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Rico evita la primera derrota en liga

Mal partido el realizado por el Sevilla en el día de ayer, ante uno de los que se presuponen rivales directos, aunque, como siempre, habrá que esperar aún bastantes jornadas para conocerlos.

A mi modo de ver, dos fueron los males que aquejaron al Sevilla: por un lado, la exasperante lentitud con la que movía el balón, con lo cual, el Villarreal apenas pasaba apuros para neutralizar los ataques blancos; y por otro, la desastrosa salida del balón, ya que a la lentitud se unía la imprecisión, perdiéndose el balón, de forma reiterada, en zonas peligrosísimas. Perdimos tantos balones en la salida del balón que llegué a convencerme de que en una de esas tiraríamos el partido. Afortunadamente, no fue así, porque Rico tuvo su día, parándolo todo. Me alegro mucho por el canterano, porque debe de estar pasando un mal momento anímico, pues en los últimos días ha visto cómo ha llegado competencia con vitola de ser titular y no ha sido llamado por el nuevo seleccionador nacional.

No obstante, el Sevilla también tuvo ocasiones para adelantarse en el marcador. La más clara fue de Vietto, que estrelló el balón en el guardameta, Asenjo, cuando lo tenía todo a favor para sortearle. También, en la recta final, en un córner, el Sevilla estrelló un balon en el palo. Menos mal que no entró, porque el árbitro anuló la jugada por presunta falta en ataque de Vitolo. Resultan curiosas este tipo de jugadas. Normalmente, en los saques de esquina, es el atacante el que es agarrado por su marcador, pero en el rifirrafe, casi siempre señalan falta en ataque, excepto que sea un placaje descarado.

Quitando estados dos jugadas, el Sevilla se limitó a tirar desde fuera del área, sin peligro.

Eché mucho en falta la teórica presión, casi continua, que debe realizar el Sevilla cuando pierde el balón. No apareció en ningún momento. Es más, fue el Villarreal el que sí la hizo, aprovechándose de robos que no acabaron en gol de puro milagro.

Ayer quedó en evidencia que necesitamos a Roque Mesa o alguien de sus características. Me gustaría el canario, porque es español y porque se ajusta perfectamente a lo que necesita el equipo: alguien con capacidad para robar muchos balones y repartirlos con rapidez y precisión, tanto en corto como en largo. En el sistema de Sampaoli la salida del balón es crucial, sobre todo cuando se juega con tres defensas, y no podemos permitirnos el lujo de estar hasta enero sin solucionar ese grave problema.

Lo mejor de ayer fue, sin duda, el resultado. Si alguien mereció ganar fue el Villarreal. Y es que muy pocos partidos ganaremos jugando tan mal como ayer.

Pienso que el parón nos vendrá muy bien, porque está claro que Sampaoli tiene aún mucho trabajo por delante.

Sevilla FC 3 – Levante 1. Victoria, pese a los graves errores en las dos áreas

Extraño partido en el día de ayer. Se empezó poniendo el partido de cara muy temprano, antes del minuto de juego, en el segundo 54, por medio de Gameiro. En la siguiente jugada pudo empatar el Levante. A Sergio Rico le sorprendió el bote del balón, aunque no iba demasiado fuerte, y casi se la traga. Afortunadamente, el balón dio en el larguero.

Y poco después, el mismo jugador pudo marcar el segundo, tras sensacional pase de Reyes, pero erró y, además, tuvo el feo detalle de no ceder el gol en bandeja a Iborra, que le acompañaba la jugada y habría rematado a placer.

El tercer error grave también tuvo como protagonista a Gameiro, quien con toda la portería para él, tiró al muñeco en vez de colocar, y Mariño consiguió despejar el balón con los pies.

Y por último, un doble fallo, o más bien triple, que provocó el único gol del Levante: Sergio Rico saca en corto para Cristóforo, que está rodeado por varios jugadores del Levante y que aún así, intenta sacar el balón jugado, perdiéndolo en una zona donde jamás se puede perder un balón. La jugada la finalizó Rossi, que no tiró bien, pero aún así, Sergio Rico se la tragó. Nuestro guardameta, normalmente tiene seguridad atajando el balón, pero ayer quedó claro que no fue su día. Aunque también hizo después una parada de mérito que habría supuesto el segundo gol del Levante.

Normalmente, cuando se tienen tantos errores, y tan llamativos, en las dos áreas, es difícil ganar un partido. En mi opinión, nos salvó el poco nivel de nuestro rival, que demostró que no está por casualidad de farolillo rojo. Sus números son de claro descenso: 22 partidos jugados, 17 puntos, 41 goles en contra. Pero si enfrente hubiéramos tenido un equipo de más enjundia, como el Celta de Vigo, nuestro próximo rival, nos habría dado un buen repaso.

Por cierto, la mayoría de las ocasiones que creó el Levante fueron por la banda derecha. Reyes y Mariano son buenos atacando, pero, de defender, poquito. Y lo cierto es que la banda derecha del Sevilla fue un coladero.

Me gustó el partido de Gameiro, que hizo un gol y asistió en otro. Aunque también es verdad que debió marcar un segundo gol y haber dado una asistencia más, hizo un partido bastante completo.

Cristóforo también hizo un gran partido. Su único error, al no querer dar mandar el balón a las nubes, fue el inicio del gol levantinista.

A Konoplyanka lo vi muy lento, pero hizo un gran gol, de disparo potente y a la escuadra, que fue el que dio la tranquilidad de que los tres puntos se quedarían en casa.

Llorente volvió a demostrar que no está para nada. Todo lo contrario que N’zonzi, que cada día está más entonado.

El Levante lo puso difícil, pero más por nuestros errores que por sus aciertos. Hubo un momento peligroso, donde el Sevilla bajó la intensidad, no sé si por exceso de confianza o por cansancio. Pero, por suerte, no hubo que lamentarse ante un rival que nos tenía cogida la medida.

Poco a poco nos vamos situando donde debemos estar. Quintos y subiendo. Eso espero.

El máximo respeto al rival, clave para conseguir la cuarta Europa League

Todo el mundo da como favorito al Sevilla FC en la final de mañana. Y es lógico, porque lo es. Sería absurdo negarlo, después de haber conseguido ser campeón en tres ediciones de la Europa League y de haber quedado quinto, aunque muy cerca del tercero y cuarto, en una de las ligas más potentes de Europa.

Pero el ser favorito no indica absolutamente nada. Sólo servirá para las casas de apuestas, pero mal haría el Sevilla en creerse superior al Dnipro, en creerse que va a ganar sólo con la camiseta, pues sólo si el Sevilla se esfuerza al máximo logrará superar al equipo ucraniano, que afrontrá la final cargado de ilusión y con un buen puñado de jugadores internacionales, con experiencia y calidad en sus filas. Entre ellos destaca sobremanera Konoplianka. No le he visto jugar, pero me he quedado impresionado al ver un corto vídeo sobre él. Me parece un jugador muy técnico, rápido y difícil de parar. El conseguir anular a este jugador será muy importante para ser campeones de nuevo.

De cualquier forma, tengo la misma sensación que el año pasado. Cuando el Benfica eliminó a la Juventus, pensé que el equipo italiano habría sido un rival más duro en la final. Y ahora pienso lo mismo. Aun siendo consciente de que no será fácil vencer al Dnipro, lo prefería antes que al Nápoles. Dicen los que vieron el enfrentamiento entre estos dos equipos, que el Dnipro tuvo mucha suerte. Si eso es cierto, entonces eso hace mucho más peligroso a los ucranianos, porque con la Diosa Fortuna de tu lado siempre es más fácil conseguir los objetivos.

Llevo ya varios días con el nervioneo en el estómago, y para esta final será aún peor, porque será la primera a la que no pueda asistir. Tendré que verlo por televisión, y eso me pone mucho más nervioso. Lo que peor llevo es escucharlo por la radio, pero también lo llevo mal el verlo por televisión, porque, además, de tener que aguantar las ridículas observaciones de los comentaristas –si se quita el sonido, también se pierde el sonido ambiente–, la pequeña pantalla no permite seguir los movimientos tácticos de los equipos, que es una de las cosas que más me gusta ver en un partido.

Espero una final muy complicada, donde el Sevilla deberá llevar el peso del partido y estar muy atento para no ser sorprendido al contragolpe o a balón parado. Y por supuesto, deberá correr más que el rival, como si les fuera la vida en cada balón. Sería un gravísimo error menospreciar al Dnipro. Estoy seguro de que Emery no lo permitirá y sabrá concienciar a los jugadores, si es que no lo están ya.

Y también espero, cómo no, que se traigan la copa para Sevilla. Y si no puede ser, agradecerles a esos magníficos jugadores que conforman el Sevilla FC que me hagan vivir partidos como el de mañana, que están marcados con letras de otro en el calendario futbolístico mundial.

Por último, felicitar a nuestros dos nuevos internacionales: Aleix Vidal y Sergio Rico. Vitolo también repite. Me pregunto para cuándo le llegará el turno a Iborra, que también está haciendo méritos para ello.

Beto renueva. ¿Hace bien el Sevilla?

Desde mi punto de vista, la respuesta a la pregunta del titular es un “no”. Y la explicación es que yo veo a Beto como un buen portero, pero no es un gran portero. Es decir, hay que tener en cuenta de que la portería quizás sea el puesto más importante de la plantilla. Un guardameta de élite te da muchos puntos a lo largo de la temporada, y con la renovación de Beto desaparece la opción de fichar en verano a un jugador que esté a la altura de, por ejemplo, Andrés Palop, que es el mejor portero que he visto defendiendo la portería del Sevilla, con diferencia.

Entiendo perfectamente que encontrar a un portero de élite es muy difícil, sobre todo a buen precio. Pudiera ser que ante la imposibilidad de encontrar uno, el club se hubiera decantado por dar continuidad a Beto. O que también lo haga con vistas a un futuro traspaso, para no dejarlo ir gratis a final de temporada. En cualquier caso, Beto, con 32 años ya, y con más lesiones de las deseables durante este curso liguero, ha renovado por dos temporadas más, con opción a una tercera.

Otra razón por la que no me parece bien la renovación es porque considero que Sergio Rico está dando un mejor rendimiento que el portugués. El canterano también ha renovado su contrato recientemente, con lo que se supone que habrá una lucha entre ellos por hacerse con la titularidad la próxima temporada. Aunque esa lucha se derimirá cuando Beto esté recuperado, y supongo que será un quebradero de cabeza para Emery, si es que éste no tiene las ideas claras a estas alturas. Particularmente, me convence más Sergio Rico. Aunque aún tiene detalles que corregir, me da más tranquilidad que Beto, sobre todo en el juego aéreo, donde la corpulencia y la altura son características fundamentales.

En cuanto a Barbosa, en realidad aún no sé si se trata de un buen portero o no, porque apenas le he visto jugar. Eso sí, no me ha gustado nada su rendimiento en los pocos minutos que le pude ver cuando jugaba en Las Palmas y en las poquísimas oportunidades que ha tenido en el Sevilla. El hecho de que sólo firmara por dos temporadas y de que ahora mismo sea el tercer o cuarto portero, parece dejar claro que su paso por el Sevilla será fugaz.

Por otro lado, no podemos olvidar a David Soria, nuestro canterano que, según dicen los técnicos,, tiene un gran futuro por delante.

Toda la suerte del mundo para Beto, porque de sus actuaciones dependerá, en gran parte, que se logren los objetivos marcados.

Sevilla FC 2 – Villarreal 1. A cuartos de final, con paso firme

El Sevilla logró eliminar al Villarreal tras un intenso partido. No se puede decir que el Sevilla hiciera un gran partido, pero hizo lo que tenía que hacer: controlar el juego y dejar que el Villarreal, acuciado por las prisas, cometiera errores. Dos zarpazos en momentos oportunos acabaron de sentenciar lo que ya estaba “casi” sentenciado.

La única posibilidad de cambio en el guión previsto habría sido por un gol tempranero del Villarreal. Y no ocurrió. El equipo castellonense sólo inquietó con disparos lejanos, que fueron blocados sin muchos problemas por Sergio Rico, o alguna que otra internada por banda, que, por fortuna, no encontraron rematador.

Emery y el Sevilla mostraron, en todo momento, un gran respeto por el Villarreal, que tampoco pudo superar el trivote Carriço-Iborra-M’Bia, donde Iborra volvió a ser un bastión importantísimo ayer, tanto en ataque como en defensa. Incluso marcó un gol, aunque sólo se limitó a empujar el balón regalado por Bacca.

Después llegó la expulsión del jovencísimo Bailly (20 años), por doble amarilla, que convirtió la remontada en una hazaña imposible. La velocidad endiablada del marfileño sacó en más de un apuro a sus compañeros.

Aunque el Villarreal acortó distancias por medio de Gio Dos Santos, no se pasaron apuros. El gol me pareció un fallo de Sergio Rico, por falta de experiencia. Gio sabía perfectamente que una falta tan cerca del área, o va a la barrera o se va por encima del larguero, por lo que estaba cantado que tiraría fuerte al palo del portero. Espero que Sergio Rico haya aprendido la lección, porque ya es el segundo que encaja de esa forma.

Poco después, Denis Suárez cabeceó un buen pase de Trémoulinas, para lograr el definitivo 2-1 y dar paso al cántico de apoyo a “Unai Emery”. Recuerdo que la última vez que se cantó eso, a Emery le dio un ataque de entrenador, cambió lo que funcionaba y empezamos una larga racha de malos resultados. Se ve que no aprendemos.

La afición no defraudó y acudió en masa a apoyar a su equipo, en una noche de perros. No es que lloviera mucho, pero sí una lluvia constante que molestaba. En noches así me acuerdo mucho de la visera que debería ya, a estas alturas, rodear al estadio en su totalidad, y, por supuesto, acabo maldiciendo a los que se empeñan en llevar el paragüas al fútbol, en lugar de un buen chubasquero.

Por cierto, veo a la afición sevillista, en general, con el ánimo muy subidito. Algunos incluso piensan ya en la final. Y no es por nada, pero en el bombo nos esperan equipos con un potencial tremendo, como el Wolfsburgo, el Zenit, la Fiorentina o el Nápoles. Así que es mejor que vayamos paso a paso y sin echar las campanas al vuelo, porque después puede pasar como contra el Español, donde más de uno se veía en la final antes de tiempo.

Veremos a ver qué nos depara el sorteo, a partir de las 13 horas, en Nyon. La eliminatoria se jugará los días 16 y 23 de abril (jueves de Feria). La UEFA ha aclarado que el sorteo tendrá un único condicionante: Podrán enfrentarse dos equipos del mismo país, aunque los conjuntos rusos y ucranianos serán sorteados por separado, dada la tensión política entre ambos países.

Lo que sí ha dejado claro este Sevilla de Emery es que será uno de los huesos duros de roer y uno de los favoritos para alzarse con el título.