester City. Hay que disfrutarlo al máximo, y para ello no vendría mal, ahora que aún se está a tiempo, intentar solucionar, en la medida de lo posible, las deficiencias que tiene la plantilla. Los errores se pagan caros, pero en Champions aún más.

 

Llorente completa una buena delantera

Se acabó el segundo culebrón del verano, tras el fichaje de Konoplyanka, y con final feliz, pues Llorente ha acabado vistiendo la elástica blanca. Emery se tendrá que romper la cabeza decidiendo qué delantero o delanteros formarán el once inicial. En ataque, al igual que en el centro del campo, las posibilidades que se le presentan a Emery son casi innumerables.

No obstante, la llegada de Llorente tiene aspectos positivos y negativos.

Empezando por el lado negativo, se trata de una fortísima inversión, a pesar de llegar libre, supuestamente, de la Juventus. Los medios hablan de unas cifras cercanas a los 20 millones de euros, y eso, tratándose de un jugador que cumplirá 31 años dentro de seis meses, son unas cifras más que importantes, sobre todo para un club del presupuesto del Sevilla. Por tanto, es un fichaje de riesgo. Pero, por otro lado, es evidente que los buenos jugadores tienen fichas altas. No puede ser de otra forma, y Llorente no iba a ser una excepción.

En segundo lugar, el tener a tres delanteros de primer nivel, si no se sabe gestionar bien por parte de Emery, puede dar lugar a un nuevo caso Iago Aspas. Nuestro entrenador deberá tener más tacto con el delantero que tenga menos minutos, de manera que no caiga en el ostracismo.

Y en tercer lugar, la llegada de Llorente provocará la salida de Juan Muñoz. Es una lástima que un jugador del nivel del utrerano tenga que salir, pero es mejor que vaya cedido a otro equipo antes que esté calentando banquillo.

En el lado positivo, está claro que hemos fichado a un jugador de primerísimo nivel y que va a ser un quebradero de cabeza para las defensas rivales. En su día, cuando Kanouté estaba ya en declive, Llorente me pareció el sustituto perfecto del maliense. Pero su caché por aquel entonces estaba totalmente fuera del alcance del Sevilla. Así que, por supuesto, me alegro de que hoy Llorente sea una realidad. Además, no me gustaba ninguno de los sustitutos que sonaban en prensa, aunque igual eran pura invención de la prensa, como suele ser habitual. Cualquiera sabe.

Con la llegada de Llorente, el Sevilla tendrá muchas alternativas en ataque, y no sería extraño ver jugar al Sevilla con dos delanteros en muchos partidos. Si Emery es capaz de encontrar un equilibrio en el centro del campo, podemos divertirnos esta temporada, si los centrocampistas y delanteros demuestran la calidad que se les presupone.

Ya sólo falta que Monchi se acuerde de la defensa para tener una gran plantilla, que sigue flaqueando por el centro, lateral derecho y portería. Se habla de que aún podría llegar un jugador, aunque, para mi sorpresa, parece que no será un central, que es, en mi opinión, lo más necesario, sobre todo, si tenemos en cuenta que nos espera una muy exigente Champions League.

Málaga 0 – Sevilla FC 0. Decepcionante primer partido

La sensación que me dejó el primer partido de liga fue de decepción, desde antes del pitido inicial, al ver que Krychowiak jugaría de nuevo como central, hasta el pitido final, pues se vislumbraba bastante complicado el llevarse los tres puntos jugando en inferioridad numérica veinticinco minutos.

Por desgracia, una vez más se demostró que Krychowiak no sirve como central, por mucho que lo intente Emery. Poner al polaco en el centro de la defensa sólo sirve para parchear la defensa y debilitar el centro del campo, como ya quedó meridianamente claro en la Supercopa.

En la primera parte del partido el Sevilla mostró una actitud que dista mucho de ser la que se le espera, con falta de intensidad y agresividad, acabó regalando el centro del campo al Málaga que no tenía problemas para llegar al área sevillista, aunque, afortunadamente, sin consecuencias. Sólo se salvaron los diez primeros minutos, donde Gameiro falló dos ocasiones de gol clarísimas. El francés pudo dejar más que encarrilado el partido.

En la segunda parte, lo mejor fue el inicio, pero fue solo un espejismo. Los dos equipos creaban muy pocas ocasiones de gol. Emery tardó en hacer los cambios, como es habitual en él. Como todo el mundo, esperaba que uno de ellos fuera Nzonzi, quien se mostró perdido durante todo el partido y además se ganó una absurda tarjeta amarilla. Pero no fue así y acabó expulsado. De aquí al final, algún susto, como el provocado por la torpeza de Mariano, o el gol bien anulado, por fuera de juego, aunque muy justito.

Con diez jugadores, al menos se logró mantener la puerta a cero, que ya era algo que se preveía difícil, con una defensa de circunstancias.

Es evidente que hay muchísimo que mejorar, empezando por Emery. Hay que tener paciencia. Es necesario esperar a que se acoplen los nuevos y se remate la plantilla, porque está claro que el Sevilla FC está llamado a estar en los puestos altos de la tabla.

El punto logrado ayer puede considerarse bueno, pues no es lo normal que se cometan errores graves en las dos áreas y no perder el partido. Sin embargo, hay que recordar que Málaga era un lugar propicio para llevarse los tres puntos. El Málaga me ha dado una imagen muy pobre, nada que ver con el equipo que tenía hace años, o incluso la pasada temporada.

El Sevilla iniciará la temporada 2015-2016 con una plantilla descompensada

Desde los medios de comunicación se dice que al Sevilla sólo le queda por firmar un delantero para completar la plantilla. Si esto es cierto, en mi opinión, se puede afirmar, sin miedo a equivocarse, que la plantilla está claramente descompensada.

De todas las líneas, la que sale perdiendo, como suele ser habitual en los últimos años, es la defensa, especialmente mermada actualmente y bajo de efectivos. Por contra, el centro del campo está superpoblado y repleto de calidad. Y la delantera parece equilibrada, venga un delantero o se cuente con Juan Muñoz, sobre todo si se tiene en cuenta que Emery suele alinear un solo delantero en el once titular.

A día de hoy, sin que ni siquiera la plantilla esté maltratada por la lógica sucesión de partidos oficiales que provocará el jugar tres competiciones y el tener a muchos internacionales, la defensa está en una situación de «mírame y no me toques» que asusta. De hecho, hemos tenido que jugar la final de la Supercopa de Europa con un solo central, y medio sano, puesto que Rami ha tenido que forzar y llegar justito de forma física. Pero es que en el primer partido de liga, si tenemos la suerte de que no haya más lesionados, tendrán que jugar Rami y Kolo, que en realidad es un lateral reconvertido, es decir, un novatillo en la posición de central. Porque un central no se hace de la noche a la mañana, y en esa posición tan delicada, los errores cuestan goles y, por tanto, puntos y eliminatorias.

A mi modo de ver, lo más necesario es fichar un central, porque no podemos esperar a que Pareja se recupere. Al central argentino se le espera para diciembre. Eso, si todo va bien. Es decir, que estaremos tres o cuatro meses con el alma en vilo, no vaya a ser que se resfríe uno de los pocos centrales que tenemos. Y no me vale Luismi como central, porque Emery prefirió poner a Coke antes que al canterano, en una final europea.

Otro problema sin solucionar está en la portería. Yo tenía la esperanza de que no se renovara a Beto y se fichara en su lugar a un portero de garantías, a  una especie de Palop: ese tipo de porteros que te salva partidos y da seguridad atrás, sobre todo en los balones aéreos. Pues no fue así, y se le renovó. Ahora tenemos dos porteros, pero ninguno convence a la gran mayoría de los aficionados. Si a mí me dieran a elegir, me quedaría con Sergio Rico, pero por lo que se vio en la Supercopa, parece que a Emery ahora le va más Beto. Desde luego, si el portugués ha convencido a Emery, no será por sus últimas actuaciones.

Y si da miedo mirar a la defensa, da gusto mirar al centro del campo. Si atrás no llegamos, en el medio nos pasamos. Hay mucha calidad en todas las posiciones y muchos jugadores, quizás demasiados: Reyes, Kakuta, Krohn-Dehli, Nzonzi, Krychowiak, Banega, Cristóforo, Luismi, Iborra, Denis Suárez, Konoplyanka y Vitolo. Doce jugadores para cuatro o cinco posiciones. En defensa, hay siete jugadores para cuatro posiciones, ya que no se puede contar a Pareja.  Una de las grandes cualidades del centro del campo es que muchos jugadores son polivalentes, con lo que el número de combinaciones que puede hacer Emery son mareantes.

No me cabe la menor duda de que la plantilla estará descompensada, al menos hasta la apertura del próximo mercado invernal. Seguramente, esto no será un problema para mantenernos en los puestos altos de la tabla –nuestros rivales directos serán, salvo sorpresa, Valencia y Atlético de Madrid–, pero sí lo será para dar un pasito más, para hacer una buena Champions, para clasificarnos para Champions de manera directa o para lograr títulos. Y es una pena que sea así, sobre todo cuando hay dinero para hacer una gran plantilla que aspire a todo.

Barcelona 5 – Sevilla FC 4. El Sevilla se exhibe ante el mundo

Partido de los que hace afición, lleno de intensidad y emoción hasta el final, y que fue televisado en más de 200 países. Fútbol total por parte de los dos equipos, nueve goles, lucha hasta el límite de las fuerzas, partido épico… un gran espectáculo que pudieron ver millones de espectadores, que ahora ya conocen cómo se las gasta el Sevilla, que es posiblemente, uno de los pocos equipos del mundo capaz de remontar un 4-1 ante un conjunto tan potente como el Barcelona.

Lamentablemente, no hubo final feliz, por parte sevillista. Y es que el Sevilla cometió el pecado mortal de errar demasiado en las dos áreas, y eso, cuando se tiene enfrente al campeón de Europa, se tiene que pagar forzosamente con la derrota. Errores que, por otra parte, eran de esperar, dadas las numerosas bajas con las que llegaba el Sevilla a la final, que se acumulaban especialmente en la línea defensiva.

El Sevilla no hizo una buena primera parte, a pesar de que se puso por delante en el marcador, muy pronto, con el golazo de Banega. A los pocos minutos Messi marcó dos golazos de falta, ambas bastante discutibles, sobre todo la segunda. Y en el último minuto de esa primera parte, Rafinha casi sentenciaba el partido al lograr el 3-1 rematando casi en línea de gol un pase que nunca debería haberse dado con una defensa con experiencia y calidad.

No me gustó la actuación de Beto en los lanzamientos de falta. No sé si es que le he cogido manía –yo era de los que lamenté su renovación–, pero me dio la impresión de que podía haber hecho mucho más en varios de los goles. Por ejemplo, en las faltas.

En cualquier caso, no fue Beto quien cometió el error más grave. Ese dudoso honor recayó en Trémoulinas, que dio en bandeja el 4-1 a Luis Suárez. Me acordé una barbaridad de ese error durante todo el partido, en especial cuando se logró el empate a cuatro.

Con el 4-1, a los pocos minutos de la segunda parte, empecé a temer que el marcador se pareciera al de un partido de tenis. Pero Reyes logró acortar distancias, al aprovechar un excelente pase de Vitolo, y entonces ocurrió algo fundamental: se lesionó Iniesta y el Sevilla empezó a creer que la remontada era posible. O el equipo empezó a creer y se lesionó Iniesta. No estoy seguro. Pero lo cierto es que los ojos de los jugadores del más grande equipo de Andalucía ya estaban inyectados en sangre, y por sus cabezas ya sólo pasaba la idea de remontar.

Quince minutos después tuvo lugar otra jugada decisiva: Mathieu hace un penalti clarísimo a Vitolo, siendo el último hombre. El árbitro escocés, William Collum, que siempre barrió para el Barcelona, no se atrevió a expulsar al jugador barcelonista. Gameiro transformó el penalti con maestría, convenciendo ya a todos los espectadores de que la remontada era posible. No había más que ver la carita de Luis Enrique, que lo decía todo.

Y la remontada llegó a nueve minutos del final, al rematar Konoplyanka un buen pase de Immobile. Se conseguió lo que parecía imposible: darle la vuelta a un 4-1 ante el que es, actualmente, el mejor equipo del mundo.

Es imposible que un sevillista se refiera a este partido sin decir la palabra “orgullo”. Eso es exactamente lo que se sentía al ver a tus jugadores luchar hasta la extenuación, dándolo todo en el terreno de juego y superando todo tipo de obstáculos. Raza de campeón, casta y coraje, o echarle huevos. Llámesele como se quiera.

En la prórroga, ya las fuerzas eran mínimas. Vitolo y Krychowiak estaban lesionados y casi no podían con su alma. Aún así, el equipo lo intentó hasta el último momento. Incluso después del mazazo del gol que decantó la final, marcado por Pedro en posible fuera de juego, el Sevilla tuvo dos claras ocasiones, por medio de Coke y Rami para lograr el empate a cinco. Pero esta vez no pudo ser. Tendrá que ser en otra ocasión.

En mi opinión, lo que no estuvo a la altura de la final fue el arbitraje. El escocés William Collum lo tuvo claro desde el principio. Perdonó muchas tarjetas amarillas a jugadores del Barcelona y pudo expulsar a Mascherano y Mathieu, quienes hicieron faltas siendo el último hombre.

Al final la sensación que me quedó fue agridulce. Por un lado, alegría de ver la raza de campeón que mostraron los jugadores del Sevilla, que no se dieron nunca por vencidos. Pero, por otro lado, la tristeza de ver cómo se fue una final que llegó a estar en la palma de la mano.

Grandísima final, donde el Sevilla quizás mereció mejor suerte. Pero ya se sabe que el fútbol no suele ser justo, sobre todo con quien perdona. Tendremos que conformarnos sólo con la extraordinaria imagen que mostramos ante el mundo del fútbol: una exhibición total de calidad, pundonor y deportividad.

Entrevista a Gameiro en France Football. «Espero que este sea mi año»

France Football ha publicado hoy una interesante entrevista a nuestro jugador Kevin Gameiro, que puede verse en el siguiente enlace.

Gameiro : «Espero que este sea mi año»

El delantero del Sevilla FC comienza la temporada este martes con la Supercopa de Europa, frente al ogro FC Barcelona. Si Kevin Gameiro está a gusto en España con numerosos compatriotas (Rami, N’Zonzi, Kolodziejczak, Trémoulinas, Kakuta), espera poder, por fin, realizar una gran temporada, alejada de contratiempos físicos.

«Hace ahora dos años que dejó el PSG y la liga francesa. Si se hiciera un pequeño balance, ¿qué diría?»
Desde que llegué aquí, hemos ganados dos títulos, dos veces la Liga Europa (2014 y 2015). Hay un buen ambiente en el grupo. Verdaderamente, se vive bien. La liga es excepcional, juegas en todo momento con el balón.
¿Y personalmente?
Siempre se puede hacer mejor. He tenido una gran competencia con Carlos Bacca (Nota de la Redacción: fichado por el Milan AC este verano), quien marcaba muchos goles (52 goles en dos años, en todas las competiciones). Cuando entraba en juego, hacía mis partidos. Ahora han ficha a un nuevo número 9 (Nota de la Redacción: Ciro Immobile, cedido por el Borussia Dortmund), y esto hará que haya la misma competencia. Lo sé. Depende de mí continuar mi trayectoria y, por qué no, ganar la plaza de titular. Pero tengo, a menudo, problemas de lesiones y eso me frena un poco en mis temporadas. Es necesario dejar eso atrás y continuar avanzando. Este año, toco madera, espero no tener demasiadas lesiones.
¿Piensa con frecuencia en esa fragilidad física? ¿Es un temor?
No, en absoluto. Recuerdo haber tenido mi primera lesión en Sevilla nada más llegar. Estaba el cambio de temperatura. Cuando salí de París hacía 20-25 grados, aquí hacía 45 (ríe). Así que mi cuerpo ha sufrido. Enseguida, mi segunda gran lesión, en la rodilla. Tuve una mala curación y dos o tres recaídas. Es la carrera del futbolista. No le doy demasidas vueltas a la cabeza con respecto a eso. Si estoy lesionado, estoy lesionado.

«En España, es raro ver un 0-0»

Dejando a un lado el terreno de juego, en la distancia, la Liga, ¿Qué le va mejor?
Vine aquí por la forma de jugar en España. Cuando estaba en París, estuve a punto de firmar por el Valencia. Siempre he querido jugar en esta liga. Sea el primero o el último, todos los equipos intentan jugar al fútbol. Y para un delantero como yo, es mejor, pues hay más espacios.
Mejor que la liga francesa entonces…
Es diferente. La liga francesa es mucho más cerrada. En España es raro ver un 0-0.
Es bastante excepcional lo que el Sevilla ha llegado a conseguir en dos años. Europa os ha descubierto. ¿Cómo ha vivido esto desde dentro?
Es, a pesar de todo, un club que tiene una historia importante. Un club familiar donde hay muchos valores. Tras dos años y medio se ha formado un grupo junto con el entrenador (Unaï Emery). Se ha instaurado una mentalidad.
La nueva temporada que arranca corre el riesgo de ser intensa con la Liga de Campeones. ¿Tiene ganas de subir un escalón con el Sevilla?
Tenemos continuidad y se espera hacer mejor que el año pasado en liga. Cosa que no va a ser fácil. Se hizo una muy buena temporada. Acabamos quintos, con 76 puntos, la mejor puntuación de la historia del club. ¿Por qué no ir a buscar la tercera o cuarta plaza? Por el momento, no hay un objetivo particular, pero si tú quieres que el club crezca, en un momento dado, es necesario subir un escalón, y esto puede ser interesante. Además, está la Liga de Campeones. Y con el ambiente que hay en el estadio del Sevilla, creo que los aficionados están muy felices por nuestro retorno a esta competición. El estadio es excepcional. Hace falta vivirlo para creerlo.

«¡No hablo español!»

Colectivamente, el Sevilla se ha convertido en el Arsenal de la Liga, con sus seis franceses, además de Krychowiak y Mariano, quienes ya han jugado en Francia…
Estamos a menudo juntos, lógicamente. Ahora, va un poco mal para mi español, porque no hablo mucho español (ríe).
¿ Y quién hace las mejores bromas?
Rami… ¡Pero no siempre tiene gracia! (ríe).
¡No habrá que tomárselo a broma frente al Barça, el martes por la noche!
¡Es una copa a ganar! Es el primer partido oficial de la temporada y no creo que los dos equipos lleguen al 100% a este partido. Queremos llevárnosla aunque sepamos que el Barça es muy fuerte. Depende de nosotros el no tenerles miedo.
¿Está preparado para luchar por una plaza de titular? 
Quiero, ante todo, jugar el máximo número de partidos sin ser atacado por las lesiones. Pero habrá muchos partidos. Conozco al entrenador, sé cómo actúa. Le gusta mucho que corramos. Tengo confianza. Hace dos años que estoy aquí y espero que este será mi año.
Y si el año es bueno, ¿pensará en la Selección Francesa?
Por supuesto que pienso en ella. Tengo nada más que 28 años (risas). Se sabe que eso pasa en el fútbol: en cuanto haces una buena temporada y marcas muchos goles, todo cambia.  De mí depende que me vean y, por qué no, volver a la Selección Francesa. Pero no le doy muchas vueltas a la cabeza en cuanto a eso. De momento, jugar partidos con mi club, después eso vendrá naturalmente. Me gustaría llevar esa camiseta de nuevo y voy a hacer todo lo posible por ello.»

La Supercopa de Europa, muy difícil. Pero… ¿Y si sí?

Nadie da un euro por el Sevilla en la final de hoy, nada más y nada menos que de una Supercopa de Europa que será televisada a más de 200 países. Las casas de apuestas reflejan casi un 90% de probabilidades de que gane el Barcelona. El que quiera ganar dinero, parece que deberá apostar por el Barcelona, y el que quiera ganar mucho dinero, por el Sevilla.

Y pensándolo fríamente, es totalmente lógico el porcentaje de éxito que nos otorgan las casas de apuestas. El Barcelona es un grandísimo equipo, que se ha proclamado campeón de Europa y que además llega en un buen estado de forma y sin apenas bajas. Y las que tiene son de escasa importancia, ya que Pedro y Mathieu pueden suplir perfectamente a Neymar y Jordi Alba.

Por contra, el Sevilla no se puede decir que haya deslumbrado en pretemporada. Con un equipo muy renovado, al Sevilla aún le falta mucho para encajar con éxito las piezas y, por ahora, adolece de falta de gol. Por si fuera poco, un nuevo error de planificación, en conjunción con la mala suerte, ha provocado que nos presentemos a una final sin ninguno de los tres centrales en condiciones de jugar. A pocas horas del pitido inicial, el único que podría llegar es Rami, y forzando. Las alternativas son Coke, Krychowiak, Luismi o un chaval que acaba de llegar a la cantera. Para echarse a temblar.

Si las bajas fueran en otra zona del campo, serían más fáciles de contrarrestar, pero se acumulan precisamente en una línea, la defensiva, que tiene que funcionar con la precisión de un reloj suizo, donde es fundamental la experiencia y donde el más mínimo error suele costar un gol.

A priori, parecen demasiadas facilidades para un rival que cuenta con jugadores de la calidad de Messi, Luis Suárez, Pedro, Iniesta, Alves, Rakitic… Pero, como dice Monchi, de nada sirve pensar en las bajas, pues nos haría débiles. Como se suele decir en estos casos, seremos once contra once.

Lo que sí espero es que esta noche los once que lleven la camiseta del Sevilla salten al césped con ambición, con mentalidad ganadora, confianza concentración, que luchen cada balón como si les fuera la vida en ello. En definitiva, que muestren la casta y el coraje que reza nuestro himno. Pues sólo compitiendo y esforzándose al máximo se podrán disimular las carencias del equipo. Y en el caso de que llegue la derrota –que ojalá no sea el caso– ésta no será tan dolorosa.

Recuerdo que cuando viajé a Mónaco, en 2006, para la final de la Supercopa, lo hacía totalmente convencido de que caeríamos ante aquel Barcelona de Etoo, Ronaldinho, Deco, Xavi, Iniesta, Messi… un equipo impresionante que arrasaba a todo aquel que se ponía en su camino. Y, sin embargo, hicimos un partidazo y fue el Sevilla el que arrolló al Barcelona. El Sevilla sorprendió al mundo. ¿Lo volveremos a hacer esta noche? Es complicado, muy complicado, pero… ¿Y si sí?

Cristóforo, nuevo gran fichaje

Sólo dos cosas a destacar en el intranscendente partido de ayer contra el AEK de Atenas: el golazo de Reyes y la vuelta de Cristóforo.

El infortunio que tuvo Cristóforo, al destrozarse la rodilla cuando Emery empezaba a contar con él, nos impidió comprobar lo que ya se intuía al verle jugar sólo unos minutos: que es un gran jugador y que, a poco que le cambie la suerte y tenga continuidad, dará mucha gloria al Sevilla FC.

Cristóforo volvió a jugar tras estar muchos meses de baja, y lo hizo con unas ganas que me sorprendieron. Con las penurias que habrá pasado ese hombre, que se quedan para él, y a pesar de tratarse de un partido amistoso, siempre entraba con fuerza y metía la pierna como si le fuera la vida en ello.

Desconozco si el estado físico del uruguayo le permitiría aguantar los noventa minutos, pero si así fuera, yo lo pondría de titular en la Supercopa, con el fin de intentar contrarrestar en el centro del campo el desastre que se avecina en el centro de la defensa.

Lo de la defensa se veía venir. Era muy arriesgado tener en plantilla sólo tres centrales. Ha bastado una lesión muscular de uno de ellos y una tortilla en mal estado para que no nos quede ningún central sano para disputar un título europeo. Es cierto que lo de la salmonelosis era imposible de prever, pero con tan pocos efectivos atrás, era relativamente fácil verse en una situación complicada. Aunque, a decir verdad, yo esperaba que se diera más adelante, con la liga ya en marcha y con más partidos en las piernas.

La única solución que se atisba es situar en el centro de la defensa a centrocampistas, y parece ser que los que tienen más papeletas ahora mismo son Krychowiak y Luismi, a no ser que se recupere a última hora Rami, que no parece que vaya a ser el caso.

Por tanto, habrá que reforzar el centro del campo, jugar con las líneas muy juntas, salir al contragolpe y aprovechar el juego a balón parado. Y por supuesto, rezar para el Barcelona no tenga su día.

El rival, por contra, sólo tiene las bajas de Neymar, que será suplido perfectamente por Pedro, y Jordi Alba, a quien probablemente le sustituirá Mathieu.

A día de hoy, dadas las circunstancias, parece casi un milagro que el Sevilla pueda llevarse la Supercopa de Europa, pues si ya es grave no tener ningún central disponible ante cualquier equipo, si te ocurre cuando tienes que enfrentarte al mejor equipo de Europa y posiblemente del mundo… Mal vamos. Pero lo último que se pierde es la esperanza.

Yo apostaría por la siguiente alineación, de no haber sorpresas en cuanto a las recuperaciones:

Sergio Rico, Mariano, Krychowiak, Luismi, Trémoulinas; Reyes, Cristóforo (Iborra si no está al 100% el uruguayo), Kronh-Dehli, Konoplyanka, Banega, Gameiro.