Extraño partido en el día de ayer. Se empezó poniendo el partido de cara muy temprano, antes del minuto de juego, en el segundo 54, por medio de Gameiro. En la siguiente jugada pudo empatar el Levante. A Sergio Rico le sorprendió el bote del balón, aunque no iba demasiado fuerte, y casi se la traga. Afortunadamente, el balón dio en el larguero.
Y poco después, el mismo jugador pudo marcar el segundo, tras sensacional pase de Reyes, pero erró y, además, tuvo el feo detalle de no ceder el gol en bandeja a Iborra, que le acompañaba la jugada y habría rematado a placer.
El tercer error grave también tuvo como protagonista a Gameiro, quien con toda la portería para él, tiró al muñeco en vez de colocar, y Mariño consiguió despejar el balón con los pies.
Y por último, un doble fallo, o más bien triple, que provocó el único gol del Levante: Sergio Rico saca en corto para Cristóforo, que está rodeado por varios jugadores del Levante y que aún así, intenta sacar el balón jugado, perdiéndolo en una zona donde jamás se puede perder un balón. La jugada la finalizó Rossi, que no tiró bien, pero aún así, Sergio Rico se la tragó. Nuestro guardameta, normalmente tiene seguridad atajando el balón, pero ayer quedó claro que no fue su día. Aunque también hizo después una parada de mérito que habría supuesto el segundo gol del Levante.
Normalmente, cuando se tienen tantos errores, y tan llamativos, en las dos áreas, es difícil ganar un partido. En mi opinión, nos salvó el poco nivel de nuestro rival, que demostró que no está por casualidad de farolillo rojo. Sus números son de claro descenso: 22 partidos jugados, 17 puntos, 41 goles en contra. Pero si enfrente hubiéramos tenido un equipo de más enjundia, como el Celta de Vigo, nuestro próximo rival, nos habría dado un buen repaso.
Por cierto, la mayoría de las ocasiones que creó el Levante fueron por la banda derecha. Reyes y Mariano son buenos atacando, pero, de defender, poquito. Y lo cierto es que la banda derecha del Sevilla fue un coladero.
Me gustó el partido de Gameiro, que hizo un gol y asistió en otro. Aunque también es verdad que debió marcar un segundo gol y haber dado una asistencia más, hizo un partido bastante completo.
Cristóforo también hizo un gran partido. Su único error, al no querer dar mandar el balón a las nubes, fue el inicio del gol levantinista.
A Konoplyanka lo vi muy lento, pero hizo un gran gol, de disparo potente y a la escuadra, que fue el que dio la tranquilidad de que los tres puntos se quedarían en casa.
Llorente volvió a demostrar que no está para nada. Todo lo contrario que N’zonzi, que cada día está más entonado.
El Levante lo puso difícil, pero más por nuestros errores que por sus aciertos. Hubo un momento peligroso, donde el Sevilla bajó la intensidad, no sé si por exceso de confianza o por cansancio. Pero, por suerte, no hubo que lamentarse ante un rival que nos tenía cogida la medida.
Poco a poco nos vamos situando donde debemos estar. Quintos y subiendo. Eso espero.