Las salidas de Medel y Kondogbia han dejado a Emery despistado. Ambos jugadores conocían perfectamente la idea de juego de nuestro entrenador y eran fijos en su alineación. Pero ya no están y Emery sigue sin tener claro quiénes deben ocupar esa parcela tan importante del terreno de juego.
El guipuzcoano ha reconocido que «no da con la tecla», y, desde luego, es evidente que tiene razón. En la zona media tiene un puñado de jugadores a los que aún no conoce bien, pero que, en mi opinión, son de contrastada calidad: M’Bia, Cristóforo, Iborra y Rakitic, a los que puede unirse Carriço cuando esté recuperado. Después de probar múltiples combinaciones con estos jugadores, por lo que se ve, a Emery no le gusta ninguna de ellas.
La temporada pasada, el Sevilla hizo muy buenos partidos con dos pivotes defensivos y Rakitic por delante de ellos. ¿Por qué no seguir esta temporada con este planteamiento? Pues porque Emery se ha empeñado en situar a Marin por el centro y mantener a Rakitic en una posición más atrasada, con lo cual, el croata pierde mucho de su potencial ofensivo y, al mismo tiempo, el equipo pierde en la recuperación del balón. Como ninguno de nuestros defensas tiene una buena salida del balón, es habitual que Rakitic tenga que bajar y quedarse incluso como último hombre para poder distribuir el juego, dejando huecos de considerable tamaño en el centro del campo.
Tal es el cacao mental que tiene Emery, que ayer no se le ocurrió otra cosa que quitar a nuestro mejor goleador para dar entrada a un centrocampista. El invento duró bien poco, y aunque luego lo intento corregir con la entrada de Bacca, ya no había solución.
Si la indecisión de Emery en el centro del campo, ya de por sí es preocupante, el problema se agrava cuando echamos la vista atrás, a la defensa. Ahí Emery no tiene mucho donde elegir, porque se ha quedado con lo justo, después de las lesiones de Fazio, Carriço y Pareja. Quizás, podría probar con M’Bia, pero aún no lo ha hecho.
Lo cierto es que tenemos un centro del campo que no contiene y una defensa que hace aguas por todos sitios. Sólo Alberto Moreno mantiene el tipo, porque nuestros centrales dejan mucho que desear, y Coke no digamos.
Los dos primeros goles del Valencia dejaron retratada a una línea defensiva que debería de funcionar como un reloj:
El primero es una entrada por banda. Es de manual que cuando esto ocurre, los delanteros siempre van a intentar ir al punto de penalti y al segundo palo. Pues allí, precisamente en el punto de penalti, estaba solito el brasileño Jonas, que remató a placer ante la pasividad de nuestra defensa.
El segundo también es un error garrafal. Sólo así se puede catalogar el dejar tirar desde la frontal del área a uno de los jugadores de más calidad del Valencia.
Ninguno de estos goles habría subido al marcador si hubiéramos tenido unos buenos centrales. Pero tenemos lo que tenemos, y hay que tirar para adelante. Lo malo es que los puntos que se van ya no vuelven, y el momento de hacer probaturas hace tiempo que se acabó.
El panorama no es muy halagüeño: entrenador sin ideas claras, centro del campo que no funciona y defensa que no defiende.
Contra el Rayo debe llegar la primera victoria. Todo lo que no sea eso, puede poner a Emery y, en consecuencia, al proyecto 2013-2014 contra las cuerdas. Si es que no lo está ya.