Para el Sevilla es un partido muy importante, pero no definitivo, ya que, afortunadamente, la liga no ha hecho más que empezar. Sin embargo, para Emery es vital, ya que una nueva derrota nos condenaría a seguir una jornada más como colista, y eso para un club como el Sevilla es inaceptable.
Tengo la impresión de que Emery se está cavando su propia tumba muy al estilo de Jiménez, que fue muy criticado por cambiar a Luis Fabiano en partidos importantes. Y es que quitar a los mejores no es un sistema muy aconsejable para darle la vuelta a un marcador o ir a por un partido.
Aparte del famoso cambio de Gameiro por Cristóforo, Emery parece empecinado en poner a Rakitic en el centro del campo. Tampoco parece muy inteligente insistir en lo que no funciona. Así que si nuestro entrenador vuelve a recaer en su más que criticado planteamiento, mucho me temo que en el partido de hoy, a no ser que estemos afortunados de cara a puerta, lo vamos a pasar mal.
No obstante, si se diera un resultado adverso –es decir, no ganar– creo que Emery seguiría con el respaldo del Consejo de Administración durante una o dos jornadas, pero la inmensa mayoría de la afición le habrá ya sentenciado. Y es que ese cambio de Gameiro, el farolillo rojo y el desequilibrio que evidencia el equipo, pesan mucho.
Lo ideal sería que esta noche el estadio estuviera lleno, porque el partido, como digo, es muy importante, pero va a ser muy complicado al estar fijado a las 20 horas de un día laboral. Pero con más o menos público, con árbitro a favor o en contra, jugando bien o mal, lo único que importa es el resultado. Ése que quita y pone entrenadores.