Del Nido está en la cárcel, con todo merecimiento. Se dedicó a arramblar con todo lo que pudo en el Ayuntamiento de Marbella y lo pillaron. Siete añitos de cárcel por el caso Minutas, y aún queda por saber la resolución por el caso Fergocon, que le puede prolongar once años más su estancia entre rejas. En este caso Fergocon, incluso Del Nido ha reconocido su culpa, aunque supongo que, más que nada, habrá sido por una mera estrategia jurídica, con el fin de rebajar la pena. Sorprendían sus declaraciones, por humildes, alejadas de su prepotencia habitual: «Además de reconocer mi culpa en esos hechos deplorables, pido perdón a la ciudadanía del pueblo de Marbella. Cuando una persona se equivoca, aunque sea hace 15 años, lo que tiene que hacer es reconocer los hechos, pedir disculpas por ello y reparar el daño causado, sobre todo cuando se trata de un delito en el que el bien jurídico protegido es el patrimonio del Ayuntamiento de Marbella; devolveré hasta el último euro».
Del Nido está en la cárcel, pagando por su pasado y pensando en el Sevilla FC. Pero no disfrutando del Sevilla FC. Por lo que se ve, no asume que el Sevilla FC siga teniendo éxitos deportivos y lleguen más títulos, sin que él sea Presidente. Ahora dedica el mucho tiempo del que dispone a mover los hilos para volver a hacerse con el poder en el Sevilla FC. Ya intentó poner a su hijo de Presidente, en detrimento de Pepe Castro, pero le salió el tiro por la culata, gracias a que no controlaba la mayoría de Sevillistas de Nervión, una sociedad que es propietaria del 23% de las acciones.
Cuando Del Nido era Presidente, Sevillistas de Nervión otorgaba la estabilidad necesaria para dirigir al Sevilla FC. Ahora que él no es Presidente, y a pesar del buen funcionamiento del club, quiere disolverla. A mi modo de ver, la disolución provocaría un grave perjuicio al Sevilla. Es más, incluso diría que sólo estas maniobras que Del Nido está haciendo desde la cárcel ya acarrean un serio perjuicio, pues compromete la estabilidad accionarial del club y da constancia de que la falta de unión es un hecho.
José Castro decía ayer «Ahora me merezco que haya unión, porque es siempre lo que he promovido en el Sevilla». Yo también creo que se lo merece y que, además, es de justicia.
Cuando Del Nido dejó la Presidencia, no me gustaron sus formas, ya que utilizó las instalaciones del Sevilla para su despedida. Pero consideré que se iba uno de los mejores Presidentes que ha tenido el Sevilla en su historia. Ahora, sin embargo, lo considero una amenaza para el club, pues puede poner en peligro la estabilidad accionarial y la ejemplar trayectoria que está llevando el Sevilla FC en los últimos años, a todos los niveles. Entiendo que, con su actitud, Del Nido mira más por su propio bien que por el del Sevilla. Y eso, desde luego, no es ser sevillista.
Si el Sevilla estuviera mal dirigido, como lo estaba, por ejemplo, en la época de José María González de Caldas, se entendería. Pero, afortunadamente, no es el caso. A mi modo de ver, no es que Castro lo esté haciendo bien. Es que lo está haciendo muy bien.
Para mí Del Nido ya es pasado. Y si se sale con la suya y finalmente controlara una gran parte de las acciones, tiene que saber que el Sevillismo no va a pemitir su vuelta. Estoy seguro de que, si fuera necesario, se movilizará hasta la última acción con tal de que Del Nido, o sus afines, hagan y deshagan a su antojo. Hasta ahí podíamos llegar.