La mala suerte se ha cebado con el Sevilla, de manera que en poco tiempo han caído lesionados de cierta gravedad tres centrales de la plantilla. El último en caer ha sido el controvertido Fazio, que estará alejado de los terrenos de juego durante, aproximadamente, seis semanas. Eso en una primera previsión, porque el club anuncia que el diagnóstico será más certero en una semana, cuando la inflamación haya desaparecido.
Es decir, podemos estar dos meses con sólo un central sano, y precisamente es en el que menos confía Emery. Obviamente, no cuento con Israel Puerto. Le considero un jugador con mucho futuro, pero ahora mismo, en mi opinión, sencillamente, no tiene nivel, ni madurez, para jugar en Primera División. Creo que esto se ha evidenciado en los pocos minutos que disputó contra el Atlético de Madrid y en el tiempo que jugó en Old Trafford. Pienso que una cesión le vendría de perlas, siempre y cuando, claro está, venga alguien a sustituirle.
Confío que con el dinero proveniente de la huída de Kondogbia –que se ha despedido, como no podía ser de otra manera, «a la francesa«– el club estime a bien el traer a un central. En caso de que no se creyera conveniente por parte de la Secretaría Técnica un nuevo fichaje, Emery tendrá que ir tirando con Cala y M’bia para guardar la vital zona del centro de la defensa durante los dos próximos meses.
Más nos vale que ni se resfríen. No estaría mal que entrenaran con armadura, al menos hasta que el mal fario nos abandone.
Fernando Navarro e Iborra serían otras opciones, pero el primero ya ha demostrado que la posición de central no es la suya, y además él es el primero en afirmarlo. No es el caso de Iborra, quien ya se ha ofrecido a jugar en esa posición. Otra cosa es el rendimiento que sea capaz de dar ahí.
No sé a vosotros, pero estar dos meses de competición con la defensa cogida con alfileres me parece una verdadera temeridad, máxime cuando estamos disputando tres competiciones y M’Bia no se pierde ni una cita con su selección.
Hay dinero y aún queda tiempo, y también hay que tener presente que los puntos que se van ya no vuelven.