Importantísima victoria en el día de ayer ante un rival directo por la cuarta plaza. El Villarreal demostró que es un gran equipo pero, a pesar de irse al descanso por delante en el marcador, acabó sucumbiendo tras una muy buena segunda parte del Sevilla.
El choque entre los dos principales aspirantes a la única plaza Champios que queda por disputar, fue un auténtico partidazo, jugado en todo momento con mucha intensidad por ambos equipos, y donde hubo de todo: seis goles –uno de ellos antológico de Konoplyanka, desde 30 metros–, un gol en propia puerta, una expulsión, un gol anulado, dos remontadas en el marcador, un mal árbitro que desesperó bastante…
El Sevilla saltó al césped muy mentalizado, consciente de que sólo valía ganar, si no quería decir, definitiva y prematuramente, adiós a esa cuarta plaza tan codiciada. En los primeros compases del partido el Sevilla dispuso de varias ocasiones de gol que no acabaron en el fondo de la portería defendida por Areola por muy poco. Todas ellas se originaron por la banda izquierda, donde Konoplyanka y Trémoulinas hacían estragos. Hasta que, al final, se abrió la lata tras una sensacional jugada entre Konoplyanka, Gameiro e Iborra, haciendo justicia en el marcador.
Poco duró la alegría, pues el Villarreal, por medio de Bakambu empató el partido, aprovechando un mal despeje de Ever Banega. Fue un duro varapalo, puesto que era la primera ocasión que tuvo el equipo amarillo.
Pero lo que sentó como un tiro, a equipo y afición, fue el segundo gol del Villarreal. No habían pasado ni diez minutos, cuando el mismo jugador, Bakambu, marcó de volea cruzada, a pase sensacional de Adrián. Aquí hay que señalar como culpable a Rami, que no hace la línea de fuera de juego y habilita al veloz delantero francés.
Durante unos minutos estuvimos noqueados, a merced del Villarreal, pero logramos llegar al decanso sin que hicieran más sangre. Era un resultado injusto, porque el Sevilla había sido muy superior, pero el Villarreal tuvo un 100% de efectividad de cara a gol. Y así, claro está, era imposible.
En la segunda parte cambiaron las tornas, porque ya el Villarreal falló las tres ocasiones clarísimas de gol de las que dispuso, y el Sevilla, aunque siguió perdonando algunas ocasiones, acertó las suficientes como para darle la vuelta al marcador.
Una de las claves del partido, desde mi punto de vista, fue la ausencia de Musacchio. El jugador argentino, ex de River, me parece uno de los mejores centrales de la liga, y creo que es el máximo responsable de que el Villarreal, hasta ayer, sólo hubiera encajado 19 goles en 28 partidos. Ni Bonera (34 tacos tiene ya el italiano) ni Victor Ruiz están a su altura, ni de lejos. Ambos sufrieron de lo lindo ante la endiablada velocidad de Gameiro, que fue el mejor del partido, con diferencia. Victor Ruiz no pudo parar a Gameiro en el primer gol y Bonera en el cuarto.
El empate a dos llegó, precisamente, con un gol en propia puerta de Victor Ruiz, al intentar despejar un buen pase de Konoplyanka. El ucraniano fue clave en la remontada, pues marcó un golazo para el recuerdo: un obús desde treinta metros que Areola sólo pudo seguir con la mirada.
Bakambu pudo conseguir un hat-trick e igualar, de nuevo, el partido, pero Rami evitó el gol, corrigiendo la mala salida de Rico. Sin embargo, el guardameta canterano se lució con una parada espectacular a Leo Baptistao, que remató a bocajarro, poco después.
Lo pasaba mal el Sevilla y, para colmo, Banega hizo una absurda entrada, ganándose a pulso la segunda amarilla. Velasco Carballo, un mal árbitro, no tuvo piedad de él, como sí la tuvo con Bonera, a quien perdonó la expulsión. Un doble rasero en faltas y tarjetas que no puede permitirse en arbitrajes de primer nivel.
Quince minutos de sufrimiento por delante, hasta que, ya en tiempo de descuento, Reyes consiguió el definitivo 4-2, al finalizar un contragolpe llevado por Gameiro.
Lo mejor del partido fue la fortaleza mental y física del equipo, que hizo un gran despliegue bajo un fuerte calor. Y lo peor fueron las lesiones, pues N’zonzi y Konoplyanka tuvieron que retirarse lesionados. Es evidente que el equipo está pagando la acumulación de partidos. Es ahora cuando cobra especial importancia tener un buen banquillo.
La victoria ha sido fundamental con vistas a intentar conseguir plaza Champions, porque, además, se le ha ganado al Villarreal el goal-average particular. Pero aún así, es un objetivo que sigue estando muy complicado, sobre todo si seguimos siendo incapaces de ganar fuera del Ramón Sánchez Pizjuán.