Hacía casi una década que no iba a la Ciudad Deportiva del Sevilla. He recordado viejos tiempos, porque antes, cuando el tiempo me sobraba, no me perdía ni un partido del primer filial. Sabía que me iba a encontrar un gran cambio, pero no esperaba que tanto. La primera vez que he visitado el estadio Jesús Navas y me ha dado muy buena impresión. Lo único que he echado en falta es un marcador más grande –ya electrónico– o un segundo marcador, y esas hojitas que se repartían con las alineaciones a los aficionados. Sólo he visto que las hayan repartido en el palco, donde estaban Monchi y Castro.
No ha sido un buen partido del Sevilla Atlético. Ya lo había visto por televisión en varias ocasiones y hoy he vuelto a tener la sensación de que este equipo, dirigido por Luci, es uno de los menos dotados técnicamente de los últimos años. No me extraña que haya estado luchando hasta hace poco por el descenso –no es matemática la salvación, pero casi–, aunque, quizás, también tenga mucho que ver que muchos jugadores son muy jóvenes e inocentes, y eso se aprecia mucho, tanto en ataque como en defensa.
El árbitro, del colegio madrileño, malísimo. Con lo fácil que es enseñar una tarjeta amarilla cuando hay una entrada dura… Pues nada, parecía que le gustaban las protestas del público. Afortunadamente, no era tan malo como para no darse cuenta del clarísimo penalti que le hicieron a Curro –transformado por él mismo– justo delante de sus narices.
Al inicio de la segunda parte llegó el empate, al defenderse nefastamente un córner, que fue aprovechado por Luis Martínez. Tras este gol, hubo varios minutos donde el filial perdió el norte y a punto estuvo de recibir el 1-2. Menos mal que Moussa, el delantero centro negro del Villanovense erró en un cabezazo que era más fácil colarla dentro que tirarla fuera. Este jugador fue el que dio problemas por su fortaleza y corpulencia. Pero si llega a tener calidad, lo más normal es que no estuviera en el Villanovense, aunque el guineano aún es joven –23 años– y tiene tiempo para mejorar.
En los minutos finales, como ninguno de los dos equipos daba por bueno el empate y dejaban bastantes huecos que facilitaban los contragolpes, me daba la sensación de que uno de los dos se iba a llevar el gato al agua. Yo creía que iba a ser el villanovense, porque veía tan inocente y con tan poca calidad a nuestra defensa, que esperaba que iba a pasar como en el último partido en casa, ante el Recreativo de Huelva, donde el Sevilla perdió injustamente en el descuento. Pero, por suerte, me equivoqué, y el Sevilla logró el importantísimo 2-1 en el minuto 91. Gol que, a la postre, le daría la victoria.
El 2-1 fue marcado por Mena, al aprovechar un rechace del portero a disparo de Bryan Gil. El barbateño estuvo muy marcado y apenas creó peligro, con contadas intervenciones, pero al final fue decisivo. Fue importante también la aportación de Juanpe, muy acertado en el centro del campo. Sustituyó al lesionado Diego García en el minuto 45.
Ojalá la próxima temporada del Sevilla Atlético sea más tranquila y no tengamos que mirar la parte baja de la clasificación continuamente. Porque aunque sea verdad que el primer objetivo del Sevilla Atlético sea la de formar jugadores para el primer equipo, no es menos cierto que, mientras mayor sea la categoría en donde se formen, mejor.