Antes de empezar la Eurocopa no las tenías todas conmigo. Tenía dudas de que España fuera a renovar el título, más que nada por la ausencia de jugadores tan importantes como Villa y Pujol. Con lo que yo no contaba era que estos jugadores iban a ser sustituidos, en la alineación inicial, por un Fernando Torres que ha hecho una nefasta temporada y por un Arbeloa que tiene muchas limitaciones. Pero, sobre todo, lo que no podía esperar, de ninguna manera, era que a Del Bosque le entrara el canguelo y que renunciara al sistema que tan buenos resultados nos ha dado.
Ya Italia nos dio el primer aviso, y ayer Croacia nos dio el segundo. Los dos nos han demostrado que somos más vulnerables de lo que pensábamos y que el no jugar con delanteros no es una buena idea. Ayer Del Bosque volvió a reincidir. Quitó a Torres, que jugó a su nivel habitual, pero dejó a Llorente y a Negredo en el banquillo. Sin duda, estos dos delanteros se estarán preguntando para qué han ido a la Eurocopa.
Menos mal que, al menos, sacó a tiempo a un Navas, que no sólo dio más mordiente a una banda derecha del todo inoperante, sino que se movió por otras zonas del campo con bastante acierto. Culminó el palaciego su buena labor con un gol que nos liberó de la angustia que provocaba la incertidumbre del resultado. ¿No sería todo más fácil si Navas jugara de inicio y no sólo se recurriera a él para que nos sacara las castañas del fuego?
Menos mal, también, que al hermano gemelo de Rakitic –este no es el del Sevilla– le dio por cabecear hacia donde estaba Casillas, en la clara ocasión de gol de la que dispuso, porque, si no, con el 1-0 nos habríamos visto con el agua al cuello y con muy poco tiempo para arreglar el desaguisado. Por cierto, partido muy completo de Rakitic, moviéndose por todo el campo y presionando muchísimo durante los 90 minutos del partido. Un contraste total con el Rakitic que hemos visto esta temporada en el Sevilla.
Y, por supuesto, menos mal que al árbitro le dio por tragarse dos penaltis clarísimos a favor de Croacia: el de Ramos a Mandzukic, que casi deja fuera de combate al croata, y el placaje de rugby de Busquets a Corluka en un córner.
Ayer me dio la impresión de que Del Bosque está bastante perdido y que está jugando con fuego innecesariamente, al renunciar al estilo y al no tener claro, a estas alturas, cuáles son los buenos.
Y el que juega con fuego, al final, tarde o temprano, se acaba quemando.