Celta 1 – Sevilla FC 1. Estamos en la UVI

Nada, que parece imposible ganar un partido. Aunque es cierto que hemos hecho un partido más que lamentable, no es menos cierto que hemos podido ganar al final, gracias a la estupidez de Tapia, que nos dejó en superioridad durante media hora, descuento incluido.

No era buen día para hacer buen fútbol, debido al fuerte viento y al césped, que era un patatal. Pero el Celta jugaba en las mismas circunstancias y pudo hacer, perfectamente, seis o siete goles. Pero gracias a Dios sólo lograron hacer uno. Las demás ocasiones las neutralizó Nyland o los propios jugadores celtiñas, errando hasta ese tipo de ocasiones donde es más fácil colarla entre los tres palos que tirarla fuera.

El juego del Sevilla no puede provocar más desazón. Es lento, previsible, impreciso…. El centro del campo, aunque ha mejorado con Soumaré, sigue sin imponerse y le cuesta hacer circular el balón. Imposible ver un contragolpe bien ejecutado. A eso le sumamos que defensivamente somos un auténtico desastre. Probablemente, buena culpa de ello sea porque seguimos empeñados en jugar con un único central, que es Badé. Gudelj es centrocampista y se nota muchísimo que no piensa como central, aunque nadie le puede negar su enorme voluntad para hacerlo bien en una posición que no es la suya. En el gol, es Gudelj el que falla estrepitosamente en la marca, permitiendo entrar en el área al central local como Pedro por su casa.

No entendí ni la titularidad de Mariano –no ha hecho méritos para ello– ni que no fuera sustituido por Rafa Mir, de manera que aprovecháramos la superioridad para jugar con dos delanteros. Si nos empeñamos en jugar con un único delantero, éste debe ser En-Nesyri. Mientras no se demuestre lo contrario, es el delantero más efectivo que tenemos, y por arriba es uno de los mejores de la Liga.

Por cierto, otro mal partido de Lukébakio. No sólo es que no aporte en ataque, es que es un irresponsable con el balón en los pies. Ante el Cádiz, una pérdida suya nos costó un gol, y hoy ha estado a punto de ocurrir lo mismo. Es un jugador con unas buenas condiciones físicas y técnicas, pero debe tener un poco de cabeza y ser consciente de que juega en una zona delicada cuando se pierde la posesión del balón.

Hubo dos jugadas polémicas. Una, un posible penalti a Badé, pero que Hernández Hernández convirtió en juego peligroso, y fuera del área. Por las imágenes parece que es dentro del área y que hay contacto, con lo que sería falta y, por consiguiente, penalti.

Y la otra jugada polémica fue la última del partido: el penaltito de Jesús Navas. Por si no habíamos tenido bastante con aguantar el pobre y lastimoso juego del Sevilla, ahora teníamos que poner a prueba el corazón hasta saber la decisión que provenía de la sala VAR. Para mí, es penalti. Es un penalti absurdo, innecesario, pero lo agarra y lo derriba. Los árbitros supongo que entenderían que también agarra el jugador del Celta a Navas, que lo hace. En fin, esta soplapollez casi nos cuesta el punto que, a decir verdad, por juego, no hemos merecido. Pero bienvenido sea. Cuando el equipo está tan mal, tan rematadamente mal, sin nadie válido ni en la dirección del banquillo –ojalá Diego Alonso me deje en mal lugar– ni en la entidad, cualquier punto vale oro. Y el de hoy, ante un rival que, por desgracia, es directo, es oro puro.

El próximo partido de Liga será el derbi, pero antes estará el de Champions, ante el Arsenal.

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