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Si sigue Emery, bien. Si no, también

Estoy bastante decepcionado con Emery, como supongo que lo estará la gran mayoría de los aficionados sevillistas. El año pasado, cuando se alzó la Tercera Copa de la Europa League, decía que su ilusión era jugar la Champions con el Sevilla. Nada más conseguir la Cuarta, y con ella el acceso directo a la Champions League, todo hace indicar que a Emery se le ha subido el éxito a la cabeza. No puede explicarse de otra forma que, aún quedándole un año de contrato, se dedique a negociar con otros clubes: ingleses, italianos… Parece que ahora todo el mundo quiere ficharle y que Emery se lo está pensando mejor.

El Presidente, José Castro, dice que ha hablado con Emery y que cree que seguirá. Me recuerda al caso de Rakitic del año pasado: muchas palabras y pocos hechos. Pues si quisiera seguir, ya habría firmado la renovación. O puede que todo sea una estrategia para apretar las tuercas al Consejo de Administración, con el objetivo de conseguir una alta ficha. Dicen los medios de comunicación que el Nápoles le ofrece 3’5 millones de euros. Si es verdad, pienso que el Sevilla no debería llegar a esas cantidades. Emery es un buen entrenador, pero seguro que hay otros buenos entrenadores por ahí que estarían deseando fichar por el Sevilla.

En cualquier caso, no me parece de recibo este frenesí negociador que le ha entrado a Emery. Estando con contrato en vigor, debería ser más serio y tener más respeto con el Sevilla y con su afición, que no le han podido tratar mejor. Emery debería hablar claro, porque la planificación del Sevilla está pendiente de su decisión. Es lógico que se paralicen tanto las entradas como las salidas hasta que no se sepa cuál será el máximo responsable técnico. Sería un grave error no hacerlo así.

Emery es un entrenador al que le he visto aspectos positivos y negativos. En el positivo, me ha gustado cómo estudia al rival, el rendimiento que saca a la mayoría de los jugadores y el aprovechamiento de la estrategia a balón parado. En lo negativo, su manía de cambiar lo que funciona, los cobardes planteamientos y malos resultados ante equipos de la parte alta de la tabla, el contar poco con la cantera y el trato hacia algunos jugadores, como Iago Aspas o Deulofeu. Puede que la actitud de Emery hacia estos jugadores esté justificada por motivos que se me escapan, pero, desde fuera, da la impresión de que podrían haber disfrutado de más minutos de juego, sobre todo cuando había una carga importante de partidos.

Particularmente, preferiría que siguiera Emery, porque lo está haciendo bien y, sobre todo, porque está consiguiendo resultados, que es lo único que importa en fútbol. Pero si no continúa, tampoco debe acabarse el mundo. Lo que sí tengo claro es que el Sevilla no debe esperar mucho más. La planificación deportiva debe continuar, pues los primeros partidos oficiales, aunque parezca mentira, llegarán en un santiamén. No podemos dormirnos en los laureles, y mucho menos en esta temporada 2015-2016 tan ilusionante para todos. Para todos, menos para Emery, claro está.

Emery, un hombre de palabra

Finalmente, no hubo espantada, al estilo Juande, y Emery seguirá con nosotros, en teoría, dos años más.

Hay que agraderle a Emery el que haya mantenido su palabra. Sin duda, no habrá sido fácil rechazar al todopoderoso Milán, que a buen seguro le habría puesto sobre la mesa una mejor oferta económica y, quizás, deportiva. Ahora bien, también es verdad que en Milán es mucho más fácil fracasar, puesto que allí sólo vale quedar campeón de liga.

Supongo que Emery habrá hecho su lista de pros y contras, como habría hecho cualquiera en su lugar, y, finalmente, habrá decidido continuar en el Sevilla. Y yo que me alegro.

Es curioso, pero Emery es un entrenador que no me ha acabado de convencer plenamente. Pero es innegable que, de igual manera que un entrenador es imposible que sobreviva a los malos resultados, tampoco ningún dirigente puede, o debe, cesar o no renovar a un entrenador que consiga buenos resultados. Y Emery ha conseguido muy buenos resultados esta temporada, superándose, con creces, las expectativas que había a inicios de temporada.

Lo que no me ha gustado de Emery son, fundamentalmente, dos cosas: la cabezonería que mostró a principios de temporada y su forma de tratar a algunos jugadores de la plantilla.

En los primeros compases de la temporada, Emery se empecinó, costara lo que costara, en llevar a cabo el sistema que tenía en mente, importándole poco que, a la hora de ponerlo en práctica, el resultado fuera desastroso. Así, recuerdo que era habitual que los rivales, por muy débiles que fueran, nos hicieran contragolpes mortales, llegando en tromba a nuestra portería. No ganábamos, ni jugando bien, ni jugando mal. El sistema de Emery, probablemente debido a las características de los jugadores que alineaba, no se sostenía y tardó un mundo en darse cuenta y en corregirlo. Todos los aficionados sabíamos que el rendimiento del equipo subiría con dos centrocampistas defensivos y con Rakitic más adelantado, y hasta que no se atrevió a hacerlo, no empezamos a salir del pozo. Porque no se puede olvidar que, entre que la plantilla no estaba acoplada por las numerosísimas caras nuevas, el nuevo sistema y el complicado calendario, nos vimos de buenas a primeras, ocupando el farolillo rojo. Salimos de ahí porque la plantilla tiene calidad, pero el susto te lo llevas.

También demostró su testarudez en cuanto a los centrales titulares. Tenía que jugar, por fuerza, Pareja, aun cuando éste estuviera lento y no diera una a derechas. Y, encima, Carriço, que lo estaba haciendo de lujo en esa posición, pasaba al centro del campo. A mi modo de ver, ésa es una forma de desaprovechar a Carriço, que es un muy buen central, pero que en la zona ancha no deja de ser uno más, del montón. Al final de temporada, por suerte, Pareja ha jugado a un gran nivel, pero Carriço sigue sin convencer en el centro del campo. Al menos, a mí. Se nota una barbaridad que el portugués no es un centrocampista nato, sobre todo, en la salida del balón y en la distribución del juego. Pero ahí es donde ha acabado jugando, aunque confío en que para la próxima temporada el Sevilla cubra ese puesto con un jugador de más calidad y específico para ese puesto, como lo era Medel, Kondogbia o M’Bia, que parece que no seguirá.

Y tampoco me ha gustado la forma de tratar a algunos jugadores, como, por ejemplo, han sido los casos de Rusescu o Jairo. Los dos han hecho méritos para jugar mucho más de lo que lo han hecho. Es cierto que Rusescu llegó bajo de forma, pero me dio buena impresión cuando tuvo minutos. Habría venido bien como tercer delantero, aunque hubiera sido para descargar de partidos a Bacca y Gameiro, que lo han tenido que jugar todo. A la final de la Europa League llegamos sólo con un delantero sano, y ese error no se puede volver a repetir.

Y en cuanto a Jairo, también pienso lo mismo. Aún tiene mucho que aprender, porque es muy joven. Pero por eso, precisamente, porque es muy joven, debería de haber disfrutado de más oportunidades. Jairo tiene velocidad, desborde y gol, aunque le falta asentarse y madurar un poquito. Lo hará antes si tiene minutos. Desde el banquillo no progresará.

Tampoco me olvido de que Emery ha fallado, a mi modo de ver, en muchos partidos, en cuanto a planteamientos o cambios, aunque sería injusto no reconocer que en otros, sin embargo, ha acertado. Pero es cierto que me da miedo cuando Emery hace los cambios, los cuáles, por cierto, en muchas ocasiones los ha hecho tarde y mal. Si es que los hace, porque alguna vez se ha quedado sin hacer el tercer cambio.

Pero, a pesar de todo esto, me alegro de que Emery haya renovado con el Sevilla. Como dije antes, no se puede obviar que ha conseguido resultados, y eso es lo único que cuenta en fútbol. En esta ocasión, nada más y nada menos, que hemos conseguido un nuevo título europeo y una clasificación para la Europa League, aunque lo más seguro es que, si no hubiera experimentado tanto durante buena parte de la temporada, nos habríamos clasificado para la Champions.

 Me quedo con Emery, quien, aunque tenga sus defectos, nos ha devuelto a la senda de los triunfos y ha demostrado ser lo suficientemente honrado como para cumplir su palabra. Y eso no es nada fácil de hacer en los tiempos que corren. Más de uno debería aprender de él. ¿Verdad, señor Rakitic?

Pero eso es otra historia.

Cinco razones para cesar a Míchel

Míchel se ganó en su día la confianza del Consejo de Administración, pero cada día que pasa tiene menos apoyo por parte del aficionado y, seguramente, también de los responsables de que el madrileño esté ocupando actualmente el banquillo del Sevilla.

Si finalmente Míchel es destituído, no le faltarán razones al Consejo de Administración para tomar una decisión así. Por ejemplo:

– 1.- La catastrófica primera vuelta que ha hecho el equipo. Sólo ha sido capaz de lograr 22 puntos, registros alarmantes y que, de seguir así, puede llevar al Sevilla a la Segunda División. El Sevilla sólo ha sido capaz de ganar en una ocasión fuera de su estadio, al inicio de temporada contra el Deportivo. Esta es la razón más contundente, pues el mismo Del Nido ha afirmado que todos los entrenadores dependen de los resultados. Y Míchel, por supuesto, no iba a ser menos.

– 2.- No ha sabido gestionar la plantilla. Hay jugadores con los que, simplemente, no cuenta, a pesar de que durante mucho tiempo, los titulares no han rendido en absoluto. Los casos más flagrantes son los de Babá, Hervás, Campaña, Bernardo y Luna, que apenas han tenido minutos. Luna y Bernardo han tenido que salir en el mercado invernal –este último sin jugar un solo minuto– y Míchel ya ha declarado que vería bien la salida de Babá si trajeran un sustituto. Campaña y Hervás también tienen muchas papeletas para salir.

Igualmente, de buenas a primeras, decide sentar en el banquillo a Palop y le da confianza a Diego López, quien no está mejorando, en absoluto, las actuaciones del valenciano.

– 3.- No cuenta con la cantera. No contó con Luis Alberto, ni en la temporada pasada ni en esta, y es uno de los responsables de su marcha al Barcelona B. De igual modo, apenas ha alineado a Bryan Rabello y Alberto Moreno, probablemente, nuestros canteranos más prometedores.

–  4.- Aparente pérdida de papeles. En algunos partidos ha realizado cambios difíciles de comprender, como quitar a Kondogbia en el Sevilla-Málaga o a Reyes en el R.Sociedad-Sevilla, cuando estaban siendo los mejores jugadores sobre el terreno de juego. Además, alguna vez ha arremetido contra los jugadores, más o menos veladamente.

–  5.- Parece incapaz de encontrar una solución. Pasan las jornadas y el equipo no sólo no mejora, sino que va a peor. Al principio de temporada el equipo llegó a hacer buenos partidos, creando bastantes ocasiones de gol y dando una buena impresión. Se iban puntos por la falta de pegada, pero ahora la situación ha cambiado completamente. El buen juego brilla por su ausencia, siendo especialmente lamentables el primer tiempo del Sevilla-Osasuna y el Valencia-Sevilla, donde el equipo pareció no tener rumbo, ni ideas, ni calidad. La plantilla del Sevilla tiene muchas carencias, –eso es innegable–, pero nunca para dar una impresión tan paupérrima.

Por todo ello, creo que a Míchel, salvo milagro, le queda muy poquito tiempo como entrenador del Sevilla. Creo que no me equivoco si digo que el partido contra el Getafe puede ser el último.

El problema será encontrar un sustituto de garantías. Yo preferiría que fuera alguien de la casa, porque, si no es así y viniese alguien de fuera, le llevaría un tiempo enterarse de quiénes son los buenos y quienes son los malos. Y, la verdad, el tiempo no nos sobra. Y tampoco es que se confíe mucho en la gente de la casa.

Ojalá que Míchel continúe durante mucho tiempo, porque sería señal de que el equipo ha remontado el vuelo. Pero mucho me temo que no será así.

¿Míchel o Caparrós?

Difícil papeleta tiene el Consejo de Administración en cuanto a la elección del que será el máximo responsable técnico del Sevilla 2012-2013, un Sevilla que deberá tener muchas caras nuevas, ya sean procedentes de la cantera o foráneos, pero que deberá renovarse forzosamente, por motivos económicos y deportivos.

La verdad, es que es una elección complicada, y, en mi opinión, ambos tienen cualidades de sobra para triunfar en el Sevilla.

Por un lado, creo Míchel ha hecho un buen trabajo desde que llegó, a pesar de no haber cumplido los objetivos. Hay que tener en cuenta que cogió a un equipo totalmente roto, incapaz de ganar a nadie, y con los puestos de descenso a la vuelta de la esquina. El equipo transmitía mucho, pero todo en negativo. Yo estaba preocupadísimo, tras ver cómo la Real Sociedad nos pasó por encima en su estadio por 2-0, en el estreno de Míchel. La Real, en aquellos momentos, si no estaba en puestos de descenso, le faltaba poco, y, a pesar de eso, nos superó con una facilidad pasmosa. Menos mal que en los siguientes partidos ya se vieron detalles y, sobre todo, resultados más tranquilizadores.

También creo que Míchel se merece la oportunidad de disfrutar de una pretemporada, y ya, de paso, se le daría cierta continuidad al puesto de entrenador, que es algo que no hemos tenido últimamente, con tantas destituciones, y que, probablemente, hemos acabado pagando. Míchel ha tenido que lidiar con una plantilla que tiene muchas carencias y ha sido capaz de darle un estilo de juego.

También valoro de Míchel el rendimiento que le ha sacado a Jesús Navas –es más mortífero desde que él llegó–,  su insistencia en darle un buen trato al balón y, sobre todo, la importancia que le da a la posesión del balón.

Y después está Caparrós, que es el preferido de la afición, y que conoce como nadie la casa. Ya ha triunfado aquí, y en otros equipos en los que ha estado, como el Athletic de Bilbao y el Mallorca.

Tengo la impresión de que con Caparrós se pondría más intensidad en los partidos y, quizás, contaría más con la cantera que Míchel. Si hay alguien que puede sacar el máximo rendimiento de jugadores como Reyes, ése es su paisano, Caparrós. Y lo mismo creo que ocurriría con los Campaña, Luis Alberto…

En definitiva, ambos entrenadores tienen cualidades que me gustan y capacidad para triunfar en el Sevilla. Como digo, el Consejo tiene una difícil elección, pero tiene que tener claro que, elija a quien elija, ni Míchel ni Caparrós tendrán el apoyo unánime de los aficionados.

Declaraciones de Míchel en A Balón Parado

Ayer tuve la oportunidad de oír las primeras declaraciones de Míchel como entrenador sevillista en el programa A Balón Parado, y dijo, después de las alabanzas de rigor al club y a la afición, algunas cosas que me llamaron la atención. Aunque luego habrá que ver si es capaz de llevarlas a cabo o se quedan sólo en palabras, como, desgraciadamente, le ha ocurrido a Marcelino.

En primer lugar, la importancia que le da al centro del campo, hasta el punto de decir algo así como «dime qué centro del campo tienes y te diré qué equipo eres». Y, en mi opinión, no le falta razón. Lógicamente, como el balón tiene que pasar por el centro del campo, si se tiene un dominio de éste, la posesión será abrumadora y será difícil que el equipo contrario te cree ocasiones de gol, a no ser que sea a balón parado. Claro que ese dominio no es fácil de conseguir, y para eso hay que tener las líneas juntas y con mucha movilidad, con continuos desmarques, apoyos, buena conducción de balón y presión al rival. Es de suponer que eso también entra dentro de la teoría de Marcelino y de cualquier entrenador que se precie, y por eso no me explico planteamientos tan disparatados como el que hemos tenido que presenciar, por ejemplo, en los partidos Sevilla-Athletic, Sevilla-Madrid –a raíz de la expulsión de Pepe, desaprovechando la superioridad numérica–,  y Sevilla-Villarreal. Así pues, espero que Míchel sí sea capaz de llevar a la práctica esa teoría que, como digo, debe estar en el manual de todo entrenador.

En segundo lugar, me gustó que tenga la idea de que los laterales no sean estáticos y ayuden ofensivamente a los extremos. Claro que eso ya depende de las características de los jugadores, el que tengan condición física y técnica que le permitan hacer esos desdobles con eficiencia. Porque eso es como todo: para hacerlo mal, mejor no hacerlo.

En tercer lugar, me sorprendió el toque que le dio a Negredo. Reconoció que es un buen jugador, pero añadiendo que siempre y cuando se esforzara y diera lo máximo. Y también creo que tiene razón en eso, porque a mí me da la impresión de que el bajo rendimiento de Negredo puede ser motivado por su actitud. Parece como si fuera en plan figurita y no se esforzara todo lo que debiera. Si Míchel logra que Negredo rinda a un alto nivel, tendrá mucho ganado.

Lo que no entendí fue cuando dijo que no quería que Navas y Reyes corrieran para atrás. No sé si pretenderá que estos jugadores no defiendan. Si eso es así, creo que es un error, porque el equipo tiene que ser un bloque. Probablemente, los tiros irán por otro lado.

Por último, también me dio la impresión de que los periodistas sevillanos no lo van a tener tan fácil como lo han tenido con Marcelino. Creo que Marcelino pecó de prudente y fue demasiado respetuoso con algunos periodistas que le machacaban. Por contra, pienso que Míchel será más contundente y más directo.

Como ya dije en un post anterior, Míchel no es de mi agrado, porque creo que aún no ha hecho nada para merecer un banquillo como el del Sevilla. Y supongo que habrá multitud de sevillistas que piensen igual que yo. Pero, por supuesto, considero del todo innecesario que salga Del Nido diciendo que «Míchel es para todos los sevillistas el mejor entrenador del mundo». Es evidente que el éxito del Sevilla depende del éxito de Míchel, y sería, por tanto, totalmente absurdo estar en contra de nuestro entrenador, y más aún cuando no ha hecho más que llegar.

Así pues, hay que dejarle trabajar tranquilo y desearle lo mejor. Al final, Míchel, como todos los entrenadores, dependerá de los resultados. Y más nos vale que estos empiecen a llegar el lunes.

Marcelino tiene la sartén por el mango

Parece que Pernía quiere poner todas las trabas del mundo para que Marcelino no venga al Sevilla. Lógicamente, lo que busca Pernía es dinero, ya sea a costa del propio Marcelino o a costa del Sevilla F.C, porque él también está interesado en desprenderse de un técnico que está deseando irse a otro club y no va a estar implicado con el Racing. Así que la actitud de Pernía es un paripé, y la prueba de ello es que hoy van a seguir las reuniones. Y seguirán hasta que haya un acuerdo.

Además, yo creo que Marcelino tiene la sartén por el mango, a pesar de que tiene un contrato firmado que abarca la próxima temporada. No creo que Pernía tenga mucha fuerza para pedir algo más de un millón de euros de compensación, cuando sólo le ha pagado el 50 % de la ficha a Marcelino, adeudándole el resto del dinero, que imagino no será poco. Y es que el verdadero problema aquí es que el Racing está tieso, con lo que su Presidente está dispuesto a todo con tal de coger dinero. Su estrategia es tensar la cuerda, para ver si Marcelino o el Sevilla pican y aflojan algo de pasta, pero en realidad Pernía tiene pocos argumentos de fuerza.

Esto durará hasta que Marcelino quiera, porque lo que está claro es que si se quire ir, se irá. Está intentando irse por las buenas, llegando a un acuerdo y quedando medianamente bien con el Racing, pero si va por las malas, creo que tiene todas las de ganar. Es decir, si Marcelino se va a un juzgado a denunciar la situación, primeramente habría que ver a quién darían la razón. Porque digo yo que si tu empresa no te paga, lo normal es que no vayas a trabajar, por incumplimiento de contrato. Y si finalmente dan la razón al Racing y Marcelino tuviera que pagar una compensación económica, casi con toda seguridad esa compensación sería inferior al millón de euros que pide el Racing. Pero seguro que esa situación se evitará, sencillamente porque no conviene a ninguna de las partes.

Yo creo que el que Marcelino venga al Sevilla es cuestión de pocos días, si no de horas, porque esta situación de indecisión no debe alargarse por el bien de todos. El Racing ya debe ir pensando en buscar un sustituto a Marcelino, y sobre todo, en solucionar su difícil situación económica, y el propio Marcelino y el Sevilla en la planificación del Sevilla 2011-2012.

Fin del culebrón Bielsa

Bielsa no vendrá definitivamente al Sevilla. O, al menos, eso parece, porque hasta hace poco, muchísimos medios de comunicación daban por hecho que Bielsa sería el próximo entrenador del Sevilla, e incluso aseguraban que ya estaba firmado y que se estaba esperando a que se despidiera Manzano para anunciar al nuevo entrenador.

Ahora dicen que no, que no viene. Y no me extrañaría que fuera así, de ser cierto las presuntas exigencias de Bielsa: un alto salario, y un casi total control del club, hasta el punto de querer traer hasta ocho personas de su confianza, incluyendo a su propio jefe de Prensa. Vamos, que lo que le falta es traer a su propio Presidente.

Si todo esto es cierto, yo creo que no es que Bielsa haya dicho que no al Sevilla, sino que habrá sido más bien al revés, porque me parece una postura totalmente inaceptable.

Sin duda, el reputado entrenador argentino era el entrenador que más ilusionaba a la afición, pero ahora habrá que pensar en otro, con lo que comenzará el baile de nombres: Sánchez Flores, Luis García, Caparrós, Luis Enrique, Marcelino… Pero seguro que no llegarán a los casi cien jugadores que han sonado ya para el Sevilla 2011-2012

Marcelo Bielsa

Acaban de decir en la radio oficial del Sevilla FC que el futuro entrenador del Sevilla FC será un tema a tratar con sumo cuidado, y que hasta dentro de unas semanas no se tomará una decisión. Igualmente, han aclarado que en fútbol todo cambia muy deprisa, y lo que es blanco hoy, mañana es negro. Entiendo yo que la finalidad de estas palabras es bajar un poco la expectación que se ha creado, tanto en prensa como en la afición.

Personalmente, a mi me gustaría que Bielsa fuera el próximo entrenador del Sevilla FC. Apenas conozco su trayectoria, pero admito que me dejo llevar por los halagos que llegan desde Barcelona, Argentina y, sobre todo, Chile.  Igualmente, leyendo foros, blogs y correos electrónicos, veo que Bielsa es, de los nombres que están sonando, con diferencia, el que más ilusiona a la afición. Pienso que la causa de esto es por la fama que se ha labrado en sus ex-equipos.

Ahora bien, digo yo que también habrá que ver cuáles son las exigencias de Bielsa. También habrá que hacer números y llegar con detenimiento a un acuerdo: número de años, salario, objetivos…

Lo que tengo muy claro es que nuestros dirigentes han demostrado ya, en innumerables ocasiones, que son lo suficientemente sensatos como para saber qué entrenador le conviene más al club. Dejemos este tema tan importante en sus manos y confiemos en ellos. Pienso que se lo han ganado.