Tal y como se esperaba, el Gerona dio mucha guerra en la mañana de ayer. El equipo catalán arriesgó con una defensa bastante adelantada, pero le dio resultado, en parte porque nuestros jugadores de banda, tanto Correa como Sarabia no estuvieron muy acertados. Sin embargo, al inicio de la segunda parte, ambos fueron decisivos, en la jugada del gol que decidió el partido. Aunque parece que el gol es de Correa, seguramente, si no llega a ser por Sarabia, no lo habrían concedido, pues en el acta aparece Sarabia como el autor del gol.
El protagonista del partido fue Sergio Rico, ya que tuvo dos o tres intervenciones de mucho mérito, salvando los muebles. Por ejemplo, parando un penalti en la primera parte y sacando un cabezazo a placer de un rival, en la recta final del partido.
En la segunda parte el Sevilla pudo sentenciar, y no lo hizo, lo que me recordó muchísimo al partido contra el Getafe, pero en esta ocasión sí hubo final feliz.
Aparte de Sergio Rico, hay que resaltar el gran nivel que está mostrando Jesús Navas en el lateral derecho. Esta vez frenó al veloz Mojica. De seguir así, va a costar trabajo que le quiten el puesto tanto Corchia como Layún.
El Mudo Vázquez estuvo desaparecido, al menos ofensivamente. Se obsesiona en hacer cañitos y, a veces, provoca pérdidas peligrosas. Un cañito no está mal, pero intentarlo casi siempre, creo que es pasarse. Es como cuando Negredo se quedaba solo delante del portero, que siempre pensaba en hacerle una vaselina, aunque pareciera la opción más complicada.
Los centrales estuvieron magníficos durante todo el partido. Mercado siempre le ganó por alto al keniata Olunga, a pesar de que éste le superaba en altura. También Lenglet estuvo soberbio durante todo el partido. También asistió a Correa en el gol, con un pase largo medido. Es una pena que estos centrales no tengan recambio, porque le dan al equipo un gran nivel defensivo y no tienen recambio. Esperaba, iluso de mí, que hubiera llegado un central en el mercado de invierno. No fue así, y creo que, con el tiempo, lo pagaremos caro. Tanto Kjaer, como Pareja y Carriço están muy lejos de llegar al nivel que muestran la pareja Mercado-Lenglet.
El árbitraje no me gustó nada, ni el de Jaime Latre, ni el de sus asistentes, con fallos incomprensibles. Quizás el más grave fue cuando perdonó la expulsión a Borja García, por una entrada por detrás, que le hubiera supuesto la amarilla, y después, a continuación, por discutir con Pizarro. Pero el árbitro, no quiso expulsarle y sólo se la mostró al argentino.
Tampoco me gustó, en absoluto, la tardanza de Montella en hacer los cambios. No es la primera vez que lo hace, y creo que se equivoca. Pizarro no fue expulsado de milagro. Tener un centrocampista de cierre con amarilla durante tantos minutos es jugar a la ruleta rusa, y más cuando tienes a Roque Mesa en el banquillo. Pizarro hizo una buena primera parte, pero en la segunda cometió errores que pudieron costarnos el gol.
También me parece un grave error mantener a jugadores sobre el césped que estaban visiblemente fatigados, como era el caso de Correa y Franco Vázquez.
Victoria muy trabajada, ante un equipo que tiene jugadores de nivel –menos mal que Portu ayer no tuvo su día y que el máximo goleador del equipo, Stuani, estaba tocado y no jugó–, y que nos mantiene en zona europea. Estos tres puntos nos permiten acortar distancias con el Villarreal, pero, lamentablemente, no con el Valencia, que ayer ganó gracias a la inestimable ayuda del árbitro de turno (Medié Jiménez), que tuvo una actuación desastrosa y totalmente decisiva, ya que anuló un gol totalmente legal de Coke (hubiera supuesto el 1-2), por un empujón de un jugador del Valencia a otro del Valencia, no habiendo ningún jugador del Levante cerca. Es decir, que el árbitro se inventó la falta, pues era imposible que hubiera visto un jugador del Levante.
Lo peor es que en la jugada que hubo inmediatamente después, marcó el Valencia. Se pasó de un 1-2 a un 2-1 en cuestión de segundos, con el mazazo sicológico que supone eso. Pero no quedó ahí la cosa. Medié Jiménez quiso rematar su faena inventándose un penalti sobre Zaza cuando finalizaba el partido. Realmente, fue Zaza quien arrolló al central del Levante, que se le adelantó y tocó balón.
No creo que el Sevilla recupere la cuarta plaza, pero está claro que si el Valencia, además de ser un gran equipo y sólo disputar una competición, recibe ayudas de este tipo… entonces será imposible.