Se ha ido Frédéric Omar Kanouté, el mejor jugador que yo he visto en mis casi cuarenta años como sevillista, y eso que los he tenido la suerte de ver a muchos grandes jugadores en nuestra plantilla. Se ha ido el más grande, como persona y como jugador. Se ha marchado el que, junto a Luis Fabiano, ha formado una de las mejores delanteras de la historia del Sevilla, que hacía temblar a cualquier defensa que se les ponía enfrente.
Cuando llegó al Sevilla, recuerdo que también sonaba como fichaje el internacional brasileño Fred (Frederico Chaves Guedes), que finalmente recaló en el Olympique de Lyon, y me lamenté de que llegara nuestro Fred Kanouté, pues lo consideraba una segunda opción. No pude estar más equivocado.
Ya no veré más jugar a Kanouté en vivo y en directo. Ahora empieza una nueva era, la era post Kanouté. La Secretaría Técnica tendrá que hilar fino, pues si no se tiene una delantera en condiciones, se pierden muchísimos puntos, que es, precisamente, lo que ha ocurrido esta temporada. ¿A cuántos rivales no hemos sido capaces de matar esta temporada y han acabado arañando un punto o se han llevado incluso los tres? Una barbaridad, y algunos de ellos fueron muy inferiores a nosotros. Una lástima que Kanouté no estuviera sobre el césped para machacar al Levante, un rival directo, de penalti, en el último minuto del partido. Probablemente, el resultado habría sido otro y ahora aún tendríamos opciones de conseguir plaza europea.
De Kanouté recordaré especialmente cómo bajaba el balón de las nubes, su visión de juego, su velocidad –cuando la tenía–, su calidad técnica y humana, su juego de equipo y su facilidad para hacer goles. De estos, me acuerdo especialmente de los que hizo en las finales, tanto europeas como en las nacionales.
Se ha ido el más grande, y lo ha hecho forzando su reaparición y marcando un gol, el último del 5-2 al Rayo Vallecano. Se ha ido, como no podía ser de otra manera, con el cariño de su afición, a la que encandiló desde que llegó y que estará enternamente agradecida a este gigante maliense que tanto nos ha dado.
Muchas gracias por todo, Kanouté. Y mucha suerte, a donde quiera que vayas.