Osasuna 2 – Sevilla FC 1. Primer robo, primera derrota, pero no se puede ocultar el mal partido

Lo peor del partido de hoy es, aparte de la falta de respeto de los árbitros, la sensación de la falta de ambición del equipo y la patente fragilidad defensiva. Esto último no debería extrañar a nadie, ya que hemos disputado el partido con sólo un central sano. Gudelj, aunque hace lo que puede, no es central, y se nota.

El partido ha sido calcado a muchos de los que hemos visto la temporada pasada. Algo lógico, porque no había ninguna cara nueva de inicio y el entrenador sigue siendo el mismo. Es decir, juego previsible, horizontal, retrasando líneas innecesariamentte… Desesperante es la palabra.

No pudo empezar peor el partido, con un gol tempranero, donde, a mi juicio, Bono puede hacer algo más. El centro de es muy bueno, Gudelj no marca bien, y Bono no es capaz de despejar un balón que le va al cuerpo.

Reaccionó bien el equipo, con un gol bastante bueno, tras una rápida combinación entre Acuña, Papu y Rafa Mir.

A partir de aquí, lo que suele ocurrir: el Sevilla empieza a tontear y no va a la yugular, arriesgándose a que una buena jugada del rival, un golpe de mala fortuna o una barrabasada arbitral lo eche todo a perder.

No obstante, el Sevilla también pudo marcar el 1-2 en alguna ocasión, como el remate que tiró el Papu al portero, con todo a su favor, o el tiro al Palo de Delaney. Aunque también es cierto que Osasuna también tiró al palo, en una jugada donde quedó en evidencia la fragilidad del Sevilla en defensa. No puede ser que un rival controle el balón en la frontal del área y disponga de mucho tiempo para pensar y golpear.

La segunda parte, en mi opinión, fue muy decepcionante. Esperaba que el Sevilla buscara con más ahínco la portería contraria, pero ni mucho menos fue así. Sin embargo, no fue superado por el Osasuna. Y en el minuto 72 llegó la jugada que determinó el resultado final. Es lo que se llama un penalti de chiste. No se entiende muy bien qué es lo que pita el árbitro, y mucho menos se entiende que no sea corregido desde el VAR. Porque el VAR está para eso, para evitar disparates como el que hemos visto hoy. Se supone que el árbitro considera que Papu Gómez le da un codazo en la cara al jugador de Osasuna, pero en las imágenes se ve que no es así y que el jugador del Osasuna finge. Uno de esos penaltis que a otros equipos –no hace falta decir ni cuáles– no les señalarían en la vida.

Urge corregir la fragilidad defensiva. Pero no sólo hemos perdido contundencia en defensa, sino también los valiosísimos pases en largo, la salida de balón y el aporte en ataque de Koundé y Diego Carlos.

Tampoco se puede obviar la falta de recursos para intentar empatar a dar la vuelta al marcador, puesto que el Osasuna no pasó ningún apuro en el corto tiempo extra que concedió Del Cerro Grande.

Este partido ha servido, sobre todo, para dejar claro que Monchi tiene muchísimo trabajo por delante. Y por supuesto, Lopetegui también debe corregir bastantes cosas. Principalmente, la falta de ambición que se ha desmostrado hoy.

Primer partido y no se puedo empezar peor: con derrota. No merecida, pero con derrota. Y con la desazón de que la Liga española sigue siendo una competición corrupta, y, lo que es peor, que no parece que sea algo que vaya a cambiar ni a corto, medio o largo plazo.

Asco de fútbol.

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