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Opinión

Madrid 3 – Sevilla FC 1. Poca plantilla para ganar en el Bernabéu

El partido de hoy ha tenido cosas buenas y cosas malas. Entre las buenas, que no se ha lesionado Marcao –o eso parece–, quizás uno de los jugadores más importantes de la plantilla, y que hemos pasado por el que puede considerarse el estadio más difícil sin que el goal average sufra mucho. Vamos, que ha sido una derrota que se suele llamar digna, y más aún teniendo en cuenta que el Sevilla iba con muchas bajas importantes, principalmente en el centro de la defensa. También hay que tener en cuenta que en once jornadas ya nos hemos enfrentado a los equipos más importantes: Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Villarreal y a un Athletic Club que estaba siendo uno de los equipos más fuertes del campeonato, al menos cuando se enfrentó al Sevilla.

Entre las cosas malas, pues que ha pasado lo de siempre: que hemos perdido. Y hemos perdido por errores más que evitables –como siempre–, por la diferencia de calidad de plantillas –como siempre– y por falta de mentalización –como siempre–. Esto último es lo única explicación que encuentro a que Sampaoli se plante en el Bernabéu con un once titular donde no figura ningún delantero. Me quejaba de que Lopetegui sólo jugaba con un delantero, y ahora viene Sampaoli y juega sin delanteros en Mallorca y en Madrid. Pues qué bien.

Los errores más que evitables fueron la pérdida de Montiel en el 1-0, y el doble fallo de Rafa Mir en el 2-0. Mir, en primer lugar, falla en la entrega, pero, sobre todo, cuando no corta el contragolpe que llevaba claro marchamo de gol, lo cual sólo le costaría una tarjeta amarilla. Tampoco Carmona estuvo acertado en la jugada, pues, de haber mantenido la línea, habría dejado en fuera de juego a Vinicius. Para colmo, a los pocos minutos Valverde marcó el gol que sentenciaba el partido con un buen disparo, fuerte, ajustado y cruzado, que no pudo parar Bono.

A pesar de jugar sin delanteros, sonó la flauta y fuimos capaces de marcar un gol. Fue tras un buen pase en profundidad de Montiel y un sensacional remate de Lamela, que batió a Courtois con poco ángulo.

No obstante, los cambios de uno y otro equipo fueron decisivos en el resultado final, sobre todo con la entrada de Asensio, quien, a mi modo de ver, es uno de los mejores centrocampistas de la Liga.

El árbitro, Hernández Hernández, estuvo aceptable. Se le vio el plumero en un par de detalles sin importancia, como la amarilla al Papu, pero sin influir en el resultado.

Para ganar en el Bernabéu se tienen que dar tres circunstancias: que el árbitro tenga un mínimo de decencia y se comporte, que las estrellas del Madrid no tengan su día, y, sobre todo, plantarse con una plantilla de calidad, de muchísima más calidad como la que ha tenido a disposición hoy Sampaoli.

Eso sí, el resultado ha sido, más o menos, el de siempre, pero lo que sí tengo claro es que el Sevilla de Sampaoli me gusta bastante más que el de Lopetegui. Y me gustará más cuando se conforme la plantilla a su gusto.

Sevilla FC 1 – Valencia 1. Marcao y Nianzou sostienen al Sevilla

Si ha quedado algo claro en el partido de hoy ha sido que la estabilidad defensiva, sin ser nada del otro mundo, depende de que estén sobre el tapete Nianzou y, sobre todo, Marcao. Sin el brasileño se pierde mucha seguridad atrás, y ya cuando se tuvo que retirar Nianzou, por lesión, fue el remate. No vamos a ningún sitio con defensas de Tercera División. Y mira que me gustaría que Carmona y Kike Salas fueran dos pedazos de centrales, hechos y derechos, como lo eran los jovencísimos Sergio Ramos y Koundé cuando llegaron a la primera plantilla, pero no. Nada de eso. El gol del Valencia llegó en un centro lateral, donde ni Carmona ni Montiel molestan lo más mínimo a Cavani, que remata a placer.

A Nianzou aún le queda mucho por aprender, porque es muy joven y esa falta de experiencia le llevará a cometer fallos, pero al menos tiene cierto nivel. Por tanto, como falte uno de estos, mal asunto. Y si faltan los dos, ya ni hablamos.

El problema del Sevilla es que tiene poca calidad en todas sus líneas, sobre todo en defensa, pero es que el centro del campo está envejecido y, por tanto, ni hay velocidad ni resistencia. La consecuencia fue que el Valencia no tuvo que hacer un gran esfuerzo para imponerse en la zona ancha y controlar el partido. Hasta tal punto de que yo rezaba para que llegarámos con el 0-1 al descanso, con la esperanza de que los cambios fueran acertados en la segunda parte. Parecía más probable que el Valencia marcara el segundo del partido a que el Sevilla lograra el empate.

Afortunadamente, en la segunda parte cambió el panorama, y el Sevilla acorraló al Valencia en su área. Se sucedieron las ocasiones de gol, algunas muy claras, como el cabezazo de Gudelj al larguero, hasta que Lamela, en un córner, logró el justo empate. Delaney mejoró bastante la salida del balón, y eso lo notó el equipo.

A mi modo de ver, a partir de ese momento el Sevilla gestionó muy mal el partido, con el Valencia prácticamente KO. Era momento de tener cabeza y, sin embargo, el juego del Sevilla fue alocado, sin orden. Parecía que todo el esfuerzo y buena segunda parte se iría al traste por una jugada absurda de Navas, perdiendo el balón siendo el último hombre, y provocando una contragolpe en total inferioridad. No acabó en gol porque Dios no quiso, y porque Papu Gómez hizo falta al borde del área… No, espera, que hay sorpresita del VAR. Penalti y expulsión. Menos mal que tenemos un porterazo, uno de los mejores del mundo, y se llama Bono. De nuevo, como ya ocurrió en Mallorca, sumamos gracias a su decisiva actuación. En esta ocasión, sólo un punto, pero al menos no queda esa sensación tan desagradable que da el perder los partidos.

El próximo partido es en el Bernabéu. Es decir, que perdemos seguro. Si no es por las buenas, por las malas. Si no es por que ellos, que son infinitamente superiores, nos superan en buena lid, será el árbitro el que tenga que echar una mano, o dos, o las que haga falta. Pero al final los tres puntos se quedarán en Madrid.

Y ojalá me equivoque. No me gustaría nada más que eso, pero la plantilla de este año tiene muchísimos defectos. Demasiados.

Mucho más importante me parece el partido de Champions. Ahí sí que nos jugamos muchísimo. Más nos vale que para ese partido dispongamos de nuestros mejores jugadores en buen estado físico. Tenemos que aferrarnos a la Europa League como sea, con la esperanza de que en el mercado invernal Monchi sea capaz de mejorar el desastre –aún no me creo que sólo tengamos tres centrales y una ficha libre– que ha hecho en el mercado estival. Parece que lo tiene fácil. Veremos.

Mallorca 0 – Sevilla FC 1. Mal partido, sensacional resultado

Sorprendía hoy Sampaoli con la alineación, sin ninguno de los tres delanteros que tenemos como titulares. No me gustan esas tonterías. Para que salga bien un plan así, creo que hay que tener unos jugadores con características muy concretas: centrocampistas con mucha técnica, movilidad, velocidad y, por supuesto, gol. Precisamente, todo lo que nos falta en la zona ancha.

Eso significa, además, que los defensas rivales están más libres para incorporarse al ataque, al estar menos presionados, pues el único jugador avanzado era Lamela. Antes de los diez minutos podríamos habernos puesto con un 2-0 en el marcador, de no haber sido por dos extraordinarias intervenciones de Super Bono, quien, además fue salvador, una vez más, en la recta final del partido, al evitar un gol a bocajarro que acabó sacando Marcao bajo palos.

La primera parte del Sevilla fue calamitosa. No tiró a puerta ni una sola vez. Lo mejor fue que nos fuimos al descanso sin encajar gol, algo que es primordial si queremos ir a Europa esta temporada. Al menos, defensivamente, más o menos se cumplía.

En la segunda parte, más de lo mismo, con la diferencia de que a Gudelj le dio por colarla por la escuadra, de tremendo zapatazo, desde 30 metros. Golazo impresionante que, seguramente, no volverá a repetir el serbio en lo que le queda de vida deportiva. Aunque una vez oí decir a un periodista de los medios oficiales del club que Gudelj tenía un buen disparo lejano, lo cierto es que se prodiga muy poquito.

Sorprendentemente, el Mallorca, durante unos buenos minutos no se fue al ataque para intentar empatar el partido, sino que siguió como si nada, lo cual aprovechó gustoso el Sevilla. Pero a falta de quince minutos para el final sí fueron ya los locales a por todas, y el Sevilla pasó apuros. El árbitro también puso su granito de arena, añadiendo seis minutos de añadido, que luego convirtió en siete, no se sabe muy bien el motivo. También, como suele ser habitual, tuvo diferente rasero a la hora de sacar tarjetas. A Mafeo, por ejemplo, le pudo expulsar perfectamente por dos entradas fuertes por detrás, sin posibilidad de jugar el balón, y ni siquiera fue amonestado. Sin embargo, el Sevilla en la primera parte se cargó de tarjetas. Prácticamente, cada falta era tarjeta. En fin, como digo, suele ser lo habitual.

Al final, final feliz, a pesar del mal partido. El resultado es lo único que cuenta, y si ganamos, aunque sea sufriendo y jugando mal, estoy contento. Soy así de conformista. Me conformo con ganar y punto. Y más estando, como estábamos, en posición de descenso.

Próximo partido será contra el Valencia, en nuestro estadio, jugándonos tres puntos que nos pueden acercar a la zona Europa League.

Borussia Dortmund 1 – Sevilla FC 1. Esto ya es otra cosa

Se percibió ante el Athletic Club y se confirmó esta noche en Alemania. Este Sevilla es diferente, bastante diferente al entrenado por Lopetegui. Por un lado, da tranquilidad el saber que se podrá salir del pozo, pero, por otro, también sabemos que el nivel mostrado en la recién comenzada etapa de Sampaoli pende de un hilo, pues la defensa sigue estando cogida con alfileres. Más nos vale que no se resfríe Marcao, que hoy tuvo un fallo que pudo echar a perder el partido, pero que hizo una exhibición de saber estar, de anticipación, de veteranía, y de fuerza física. Además, tiene buena salida del balón. Espero y confío en que su retirada en los últimos minutos de partido fuera una estratagema para perder tiempo o para coger aire, porque debió de acabar medio muerto.

Pero lo más importante es que, como decía en el titular, esto ya es otra cosa. Ahora el equipo es mucho más vertical, favorecido por la disposición táctica de los jugadores, más escalonados y menos horizontal. Se acabó el juego aburrido de pasar el balón de banda a banda, con lentitud desesperante. Ahora se triangula más, y con más velocidad; hay más desmarques, y no tanto juego estático… En definitiva, se ha dado otra imagen muy distinta, y Sampaoli lo ha conseguido en sólo dos partidos. Y además lo ha hecho con un equipo bastante cambiado con el que logró empatar ante los bilbaínos.

Sin embargo, hoy el Sevilla ha tenido el lastre de contar con algunos jugadores que ahora mismo no están para nada, como es el caso de Suso o de Gudelj. A Suso le salva la grave lesión que tuvo, pero lo cierto es que debe recuperarse a un jugador que, aunque no sea un portento físico, sí tiene mucha calidad técnica y visión de juego. Gudelj es un caso perdido. De vez en cuando hace un buen partido, o incluso excepcional, pero muy de vez en cuando.

El empate, en realidad, no ha sido un buen resultado, porque el Sevilla mereció más. Falló algunas ocasiones muy claras, y tuvo el gran mérito de que el Borussia Dortmund apenas creara ocasiones de gol. Lamentablemente, en una de esas pocas ocasiones, llegó el gol del empate que equilibraba el buen gol marcado por Nianzou, al cabecear a la perfección una falta botada por Rakitic.

Eso indica el buen trabajo general del equipo, pues hay que reconocer que los alemanes tienen un equipazo, con un nivel de plantilla enorme. Los que salieron del banquillo eran tan buenos o mejores como los titulares, y tienen una calidad arriba apabullante, y de muchísimo futuro, con jugadores jovencísimos, como Adeyemi (20 años), Bellingham (19 años) o Moukoko, con sus increíbles 17 años.

Prácticamente decimos adiós a la Champions League, pero este empate probablemente nos servirá para jugarnos el pase a la Europa League ante los daneses del Copenhague, y de paso pillar casi un milloncito de euros (930.000 exactamente), que vendrán muy bien a la supuestamente maltrecha economía del club.

Ojalá Monchi sepa en esta ocasión reforzar convenientemente a la plantilla en el mercado de invierno, y logre, por fin, traer lo que verdaderamente necesita el Sevilla: un cuarto central, un centrocampista que pueda reemplazar a Fernando con garantías, y un delantero goleador.

En cualquier caso, aún queda mucho para el mercado de invierno, por lo que hay que centrarse en el próximo partido liguero, ante el Mallorca. Este partido es fundamental para salir del descenso, dar confianza, y empezar a recortar distancias con los de arriba.

Sevilla FC 0 – At. Madrid 2. Drama en defensa

Es casi imposible ganar un partido con una defensa tan endeble. Es más, no recuerdo una defensa tan endeble en el Sevilla, ni siquiera cuando jugaba en Segunda División. Si tenemos suerte, nos meten dos goles. Porque hoy hemos tenido bastante suerte. El resultado bien podría haber sido un 0-5 ó 0-6, puesto que el Atlético tuvo ocasiones muy claras, y sólo Bono o los fallos estrepitosos de los jugadores visitantes evitaron una goleada de escándalo.

El Atlético sólo tuvo que aprovechar dos de nuestros regalos para llevarse el partido. Encajar un gol, prácticamente supone decir adiós a los tres puntos en muchos partidos, porque la nulidad en ataque también es palpable. Un centro del campo lento, muy lento y horizontal, y un único delantero aislado –da lo mismo quien sea, porque está en total inferioridad– entre multitud de rivales son los culpables de la sequía goleadora.

La derrota de hoy ha sido la cuarta de la temporada, lo que supone que, nada más empezar la competición, ya llevamos el mismo número de derrotas que en toda la Liga pasada. Un dato demodelor que deja en evidencia lo que supone prescindir de dos de los mejores centrales de la pasada temporada, a nivel europeo, y sustituirlos por dos jugadores jóvenes sin calidad ni experiencia. Que igual dentro de unos años son unos fueras de serie, pero hoy día no tienen nivel para el Sevilla. Y el fútbol es presente. Si a eso le sumamos la ausencia de Fernando… La planificación esta temporada ha sido desastrosa, y ahora estamos viendo las consecuencias.

La mala noticia es que tiene difícil solución, porque únicamente puede solucionarse con buenos centrales, y no los tenemos. Queda la esperanza de que Marcao se recupere algún día y, además, resulte que sea un buen jugador.

La buena noticia es que hemos llegado a un nivel tan paupérrimo, no ya en defensa, sino en todas las líneas, que es muy fácil mejorar.

La situación es insostenible, y, por tanto, todo parece indicar que Lopetegui dejará de ser entrenador en las próximas horas. Si no ocurre esto, la única explicación que encuentro es que es debido a la mala situación económica del Sevilla y el coste que implicaría la destitución de Lopetegui.

El árbitro, De Burgos Bengoetxea, ha estado mal, aunque no ha influido en el marcador. Eso sí, ha dejado bien claro que es un sinvergüenza, por el doble rasero a la hora de mostrar las tarjetas amarillas.

A ver quién endereza esto, si es que se puede. Porque Lopetegui parece incapaz. Y no hay tiempo.

Villarreal 1 – Sevilla FC 1. Punto que no esperaba, pero punto insuficiente

Ciertamente, no estoy muy optimista últimamente, y no lo seré hasta que recuperemos la solvencia defensiva. Por eso esperaba que perderíamos ante el Villarreal, que es lo que suele ocurrir cuando enfrente tienes a un equipo bastante superior.

Alivia bastante que los locales no pudieran contar con Gerard Moreno, por lesión, porque es un jugador que marca diferencias. De igual modo, vino bastante bien para nuestros intereses la temprana lesión de Lo Celso, y que Yeremi Pino estuviera en el banquillo hasta el minuto 58. Con estas bajas el Villarreal perdía mucha verticalidad, velocidad, desborde y gol.

Al igual que ocurriera en Barcelona, el partido no pudo empezar mejor, con un pase de la muerte de Isco, que remató perfectamente Óliver Torres, ajustando el balón al palo. Era el minuto ocho y quedaba todo un partido por delante, nunca mejor dicho, sobre todo en estos tiempos, cuando ya no es raro que el tiempo añadido supere los ochos minutos.

El Sevilla se defendió bien en la primera mitad e intentó contragolpear para marcar el segundo, pero, claro, entre la lentitud del centro del campo y que en el sistema de Lopetegui el delantero siempre está más solo que la una, pues la verdad es que cuesta un pelín sorprender a la contra.

La segunda parte ya fue otro cantar. El Sevilla salió a defenderse, que es algo que parece un suicidio cuando no se sabe defender bien. Y a los pocos minutos, cinco en concreto, llegó el gol del empate. Un gol más que evitable, pero se dejó una autopista por el centro para que Capoue metiera un centro en profundidad, que remató Baena, y aunque atajó Dmitrovic, acabó dentro tras rebotar en el jugador del Villarreal. La suerte tampoco es que esté acompañando mucho.

En el gol hizo muy mal la línea Gudelj. A su favor tiene que no es defensa, y demasiado bien lo hizo. Es más, creo que fue de los jugadores más destacados, junto con Carmona, Kike Salas e Isco. Al menos, parece que la defensa Carmona-Salas-Gudelj-Acuña es aceptable. No es para tirar cohetes, pero en los últimos partidos no nos están metiendo una media de dos goles por partido.

Creí que el partido se iba al traste definitivamente cuando Telles derribó claramente a Yeremi Pino dentro del área. Menos mal que gracias al VAR quedó anulado por fuera de juego.

No me explico por qué Jordan, con el desesperante nivelito que está mostrando en los últimos meses, juega, y además de titular. Estoy seguro de que Pedro Ortiz lo haría mejor. De nuevo, hoy ha perdido un par de balones que no nos han costado goles de puro milagro. Y lo mismo digo de Suso, que hizo lo mismo en el descuento, con el agravante de que su pérdida fue con un compañero desmarcado en buena posición de gol.

El árbitro, Hernández Hernández, no me gustó. Mostró tarjetas amarillas con mucha facilidad a los jugadores del Sevilla. Algo que es habitual. En lo positivo, no nos señaló ningún chorropenalti, de esos que sólo ve el árbitro, como ya ocurriera en Pamplona y Barcelona. Eso es de agradecer.

Punto logrado ante un rival difícil, a domicilio, que en circunstancias normales sería considerado como bueno, pero que en las actuales resulta insuficiente, ya que no sirve para acercarnos a los puestos europeos. Aunque parezca increíble, a pesar de este desastroso inicio de temporada, sólo están a seis puntos.

Copenhague 0 – Sevilla FC 0. Buenas y malas noticias

Empate que puede venir bien para conseguir la tercera plaza. Porque, a día de hoy, estoy convencido de que lo mejor que puede el Sevilla este año, teniendo en cuenta la plantilla, es el tercer puesto de su grupo. Por tanto, este empate puede servir, siempre y cuando se logre la victoria en el Ramón Sánchez Pizjuán. Me parece imposible puntuar ante el City o el Dortmund. Ojalá me equivoque.

Las buenas noticias son que, por fin, por fin, por fin, hemos logrado mantener la portería a cero, y para ello ha sido clave la actuación de Kike Salas y José Ángel Carmona. Me alegro mucho de ver canteranos en el once inicial, y que además ver que lo están haciendo bien. Mantener la portería a cero es fundamental, porque es la base para ganar partidos. Desde luego, encajando dos goles de media no vamos a ningún sitio.

Las malas noticias son, por supuesto, que tenemos poquísimo gol. Nos cuesta un mundo crear ocasiones y hacer goles.

Carmona pinta bien. Si gana en confianza, lo puede hacer aún mejor. En ocasiones, puede llegar a la línea de fondo y centrar, pero no lo hace por buscar pasar a un compañero. Eso está bien, pero mucho mejor si se hace desde la línea de fondo, porque, al no haber fuera de juego, son centros que siempre son difíciles de defender. También pudo, de haber pasado de primeras, haber habilitado a En-Nesyri, para que sólo tuviera que empujar el balón a la red. Si se le da continuidad, irá puliendo estos defectos. Por ahora, me está gustando mucho su juego y su verticalidad.

Kike Salas también lo ha hecho estupendamente. El Copenhague apenas ha creado ocasiones de gol, y eso es señal de que el equipo ha mostrado un buen nivel defensivo.

Este punto es importante, porque nos vamos a jugar el tercer puesto con el Copenhage. No sé si soy pesimista o realista, pero ahora mismo veo al Sevilla incapaz de lograr puntuar ante el City y el Borussia. Con lo cual, quiere decir que, si estoy en lo cierto, nos jugaremos la tercera plaza de grupo en el Ramón Sánchez Pizjuán ante el Copenhague.

Y ahora, a pensar en Liga, en el difilísimo partido –todos lo son si no defendemos bien– ante el Villarreal.

Español 2 – Sevilla FC 3. Un penalti y una expulsión de chiste pusieron en peligro la justa victoria

Por fin llegó la primera victoria, más que merecida, sobre todo por la buena primera parte que se hizo, pero que a punto estuvo de irse al traste por un penalti que, a mi modo de ver, es inexistente. Rezaba para llegar al descanso con un 0-3, pero no pudo ser, por una gracieta arbitral. En esta ocasión fue por un balón que supuestamente da en el brazo de Acuña, que salta a por un balón, pero no llega y le da el balón en el brazo, de espaldas. Yo creo que le da en el costado, y si el da en el brazo, es un simple roce. Las manos de Acuña estaban en posición natural, puesto que estaba saltando y tenía los brazos en posición para mantener el equilibrio, y además no cortaba ningún pase, ni ocasión de gol. Era un balón intranscendente y una acción totalmente involuntaria. Pues nada, penalti que te crió. Las penas máximas supuestamente están para castigar una infracción grave, no para premiar un golpe de suerte. Pero para pena máxima los árbitros que tenemos que aguantar en Primera División.

Esta polémica jugada fue decisiva, puesto que daba opciones a los locales de remontar el resultado. Eso sí, estaba en manos del Sevilla ir a por el cuarto, o recular y echarse atrás. Y el Sevilla, como suele ocurrir, optó por lo segundo. Y además lo hizo mal, con la defensa demasiado atrasada, dentro del área, y permitiendo centros al área con desesperante facilidad. Y en uno de esos centros llegó el gol que nos haría sufrir hasta el final, en un doble remate del que fuera compañero de nuestro «miarma» en el Toulouse, Braithwaite, que se aprovechó de un mal despeje de Bono y de la lentitud y poca contundencia de los centrales.

Por si fuera poco, por si fuera necesaria más madera, otra gracieta arbitral, al expulsar a Lamela. Supongo que el Sevilla recurrirá las tarjetas, porque la primera no es ni falta y la segunda, según decían por TV tampoco, ya que no tocó al jugador. En cualquier caso, a la calle y un efectivo menos para defender el resultado. También es verdad que Lamela, teniendo ya una amarilla, no debería haber entrado con tanta fuerza.

Y como no hay dos sin tres, la última gracieta que tenía reservada Cuadra Fernández fue añadir once minutos de descuento, cuando apenas hubieron interrupciones, excepto en los minutos finales.

Pero bueno, se sufrió de lo lindo, pero los tres puntos para Sevilla, que es lo importante.

Lo mejor fue la aportación canterana, en especial de José Ángel Carmona. Me alegro muchísimo por el chaval, que tuvo una actuación estelar y decisiva, al hacer dos goles y dar la asistencia en el gol de Lamela.

Victoria muy merecida y necesaria para afrontar los dos próximos y difíciles partidos, ante Villarreal y Atlético de Madrid.

La (posible) injusticia del cese de Lopetegui

Conste que no me gusta ni el sistema ni el estilo de juego del Sevilla de Lopetegui. Me aburre su excesiva horizontalidad, ese continuo pase atrás, ya sea a la defensa o al portero, en muchas ocasiones de manera innecesaria; esa habitual escasez de juego ofensivo, con un solitario y huérfano delantero para presionar y para finalizar … Pero me parecía buena su continuidad porque, hasta ahora, estaba consiguiendo lo más importante y lo único que importa en el fútbol: resultados y éxito deportivo.

Se acabó. Ya Lopetegui no consigue resultados, pero sería muy injusto señalarle como culpable. Es más, me parece lógico que no consiga resultados, ya que no sólo no se ha corregido los defectos que ya tenía la plantilla, sino que se le han incrementado al traspasar a dos de los mejores centrales de Europa y sustituirlos por un joven inexperto –Nianzou—y un central que, sencillamente, no tenemos ni idea de si es bueno o malo, porque no le hemos visto jugar ni un solo minuto, pues se fichó lesionado y aún no se ha recuperado. Es decir, se ha perdido lo más importante que tenía el Sevilla: su fortaleza defensiva. La defensa se ha vuelto tan frágil que los equipos de la parte baja de la tabla nos hacen dos goles y los de primer nivel, si tienen un día regularcito, tres o cuatro. Porque el Barcelona nos hizo tres y el Manchester City cuatro, porque fallaron ocasiones muy claras. Vamos, que tuvimos hasta suerte, ya que pudo haber sido bastante peor, sobre todo de no haber tenido a un guardameta de primerísimo nivel, como es Bono.

Ante esto, ¿qué puede hacer Lopetegui? Bien poco, sobre todo como no tenga la suerte de encontrar una pareja de centrales de una mínima calidad. Mi esperanza es que siga confiando en  la dupla Nianzou-Carmona, porque no siempre va a tener enfrente al Manchester City, y me dio la impresión de que ante rivales más terrenales podrían, al menos, conformar una defensa digna para Primera División.

La gota que ha colmado el vaso ha sido la goleada en Champions ante el equipo inglés. A Lopetegui, supongo que desesperado, no se le ocurrió otra cosa que hacer un planteamiento ultradefensivo, sin ningún delantero, y encomendarse a todos los santos. Porque ya me diréis, con el poco gol que tiene el Sevilla, si ya jugamos sin delanteros, es prácticamente un milagro marcar gol, y más teniendo en cuenta que enfrente está uno de los mejores equipos de Europa.

El milagro no ocurrió, como es habitual en el fútbol, ya que el Manchester City nos superaba en todo: táctica, física y técnicamente. El conjunto de Guardiola dominó totalmente el partido porque el baño táctico fue patente, facilitado en gran parte porque sus defensas no tenían que ocuparse de ningún atacante del Sevilla, y esto se traduce en que podían incorporar más jugadores al ataque, con un control total de la zona ancha. Pero lo fundamental es que los rivales se apoyaban a la perfección, presionaban, replegaban y salían al unísono. Todo ello con una superioridad técnica y física tremenda. Todos los jugadores del City eran más veloces, más fuertes y más altos, lo que suponía que llegaban a todos los balones antes y ganaban casi todos los duelos aéreos. Esta superioridad física se hizo más evidente aún en la recta final del partido, cuando nuestros jugadores no podían con su alma y los del City llegaban en tromba a nuestro área, logrando dos goles, que pudieron ser más.

Especialmente llamativa me pareció una jugada que resaltaba la superioridad táctica del equipo de Guardiola. Tuvo lugar con el marcador 0-1. En  un centro al área, había hasta cinco jugadores del City dispuestos para el remate. Eso es algo que se me hace impensable que ocurra con Lopetegui, a no ser que sea la última jugada del partido y se esté intentando remontar.

En definitiva, a Lopetegui se le pueden achacar muchas cosas, pero, desde luego, tengo claro que no es el máximo responsable de la situación.  ¿Qué puede hacer Lopetegui con un equipo al que le falta gol, con un centro del campo lentísimo y envejecido, y una defensa que hace aguas? Pues lo que puede. Lopetegui necesita tiempo, que es justo lo que no hay. Y el que venga a sustituirle tendrá que apechugar con la nefasta planificación de esta temporada y tirar con lo que hay. No queda otra.

Sevilla FC 0 – Barcelona 3. El Sevilla muestra síntomas de equipo de parte baja de la tabla

De nuevo, esa desesperante sensación de que, aunque el partido dure tres días, el Sevilla es incapaz de hacer un gol. De nuevo, esa desagradable sensación de que cualquier aproximación al área, cualquier balón colgado tiene una alta probabilidad de acabar en gol. Esa dificultad para marcar y esa facilidad para encajar son cualidades que marcan a los equipos de la zona baja de la tabla. Por eso precisamente sólo hemos logrado un punto de doce posibles y llevamos ocho goles encajados en cuatro partidos, es decir, una media de dos goles por partido. Evidentemente, con esos números no vamos a ningún sitio.

El partido de hoy no empezó mal, con dos clarísimas ocasiones desperdiciadas por Rakitic y En-Nesyri. Lógicamente, cuando se falla eso ante un rival de la calidad del Barcelona es que, a la primera que tengan ellos, la cuelan. Y así fue. Se ponía el panorama negro con este primer gol de Rafinha, no ya porque se adelante en el marcador, sino porque que este Sevilla haga los dos goles necesarios para remontar el partido parece algo inviable, a día de hoy.

El segundo gol dejó en evidencia la tremenda fragilidad defensiva del equipo. Un pase desde la banda, de Koundé, no sólo no es despejado por los centrales, sino que Lewandowski pudo controlar con el pecho, con toda tranquilidad, sin que nadie le molestara lo más mínimo, antes de fusilar a Bono.

Partido prácticamente sentenciado en la primera mitad. En la segunda, más de lo mismo, el Sevilla fallando lo que nunca se debe fallar y el Barcelona llegando en tropel y pudiendo dejar un marcador de escándalo. Afortunadamente, ellos también fallaron lo que nunca se debe fallar. Con lo que el 0-3 puede considerarse como un mal menor, para lo que podría haber sido.

Espero que Marcao sea un grandísimo central, porque ahora mismo es la única esperanza que me queda. El objetivo, a día de hoy, debe ser ganar un partido. Cuando se logre, que esperemos que sea el próximo, ante el Español, a ver si mejoran las sensaciones; porque, hasta ahora, no pueden ser peores. Llevamos cuatro partidos. Cuando se disputen diez, tendremos una idea bastante aproximada de las aspiraciones de esta temporada.

Planificación del Sevilla inquietante y que deja muchas dudas

Finalizado el largo período de mercado, la verdad es que la planificación este año me ha dejado bastante preocupado. Fundamentalmente, porque, en mi opinión, no se ha corregido el serio problema que tenemos este año con los centrales, al haber vendido dos de los mejores centrales de la Liga y haberlos sustituidos por Marcao, al que ni siquiera hemos podido ver, y por Nianzou, un central al que se le presupone calidad y al que, evidentemente, por su edad, le falta experiencia. Considero otro error continuar una temporada más con únicamente tres centrales, jugando tres competiciones muy exigentes. Supongo que Lopetegui tendrá que tirar de Gudelj o Carmona cuando lleguen las sanciones y lesiones.

Daba por hecho que llegaría un cuarto central en los últimos días de mercado, y cuando he visto que no, la verdad es que, a priori, me sorprendería que el Sevilla se clasificara para jugar en Europa la próxima temporada. Y me baso en los datos. Si Osasuna o Almería han sido capaces de hacernos dos goles (y podrían haber sido más), miedo me da pensar cuántos goles encajaremos cuando nos enfrentemos a Madrid, Barcelona o Manchester City. Dentro de poco saldremos de dudas.

A mi modo de ver, tenemos peor plantilla que la pasada temporada. Es cierto que hemos mejorado en el lateral izquierdo, con el cambio de Telles por Augustisson, pero seguimos manteniendo los defectos que esperaba que se iban a corregir. Es decir, era necesario un centro del campo más físico y con más calidad, y tener unos centrales que den seguridad a la defensa, no sólo como titulares, sino también en el banquillo. Aparte de corregir la ya archiconocida falta de gol. Está por ver si Dolberg será la solución. Si recuperamos al Dolberg del Ajax, por supuesto que sí, pero el de ahora, tras su paso por el Niza, es una incógnita, por su estado físico y su propensión a las lesiones. Igual ocurre con Januzaj, que parece ser que también se lesiona con asiduidad, además de que es bastante irregular.

Isco poco podrá aportar en su actual estado de forma. Cuando esté en un nivel aceptable, deberá ser un jugador que marque diferencias.

Por otro lado, no comprendo el show final con el fichaje de Ocampos, a no ser que la situación económica del Sevilla sea desesperante. Creí que se renegoció con el Ajax por tener una necesidad imperiosa de dejar una ficha libre para un centrocampista o defensa, pero finalmente se ha dejado libre. Pienso que es un lujo que no nos podemos permitir. Hacen falta muchos efectivos para jugar tres competiciones, para jugar cada tres días.

En fin, soy bastante negativo en este inicio de campeonato, pues tengo la impresión de que hay muchos equipos, demasiados, que tienen mejores plantillas que nosotros: Madrid, Atlético, Barcelona, Villarreal, Betis, Real Sociedad, y puede que alguno más. Se verá a final de temporada, pero ahora mismo creo que la clasificación para Champions es imposible, pues se falla en la base: la defensa.

Osasuna 2 – Sevilla FC 1. Primer robo, primera derrota, pero no se puede ocultar el mal partido

Lo peor del partido de hoy es, aparte de la falta de respeto de los árbitros, la sensación de la falta de ambición del equipo y la patente fragilidad defensiva. Esto último no debería extrañar a nadie, ya que hemos disputado el partido con sólo un central sano. Gudelj, aunque hace lo que puede, no es central, y se nota.

El partido ha sido calcado a muchos de los que hemos visto la temporada pasada. Algo lógico, porque no había ninguna cara nueva de inicio y el entrenador sigue siendo el mismo. Es decir, juego previsible, horizontal, retrasando líneas innecesariamentte… Desesperante es la palabra.

No pudo empezar peor el partido, con un gol tempranero, donde, a mi juicio, Bono puede hacer algo más. El centro de es muy bueno, Gudelj no marca bien, y Bono no es capaz de despejar un balón que le va al cuerpo.

Reaccionó bien el equipo, con un gol bastante bueno, tras una rápida combinación entre Acuña, Papu y Rafa Mir.

A partir de aquí, lo que suele ocurrir: el Sevilla empieza a tontear y no va a la yugular, arriesgándose a que una buena jugada del rival, un golpe de mala fortuna o una barrabasada arbitral lo eche todo a perder.

No obstante, el Sevilla también pudo marcar el 1-2 en alguna ocasión, como el remate que tiró el Papu al portero, con todo a su favor, o el tiro al Palo de Delaney. Aunque también es cierto que Osasuna también tiró al palo, en una jugada donde quedó en evidencia la fragilidad del Sevilla en defensa. No puede ser que un rival controle el balón en la frontal del área y disponga de mucho tiempo para pensar y golpear.

La segunda parte, en mi opinión, fue muy decepcionante. Esperaba que el Sevilla buscara con más ahínco la portería contraria, pero ni mucho menos fue así. Sin embargo, no fue superado por el Osasuna. Y en el minuto 72 llegó la jugada que determinó el resultado final. Es lo que se llama un penalti de chiste. No se entiende muy bien qué es lo que pita el árbitro, y mucho menos se entiende que no sea corregido desde el VAR. Porque el VAR está para eso, para evitar disparates como el que hemos visto hoy. Se supone que el árbitro considera que Papu Gómez le da un codazo en la cara al jugador de Osasuna, pero en las imágenes se ve que no es así y que el jugador del Osasuna finge. Uno de esos penaltis que a otros equipos –no hace falta decir ni cuáles– no les señalarían en la vida.

Urge corregir la fragilidad defensiva. Pero no sólo hemos perdido contundencia en defensa, sino también los valiosísimos pases en largo, la salida de balón y el aporte en ataque de Koundé y Diego Carlos.

Tampoco se puede obviar la falta de recursos para intentar empatar a dar la vuelta al marcador, puesto que el Osasuna no pasó ningún apuro en el corto tiempo extra que concedió Del Cerro Grande.

Este partido ha servido, sobre todo, para dejar claro que Monchi tiene muchísimo trabajo por delante. Y por supuesto, Lopetegui también debe corregir bastantes cosas. Principalmente, la falta de ambición que se ha desmostrado hoy.

Primer partido y no se puedo empezar peor: con derrota. No merecida, pero con derrota. Y con la desazón de que la Liga española sigue siendo una competición corrupta, y, lo que es peor, que no parece que sea algo que vaya a cambiar ni a corto, medio o largo plazo.

Asco de fútbol.

Arsenal 6 – Sevilla FC 0. Oportuna y conveniente goleada

No he podido ver el partido, pero es evidente que, si el resultado ha sido de 6-0, el Sevilla ha hecho aguas en todas las líneas.

Sonará raro, pero me preocupó más la victoria por 6-0 ante el Angers que la derrota por 6-0 ante el Arsenal. Y el motivo es que se corría el riesgo de que, debido a la goleada ante el débil conjunto francés, pasaran desapercibidos para nuestros técnicos o dirigentes, los defectos que tiene la plantilla, o se pecara de conformismo. Con la goleada de hoy, creo que todo el mundo es consciente de que esta plantilla, después de la salida de Koundé y Diego Carlos, es muy mejorable. Por tanto, que esta contundente derrota haya llegado en pretemporada, con tiempo suficiente para hacer correcciones en la plantilla, me parece perfecto. Ha llegado en el momento ideal.

Recuerdo perfectamente aquella temporada donde se hicieron muchísimos fichajes –creo que once–, y con Camacho en el banquillo. No se perdió ni un partido, y el club acabó bajando a Segunda División. Desde entonces no puedo evitar desconfiar de las pretemporadas donde el Sevilla acaba invicto. No me gusta un pelo. Una derrota de vez en cuando viene bien. Obviamente, si no es en un partido oficial.

El riesgo que ha asumido el Sevilla FC al renovar los dos centrales titularísimos de una tacada es enorme. Probablemente, sean los dos mejores centrales que ha tenido el Sevilla en los últimos 45 años. Ambos son completísimos. Evidentemente, no puedo evaluar a Marcao, porque no le he visto jugar ni un solo minuto. Pero ¡si sala rana y el sustituto de Koundé también, va a ser imposible clasificarse de nuevo para la Champions League, y bastante difícil para la Europa League. Los centrales, junto con el portero, son la base del sistema defensivo. Si estos fallan, cada centro al área, cada pase en profundidad, será un drama. Y también será inevitable que a final de temporada la casilla de goles encajados sea un guarismo elevado. Y por contra, si los centrales son rápidos, tienen calidad y van bien por alto, la sensación de invencibilidad será recurrente.

Me preocupa también que, por las declaraciones de Monchi, parece ser que se va a repetir el error de tener sólo tres centrales natos en plantilla. Supongo que cuando lleguen las sanciones y lesiones –que llegarán, y posiblemente en partidos importantes–, se tirará de Gudelj o, en su defecto, José Ángel. Y quizás también se reincida en el error de tener únicamente dos delanteros centros, recurriéndose a Iván cuando lleguen las temidas lesiones y sanciones.

Y por último, ¿se conseguirá músculo en el centro del campo o nos volveremos a echar a temblar cuando se lesione Fernando? ¿Se fichará un centrocampista con visión de juego, capaz de dar un pase medido, en profundidad, que piense y se mueva rápido, o tendremos que volver a ver en la zona ancha el juego lento, previsible y horizontal de la pasada temporada?

Son todas incógnitas a despejar por Monchi. El sevillismo se encomienda a él de nuevo. Y más nos vale que acierte.

Se fue Koundé, y no al Chelsea precisamente

Se acabó el culebrón, y desde mi punto de vista, no fue con final feliz, puesto que ni fue el Chelsea, ni ha sido traspasado por una cantidad ajustada al valor del jugador. Porque Koundé, en mi opinión, es uno de los mejores centrales del mundo. Lo tiene todo: es joven, rápido, muy técnico, con desborde, inteligente, buen marcador, va bien por alto, y también es muy peligroso cuando se incorpora al ataque. En definitiva, es el mejor central que he visto en los, aproximadamente, 45 años que llevo viendo fútbol. En consecuencia, no me parece un gran traspaso que salga por 50 millones fijos más diez en variables. Si esas cantidades son ciertas, según dicen, cinco millones de variables serían muy fáciles de conseguir y otros cinco algo más complicado, pues implicaría que su nuevo equipo lograra ser campeón de Liga o Champions. Además, no se debe olvidar que el Girondins, su antiguo club, se llevaría un 20% de la plusvalía. Por centrales de menos calidad se ha pagado bastante más dinero, aunque también es cierto que no había muchos posibles compradores y que la mayoría de los clubes están bastante “tiesos”. Lo que no logro entender es por qué motivo no se han puesto en cola los clubes más pudientes de Europa para fichar a Koundé, un polivalente internacional absoluto francés, joven y con mucho futuro por delante. Confieso que es algo que se me escapa.

Como no sé lo que se cuece en el club, entiendo que esta venta es más que obligada, puesto que Koundé quería salir y, de no haber sido traspasado ahora, el Sevilla se vería obligado a venderlo por un precio más bajo al entrar en su último año de contrato.

No me ha gustado un pelo que su destino haya sido el Barcelona, uno de los clubes mafiosos del fútbol español, pero, como se suele decir, los jugadores van a donde quieren. Y Koundé quería ir al Barcelona, club que ha actuado ilegalmente, mareando a Koundé, cuando aún no le estaba permitido. El mismo Koundé ha admitido que habló varias veces con Xavi.

Cuando vuelva Koundé al Ramón Sánchez Pizjuán, encontrará indiferencia por mi parte. No me ha gustado que forzara su salida la temporada pasada, negándose –según dicen, aunque no sé si será cierto—a viajar con el equipo en una ocasión. Y tampoco me ha gustado que haya estado mareando la perdiz tanto tiempo, cuando tenía más que decidido ir al Barcelona.

En fin, Koundé es pasado en el Sevilla FC. Glorioso pasado, pero pasado al fin y al cabo. Ahora toca pensar en el futuro, le toca el turno a Monchi. Porque es evidente que con las ventas de Diego Carlos y Koundé la defensa necesita reforzarse, y bien. Porque, a día de hoy, Marcao es una incógnita, al menos hasta que no le veamos jugar tres partidos seguidos. Si es que algún día le vemos jugar, que ya hasta lo dudo. Lo ideal es que se ficharan a dos centrales más, para tener a cuatro, o que se tire de la cantera, pero mucho me temo que sólo vendrá uno.

A esperar y a confiar en el de siempre.

El Consejo del Sevilla FC, ajeno a la realidad, decide subir los abonos.

Confiaba en que las noticias que leía de que se produciría una subida del precio del abono de en torno al 15% no fueran ciertas, pero no ha sido así. Creo que el Consejo se ha equivocado. No parece oportuno subir los precios con la inflación por las nubes, y quién sabe si estando abocados a la temida estanflación. Todos los precios han subido de forma preocupante para numerosas familias –carburantes, luz, hipotecas, cesta de la compra…–, y me parece de suma torpeza incrementar en estos momentos el abono, máxime cuando desde el propio Consejo se reconoce que lo abonos sólo suponen un 7% de los ingresos totales del club.

                Para colmo, sale Monchi diciendo que los abonos del Sevilla son baratos, comparándolos con los de nuestros rivales directos, es decir, Barcelona, Madrid y Atlético de Madrid. En mi opinión, estas declaraciones son desafortunadas, pues no se puede comparar la realidad económica de Madrid y Barcelona con la de Sevilla, donde hay más paro y menos renta per cápita.

                Esta subida supone poco para los ingresos del club pero mucho para el aficionado, sobre todo en los casos de familias donde no hay un solo abono, sino varios. Entiendo que muchos no podrán renovar el abono, porque el fútbol no deja algo de ser prescindible, pues hay otros asuntos más prioritarios.

                En mi opinión, el club debería dar facilidades para incrementar el número de abonados, en especial el abono infantil. Por eso jamás entenderé la política de pagar una cuota por las nuevas altas, que en este caso serán, nada más y nada menos, de 125 €.

                Sólo puede entenderse la subida de este año desde la perspectiva del Consejo, que parece bastante alejada de la realidad. Sin duda, debe verse todo muy distinto con nóminas de varias decenas de miles de euros y cobrando una buena cantidad por reparto de dividendos. Pero lo cierto es que muchas familias tienen que hacer encaje de bolillos para llegar a fin de mes.

                Seguro que habrá momentos durante la temporada, como ocurre en todas las temporadas, donde el Consejo pedirá el apoyo de la afición. Ahora era el momento para que el Consejo diera facilidades a la afición para ese apoyo. Una buena oportunidad perdida para dar una satisfacción al aficionado.