Supo a poco el punto conseguido ayer, sobre todo porque fuimos incapaces de apuntillar a un Valencia que se había quedado en inferioridad numérica durante casi toda la segunda parte, fallando incluso un penalti. Pero lo cierto es que fue el Valencia el que se pudo haber ido al descanso con el partido sentenciado, de no haber fallado sus jugadores en el último pase, en algunas ocasiones de manera incomprensible.
Emery volvió a tirar la primera parte a la basura, al reincidir de nuevo, por enésima vez, en su error de poner de titular a Pareja de central y a Carriço en el centro del campo. En realidad, es un doble error, pues ni Carriço lo hace bien en la zona media, ni Pareja en la defensa. Con lo cual, al Valencia no le costó dominar el partido, ni tampoco el montar contragolpes que, como digo, no acabaron en gol porque les faltó acierto en el último pase.
Verdaderamente, no entiendo la confianza total que tiene Emery en Pareja, pues el argentino está en un estado de forma lamentable. Ayer fue una máquina de perder balones, y lo hacía en zonas donde se suelen pagar muy caro los errores. Con un central así, es casi un milagro que no nos hicieran algún gol, teniendo enfrente además a un buen equipo como es el Valencia.
Probablemente, Pareja estará jugando porque Emery quiere recuperar al central que dio tan buen rendimiento en Barcelona y en Rusia, pero resulta obvio que el Pareja actual está muy lejos de ser aquel que en su día fue codiciado por grandes equipos.
En la segunda parte, la historia fue muy diferente, pero fue a raíz de la expulsión de Ricardo Costa, quien fue expulsado, por tercera vez, por Álvarez Izquierdo, como temían en Valencia. Aunque en esta ocasión no deben quejarse, pues la expulsión fue justa y además debió de haber pitado penalti, al ser las manos dentro del área.
Para intentar aprovecharse de la ventaja de tener uno más sobre el campo, Emery realizó un doble cambio. En mi opinión acertó en quitar a Pareja –demasiado tardó en quitarlo– y falló al dar entrada a Cheryshev. Y es que el ruso no está para nada. Por supuesto, también me parece incomprensible que Emery apueste por un jugador que incluso él mismo ha reconocido que está falto de ritmo y es obvio que fuera de forma. Me parece además una falta de respeto para otros jugadores que tienen que seguir esperando su oportunidad desde el banquillo.
Como Emery también dio cancha a otro jugador que está totalmente desaparecido, como es el francés Gameiro, el Valencia no tuvo muchos problemas para aguantar el resultado. También influyó que el Valencia se dedicó, descaradamente, durante toda la segunda parte, a perder tiempo, con el permiso del árbitro, Álvarez Izquierdo, quien demostró ser un muy mal árbitro: permitió pérdidas de tiempo, dejó tres o cuatro penaltis claros sin señalizar y no tiene ni idea de lo que es la Ley de la Ventaja.
Emery, el Sevilla –ayer no se salvó nadie, si acaso Fazio–, el Valencia, el árbitro… todos fueron incapaces de hacer bien su trabajo. Y esa total y absoluta incapacidad nos ha llevado, irremediablemente, a un empate a cero que sólo sirve para complicarnos aún más las posibilidades de estar en Europa la próxima temporada.
¿Qué nos encontramos en Vallecas? Seguimos estando en manos de Emery, y eso no es nada alentador.