Marcelino tropezó ayer en la misma piedra. Prescindió de Medel y puso en su lugar a Fazio. Eso mismo lo hizo contra el Hannover, y el resultado fue el mismo que el de ayer: un centro del campo que ni destruye ni crea juego, costándonos un mundo crear ocasiones de gol. Afortunadamente, Osasuna no tiene, ni de lejos, el nivel de los alemanes, lo que nos salvó de la derrota.
Marcelino debería saber ya que si Medel no puede jugar por cualquier motivo, cualquier otro centrocampista lo hará mejor que Fazio. Entiendo que Marcelino tenga muy buena impresión del joven jugador argentino, porque, siendo entrenador del Racing de Santander, tuvo que sufrir un partidazo del exjugador de Ferro Carril Oeste, donde además marcó dos goles. Fazio, por aquella época, jugó una serie de partidos memorables, donde maravilló a todos. Pero, lamentablemente, aquel prometedor jugador desapareció, sin dejar rastro, cuando se lesionó. Ahora deambula por el terreno de juego, con lentitud y parsimonia, no imponiéndose casi nunca y fallando multitud de pases, algunos en zonas delicadas. O cuando no, como ayer, no se le ocurre otra cosa que despejar a la frontal del área –no marcó Osasuna de milagro–, que es el último sitio al que se debe despejar un balón.
Más vale que Marcelino se dé cuenta pronto de que tanto Campaña, como Rakitic, Trochowski, o incluso Salva, probablemente, lo harán mejor que él. Porque no estamos para regalar más puntos ante equipos infinitamente inferiores a nosotros.
Tal es el empecinamiento de Marcelino con Fazio que no lo quitó ni aun cuando se cargó prematuramente con una tarjeta amarilla. Me llevé todo el partido temiendo su expulsión, porque además creo que el árbitro pudo en alguna ocasión haberlo mandado al vestuario antes de tiempo.
También puede ser que yo le haya cogido manía a Fazio o que, como no entiendo de fútbol, no vea cosas en Fazio que los técnicos sí ven. A lo mejor es eso.
Pero no sólo Fazio jugó mal ayer. Para mí, fueron muy decepcionantes las actuaciones de Perotti, y, sobre todo, Armenteros. Yo tenía muchas esperanzas puestas en Armenteros, pero Perotti le está poniendo la titularidad en bandeja y parece que no quiere aceptarla. Los dos están en una baja forma increíble. Pienso que, ya que Rakitic está recuperado, podría darle una oportunidad a Trochowski en la banda izquierda. Seguro que el alemán no lo hará peor y podría verse un interesante Navas-Medel-Rakitic-Trochowski.
Sí me gustó ayer la defensa. Tenía ganas de ver juntos a Spahic y Cáceres en el centro de la defensa, ya que creo que son los mejores centrales que tenemos. En mi opinión, lo hicieron bastante bien, excepto en una ocasión donde Spahic erró clamorosamente y que casi nos cuesta el gol. Menos mal que estaba Varas para corregir su fallo con una espectacular parada.
En general, el nivel que mostró ayer el Sevilla fue muy bajo durante, prácticamente, la totalidad del partido, pero los primeros 20 minutos fueron verdaderamente lamentables, impropios de un equipo de Primera División. El centro del campo hacía aguas, de ahí que se crearan muy pocas ocasiones de gol, que además se fallaron. Sólo a balón parado fuímos capaces de llevar algo de peligro, con ocasiones de Spahic y Cáceres, o en algún arreón de Navas. La ocasión más clara fue errada por Del Moral, estrellando el balón en el portero cuando tenía todo a su favor.
En cuanto al árbitro, Carlos Del Cerro Grande, como es ya habitual, mostró una distinta vara de medir en cuanto a las tarjetas amarillas y faltas. No obstante, hay que agradecerle que no expulsara a Fazio y que no señalara penalti en la estúpida mano de Perotti, que nos podría haber costado el partido.
Partido para olvidar, donde, a pesar de todo, conseguimos un punto que sabe a gloria, aunque fuera ante un rival que, de seguir así, será un serio candidato al descenso. Punto que tenemos que agradecer, sobre todo, a Varas, que tuvo una sensacional actuación.
Ahora, a pensar en el Valencia. Si quieremos ganar, tendremos que cambiar muchísimo. Eso está claro.