Punto que sabe a gloria el conseguido ayer por el Sevilla, ante un rival que fue durante gran parte del partido superior y al que se le permite de todo desde el estamento arbitral.
Yo era bastante pesimista en cuanto a este partido, y más aún cuando vi que Emery se decidió a poner a Pareja de titular. Pienso que es un error el cambiar lo que ya funciona. Por lo que más quieras, Emery, no se te ocurra tocar la dupla Carriço-Fazio, que por ahora está funcionando a las mil maravilla y, sin duda, es la clave principal de la remontada que está haciendo el equipo. Y es que estos centrales le están dando una fortaleza a la línea defensiva que hacía varias temporadas que no teníamos.
Tampoco me ayudaba a ser optimista la actitud tan timorata con que saltó el Sevilla al terreno de juego. No se le veía mentalidad ganadora y tampoco era capaz de dar dos pases seguidos.
En el minuto 18, llegó el gol del Atlético, a raíz de un córner, y, en mi opinión, tras clara falta de Diego Costa. El brasileño empuja claramente a un jugador sevillista –creo que a Coke– y le hace chocar con Beto, que estaba saliendo y no pudo despejar bien el balón. Pero parece que yo soy el único que vio esa falta –no es carga legal, pues empuja con el codo– porque nadie lo menciona, y ni siquiera el propio Coke protesta –quizás porque sabe que no sirve para nada–.
Este gol ponía el partido muy cuesta arriba, porque no había señas de mejoría y, además, el árbitro dejó claro que tenía dos criterios, a la hora de señalar faltas y sacar tarjetas.
Afortunadamente, en la segunda parte cambió algo el panorama, e incluso dominamos el partido durante algunos minutos. Hasta que en el minuto 72 logramos el empate de penalti. El árbitro fue totalmente parcial, pero al menos se atrevió a pitar el penalti, que aunque fue claro, muchos otros no lo habrían pitado.
Rakitic tiró bien el penalti, pero aún así, Courtois –gran portero y, para mí, el jugador más decisivo de este Atlético– rozó el balón.
A partir de este punto, creo que si el Sevilla hubiera ido de verdad a por el partido, podríamos haber ganado, porque el Atlético no estaba bien físicamente y tenía muchísima ansiedad, seguramente por la presión de estar obligado a ganar y situarse líder.
Al final del partido hubo otro hecho que hizo que el punto conseguido fuera de gran importancia: la expulsión de Alberto Moreno. En mi opinión, es expulsión, pues no va en ningún caso a disputar el balón, sino a cortar por la tremenda el avance del jugador atlético. Pero el caso es que esa jugada no debió de haberse producido nunca, pues justo antes hubo dos o tres faltas a nuestro favor y a Hernández Hernández no le digo la gana de pitar ninguna.
Destacar el partidazo que hizo Fazio, que fue capaz de frenar a Diego Costa y sin caer en sus provocaciones y piscinazos. Es verdaderamente lamentable que este jugador vaya a jugar con la Selección Española.
En el lado opuesto de Fazio está Kevin Gameiro. No pudo aportar menos al equipo. Ni siquiera cuando estábamos en inferioridad numérica tuvo un poquito de alma para presionar al rival.
Gran partido defensivo del Sevilla ayer, pero tampoco sería sensato lanzar las campanas al vuelo, puesto que aún hay mucho que mejorar. Ahora debemos continuar la remontada ante el Levante de Caparrós, que consiguió la hazaña de la jornada al empatar con el Barcelona.