Gracias, Sevilla por hacernos vivir partidazos como el de ayer y por darlo todo, hasta la extenuación. Y por supuesto, también hay que darle las gracias a Beñat, que fue el mejor de su equipo, pero que hizo «un Nono» en el momento decisivo. Se sufrió mucho, pero se consiguió el objetivo de estar en semifinales.
En mi opinión, el Sevilla no debería de haber tenido necesidad de recurrir a la épica para pasar la eliminatoria. Es cierto que el Athletic dominó buena parte del partido, pero fue el Sevilla el que dispuso de más ocasiones de gol. Y si no llega a a ser por los errores garrafales en defensa, principalmente de David Soria, que tuvo tres errores graves –dos de ellos acabaron en gol–, el Athletic no habría tenido ninguna opción de poner en apuros al Sevilla.
Como todos los sevillistas, eché muchísimo de menos a Banega. Aparte de que se notaba su ausencia, una barbaridad, en ataque, en muchos momentos del partido se hizo necesario tener posesión y templar el juego, y en el Sevilla no hay ningún jugador que haga esa función como el argentino. Más nos vale que Monchi encuentre un recambio de garantías pronto, porque Banega es un jugador fundamental. Es más, tengo la impresión de que, con él en el campo, el partido de ayer habría sido un paseo. Pero no sólo no fue un paseo, sino que, por momentos, sobre todo, a partir del 1-2, fue un calvario.
El partido empezó con un buen susto, pues Kolo consiguió despejar a córner, tras dar en el palo, un disparo de Aduriz, que logró esquivar la salida de David Soria. A continuación llegó la respuesta, por medio de Rami, que remató alto, con toda la portería para él. Fue una primera parte con pocas ocasiones pero muy intensa por parte de los dos equipos.
En la segunda parte, llegaron los goles y muchas más ocasiones. No se había cumplido ni el cuarto de hora de juego cuando llegaron los dos primeros goles. El primero del Athletic sentó como un mazazo, como no podía ser de otra manera. Por lo que suponía, ya que nos dejaba a las puertas de la eliminación, y por la forma que llegó: por un error garrafal de David Soria, que no pudo atajar un fácil remate de Aduriz.
El empate llegó en la jugada siguiente. Sensacional galopada de Vitolo, que se deshizo con mucha clase de dos rivales, se cruzó el campo y cedió, en el momento justo a Krychowiak, para que éste le sirviera el balón en bandeja a Gameiro.
A partir de este momento, el Sevilla pudo prácticamente sentenciar la eliminatoria, pero Gameiro –dos veces– y N’Zonzi desperdiciaron claras ocasiones de gol.
También Skomina, el mal árbitro esloveno, perdonó la segunda amarilla a San José, por derribo a Gameiro. Habría sido una expulsión muy importante, pues quedaba aún mucho tiempo de juego.
El Sevilla perdonó y, como castigo, llegó el segundo mazazo. De nuevo, otro fallo de David Soria, que se queda a media salida y Raúl García aprovecha el regalo, batiéndole por alto. También hay que decir que su marcador, Kolo, ni siquiera le estorbó.
A estas alturas fue cuando vi muy negro el panorama. La clasificación estaba complicada porque el Athletic ya se hizo total dominador del centro del campo, nuestros jugadores estaban cansadísimos –varios de ellos con problemas físicos– y nuestro portero era un verdadero flan.
A pesar de ello, conseguimos llegar a la prórroga. A los pocos minutos, Susaeta perdonó el 1-3. Se quedó solo, a pase de Beñat, pero su disparo, salvando la salida de Soria, salió fuera por poco.
Parecía no ser nuestra noche, porque el balón no quiso entrar en una doble ocasión donde se estrelló en el poste, tras una falta lanzada por Konoplyanka, y después San José –sí, ese que debió ser expulsado– sacó el balón de la misma línea de gol, evitando el golazo de chilena que habría marcado Coke.
Con mucho sufrimiento y con varios jugadores lesionados se llegó a la tanda de penaltis, donde todos marcaron excepto Beñat. El ex bético fue el mejor del partido, siendo el asistente en los dos goles y en otras jugadas que desaprovecharon sus compañeros. Extrañamente muy libre –algo que no entendí–, repartió cuanto quiso y como quiso. Pero, por suerte para el Sevilla, falló en el momento decisivo. Su error también sirvió para la redención de David Soria.
El Sevilla está en semifinales, que es lo importante. En dos horas será el sorteo. Allí nos esperan tres equipos que, desde mi punto de vista, por orden de dificultad, son: Liverpool, Villarreal y Shakhtar Donetsk.