La primera prueba importante en pretemporada no fue superada, y me parece lo más lógico del mundo. Y es que a estas alturas, que una plantilla con muchos cambios y pocos entrenamientos se enfrente a un rival fuerte y con mucho más rodaje, es casi un milagro que tenga un resultado positivo. Porque el Werder Bremen es un buen conjunto, con grandes individualidades y con mejor físico. Se notaba que ellos ya habían jugado siete u ocho partidos de pretemporada. En el Sevilla eran contínuas las faltas de entendimiento y, sin embargo, los alemanes no tenían ningún problema para enlazar jugadas y triangular con facilidad en las inmediaciones de nuestra área.
Por si fuera poco, Emery allanó el camino al Werder, que además quería agradar ante su público y no tuvo piedad para perdonar el atrevemiento suicida de nuestro entrenador. Ante un rival tan fuerte, desde mi punto de vista, no se debería haber puesto a dos laterales del filial, que aún están muy verdes, y a Coke de centrocampista. El exvallecano fue una rémora para un equipo que, como no podía ser de otra manera, tuvo problemas tanto en la construcción como en la destrucción. Verdaderamente, no sé por qué Emery se empeña en insistir con Coke en esa posición, porque ya ha demostrado muchas veces que no le va bien.
Pero el peor del partido no fue Coke, sino Kolo, que estuvo muy lento y torpe durante casi todo el partido. Tampoco me gustó Inmobile, que caía continuamente en fuera de juego. Ya me desesperaban Luis Fabiano, Negredo y Bacca por eso, y me da la impresión de que el italiano va a ser incluso peor que ellos en ese sentido.
Sí me gustaron Vitolo, Konoplyanka y Nzonzi, a los que se le vieron detalles de calidad, y también Juan Muñoz, que volvió a aprovechar su oportunidad.
La derrota no tiene ninguna importancia, puesto que es simplemente un partido de preparación, pero Emery debería cuidar más estos partidos amistosos, más que nada por cuestión de imagen, porque un equipo ganador debe intentar ganar siempre –la alineación inicial no daba a entender eso– y, sobre todo, porque hay una parte de la afición que sí le da importancia y le afectan este tipo de derrotas de pretemporada, aunque en realidad sea un entrenamiento disfrazado de partido de fútbol.