Se veía venir. Ha saltado la noticia de que el Tottenham inglés ha venido a por Fazio, dispuesto a soltar a tocateja la cláusula de rescisión. Era algo previsible, sobre todo teniendo en cuenta la última temporada de Fazio y el partido de la Supercopa de Europa, que, lamentáblemente, sólo ha servido para ser un gran escaparate a nivel mundial.
¿Pero la salida de Fazio era previsible también para la Secretaría Técnica de nuestro club? En teoría sí, puesto que su cláusula era irrisoria y su rendimiento ha subido mucho, pero en la práctica parece que no. No se entiende de otra manera que, a dos días de empezar la Liga, no se haya fichado a un central del máximo nivel, por si se daba esta situación. En su lugar llegó Arribas, que creo –el tiempo lo dirá– que no se ajusta al perfil. Con el centro de la defensa no se juega, no se arriesga, y el Sevilla puede encontrarse ahora con la difícil papeleta de sustituir a uno de sus mejores centrales –junto con Carriço–, sin apenas tiempo para ello.
Recuerdo a Fazio cuando llegó: era un auténtico peligro: no se imponía, no iba bien por arriba, a pesar de su altura, y siempre arriesgaba en zonas prohibídas. Nos costó muchos goles, y, sin embargo, seguía contando con la confianza de los técnicos.
Con el paso de los años empezó a mejorar, en las últimas temporadas dominando ya el juego aéreo, donde ganaba siempre, aunque seguía perdiéndole su soberbia y exceso de confianza. Ya empezaba a destacar de central –nunca como centrocampista defensivo–, aunque seguía sin tener el apoyo mayoritario de la afición. A mí, a esas alturas, ya no me disgustaba, porque estaba seguro de que si conseguía controlar su soberbia, podía convertirse en un gran central.
Y precisamente la temporada pasada fue la de su confirmación. Hizo una temporada espléndida, con algunos errores –como en el penalti concedido ante el Levante o el gol que significó el gol del empate del Athletic de Bilbao en el Ramón Sánchez Pizjuán–, pero, en general, firmó una gran campaña, aportando muchísimo al equipo.
Y precisamente ahora, en su mejor momento, cuando dejó olvidado su casi eterno problema con las lesiones, cuando es un baluarte fundamental en defensa, puede irse.
Ahora todo depende de Fazio. El club poco podrá hacer, aparte de intentar convencerlo a última hora. Pero se me antoja que una ficha mucho más alta de la que cobra actualmente y el jugar en la mejor liga del mundo, será un atractivo al que no podrá resistirse el argentino.
Sólo queda esperar para conocer el desenlace. Si se va Fazio, creo que es la baja más importante de la plantilla, más que la de Rakitic y la de Alberto Moreno. Yo, por mi parte, lo único que espero es que, si hay que buscar un sustituto de Fazio, aprisa y corriendo, el Sevilla invierta los diez millones íntegros, o su mayor parte, en un central de calidad, el cual, dicho sea de paso, tendría que estar ya formando parte de nuestra plantilla desde hace tiempo.
Si se ha llegado a esta situación, es porque no se han hecho las cosas bien. Nada bien. La capacidad de reacción es mínima. Nuevo reto para Monchi.