Desde mi punto de vista, ese protocolo es totalmente absurdo. Si de verdad se quiere acabar con la deuda de los clubes, Hacienda y el Gobierno tienen los mecanismos necesarios para acabar con esta bochornosa situación de un plumazo.
Si cualquier de nosotros no pagamos a Hacienda, lo primero que hace el fisco es trincar el líquido que haya en nuestra cuenta corriente. Lo mismo debería hacerse con los clubes. Y si no hay suficiente, es tan fácil como que un juez dé la orden a Mediapro o a quien sea, de que el dinero de los derechos televisivos, o gran parte de él, vaya directamente a Hacienda, sin pasar por el club.
Quizás sea un poco drástico, pero, desde luego, se pondría fin a los desmanes que están cometiendo equipos como el Atlético de Madrid, que aunque debe 115 millones de euros a Hacienda, se permitió el lujo de fichar a Falcao por 40 millones de euros. Este sinsentido no se permite en otras ligas europeas. El caso más reciente lo tenemos en Escocia, donde el Rangers, ganador de 54 ligas en su país, debe 93 millones de libras en impuestos. Allí no se andan con chiquitas, y a Craig Whyte, el propietario del Rangers, lo han expulsado de por vida del fútbol escocés, y a su club le han prohibido fichar jugadores durante un año. Además, la Asociación de Fútbol Escocés emitió una declaración diciendo que el Rangers había desprestigiado la liga.
Después está la «trampa» de pagar a plazos. Como bien dice la agencia Bloomberg, Michel Platini quiere introducir el llamado «juego limpio», por el que no se permitiría a los clubes superar un déficit de 45 millones de euros durante tres temporadas, pero en dicha regulación no se hace mención directa al pago aplazado de impuestos, que es práctica habitual en España. El Madrid, por ejemplo, aplazó el pago de 20 millones de euros a Hacienda en junio de 2011 y alardea de tener una credibilidad crediticia de primerísima categoría.
Y por último, está por ver si finalmente el protocolo se a va cumplir pase lo que pase, como dice el Ministro, en clara referencia, entiendo yo, a los clubes poderosos. Me gustaría verlo, pero, no sé por qué, me da a mí que no se va a tener tanta mano dura con ellos. España, al fin y al cabo, es diferente.