Me he permitido el lujo de escaparme unos días, a 600 kilómetros de Sevilla, donde he estado intentando informarme de la actualidad del Sevilla. Me he enterado de algunas polémicas que han surgido en diversas webs y en las redes sociales, y no sé si es porque desde la distancia las cosas se ven de otra manera, o porque me estoy haciendo viejo, o porque no me ha llegado toda la información –o puede que las tres cosas juntas–, pero a mí estas polémicas me parecen auténticas chorradas:
– Las palabras de Jairo. Resulta que al chaval no se le ocurre otra cosa que decir: «a ver si podemos darle la puntilla al Betis», y va y salta el escándalo. Al cántabro le llovieron críticas por unas palabras que a mí no me parecen nada del otro mundo. Entiendo que la prensa deportiva sevillana esté deseando rellenar páginas y avivar el fuego de la rivalidad, pero lo que más me llamó la atención es que Jairo incluso recibió críticas de sevillistas. Con lo que se ha dicho en derbis anteriores, me extrañó mucho la que se armó por una nimiedad. En cualquier caso, es evidente que Jairo está equivocado. Aún quedan muchos partidos y, por tanto, es imposible dar la puntilla a ningún equipo.
– Los farolillos rojos. Esta si que es buena. A alguien se le ha ocurrido proponer llenar el estadio de farolillos rojos, en recochineo hacia el supuesto eterno rival –digo «supuesto» porque ni es eterno, ni es rival–, y, como suele ocurrir, a algunos la idea le ha parecido sensacional y a otros una aberración. De nuevo, tampoco veo que sea un tema que deba preocupar a nadie. Además, cada cual es libre de ir al estadio ataviado con lo que quiera. Mejor que se lleven farolillos a vuvuzelas, las estruendosas bocinas spray –que son capaces de dejar sordo a cualquiera– o bengalas –que acarrean multas y ponen en peligro la seguridad de los asistentes–.
Lo que sí tengo claro es que yo no llevaré farolillo rojo. Entre otras cosas, porque soy de la creencia de que al Betis hay que tratarlo como a cualquier otro equipo, por lo que pienso que no debe hacerse nada especial por su visita. En los últimos años el Sevilla se ha distanciado mucho del Betis, en todos los aspectos, y por lógica, la rivalidad no es tan fuerte como antes. Posiblemente, los béticos vivan los derbis con más entusiasmo, porque para ellos es una hazaña el ganarnos. En mi opinión, sólo deberíamos tener en cuenta al Betis en los días previos a un derbi, cuando haya en juego tres puntos o una eliminatoria, y una vez se haya jugado con ellos, como si no existieran, total indiferencia. Será que a mí no me gustan los derbis. Me pasa igual que cuando jugamos contra el Madrid o el Barcelona: estoy deseando que pasen los partidos. Eso sí, hay una diferencia importante, pues contra los dos mastodontes, lo más normal es que perdamos, pero, sin embargo, contra el Betis, todo lo que no sea ganar se puede considerar una sorpresa.
– El tema Perotti. Este asunto es el que me parece más absurdo de todos. Ya me parece incomprensible y ridículo el que los Biris piten a Perotti, a un jugador que lleva la camiseta del Sevilla, y que, además, lo hagan por sistema, por un gesto tonto, por el que además creo que ya ha pedido perdón. Pero lo que ya no doy crédito es que, a raíz de eso, a Perotti le dé por decir que, si no cambian las cosas, buscará una salida en enero. La actitud de Perotti me parece risible, en primer lugar, porque sólo es una pequeña parte de la afición –los Biris– los que están contra él, y, en segundo lugar, porque no es tan fácil buscar una salida. Hay un contrato firmado y si no llega una oferta «fuera de mercado», como le gusta decir a Del Nido, el argentino no saldrá.
Tampoco veo el asunto Perotti preocupante. Perotti ha perdido peso en la plantilla. No es titular indiscutible, ni es un jugador determinante. Si es verdad que, en su momento, llegó al club una oferta por él de trece o catorce millones de euros, en mi opinión, se cometió un grave error al no traspasarlo. La salida de Perotti no causaría ningún trauma, sobre todo si se traspasa por una buena cantidad –de cinco millones para arriba–. Me parece que es un jugador sobrevalorado, con tendencia a lesionarse y poco inteligente en el terreno de juego, y por estas últimas declaraciones, parece que también fuera de él. Perotti no es mal jugador, pero no es un fuera de serie, y no creo que la Secretaría Técnica tuviera muchos problemas para encontrar un jugador de más calidad que el argentino.
Lo peor de mi «exilio» voluntario es que, lamentablemente, me perdí el trofeo Antonio Puerta. Eso sí que es importante. Lo demás son chorradas.