Ciertamente, no estoy muy optimista últimamente, y no lo seré hasta que recuperemos la solvencia defensiva. Por eso esperaba que perderíamos ante el Villarreal, que es lo que suele ocurrir cuando enfrente tienes a un equipo bastante superior.
Alivia bastante que los locales no pudieran contar con Gerard Moreno, por lesión, porque es un jugador que marca diferencias. De igual modo, vino bastante bien para nuestros intereses la temprana lesión de Lo Celso, y que Yeremi Pino estuviera en el banquillo hasta el minuto 58. Con estas bajas el Villarreal perdía mucha verticalidad, velocidad, desborde y gol.
Al igual que ocurriera en Barcelona, el partido no pudo empezar mejor, con un pase de la muerte de Isco, que remató perfectamente Óliver Torres, ajustando el balón al palo. Era el minuto ocho y quedaba todo un partido por delante, nunca mejor dicho, sobre todo en estos tiempos, cuando ya no es raro que el tiempo añadido supere los ochos minutos.
El Sevilla se defendió bien en la primera mitad e intentó contragolpear para marcar el segundo, pero, claro, entre la lentitud del centro del campo y que en el sistema de Lopetegui el delantero siempre está más solo que la una, pues la verdad es que cuesta un pelín sorprender a la contra.
La segunda parte ya fue otro cantar. El Sevilla salió a defenderse, que es algo que parece un suicidio cuando no se sabe defender bien. Y a los pocos minutos, cinco en concreto, llegó el gol del empate. Un gol más que evitable, pero se dejó una autopista por el centro para que Capoue metiera un centro en profundidad, que remató Baena, y aunque atajó Dmitrovic, acabó dentro tras rebotar en el jugador del Villarreal. La suerte tampoco es que esté acompañando mucho.
En el gol hizo muy mal la línea Gudelj. A su favor tiene que no es defensa, y demasiado bien lo hizo. Es más, creo que fue de los jugadores más destacados, junto con Carmona, Kike Salas e Isco. Al menos, parece que la defensa Carmona-Salas-Gudelj-Acuña es aceptable. No es para tirar cohetes, pero en los últimos partidos no nos están metiendo una media de dos goles por partido.
Creí que el partido se iba al traste definitivamente cuando Telles derribó claramente a Yeremi Pino dentro del área. Menos mal que gracias al VAR quedó anulado por fuera de juego.
No me explico por qué Jordan, con el desesperante nivelito que está mostrando en los últimos meses, juega, y además de titular. Estoy seguro de que Pedro Ortiz lo haría mejor. De nuevo, hoy ha perdido un par de balones que no nos han costado goles de puro milagro. Y lo mismo digo de Suso, que hizo lo mismo en el descuento, con el agravante de que su pérdida fue con un compañero desmarcado en buena posición de gol.
El árbitro, Hernández Hernández, no me gustó. Mostró tarjetas amarillas con mucha facilidad a los jugadores del Sevilla. Algo que es habitual. En lo positivo, no nos señaló ningún chorropenalti, de esos que sólo ve el árbitro, como ya ocurriera en Pamplona y Barcelona. Eso es de agradecer.
Punto logrado ante un rival difícil, a domicilio, que en circunstancias normales sería considerado como bueno, pero que en las actuales resulta insuficiente, ya que no sirve para acercarnos a los puestos europeos. Aunque parezca increíble, a pesar de este desastroso inicio de temporada, sólo están a seis puntos.