Llega con seis o siete meses de retraso, pero más vale tarde que nunca. Estaba claro que era necesario fichar a un delantero. No había que ser un clarividente ni un genio para darse cuenta de eso. Preocupaba, no obstante, las palabras de Monchi, no hace mucho, diciendo que la Secretaría Técnica creía que no había escasez de delanteros. Probablemente, las ridículas cifras de goles a favor que llevamos esta temporada les habrán hecho cambiar de idea.
Papa Babacar Diawara es un completo desconocido, al menos para mí, pero en su fichaje ya hay algunos detalles que me gustan: su edad –24 años–, su progresión, su velocidad, su dominio del juego aéreo, y su coste, que ha sido de 3 millones de euros. He leído algunos comentarios de aficionados portugueses y están verdaderamente escandalizados por el bajo precio del traspaso.
Hay que tener en cuenta que Diawara procede de una liga que no es de primer nivel, y habrá que ver cómo se adapta, tanto a la liga como a sus nuevos compañeros.
Según parece, el Marítimo también tenía ofertas de Celtic de Glasgow, Stuttgart, Sochaux, Mónaco, Lille, CSKA de Moscú y el Palermo italiano.
Probablemente, el Sevilla ya tanteara su fichaje en verano, ya que he encontrado en un foro del Deportivo de la Coruña –que también estaba interesado en su contratación– una referencia al interés del Sevilla, fechada el 28 de julio de 2011.
Habrá que ver con detenimiento a Diawara, y darle cierta continuidad para ver su rendimiento, pero, aparentemente, se trata de un nueve puro, de los que tienen el gol entre ceja y ceja, y no se lo piensan a la hora de tirar a puerta; rápido, con facilidad para el desmarque, de los que viven en el área y tienen olfato para el gol.
Esperemos, por tanto, que este senegalés –nacido en Dakar– se adapte pronto, tenga suerte con las lesiones y nos dé muchas alegrías.