La próxima jornada se presenta complicada para nuestras aspiraciones ligueras, no ya sólo por el difícil rival al que nos enfrentamos, sino porque nuestros rivales directos disputarán sus partidos contra equipos de la parte baja de la tabla o netamente inferiores: el Athletic recibe al Valladolid, el Villarreal también juega en casa, contra el Almería, y la Real Sociedad visitará al Getafe. Es decir, a priori, todos ganarán y el Sevilla perderá.
Tampoco conviene perder de vista al Valencia, del que no me fío un pelo. El equipo ché visitará Málaga. Por ahora, los tenemos a 7 puntos, pero tienen una buena plantilla y seguro que estarán luchando por los puestos europeos a final de temporada.
Ganar en el Calderón –se prevé una gran entrada– es muy complicado. Tanto que, por ahora, nadie lo ha conseguido. Como dice Emery, hay que rozar la excelencia para ganar allí. Y puede que ni aún así, como ya nos ocurrió en el Camp Nou. Y es que a veces, también se cuelan invitados no deseados en la fiesta. En este caso, el arbitraje corresponderá a Hernández Hernandez, del Comité de Las Palmas.
El Atlético tiene la baja segura de Mario Suárez y las dudas de Adrián –con gripe– y Tiago, con sobrecarga.
Tengo que admitir que soy pesimista respecto a este encuentro, pues para ganar tendríamos que correr más que nuestro rival, y eso es harto difícil. Por tanto, me conformo con que nuestro goal-average no se vea maltratado y que no perdamos jugadores, ya sean por lesión o sanción, para el próximo partido en casa, contra el Levante de Caparrós.
Eso sí, de ganar o puntuar en el Calderón, sería un pelotazo muy meritorio que daría mucha moral y confianza a todos. Es casi imposible, pero si los jugadores son conscientes de que tienen calidad de sobra para dar la campanada, podría saltar la sorpresa. Ahora bien, si salimos a verlas venir, mal vamos.