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Los graves errores del Sevilla 2012-2013

Por fin acabó la temporada 2012-2013, donde sólo disfrutamos en las primeras jornadas, hasta que llegó el escandaloso robo arbitral de Matéu Lahoz del Sevilla-Barcelona. A partir de ahí, el equipo perdió el norte y no paró de dar tumbos hasta el final de liga. Pensándolo fríamente, y teniendo en cuenta los graves errores de planificación cometidos, la temporada se podría considerar como buena, porque en algunos momentos llegué a temer lo peor: el descenso.

Desde mi punto de vista, los errores son los siguientes:

1º.- No se corrigió la débil defensa de la temporada pasada, donde el Sevilla fue uno de los equipos más goleados. Yo esperaba que se ficharan, al menos, dos centrales, o en el caso de ser sólo uno, que éste fuera un jugador con experiencia y contrastado. De hecho, parecía que iba a ser así, pues el Sevilla se fijó en el «Cata» Díaz, pero finalmente llegó Botía, de un perfil distinto, además de ser un jugador joven y con proyección. El Sevilla arriesgaba mucho, pues de no rendir Botía, la defensa volvería a hacer aguas por el centro. Y así ha sido. Esa fragilidad defensiva, de nuevo, ha sido un lastre para el equipo.

2º.-  Jugar dos competiciones –más los partidos internacionales– con sólo dos delanteros centro. Me niego a catalogar a Del Moral como delantero centro, con lo cual sólo nos quedan Negredo y Babá. Teniendo en cuenta que Babá no ha contado con la confianza de ninguno de los entrenadores, en realidad dependemos totalmente de Negredo en la faceta ofensiva. El vallecano finalmente ha hecho unas buenas cifras, gracias más que nada a los últimos partidos, pero se ha llevado gran parte de la temporada aportando poco o nada. Pienso que se nos han ido muchos puntos por no tener un segundo delantero que sirviera de alternativa a Negredo. Aparte de esto, la falta de delanteros lleva a tener que utilizar casi obligatoriamente el sistema 4-5-1, con lo cual se ataba tácticamente a un futuro posible entrenador, que acabó siendo Emery.

3º.- No haber solucionado antes el conflicto con los aficionados de Gol Norte. Aquí el club estuvo verdaderamente torpe –y los aficionados, porque al final el perjudicado fue el Sevilla–. No sólo porque se tomaron medidas por las que pagaban justos por pecadores, sino porque el estadio estuvo buena parte de la temporada siendo una tumba. El Ramón Sánchez Pizjuán dejó de ser inexpugnable y el ambiente no era el ideal, ni mucho menos.

4º. No haber cesado a Míchel antes. Creo que el Sevilla tardó demasiado en cambiar el entrenador. Incluso el propio Míchel se sorprendía de la confianza que mostraba el Consejo en él.  En este período llegué a preocuparme mucho, porque el equipo mostraba todas las señales de alarma de descenso. Sin embargo, a partir de la llegada de Emery, el equipo mostró otra cara, aunque siguió siendo prácticamente inofensivo como visitante. Con dos o tres partidos más con Emery, probablemente se habría aumentado el casillero de puntos, aunque eso, lógicamente, no se podrá saber nunca a ciencia cierta.

5º. Debilitar al equipo en mercado de invierno. Este error –al igual que vender a Navas en junio–, lo achaco a la preocupante situación económica del club. No es muy aconsejable traspasar a nuestro mejor central a mitad de temporada, con todo en juego. Spahic no es un fuera de serie, pero tampoco es que estemos sobrados de calidad en la retaguardia. Afortunadamente, a partir de la salida de Spahic, Fazio estuvo bastante acertado y Emery estuvo hábil al poner a Fernando Navarro de central y atreverse a confiar en Alberto Moreno. Otro punto a favor de Emery es que se ha dado cuenta de que Botía no sirve y finalmente ha confiado más en Cala, quien, aún sin maravillar, ha jugado buenos partidos en la recta final del campeonato.

Por último, tampoco hay que olvidar los puntos que se nos han ido por cuestiones ajenas al Sevilla, o lo que es lo mismo: los árbitros. Esta temporada me ha parecido especialmente sangrante, con arbitrajes realmente llamativos, como los del Sevilla-Barcelona, Español-Sevilla, Sevilla-R. Madrid, Sevilla-Ath. de Bilbao –estos dos últimos se ganaron–, Betis-Sevilla, Sevilla-At. de Madrid o Sevilla-R. Sociedad. Y seguro que me olvido de alguno que otro. Aquí lo cierto es que el Sevilla poco puede hacer, pero este maltrato desde el estamento arbitral indica una falta de respeto alarmante. Tampoco pido un trato de favor como el que tienen el Barcelona, R. Madrid o Atlético de Madrid –al que no le han pitado ningún penalti en contra en toda la temporada–, pero, al menos, que no nos machaquen de mala manera, porque son puntos perdidos que pueden hacer que se logre o no el objetivo marcado a principio de temporada.

Después de todo esto, es casi un milagro que aún tengamos posibilidades de jugar en Europa. Pero contemos o no con la resolución favorable del TAS, lo que hay que procurar es, sobre todo, no reincidir en los errores y ser capaz de conformar una plantilla competitiva que nos devuelva la ilusión, que es una tarea nada fácil tras el traspaso de Navas.