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Los graves errores del Sevilla 2012-2013

Por fin acabó la temporada 2012-2013, donde sólo disfrutamos en las primeras jornadas, hasta que llegó el escandaloso robo arbitral de Matéu Lahoz del Sevilla-Barcelona. A partir de ahí, el equipo perdió el norte y no paró de dar tumbos hasta el final de liga. Pensándolo fríamente, y teniendo en cuenta los graves errores de planificación cometidos, la temporada se podría considerar como buena, porque en algunos momentos llegué a temer lo peor: el descenso.

Desde mi punto de vista, los errores son los siguientes:

1º.- No se corrigió la débil defensa de la temporada pasada, donde el Sevilla fue uno de los equipos más goleados. Yo esperaba que se ficharan, al menos, dos centrales, o en el caso de ser sólo uno, que éste fuera un jugador con experiencia y contrastado. De hecho, parecía que iba a ser así, pues el Sevilla se fijó en el «Cata» Díaz, pero finalmente llegó Botía, de un perfil distinto, además de ser un jugador joven y con proyección. El Sevilla arriesgaba mucho, pues de no rendir Botía, la defensa volvería a hacer aguas por el centro. Y así ha sido. Esa fragilidad defensiva, de nuevo, ha sido un lastre para el equipo.

2º.-  Jugar dos competiciones –más los partidos internacionales– con sólo dos delanteros centro. Me niego a catalogar a Del Moral como delantero centro, con lo cual sólo nos quedan Negredo y Babá. Teniendo en cuenta que Babá no ha contado con la confianza de ninguno de los entrenadores, en realidad dependemos totalmente de Negredo en la faceta ofensiva. El vallecano finalmente ha hecho unas buenas cifras, gracias más que nada a los últimos partidos, pero se ha llevado gran parte de la temporada aportando poco o nada. Pienso que se nos han ido muchos puntos por no tener un segundo delantero que sirviera de alternativa a Negredo. Aparte de esto, la falta de delanteros lleva a tener que utilizar casi obligatoriamente el sistema 4-5-1, con lo cual se ataba tácticamente a un futuro posible entrenador, que acabó siendo Emery.

3º.- No haber solucionado antes el conflicto con los aficionados de Gol Norte. Aquí el club estuvo verdaderamente torpe –y los aficionados, porque al final el perjudicado fue el Sevilla–. No sólo porque se tomaron medidas por las que pagaban justos por pecadores, sino porque el estadio estuvo buena parte de la temporada siendo una tumba. El Ramón Sánchez Pizjuán dejó de ser inexpugnable y el ambiente no era el ideal, ni mucho menos.

4º. No haber cesado a Míchel antes. Creo que el Sevilla tardó demasiado en cambiar el entrenador. Incluso el propio Míchel se sorprendía de la confianza que mostraba el Consejo en él.  En este período llegué a preocuparme mucho, porque el equipo mostraba todas las señales de alarma de descenso. Sin embargo, a partir de la llegada de Emery, el equipo mostró otra cara, aunque siguió siendo prácticamente inofensivo como visitante. Con dos o tres partidos más con Emery, probablemente se habría aumentado el casillero de puntos, aunque eso, lógicamente, no se podrá saber nunca a ciencia cierta.

5º. Debilitar al equipo en mercado de invierno. Este error –al igual que vender a Navas en junio–, lo achaco a la preocupante situación económica del club. No es muy aconsejable traspasar a nuestro mejor central a mitad de temporada, con todo en juego. Spahic no es un fuera de serie, pero tampoco es que estemos sobrados de calidad en la retaguardia. Afortunadamente, a partir de la salida de Spahic, Fazio estuvo bastante acertado y Emery estuvo hábil al poner a Fernando Navarro de central y atreverse a confiar en Alberto Moreno. Otro punto a favor de Emery es que se ha dado cuenta de que Botía no sirve y finalmente ha confiado más en Cala, quien, aún sin maravillar, ha jugado buenos partidos en la recta final del campeonato.

Por último, tampoco hay que olvidar los puntos que se nos han ido por cuestiones ajenas al Sevilla, o lo que es lo mismo: los árbitros. Esta temporada me ha parecido especialmente sangrante, con arbitrajes realmente llamativos, como los del Sevilla-Barcelona, Español-Sevilla, Sevilla-R. Madrid, Sevilla-Ath. de Bilbao –estos dos últimos se ganaron–, Betis-Sevilla, Sevilla-At. de Madrid o Sevilla-R. Sociedad. Y seguro que me olvido de alguno que otro. Aquí lo cierto es que el Sevilla poco puede hacer, pero este maltrato desde el estamento arbitral indica una falta de respeto alarmante. Tampoco pido un trato de favor como el que tienen el Barcelona, R. Madrid o Atlético de Madrid –al que no le han pitado ningún penalti en contra en toda la temporada–, pero, al menos, que no nos machaquen de mala manera, porque son puntos perdidos que pueden hacer que se logre o no el objetivo marcado a principio de temporada.

Después de todo esto, es casi un milagro que aún tengamos posibilidades de jugar en Europa. Pero contemos o no con la resolución favorable del TAS, lo que hay que procurar es, sobre todo, no reincidir en los errores y ser capaz de conformar una plantilla competitiva que nos devuelva la ilusión, que es una tarea nada fácil tras el traspaso de Navas.

Valencia 2 – Sevilla 0. Ganó el que salió a ganar.

Penoso partido el que nos ha ofrecido el Sevilla hace unas horas. Sin garra, sin calidad y sin capacidad de reacción. Que yo recuerde, sólo hemos tenido cuatro ocasiones de gol en todo el partido: una de Navas en la primera mitad, y ya en la segunda parte, Spahic –rematando una falta fuera–, Medel –mandando a las nubes una buena jugada de estrategia, y, la más clara de todas, porque fue la única ocasión entre los tres palos, la de Stevanovic, que alivió el aburrimiento del guardameta ché. Muy poquito mérito para traerse algo positivo.

Dio la sensación de que el Sevilla salió a empatar, con muy poca ambición. Y cuando eso ocurre, lo normal es que se pierda.

De nuevo, al igual que ocurrió contra el Málaga, se nos empezó a ir el partido en un córner. En esta ocasión fueron dos goles de corner.

Con Negredo desaparecido en combate, sin aparecer para nada, lo vamos a tener muy crudo para ganar partidos. Contra Osasuna hizo lo mismo: nada de nada. Igual, con tantos rumores, no tiene la cabeza aquí.

El árbitro estuvo al nivel habitual: tan desastroso como el Sevilla. Parecía que había hecho una promesa para no mostrar tarjetas a los jugadores valencianistas. Verdaderamente desesperante.

Me da la sensación que el Getafe-Sevilla será un partido decisivo para Míchel. Otra imagen paupérrima, como la de hoy, puede ser fatal.

Qué larguísima se me va hacer la temporada.

Vuelta de copa con muchos alicientes, pese a estar todo decidido

Esta tarde-noche estaremos en familia en el Ramón Sánchez Pizjuán, gracias al lumbreras que se le ha ocurrido la idea de poner el partido a las siete y media de la tarde de un día laborable.

No obstante, el partido tendrá bastantes alicientes:

1º.- Por fin veremos un partido tranquilo, puesto que es impensable que el Mallorca nos haga cinco o seis goles y nosotros nos quedemos a cero, cuando además el Mallorca reservará jugadores.  No habrá tensión alguna, lo que también puede llevar a ver un partido aburrido. Esperemos que no sea el caso.

2º.- Debutará el nuevo fichaje Stevanovic. Parece que no jugará Navas, por lo que probablemente ocupará su posición. Así que hoy será de las pocas ocasiones en que lo veamos por la banda derecha.

30.- Los canteranos tendrán minutos. Tengo ganas de ver a Alberto Moreno jugando un partido completo, y parece que hoy podrá ser.  Otros prometedores canteranos que van convocados son Cotán y Gonzalo. A ambos se les augura un prometedor futuro, aunque, eso sí, no se sabe si en el Sevilla o en el Barcelona B. 😉 Echo en falta que vaya otro canterano más, puesto que no habría problemas siempre que haya, como máximo, cuatro canteranos sobre el terreno de juego.

4º.- También confío en ver a Baba disputar noventa minutos, aunque sólo sea en un partido intranscendente. Todo parece indicar que dará igual lo que haga Babá, porque Míchel ya lo ha sentenciado. Nuestro entrenador ha declarado públicamente que vería bien la salida del senegalés siempre y cuando le traigan a alguien que haga competencia a Negredo. ¡Toma ya! Es justo lo que necesitaban tanto Babá para darle ánimos, como Negredo, para que no se relaje. Muy bien, Míchel. Así se hace. Como psicólogo eres el mejor. Si Babá no estaba ya hundido, ése torpedo ha ido directamente a la línea de flotación.

5º.- La vuelta de Caparrós. Siempre es agradable ver a un sevillista de los grandes volviendo a su estadio. Habrá curiosidad por ver la acogida del público tras su famosa manita en el Villamarín. Manita que, por cierto, no hay que olvidar que ha sido polémica por la excesiva importancia que le han dado los medios de comunicación. Porque, en realidad, lo de la manita es una chorrada que se ha magnificado.

Esperemos ver un partido entretenido y donde demos espectáculo. Pienso que nos lo merecemos.

Lo mejor y lo peor de este Sevilla

Aún queda mucha tela por cortar –de hecho, la liga no ha hecho más que empezar–, pero ya se atisban algunas características de este Sevilla que llevan al optimismo, y también otras que hacen que ese optimismo se quede ahí y no se convierta en euforia.

Vayamos, en primer lugar, a por lo bueno, que siempre es más agradable:

– Hay competencia en la portería. Palop está en un buen momento de forma, mejor incluso que en la pasada temporada. Aprovechó la sanción de Diego López, uno de los mejores fichajes, a priori, de este Sevilla, para arrebatarle el puesto. Es un seguro de vida tener dos porteros de nivel, porque es la posición más importante del equipo.

– La defensa es más sólida que el año pasado. Por un lado, Fernando Navarro está cumpliendo a buen nivel. Al mallorquín no se le pueden pedir virguerías técnicas ni que se lance al ataque, pero al menos cubre bien su lateral.

Por otro lado, la aportación de Cicinho se nota una barbaridad. Su banda ha dejado de ser un coladero y, además, se entiende muy bien con Navas. Entre los dos han convertido a la banda derecha como la principal baza ofensiva del equipo.

Y en el centro de la defensa están destacando el nuevo Spahic –parece otro– y Botía. El problema de Botía es que se carga con facilidad de tarjetas, algunas de ellas totalmente innecesarias.

– El centro del campo ha ganado en calidad con la incorporación de Maduro, que es el complemento ideal de Medel. El chileno sigue siendo el hombre clave a la hora de dar fortaleza defensiva al equipo, pero el Holandés le asiste con una gran seguridad y distribuye el balón con calidad.

En otras tareas, también está aportando mucho Trochowski, quien a pesar de que no le gusta jugar en la banda, lo está haciendo bastante bien. A Rakitic, pese a no ser aún el que encandiló al sevillismo a su llegada, también se le nota una mejoría en su juego y en su actitud.

En la recámara quedan dos jóvenes promesas, como son Campaña y Kondogbia, que aún tienen mucho que decir… y que mejorar. Habrá que verlos más minutos, pero no me convenció el partido que hicieron ante el Celta.

En lo negativo, sobresalen, de manera evidente, dos carencias: la delantera y la banda izquierda.

– El problema en la delantera se veía venir desde que no se le buscó sustituto a Luis Fabiano ni, más recientemente, a Kanouté. Míchel no parece contar, al menos en la práctica, con Babá, lo que conlleva que todo el peso ofensivo caiga sobre Negredo. Y ya sabemos que Negredo mete un gol pero falla tres. Y eso se traduce en muchos puntos perdidos a lo largo de la temporada. Si vamos a jugar sólo con un delantero, éste tiene que tener unas estadísticas mejores que las que está mostrando el vallecano. Yo lo veo así. Y Dios quiera que no se lesionen, porque, si no, sí que se puede ver un numerito a la hora de finalizar las jugadas.

– Todo lo bueno que tiene la banda derecha le falta a la banda izquierda. Perotti está lesionado, Reyes no está para nada, Luna no cuenta para Míchel –si así fuera, habría jugado en Vigo–, Del Moral no da la talla en esa posición –ni en casi ninguna, pero ésa es otra cuestión–… Así que la banda izquierda es para Trochowski, y si no está él, pues no es para nadie. Me habría gustado ver a Bryan Rabello en esa posición, donde ya ha jugado antes de venir al Sevilla, a pesar de ser diestro. El chileno es rápido y habilidoso, con lo que suele desbordar con facilidad. Además, tiene un buen golpeo a balón parado. Supongo que si no cuentan con él es porque aún lo ven muy verde.

Y para finalizar, Míchel. Es el máximo responsable en el aspecto técnico, para lo bueno y para lo malo. El madrileño se la juega esta temporada. Si fracasa no habrán excusas que valgan, pues se ha conformado la plantilla según su gusto y ha contado, a diferencia de la anterior, con una pretemporada. Hasta ahora, ha hecho cosas que me han gustado y otras que no me han gustado tanto. Por ejemplo, entre lo positivo, ha logrado que la plantilla muestre más agresividad y cohesión; y entre lo negativo, sin irnos muy lejos, no me pareció bien el experimento que hizo en Vigo. También creo que no está tratando correctamente a jugadores como Luna o Babá, que pienso merecen más minutos de los que están teniendo.

Lo que sí le deseo a Míchel es que tenga toda la suerte del mundo, porque al fin y al cabo, si a él le va bien, el Sevilla será el máximo beneficiado.

Todo baja en el nuevo Sevilla

Chute de realidad la que nos puso en vena Jose María del Nido en el día de ayer.  Reconoció errores, muchos, pero sin dar nombres y apellidos, entre otras cosas porque eso no lleva a nada positivo. Es importante que se reconozcan errores, porque es el primer paso para corregirlos e intentar que no se vuelvan a producir.

Ayer Del Nido dio muchas noticias importantes, pero destacaron tres: la confianza en Míchel para el nuevo proyecto, la reducción del presupuesto y la considerable bajada del precio de los carnets.

A mí me hubiera gustado tanto la opción Caparrós, quien conoce perfectamente la casa, como la opción Míchel. Si el consejo ha optado, por unanimidad, por la continuidad de Míchel, pues bienvenido sea. El exmadridista contará ahora con una pretemporada y una plantilla remodelada. Será diferente, no se sabe si será mejor o peor, pues también dijo ayer Del Nido que se tendrá que traspasar jugadores, y, lamentablemente, los que tienen más papeletas son Negredo y Medel. Espero que, al menos,  a Navas lo dejen tranquilo.

La reducción del presupuesto ha sido bestial. Ha bajado, nada más y nada menos, que un tercio. Ha pasado de 90 a 60 millones de euros. Es el signo más claro de que ahora comienza un nuevo Sevilla.

Dejará de ingresarse una buena cantidad por abonos, puesto que el precio de estos van a sufrir una bajada importante. Bajada que es totalmente lógica, ya que esta temporada no podremos disfrutar de partidos europeos, y la crisis económica se agudiza cada día que pasa.

Como baja el presupuesto, también bajan los objetivos. Ya se olvida la Champions –de puertas para fuera– y se considera un éxito clasificarse para la Europa League. Este nuevo objetivo me parece muy razonable, por dos motivos. En primer lugar, porque conseguir plaza Champions es muy complicado, ya que dos plazas son para Madrid y Barcelona, la tercera, probablemente, será para el Jequemálaga, que nada en la abundancia económica, y para la cuarta nos llevan ventaja el Valencia y el Atlético de Madrid, y estamos igualados con el Athletic de Bilbao. Sin contar con cualquier equipo sorpresa que pueda surgir, como suele ocurrir. Por tanto, la plaza Europa League me parece un objetivo más realista.

Y, en segundo lugar, me parece  razonable bajar el objetivo, porque así se baja la enorme presión que tiene ahora el club. Tenemos una afición muy exigente, que tiene fresca en la memoria los títulos y los éxitos. Parece que tenemos que ganar a nuestros rivales por 4-0 y jugando maravillosamente bien. Y eso sólo lo hacen dos equipos en España, y porque disfrutan de privilegios y juegan con reglas diferentes. Mientras antes olvidemos el pasado glorioso, mejor, porque esa etapa ya pasó.

Lo peor, en mi opinión, de la rueda de prensa de ayer, fue cuando Del Nido confirmó que Jose María Cruz dejará el club. Para mí ha sido una de las piezas claves del Sevilla campeón, aunque su trabajo haya sido en la sombra. Es un profesional muy cualificado y un ejemplo de prudencia, sensatez y buen hacer. Será muy difícil de sustituir.

Del Nido también habló de fichajes. Dijo que había ya cerrado dos, siendo uno de ellos Javi Hervás. No quiso decir el nombre del segundo, pero todo parece indicar que será el jovencísimo jugador chileno Bryan Rabello, que ayer cumplió 18 años.

Comienza un nuevo Sevilla que tiene por objetivo el volver a lograr títulos, lo que probablemente llevará años de buena gestión. Para ello, deberán cambiarse muchas cosas, pero ya es un paso adelante el que se hayan reconocido los errores y que se sea consciente de que hay que empezar casi desde cero.

¿Míchel o Caparrós?

Difícil papeleta tiene el Consejo de Administración en cuanto a la elección del que será el máximo responsable técnico del Sevilla 2012-2013, un Sevilla que deberá tener muchas caras nuevas, ya sean procedentes de la cantera o foráneos, pero que deberá renovarse forzosamente, por motivos económicos y deportivos.

La verdad, es que es una elección complicada, y, en mi opinión, ambos tienen cualidades de sobra para triunfar en el Sevilla.

Por un lado, creo Míchel ha hecho un buen trabajo desde que llegó, a pesar de no haber cumplido los objetivos. Hay que tener en cuenta que cogió a un equipo totalmente roto, incapaz de ganar a nadie, y con los puestos de descenso a la vuelta de la esquina. El equipo transmitía mucho, pero todo en negativo. Yo estaba preocupadísimo, tras ver cómo la Real Sociedad nos pasó por encima en su estadio por 2-0, en el estreno de Míchel. La Real, en aquellos momentos, si no estaba en puestos de descenso, le faltaba poco, y, a pesar de eso, nos superó con una facilidad pasmosa. Menos mal que en los siguientes partidos ya se vieron detalles y, sobre todo, resultados más tranquilizadores.

También creo que Míchel se merece la oportunidad de disfrutar de una pretemporada, y ya, de paso, se le daría cierta continuidad al puesto de entrenador, que es algo que no hemos tenido últimamente, con tantas destituciones, y que, probablemente, hemos acabado pagando. Míchel ha tenido que lidiar con una plantilla que tiene muchas carencias y ha sido capaz de darle un estilo de juego.

También valoro de Míchel el rendimiento que le ha sacado a Jesús Navas –es más mortífero desde que él llegó–,  su insistencia en darle un buen trato al balón y, sobre todo, la importancia que le da a la posesión del balón.

Y después está Caparrós, que es el preferido de la afición, y que conoce como nadie la casa. Ya ha triunfado aquí, y en otros equipos en los que ha estado, como el Athletic de Bilbao y el Mallorca.

Tengo la impresión de que con Caparrós se pondría más intensidad en los partidos y, quizás, contaría más con la cantera que Míchel. Si hay alguien que puede sacar el máximo rendimiento de jugadores como Reyes, ése es su paisano, Caparrós. Y lo mismo creo que ocurriría con los Campaña, Luis Alberto…

En definitiva, ambos entrenadores tienen cualidades que me gustan y capacidad para triunfar en el Sevilla. Como digo, el Consejo tiene una difícil elección, pero tiene que tener claro que, elija a quien elija, ni Míchel ni Caparrós tendrán el apoyo unánime de los aficionados.

El momento de Babá

Parece que ya ha llegado el momento de Babá. O al menos, eso espero. Porque si no juega ahora el senegalés, ¿cuándo lo va a hacer?

Según decían en Portugal, Babá tiene una gran facilidad goleadora, como atestiguaban sus guarismos antes de venir al Sevilla. Parece ser, que en los entrenamientos hace gala de ello, y que es un jugador del agrado de Míchel, quien ha probado a ponerlo en los últimos ensayos junto con Kanouté. Así que todo parece indicar que, por fin, Babá podrá disponer de un partido completo para mostrar su valía, y no  de unos cuantos minutos sueltos.

En todo caso, Babá es un jugador muy joven y que procede de una liga que no es muy competitiva. Por tanto, aún es un jugador en crecimiento y que todavía tiene muchísimo que aprender, por lo que me da a mí que Babá es un jugador de futuro y que veremos su verdadero potencial en las próximas temporadas; donde, por otro lado, ya estará más que adaptado a una liga fuerte, como es la española.

El rival de mañana será muy complicado, porque tiene buenos jugadores y porque, con su nuevo entrenador, es mucho más agresivo y competitivo. Tendremos muchos más problemas para superarlos si el colegiado de turno –Álvarez Izquierdo– permite esa agresividad. Por lo visto, en el último partido que jugaron contra el Barcelona repartieron leña, a diestro y siniestro, hasta el punto que les mostraron siete tarjetas amarillas.

Mañana partido grande, con lleno en Nervión. Será un partido con un ambiente espectacular, para disfrutar y, sobre todo, un partido para vencer. Es de perogrullo que sería muy importante lograr la victoria, por el subidón que darían tres nuevos puntos y porque también está en juego el goal average, que en una liga tan igualada –quitando a los dos de siempre– será más decisivo que nunca a final de temporada.

No obstante, también hay que tener en cuenta que, al enfrentarnos a un rival directo, si no es posible la victoria, un empate, aunque a priori no agrade a nadie, tampoco sería un desastre.

Riesgo innecesario

Nada más llegar, ya se ha encontrado Míchel con el primer problema. Hacía muchísimo tiempo que el entrenador no tenía a su disposición a toda la plantilla, pero una pelea estúpida entre Medel y Spahic ha provocado que Míchel no cuente con ninguno de los dos para el importantísimo partido de esta noche.

A mi modo de ver, es una decisión errónea, y deja entrever que quizás Míchel no conoce la plantilla tan bien como él cree. No se explica de otra forma que no cuente con el único centrocampista de cierre que tenemos de garantías. O bien es eso, o bien es que confía muchísimo en Fazio o en un Tiberio Guarente que supuestamente está recuperado, pero que no ha contado, en absoluto, para Marcelino.

Pienso que Míchel se equivoca porque la prioridad, antes que castigar a jugadores por indisciplina, siempre debe ser el bien del equipo, y dudo mucho que dejar a Medel fuera del once titular, o de la convocatoria, vaya a ser positivo. Además, si se quiere dar ejemplo a estos jugadores, bien que se les podría haber sancionado con una fuerte sanción económica.

De entre las decisiones que tenía Míchel para solucionar el altercado, ha optado por la tremenda, y, la verdad, no lo entiendo; entre otras cosas, porque el propio Míchel pide intensidad en los entrenamientos, y a las primeras de cambio, quiere atajar, de manera demasiado contundente, algo que posiblemente sea producto de esa intensidad, como fue la pelea.

Más nos vale que esta noche los jugadores den el callo, porque, como bien ha advertido Montanier, no va a ser un partido fácil. El entrenador galo pondrá en liza un equipo muy luchador, donde destacan algunos jugadores más que interesantes, como Xavi Prieto, Griezmann, Aguirretxe y el mejicano Vela (ex del Arsenal).

La Real Sociedad es un rival que históricamente no se nos da nada bien. Si nos vencieran hoy, nos adelantarían en la tabla, dejándonos con cuatro equipos pisándonos los talones y sólo a tres puntos del descenso. Claro que también es cierto que  una victoria también nos dejaría a tres puntos de la Champions.

Por tanto, de nuevo es vital vencer hoy. Esperemos que se cumpla el dicho de «a entrenador nuevo, victoria segura». Ya no nos podemos permitir más derrotas, porque hasta los equipos de abajo ganan de vez en cuando.

Y si ganamos, Míchel, no hagas más locuras. No hay por qué correr riesgos innecesarios. Por lo que más quieras.

Ir a la Champions no sería un milagro

Para afirmar esto me baso en dos elementos:

En primer lugar, este año la Champions es más barata que nunca. Prueba de ello es que, actualmente, el cuarto puesto lo ocupa el Levante, que nos saca seis puntos de ventaja. Es evidente que el Levante deberá dejar esa posición con el paso de las jornadas. Para mí sería una gran sorpresa que no fuera así, cuando, además, lleva ya varias jornadas perdiendo fuelle.

Es decir, hasta ahora estamos realizando una temporada verdaderamente desastrosa, con tan sólo 26 puntos en nuestro haber y con una cifra ridícula de goles a favor, pero, aun así, sólo estamos a seis puntos del objetivo. Quedan por disputarse 17 partidos para reducir la distancia, y, por tanto, dependemos de nosotros mismos. De nadie más.

Y, en segundo lugar, también me baso en la calidad de la plantilla. Miro a las demás plantillas y sólo veo más calidad –aparte de los dos de siempre– en la del Valencia. La del Atlético de Madrid y, quizás, la del Athletic de Bilbao, las considero del mismo nivel, y a las del Málaga y Español un escalón por debajo. Hasta que no vea jugar a Babá y Cala, no tendré claro si la calidad de nuestra plantilla ha aumentado o disminuido tras los fichajes invernales. Ha venido Reyes, que puede aportar muchísimo, pero se ha ido Cáceres, al que consideraba un gran defensa y, sobre todo, un gran central, aunque en el Sevilla, de forma incomprensible, no haya jugado mucho en esa posición. Curiosamente, al uruguayo le ha dado por marcar dos goles al Milán en su propio estadio.

Pero que nadie se confunda. Al mismo tiempo que digo que no es imposible ir a la Champions, también digo que es difícil, ya que ahora mismo hay varios equipos de similar nivel por delante de nosotros y hemos cambiado recientemente de entrenador. Por tanto, los jugadores tendrán que asimilar un nuevo sistema y acostumbrarse a otro cuerpo técnico en mitad de temporada, con puntos importantes en juego, y eso no es nada fácil.

Ahora bien, si Míchel consigue sacar un buen rendimiento de los jugadores que tiene a su disposición, lo más normal es que superemos a la mayoría de los rivales que nos quedan, haciendo más que posible conseguir el objetivo. Eso sí, para ello será imprescindible, claro está, que nos tomemos los partidos en serio y con mentalidad ganadora. Porque en muchas ocasiones hemos saltado al terreno de juego a verlas venir, y eso no puede pasar en un equipo que aspire a puestos Champions.

También Míchel deberá convertir al Ramón Sánchez Pizjuán en una fortaleza inexpugnable. A partir de ahora, ningún mindundi deberá llevarse puntos de nuestra casa, y los rivales directos (Sevilla-Levante y Sevilla-At. de Madrid) deberán irse de vacío.

Como digo, no será fácil, pero si se corre igual o más que el rival, se dejan de fallar goles cantados, de regalar goles absurdos… en definitiva, si se hacen las cosas medianamente bien, el objetivo puede conseguirse. El juego del equipo y los resultados deben cambiar bastante, pero, afortunadamente, aún queda tiempo. Si no para lograr el premio gordo, al menos para evitar que la temporada acabe en desastre económico y deportivo.

Declaraciones de Míchel en A Balón Parado

Ayer tuve la oportunidad de oír las primeras declaraciones de Míchel como entrenador sevillista en el programa A Balón Parado, y dijo, después de las alabanzas de rigor al club y a la afición, algunas cosas que me llamaron la atención. Aunque luego habrá que ver si es capaz de llevarlas a cabo o se quedan sólo en palabras, como, desgraciadamente, le ha ocurrido a Marcelino.

En primer lugar, la importancia que le da al centro del campo, hasta el punto de decir algo así como «dime qué centro del campo tienes y te diré qué equipo eres». Y, en mi opinión, no le falta razón. Lógicamente, como el balón tiene que pasar por el centro del campo, si se tiene un dominio de éste, la posesión será abrumadora y será difícil que el equipo contrario te cree ocasiones de gol, a no ser que sea a balón parado. Claro que ese dominio no es fácil de conseguir, y para eso hay que tener las líneas juntas y con mucha movilidad, con continuos desmarques, apoyos, buena conducción de balón y presión al rival. Es de suponer que eso también entra dentro de la teoría de Marcelino y de cualquier entrenador que se precie, y por eso no me explico planteamientos tan disparatados como el que hemos tenido que presenciar, por ejemplo, en los partidos Sevilla-Athletic, Sevilla-Madrid –a raíz de la expulsión de Pepe, desaprovechando la superioridad numérica–,  y Sevilla-Villarreal. Así pues, espero que Míchel sí sea capaz de llevar a la práctica esa teoría que, como digo, debe estar en el manual de todo entrenador.

En segundo lugar, me gustó que tenga la idea de que los laterales no sean estáticos y ayuden ofensivamente a los extremos. Claro que eso ya depende de las características de los jugadores, el que tengan condición física y técnica que le permitan hacer esos desdobles con eficiencia. Porque eso es como todo: para hacerlo mal, mejor no hacerlo.

En tercer lugar, me sorprendió el toque que le dio a Negredo. Reconoció que es un buen jugador, pero añadiendo que siempre y cuando se esforzara y diera lo máximo. Y también creo que tiene razón en eso, porque a mí me da la impresión de que el bajo rendimiento de Negredo puede ser motivado por su actitud. Parece como si fuera en plan figurita y no se esforzara todo lo que debiera. Si Míchel logra que Negredo rinda a un alto nivel, tendrá mucho ganado.

Lo que no entendí fue cuando dijo que no quería que Navas y Reyes corrieran para atrás. No sé si pretenderá que estos jugadores no defiendan. Si eso es así, creo que es un error, porque el equipo tiene que ser un bloque. Probablemente, los tiros irán por otro lado.

Por último, también me dio la impresión de que los periodistas sevillanos no lo van a tener tan fácil como lo han tenido con Marcelino. Creo que Marcelino pecó de prudente y fue demasiado respetuoso con algunos periodistas que le machacaban. Por contra, pienso que Míchel será más contundente y más directo.

Como ya dije en un post anterior, Míchel no es de mi agrado, porque creo que aún no ha hecho nada para merecer un banquillo como el del Sevilla. Y supongo que habrá multitud de sevillistas que piensen igual que yo. Pero, por supuesto, considero del todo innecesario que salga Del Nido diciendo que «Míchel es para todos los sevillistas el mejor entrenador del mundo». Es evidente que el éxito del Sevilla depende del éxito de Míchel, y sería, por tanto, totalmente absurdo estar en contra de nuestro entrenador, y más aún cuando no ha hecho más que llegar.

Así pues, hay que dejarle trabajar tranquilo y desearle lo mejor. Al final, Míchel, como todos los entrenadores, dependerá de los resultados. Y más nos vale que estos empiecen a llegar el lunes.

Nueva etapa en el Sevilla FC

Con la llegada de Míchel, se inicia una nueva etapa en el Sevilla FC; etapa que durará, como mínimo hasta junio. O, al menos, ésa es mi esperanza, porque, si no fuera así, significaría que las cosas han ido a peor. Y, ciertamente, empeorar las cifras de Marcelino es bastante complicado.

Míchel llega en unas condiciones que no son las idóneas. Es decir, llega sin hacer las probaturas propias de la pretemporada, donde además puede conocer las virtudes y defectos de la plantilla. Sin embargo, tiene la ventaja de que cuenta casi con una semana para preparar el próximo partido, ante la Real Sociedad, que será el lunes, día 13.

Tengo que admitir que Míchel no es santo de mi devoción. En primer lugar, porque no me caía bien como jugador. Uno piensa en él y, a pesar de haber sido un extraordinario pelotero, no puede evitar acordarse de episodios como el que tuvo con Valderrama, o el famoso «me lo merezco».  Y, en segundo lugar, hubiera preferido a un entrenador con una carrera más dilatada y más exitosa, porque la situación por la que atravesamos es complicada, y la experiencia, en estos casos, puede ser decisiva. Por ese mismo motivo, tampoco era de mi agrado Pablo Alfaro, que sólo ha entrenado al Pontevedra y al Recreativo de Huelva.

Pero lo verdaderamente importante es que Míchel ha sido el elegido por la Secretaría Técnica, y, por tanto, debe tener el apoyo de todo el sevillismo. Ahora es él quien tiene la suerte de ser el entrenador del Sevilla FC. Está ante la oportunidad de su vida, pues nunca ha tenido a sus órdenes una plantilla tan potente como la nuestra. Esperemos que no la desaproveche y que tenga el conocimiento y la suerte que le han faltado a Marcelino.