
Pues eso, que le vaya bien a donde quiera que sea su nuevo destino, pero me alegro de que no vaya a seguir siendo entrenador del Sevilla.
Gregorio Manzano me ha defraudado muchísimo. Era el entrenador que yo quería para el Sevilla, pero ya en los primeros partidos hacía cosas que no me convencían. Supuse que era porque estaba recién llegado y tendría que acoplarse y conocer a la nueva plantilla. También esperaba que viera el talento de Luis Alberto y Salva, porque yo confiaba en que estos jugadores podían dar el equilibrio que le faltaba a nuestro centro del campo, antes de la llegada de Rakitic y Medel.
Una de las cosas que más me molestaban era su manía de no hacer los cambios hasta que el partido estaba muy avanzado. A veces, el rival nos daba un baño en el centro del campo, y él no reaccionaba de ninguna de las maneras: ni cambios tácticos ni sustituciones. O los jugadores estaban (o quizás fuera una impresión mía) cansados, el equipo rival haciendo cambios y Manzano tan tranquilo, hasta que ya era tarde y el rival se adelantaba en el marcador.
También Manzano ha hecho algunos planteamientos desquiciantes, para los jugadores y para el aficionado. Especialmente ridículos me parecieron los partidos Sevilla – R. Madrid y Getafe Sevilla, donde, según él, había que parar las bandas del Getafe. Yo creo que estos dos partidos han sido decisivos para que Manzano no siga en el Sevilla.
Es cierto que Manzano no ha tenido suerte con las lesiones y algún que otro altercado que se ha encontrado en el vestuario, pero, en mi opinión, podría haberle sacado más rendimiento a la plantilla, teniendo, a lo largo de la temporada, oportunidades de oro para recurrir al filial. Y sólo lo ha hecho cuando se ha visto realmente apurado y no ha tenido más remedio.
También me desquiciaba, a veces, su empecinamiento en alinear a ciertos jugadores que no estaban para nada, ya sea por baja forma o simplemente porque parecía que tenían la cabeza en otro sitio. Por ejemplo, creo que Varas debía de haber alcanzado la titularidad antes. Palop es un gran portero, pero estaba en una baja forma alaramante, fallando continuamente y costándonos puntos, como en el Rácing-Sevilla o el Sevilla-Oporto, por poner algunos ejemplos.
Ahora habrá que esperar el nombre del nuevo técnico. A mí el que más me gusta de los futuribles que están sonando es el del argentino Bielsa. Veremos a ver qué pasa, porque está más que claro que el puesto de entrenador será determinante en el nuevo Sevilla que se avecina.