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Segunda plaga que azota los centrales. ¿Solución en la cantera?

Esta temporada no estamos teniendo nada de suerte con las lesiones. Si ya en vísperas de la Supercopa de Europa una salmonelosis se encargó de dejar fuera de combate a varios jugadores –la mayoría centrales–, ahora la lesión de Rami nos vuelve a dejar con lo justo en defensa. Y precisamente, cuando empieza la retahíla de partidos a los que nos obliga el disputar competición europea.

El problema no es sólo que tengamos tres centrales lesionados, sino que son nuestros mejores centrales y, además, son lesionados de larga duración, puesto que Rami es el que menos tiempo estará fuera de combate, y estará seis semanas de baja.

Por tanto, urge buscar soluciones, y esas soluciones pasan, a mi modo de ver, por dar una oportunidad a jugadores de nuestra cantera. Parto de la base de que Emery no ha sido capaz, hasta ahora, de encontrar soluciones en la primera plantilla, pues ni Coke ni Krychowiak han demostrado que puedan ocupar el puesto de central con solvencia. Y desde luego, no me extraña, porque esa demarcación es muy importante y específica. En ella recae gran parte de la fortaleza defensiva y no puede ser ocupada por cualquier jugador. Un buen central tiene que ser rápido, lo suficientemente fuerte como para salir airoso del cuerpo a cuerpo,  dominar el fuera de juego e ir bien por alto. Si además tiene experiencia y sabe sacar el balón controlado, mejor que mejor. En definitiva, no es fácil encontrar buenos centrales, pero tenemos que hacerlo, y pronto.

Lo que sí me resulta evidente es que Krychowiak, por mucho que se empeñe Emery, no es la solución. Ya ha quedado más que probado. No hay más que recordar el último partido, contra el Atlético de Madrid. Fue un partido igualado, hasta que se lesionó Carriço y Krychowiak ocupó su lugar. Entonces empezó a llegar el Atlético de Madrid con suma facilidad. Consiguieron dos goles y pudieron ser más. Krychowiak de central es crear dos problemas en lugar de uno, ya que el centro del campo pierde mucha fuerza defensiva y el rival nos llega al área con poca oposición.

En el mejor de los casos –no hay que olvidar la famosa Ley de Murphy: «cualquier situación, por mala que sea, siempre es susceptible de empeorarse»–, estaremos con dos centrales durante seis semanas, jugando partidos cada 3-4 días. Uno de esos centrales es un recién llegado, con pocos partidos oficiales a sus espaldas en los últimos años, y otro es un lateral izquierdo reconvertido, que alterna buenos y malos partidos. Y menos mal que tuvimos la «suerte» de que Carriço se lesionara cuando el plazo para fichar estaba abierto, que si le da por lesionarse un par de días más tarde, tendríamos sólo un central sano.

La triste realidad es que, si no acertamos con los centrales, en esas seis semanas podemos poner en peligro la liga y la Champions. Emery tiene un gran problema y tendrá que seguir buscando soluciones. No sé si Iborra puede ser una alternativa, o los chavales de la cantera, pero algo hay que hacer. Y no tenemos mucho tiempo.

El Sevilla no rectificó y, de nuevo, largas colas para entrar

Pasó lo que tenía que pasar. Si algo no funciona y no haces nada por arreglarlo, va a seguir sin funcionar. Así que, de nuevo, volvieron a repetirse las largas colas para entrar al estadio. Me parece vergonzoso que se dé este espectáculo en un club como el Sevilla, que debería tratar a sus aficionados mucho mejor de lo que lo hace.

Como en el partido contra el Valencia llegué «sólo» un cuarto de hora antes del comienzo del partido y llegué a mi asiento segundos antes del pitido inicial, ayer me propuse, como aconsejaba el club, llegar antes. Lo conseguí, pues llegué con media hora de antelación. Pero aún así, tuve que esperar más de cinco minutos para entrar. Cuando antes de esta lamentable reorganización, el acceso era inmediato o tras una mínima espera.

En mi caso, tengo que acceder a la grada alta de fondo. El club ha tenido la genial idea de que los miles de sevillistas que vamos a esa zona accedamos únicamente por las puertas número 14, 18 y 19. Tres puertas, pero que, en realidad, son sólo dos, ya que la puerta 18 sólo tiene dos tornos, y la 19 tres. Así que no es de extrañar que se formen colas kilométricas, aun llegando con tiempo más que suficiente.

Ahora bien, tras este nuevo esperpento, ¿recapacitará el club para el próximo partido contra la Real Sociedad o se volverá a tropezar en la misma piedra? Es un problema facilísimo de solucionar. Basta con admitir el error y volver a lo que funcionaba.