Hay quien piensa que no es normal perder por 2-6 ante el R. Madrid, pero yo lo veo lo más lógico del mundo. Y eso es así porque cometimos los mismos errores de siempre, pero ante uno de los mejores equipos de Europa. Y, claro, cuando te dedicas, durante 90 minutos, a fallar ocasiones clamorosas de gol y a dar muchas facilidades en defensa, lo normal es que caiga una goleada de escándalo. Eso es ni más ni menos lo que pasó ayer. Así de simple.
El primero llegó pronto, ante de los diez minutos. Un regalo para los centrocampistas y delanteros madridistas el jugar con la defensa tan adelantada. Un suicidio si no se acompña de una presión atosigante. Volvimos a tropezar en la misma piedra en el segundo gol, y en el tercero dejamos tirar a Ronaldo tranquilamente, sin presión alguna. Un jugador normal, quizás hubiera lanzado desviado o flojo, pero si dejamos tirar a Messi, Ronaldo, Villa… lo normal es que la claven en la red.
Llegamos con 0-3 al descanso. Llega la expulsión de Pepe –también es lo normal que expulsen a este salvaje– pero no la aprovechamos. En mi opinión, ese era el momento de arriesgar y poner una defensa de tres, con cinco centrocampistas y dos delanteros. Teníamos un jugador más pero había que remontar un 0-3. Muy complicado.
Pero como en el centro del campo las fuerzas estaban igualadas –no hay que olvidar que todos ellos son grandísimos jugadores–, llegó el 0-4. Poco después, Navas acorta distancias con un buen gol, pero Del Moral es expulsado, con lo que se perdía la ventaja que teníamos.
Es entonces cuando Marcelino comete el segundo error de la noche, y que yo no entenderé jamás: Sustituye a Fernando Navarro por Armenteros. Ese cambio, para mí fue clave para recibir los otros dos goles. No sé qué pretendía nuestro entrenador. Si quería evitar la quinta amarilla de Navarro, ¿para qué tenemos a Luna y Cáceres?
Por cierto, qué ganas tengo de ver a Cáceres y Spahic de centrales. Creo que me quedaré con las ganas, porque estamos mal de money y el PSG anda tentando a Cáceres y a Del Nido.
Por último, no quiero pasar por alto el malísimo partido que hizo Negredo, a pesar de que consiguió marcar a última hora. No se puede mostrar más desacierto y desgana. Lo malo es que es imprescindible y no hay quien lo sustituya, porque parece que está buscando un banquillazo.
En fin, ayer se vio lo que se debe esperar cuando un club ficha a jugadores de 3 millones de euros y otro de 30 millones o más. Y si eso pasa durante varios años, pues ocurre lo que dice Eduardo Florido en Diario de Sevilla.
Todo muy lógico.