Empate en El Molinón que sabe a muy poco, porque el Sevilla ha tenido muchas ocasiones para llevarse el partido.
Las dos partes fueron bastantes diferenciadas. En la primera, a pesar de adelantarse el Sevilla en el marcador en la primera ocasión que tuvo, por medio de Vietto –definió muy bien, ante la salida de Cuéllar–, el Sporting llegó también con mucha claridad. Llegó el empate en una jugada, aparentemente sin peligro, pero donde los centrales cometieron el pecado mortal de dejar la frontal del área sin cubrir. Moi Gómez aprovechó el regalo, con una volea perfecta. Poco después Vázquez pudo adelantar de nuevo al Sevilla, pero estrelló su disparo en el poste.
Llegó un momento donde temí que pudiera ponerse negro el partido, porque el Sporting llegaba en oleadas, a base de contragolpes. Viguera falló tres clarísimas. Por suerte, no era su día.
La primera parte acabó con la sensación de que el empate era más o menos justo, con ocasiones por ambos lados. Pero la segunda fue otro cantar, con dominio absoluto del Sevilla. Con Iborra sobre el campo, el Sporting sólo tuvo una oportunidad para marcar, mientras que el Sevilla se hartó de fallar ocasiones, una de ellas volviendo a ser rechazada por el poste.
Normalmente, cuando se está tan negado de cara a gol, se suele perder el partido. Por ese motivo doy el punto como bueno. Si no se puede ganar, al menos hay que empatar.
Me gustó el arbitraje de Iglesias Villanueva. Sin complicaciones, supo frenar la violencia de los jugadores del Sporting a base de tarjetas. Aunque creo que se quedó corto, pues debió mostrar alguna más.
Eché en falta la contundencia de Pareja atrás –a Carriço se le notó que lleva mucho sin jugar y le falta ritmo– y las acometidas de Escudero, que estaba en un estado de forma sensacional. También fue un importante contratiempo la lesión de Nasri, que esperemos no sea importante.
Vuelan dos puntos que debieron caer de nuestro lado, pero jugando así y teniendo tantas ocasiones de gol, pocos partidos se nos escaparán fuera. El punto nos mantendrá arriba, en las posiciones de privilegio. Hay que seguir firmes, porque esto no ha hecho más que empezar.
Ahora toca cambiar la mentalidad. El Dinamo de Zagreb nos espera.