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Sevilla FC – Málaga. Partido entre dos incógnitas

El enfrentamiento de esta noche será entre dos equipos muy remodelados, siendo, por tanto, dos verdaderas incógnitas que no han empezado nada bien, por lo que los tres puntos en disputa se antojan fundamentales tanto para Málaga como para el Sevilla.

Si el Sevilla se ha reforzado con 14 jugadores (incluyendo al sorprendente Cheryshev), el Málaga no se ha quedado atrás, de manera que en la convocatoria para hoy aparecen bastantes caras nuevas: El Hamdaoui, Anderson, Angeleri, Pawlowski, Tissone, Chen, Fabrice y Darder. Sin olvidar, por supuesto, a Schuster en el banquillo. Se lució el alemán cuando dijo que tenía previsto no puntuar en sus tres primeros partidos. Esperemos que tenga razón.

En el equipo malacitano causan baja, por lesión, Weligton, Camacho y Samu. El Sevilla, en este sentido, no es tan afortunado, ya que tiene a tres centrales en la enfermería, además de Cicinho y  Reyes.

El Sevilla deberá superar al Málaga –que vendrá muy motivado, como siempre, por esa supuesta rivalidad andaluza– y, casi con toda probabilidad, al árbitro. El de negro será Carlos del Cerro Grande, quien ya nos machacó sin piedad en el último Betis-Sevilla. A ver si hoy el muchacho tiene un poquito de vergüenza y no nos maltrata.

Si salimos con la misma intensidad que el Málaga, tendremos mucho ganado. Si no es así, mucho perdido.

¿Es justo que el Sevilla vaya a Europa?

Tras conocerse la resolución del TAS (Tribunal Arbitral du Sport), desfavorable para los intereses del Málaga, han surgido voces clamando contra la injusticia que ha supuesto la decisión del organismo europeo de dejar fuera de competiciones europeas al club de la Costa del Sol.

El concepto de justicia siempre es relativo. Probablemente, si preguntamos en Málaga, el pensamiento mayoritario será el de que no es justo que lo que han ganado en el campo se lo vayan a quitar en los despachos; si preguntamos en Sevilla, se pensará que las normas están para respetarlas; y si preguntamos a alguien neutral, pues habrá opiniones para todos los gustos.

En mi opinión, la respuesta a la pregunta que titula mi post, es que sí es justo que el Sevilla juegue en Europa. Obviamente, como soy sevillista, no soy imparcial, pero me parecería una injusticia que el Sevilla se quedara sin disputar la Europa League por dos motivos:

En primer lugar, porque el incumplir las normas tiene que tener su castigo. No puede ser que un club tenga que hacer un gran esfuerzo para poder pagar sus deudas, hasta el punto de tener que vender sus mejores jugadores y, por tanto, debilitarse deportivamente, mientras otros sólo se ocupan de potenciar la plantilla a cualquier coste, aun teniendo deudas con otros clubes y organismos. Sin ir más lejos, el Málaga aún le debe dinero al Sevilla por el traspaso de Sergio Sánchez. Es normal que en la liga española –es normal porque es una liga que deja mucho que desear, donde, por ejemplo, los clubes compran jugadore y no los pagan– no haya sanciones, pero en Europa la cosa cambia. La UEFA se ha propuesto ir a por todas con el llamado Fair Play financiero, y el Málaga ha pagado los platos rotos.

Y en segundo lugar, creo que es justo que el Sevilla vaya a Europa porque a mí no se me olvida el maltrato arbitral al que nos hemos visto sometido este año. Sé que recurrir a los árbitros suena a perdedor, pero lo que yo quisiera es que no tuviera motivos para acordarme de ellos. Lo cierto es que no recuerdo una racha de tantos y tan graves «errores» arbitrales desde que descendió aquel Sevilla que acabó entrenando Julián Rubio. Si nos hubieran respetado un poquito los árbitros, a buen seguro habríamos quedado clasificados en una mejor posición.

No obstante, es evidente que la planificación deportiva esta temporada ha sido nefasta, de principio a fin, pero pienso que, por plantilla y méritos deportivos, el Sevilla ha merecido más premio del que finalmente ha obtenido.

Por último, no hay que olvidar que aún queda la posibilidad de que vaya a Europa el Rayo Vallecano. Lo más normal es que su reclamación sea desestimada, entre otras cosas porque ni siquiera tiene la licencia UEFA que otorga la Federación Española de Fútbol. Sin embargo, lo más prudente es esperar, no vaya a ser que salte la sorpresa.

 

Nos la jugamos en el derbi que no es derbi

No sé por qué se empeñan algunos medios de comunicación en calificar los enfrentamientos entre el Sevilla y el Málaga como «derbis». Que se sepa, los derbis son partidos entre equipos que mantienen una rivalidad permanente, y desde luego, ése no es el caso. Entre otras cosas, porque el Málaga es un club muy joven, y, por tanto, apenas ha habido tiempo para que surja rivalidad alguna. Si acaso, la única rivalidad entre Málaga y Sevilla es política, y no deportiva.

Y esa rivalidad, por supuesto, no es recíproca. Es decir, para el Málaga enfrentarse al Sevilla es un partido muy especial, pero para el Sevilla es, simplemente, un partido más. Esto puede ser un problema, porque el Málaga siempre salta al campo con una motivación extra que puede decidir partidos. Confío en que no sea el caso de mañana, porque nosotros nos jugamos muchas de las opciones europeas.

No me gusta nada afrontar un partido tan decisivo con la defensa en cuadro. Pero es lo que tiene la mala planificación deportiva que hemos hecho, la cual nos ha llevado a tener una preocupante escasez de defensas de garantías en la recta final de la temporada, que es cuando se decide todo.

Con la defensa cogida con alfileres, no tiene ningún sentido salir a verlas venir, que es justo lo que solemos hacer fuera de casa, sino que hay que ir a ganar desde el principio y no tirar la primera parte a la basura.

El Málaga también tiene bajas, como la de De Michelis, pero podrán suplirlas con más garantías.

Es evidente que en Málaga nos jugamos muchas de nuestras aspiraciones europeas. De ganar, podríamos incluso luchar por la sexta plaza. De perder, si el Betis –ése sí que es un derbi– gana al Celta, nos podrían sacar una ventaja decisiva. En cualquier caso, el Osasuna nos ha hecho hoy un favor, al derrotar al Getafe por 1-0. Espero que nos sirva de advertencia para cuando tengamos que rendir visita a los pamplonicas.

Cualquiera puede clasificarse para 1/4 de Champions

Este post viene a colación de uno que se publicó hace unos días en la web Latidos de Nervión –magnífica web, por cierto–, con el título «El Twitter del Sevilla y como meter la pata con el Betis sin morir en el intento«.

En dicho post se interpreta que el siguiente twitt hace referencia al Betis: «Aunque a algunos periodistas les joda, el Málaga es el segundo andaluz que va a cuartos… ¿Cuánto quedará para el tercero?»

Y yo me pregunto, ¿por qué el autor del artículo piensa que ese twitt va por el Betis? Por curiosidad, se lo he preguntado, vía twitter, pero no he recibido respuesta.

Es decir, ¿por qué no puede ser el próximo equipo andaluz en clasificarse para cuartos de final de Champions el Granada, el Cádiz o el Almería, por poner algunos ejemplos?

Desde que entraron en liza las Sociedades Anónimas en el mundo de fútbol, cualquier equipo puede ya aspirar a lo máximo. Si hay un magnate dispuesto a gastar ingentes cantidades de dinero en un club, lo que antes parecía inalcanzable, se puede conseguir con relativa facilidad.

Tenemos aún recientes los casos del Parma o Villarreal, buenos ejemplos de equipos de ciudades muy pequeñas pero que lograron éxitos deportivos en Europa. A principios de los años 90 la familia Tanzi, propietaria de la empresa Parmalat, convirtió, tras una inversión multimillonaria, a un equipo de una humilde ciudad, la cual no llega a los quinientos mil habitantes, en un equipo poderoso de Europa. Lógicamente, tras quebrar económicamente Parmalat, el Parma cayó en picado. Llegó a estar al borde del abismo, en la Serie B, aunque ahora está de vuelta en la Serie A.

El caso del Villarreal es incluso más llamativo, puesto que se trata del equipo de fútbol de una ciudad que supera por poco los 50.000 habitantes. Su presidente Fernando Roig, tras otra fuerte inversión, logró fichar jugadores de primer nivel que llevaron al Villarreal a jugar la Champions, algo verdaderamente impensable para un club tan humilde.

Actualmente están clasificados para 1/4 de final de Champions el Paris Saint Germain y el Málaga, equipos que no eran nada del otro mundo y que ahora ocupan puestos de privilegio en Europa. Desde que el grupo catarí Quatar Investment es el máximo accionista del equipo francés, éste puede permitirse fichajes millonarios que le permiten aspirar a lo máximo: 43 millones de euros por Lucas Moura –el fichaje más caro en la historia del fútbol brasileño– Thiago Silva (42 millones), Ibrahimovic (21), Lavezzi (26), Verratti (11) Pastore (42) o Kevin Gameiro (11). Con estas cantidades, aproximadamente 250 millones de euros en dos años, lo extraño sería que el Paris Saint Germain no fuera aspirante a ganar la Champions.

Y qué decir del Málaga. Un club muy joven, fundado en el año 1994, que hace sólo unos años llegó a jugar con nuestro filial, el Sevilla Atlético. Probablemente, si no fuera por los millones que aporta el jeque Al-Thani, el Málaga tendría serios problemas para mantener la categoría. Sin embargo, ahí está, haciendo historia, al lograr la clasificación para los cuartos de final.

En mi opinión, ya cualquier club puede lograr éxitos deportivos, independientemente del número de aficionados que tenga. Los ingresos por abonados son ridículos en comparación a los derechos por televisión o las grandes fortunas que pueden aportar jeques o poderosas multinacionales. Así que, ¿por qué tiene que ser el Betis el próximo equipo andaluz en clasificarse para los cuartos de final? El tiempo lo dirá.

Lo que no sabemos son cuántos años tendremos que esperar para conocer al tercer equipo andaluz en lograr ese hito. Ahora incluso es más fácil, ya que no es necesario ser campeón de liga para disputar la competición, pero no deja de ser complicado. ¿Será dentro de dos años? ¿Quizás veinticinco? ¿O será dentro de otros cincuenta y cinco años, como ha sido en el caso del Málaga?

Por fin acabó la peor liga del mundo

Se me ha hecho eterna. Una pésima planificación y decisiones tomadas a mitad de temporada nos ha llevado a tierra de nadie. Evidentemente, muchos darían lo que fuera por estar clasificados en la novena posición, pero para nosotros es un fracaso en toda regla. Y esto es más claro aún cuando se echa un vistazo a la clasificación y se ve que el Levante ha conseguido clasificarse para la Europa League y que el Osasuna y el Mallorca nos preceden en la tabla. Esto quiere decir dos cosas: que la Europa League ha estado muy barata –sólo 55 puntos han sido necesarios– y que hemos hecho una temporada muy por debajo de nuestro nivel. Hemos regalado infinidad de puntos, algunos de ellos de forma absurda y ridícula, y, lógicamente, así es imposible conseguir los objetivos. El equipo llegó a dar muestras de ser tan vulgar y plano, que llegué a preocuparme bastante. Menos mal que llegó Míchel y cambió algo la dinámica, porque si no… Mejor ni lo pienso.

Por si alguien tiene dudas de si la liga española es la peor del mundo, sólo tiene que mirar algunas de las cifras que vienen en la tabla. Ya se sabía, desde hace varios meses, que salvo milagro, el ganador iba a ser el Real Madrid. Pero es que encima lo ha hecho consiguiendo 100 puntos. Es decir, sólo ha dejado escapar 14 puntos de los que había en juego. Por un lado, es normal, porque entre lo buenos que son sus jugadores y las ayudas arbitrales, muy pocos puntos deben escapárseles. Pero, por otro lado, es una vergüenza que haya tal desequilibrio en la liga española, hasta el punto de que el primero le ha sacado 39 puntos al tercero y 73 al último. Igualito que en la Premier League, donde el título se ha decidido en el minuto 94 de la última jornada, y ha sido por el goal-average a favor del Manchester City, que ha quedado igualado a puntos con el Manchester United. En la Premier, el líder ha conseguido 19 puntos de diferencia con el tercer clasificado y 64 con el farolillo rojo.

En cuanto a la lucha por los puestos Champions, yo prefiería que fuera el Málaga el que se llevara la plaza y no el Atlético de Madrid. No es que el Málaga me caiga bien –a pesar de las muestras de «cariño» que tienen con nosotros temporada tras temporada–, pero hay que admitir que desde que el jeque es el dueño del club, lo normal es que el Málaga sea un asíduo de la Champions. Es muy fácil hacer un equipo ganador si el presupuesto para fichajes es, prácticamente, ilimitado. Sin embargo, el Atlético de Madrid sí puede considerarse un rival directo nuestro, porque sí tiene que ajustar su presupuesto dependiendo de los resultados deportivos que obtenga, y está claro que para ellos es un varapalo el no clasificarse para la Champions. Incluso ya avisó su Presidente-hombre de paja que si no había clasificación para la Champions, posiblemente tendrían que traspasar a Falcao.

Pero ayer lo más importante era la lucha por el descenso. Sorprendió la hazaña del Zaragoza. Manolo Jiménez consumó el milagro. No puede llamarse de otra forma a lo conseguido por el arahelense. Cogió un equipo totalmente hundido, a una panda de jugadores, y les ha dado fortaleza, orden y fé. Desde que Jiménez se hizo con las riendas del Zaragoza lo han ganado casi todo. Si sólo se contaran los puntos desde su llegada, el Zaragoza estaría en puestos Champions.

Pero el protagonista de la jornada fue, sin duda, el Villarreal. Tenía fácil la salvación, pero, cuando parecía que estaba todo hecho, a falta de cuatro minutos recibieron un gol del Atlético de Madrid. Junto con gol que marcó Tamudo en el Rayo-Granada, les llevó al desastre.

Ya es duro bajar por un gol que te hacen cuando está finalizando el partido, pero más duro aún es ver que el gol que marca Tamudo, en el minuto 94, es en un clarísimo fuera de juego. Tanto Tamudo como otro jugador del Rayo están en posición incorrecta. Supongo que es normal que estas cosas pasen en una liga de mierda, pero yo creo que esto no debería consentirse. Los mandamases europeos que están en contra de que se utilice la tecnología en el fútbol, deberían ponerse en la piel del Presidente y aficionados del Villarreal, quienes, seguramente, todavían no habrán asimilado la que se les viene encima. Para más inri, el descenso del primer equipo conlleva el de su filial a la Segunda División B.

Ya sólo espero que el Sevilla haya aprendido de la experiencia y que vuelva a hacer bien las cosas desde el principio, como ha hecho durante tantos años. Y también espero que no se vendan tan alegremente, como se ha estado haciendo en las últimas temporadas, a los jugadores «Clase A», como dicen algunos. Porque al final, el Sevilla no será lo que los sevillistas quieran que sea, sino que se lograrán los objetivos, o no, dependiendo de cuánta calidad ponga el Sevilla sobre el césped.

Y por último, también espero que el Sevilla haya aprendido del Villarreal. Seguramente, cuando vendieron a Cazorla, por 20 millones de euros, ni se imaginaron que podrían bajar a Segunda. Pero con lo que no contaban era con las graves lesiones de Nilmar y Rossi, dos jugadores de clase mundial. Sin esos tres jugadores, el Villarreal es un equipo simplón, uno más. Y lo que le ha ocurrido al Villarreal le puede pasar a cualquiera. Bueno, excepto a los dos de siempre.

El partido de ayer: Sevilla 2 – Málaga 1

Gran partido el realizado ayer por el Sevilla, donde nos encontramos con el marcador a favor muy pronto. Me gustó tanto la alineación inicial, con Varas y Cáceres, como la actitud del equipo, que presionó y corrió mucho más que el Málaga; equipo éste que decepcionó. Se dedicó al «centrocuentismo», o sea, mucho toque en el centro del campo, pero con lentitud y sin crear ocasiones de gol. Eso mismo es lo que hacía el Villarreal cuando nos visitaba, entrenado por Pellegrini, y casi siempre salía escaldado.

Gran partido de Medel y Trochowski. Qué dos grandes jugadores tenemos en el centro del campo. Siempre eligen la opción correcta, y con velocidad. Nada de retener el balón inútilmente.

Lo único que no me gustó del partido fue que tuvimos muchas ocasiones para sentenciar y no lo hicimos. Negredo marcó también el segundo, pero falló una clarísima, de esas que no se pueden fallar nunca. Por suerte, no tuvimos que lamentarlo, pero no nos podemos permitir el lujo de dejar al rival vivo, como hicimos ayer.

El árbitro estuvo bien, menos en el último cuarto de hora. Parecía que se aburría con el resultado y decidió darle más emoción pitando faltas extrañas, cuando menos rigurosas. De una de ellas llegó el golazo de Cazorla.

Ahora se afronta el parón liguero con más tranquilidad, después de esta victoria. Ya sólo queda que venga un delantero para completar esta buena plantilla, y, si puede ser, un central. Pero como venga el delantero y se lesione Negredo, podemos tener muy complicado el conformar un ataque de garantías.

Tenemos que levantar el ánimo

Como decía Del Nido, estamos «un poquito mejor que muertos». Ha sido un palo de los grandes, para el club y la afición, el quedar eliminados de la Europa League a las primeras de cambio, y más aún porque tenemos la impresión de que hemos vuelto a caer en los mismos errores de la temporada pasada.

Esta eliminación supone un varapalo tanto en lo económico como en lo deportivo, pero la verdad es que esto no ha hecho nada más que empezar y, aunque tengamos todos el ánimo por los suelos, o incluso más bajo si cabe, tenemos la obligación de levantarnos. Y es que el objetivo prioritario es el de clasificarnos para la Champions, y si es posible, ocupando la tercera plaza, para evitar revivir malas experiencias.

No será fácil el lograr este objetivo, porque para este año se ha unido a la lucha el Málaga –unos 100 millones de euros de inversión–, que es nuestro primer visitante y al que recibimos mañana. Así pues, pocas horas después de un partido importante, nos encontramos con otro, con varios de nuestros mejores jugadores tocados y que serán duda hasta última hora. La situación no es fácil y tenemos todos que dar el callo, principalmente Marcelino y los jugadores, que son los primeros responsables, pero también la afición. Tenemos que volver a llenar el Sánchez Pizjuán, o al menos rozar el lleno, como contra el Hannover.

No será un cataclismo si no ganamos al Málaga, porque la liga es una carrera de fondo, pero sí sería para preocuparse, ya que siempre es importante empezar bien, para que no entren innecesarios nervios y haya confianza. Tampoco conviene olvidar que en todos los partidos hay tres puntos en juego, y aunque parezca una perogrullada, vale lo mismo ganar al Barcelona que al Sporting de Gijón.

El Málaga, por otra parte, es un equipo que no se nos suele dar nada bien. Posiblemente sea porque ellos consideran este partido como un derby y nosotros no, y de ahí que haya una diferencia de motivación entre ambos equipos.

Espero que Marcelino cuente para este partido con dos jugadores a los que eché de menos el jueves: Varas y Cáceres. Y que no se olvide de Luis Alberto, que siempre lo hará mejor que Fazio en zonas ofensivas.

Y, por último, también espero que en este partido haya deportividad tanto en la grada como en el césped, aunque, por lo visto en los últimos años, parece que será harto complicado.

El Málaga nos puede hacer un favor

Aún no es oficial, pero parece que Sergio Sánchez se va a ir al Málaga. Si el Málaga lo quiere fichar y el Sevilla lo quiere vender, un milagro debe ocurrir para que no se vaya a la Costa del Sol.

Y a mí me parece estupendo que se vaya. Hay que aligerar plantilla, y Sergio Sánchez, aunque ha jugado poco, cuando lo ha hecho no ha destacado. Es más, se le ha visto flojito en la marca y se descoloca con facilidad. Es innegable que su enfermedad y baja forma puede haberle condicionado, pero también parece –aunque el club ha hecho todo lo posible por taparlo– que su comportamiento no ha sido todo lo profesional que se le espera a un jugador que, prácticamente, se lo debe todo al Sevilla FC.

Me parece que, si finalmente se lleva a cabo, el Sevilla ha hecho un buen negocio, porque se quita una ficha de enmedio y además coge un dinerito bastante curioso –cercano a los tres millones–, que vendrá de perlas de cara a fichar a un central de garantías. Y aquí hay que tener cuidado, porque en el fichaje del central no podemos fallar. Si lo hacemos,  seguramente tampoco iremos a la Champions la próxima temporada. Una buena defensa es la base de todo, y tenemos que fichar a un central que marque las diferencias.

Menos mal que Marcelino se ha dado cuenta de que es necesario un buen central, porque parece que Manzano no se dio cuenta de  ese detalle.