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El partido de ayer

Cluj 1 – Sevilla FC 1. Sólo vi la segunda parte. Y menos mal

Muy desilusionado al final del partido. La segunda parte me pareció una verdadera porquería. El Cluj se nos subió a las barbas, a pesar de su escasa calidad técnica y se adelantó en el marcador, poniéndonos en serios apuros.

En el gol de los rumanos me pareció que no tuvimos suerte. Me dio la impresión de que Koundé pierde el equilibrio en el salto, de ahí el movimiento del brazo hacia arriba, con la mala fortuna de que tocó el balón. En cualquier caso, penalti claro, aunque, lógicamente, totalmente involuntario.

No obstante, el Sevilla apenas creó ocasiones ante el Cluj. Y eso es verdaderamente desesperante. Ves cómo el equipo está perdido, tocando con una lentitud increíble en el centro del campo y retrasando el balón, en muchas ocasiones, sin necesidad. Parece que está prohibido jugar al primer toque y hacer pases en profundidad. Eso es algo que nos hizo el Celta no hace muchos días, y que fue fundamental para que se llevaran la merecida victoria.

En definitiva, hay que ser atrevidos, arriesgar. Pienso que, sobre todo, ante equipos netamente inferiores, como son la mayoría de los rivales con los que nos enfrentamos, no ocurre absolutamente nada si jugamos con dos delanteros. Obviamente, siempre habrá más posibilidades de hacer goles si tenemos dos puntas en lugar de uno. Aunque la clave siempre estará en ser capaces de imponerse al rival en el centro del campo. Después de todo, da lo mismo el número de delanteros que tengamos si no les llegan balones.

El Sevilla de Lopetegui aburre, y mucho. Esa parsimonia, esa lentitud, ese juego horizontal, donde parece obligatorio dar dos toques antes de pasar el balón a un compañero… pasan los minutos y no se crean ocasiones de gol. El gol de En-Nesyri, gracias a la generosidad de De Jong –que aprenda Ocampos–, me parece tan importante como que Lopetegui no siga siendo el entrenador del Sevilla.

Aún estamos a tiempo. Los próximos partidos de Liga son Getafe, Osasuna y Atlético de Madrid. Todo lo que no sea sacar un seis o siete de nueve, significará que nos alejaremos de Europa. No ya de los puestos Champions, sino de Europa. Y mucho me temo que se esperará a eso para destituirle. O incluso más. No olvidemos que Lopetegui es una apuesta personal de Monchi. Y, la verdad, hoy por hoy no veo capaz de que este Sevilla de Lopetegui, sin ambición y sin ideas, gane dos partidos seguidos.

Y ojalá me equivoque. Ojalá me equivoque.

Yo estoy convencido de que la plantilla del Sevilla está capacitada para jugar al fútbol muchísimo mejor de lo que lo está haciendo, de que está capacitada para llevar el peso de los partidos y no para arrastrarse por el césped, como hace en muchas ocasiones. Al final, el tiempo pondrá a cada uno en su lugar, y por eso mismo no creo que Lopetegui llegue a final de temporada.

Sevilla FC 2 – Español 2. Lo que le faltaba ya a Lopetegui

Lopetegui sigue sin poner solución a la fuga de puntos del Ramón Sánchez Pizjuán. Lo que no hace mucho era un fortín, ahora es una bicoca. Y me parece lógico que sigamos en el mismo plan si el entrenador no cambia nada. Mismo dibujo, mismos jugadores… Lo único que ha cambiado ha sido poner a Ocampos por la izquierda y a Suso por la derecha, lo que no está muy claro que haya sido buena idea, pues Ocampos se entendía a las mil maravillas con Navas, y eso es algo que con Suso, por el momento, no ocurre, ya que el ex milanista, prácticamente, acaba de aterrizar.

Con lo que cuesta marcar un gol a este rácano Sevilla de un solo punta, ya lo que faltaba es que el árbitro de turno se inventara una nueva regla del protocolo del VAR, y volviera a rearbitrar una jugada que no era de expulsión. Dejando a un lado la imperdonable metedura de pata arbitral de todos los árbitros, pero especialmente del principal y el de la sala de VAR (nuestro enemigo González González), la jugada tiene su miga. El despiste de Sergi Gómez es impresionante, dejando una autopista por el centro, reaccionando tarde y haciendo la falta que, si no llega a ser porque Diego Carlos estaba cerca, le habría costado la roja. Y en la falta, de la barrera mejor no hablar. Estaba claro que el disparo iba a ser raso, porque el balón estaba prácticamente en la línea de la frontal de área y es casi imposible que supere la barrera y dé tiempo a bajar. Pues para sorpresa de todos, saltaron varios jugadores de la barrera y se coló por debajo. El gol más absurdo no pudo ser.

La segunda parte empezó fatal. Con un gol también incomprensible, donde no sé qué es peor, si la blandura de Reguilón o, de nuevo, el despiste al hacer la línea de Sergi Gómez, bastante más atrasado, y sin motivo alguno –había que despejar un saque en largo del portero rival–, que el resto de defensores.

En los dos goles tiene mucha responsabilidad Sergi Gómez, y ahí es donde yo creo que hay que volver a tocar, si queremos recuperar la fortaleza defensiva. Nuestra mejor racha en defensa, de varios partidos con portería a cero, la pareja de centrales era Diego Carlos-Koundé. A Lopetegui le dio un día por dar entrada a Carriço, y después a Sergi Gómez, y desde entonces la defensa es un flan. En mi opinión, aunque Koundé tiene aún bastante que mejorar –lógico, porque es muy joven–, supera en todo, pero principalmente en velocidad y juego aéreo, tanto a Sergi Gómez como a Gudelj, que ni siquiera es central, aunque haya jugado ahí, ocasionalmente.

El nivel del equipo hoy ha sido bastante bajo. Sólo se salvan Navas, Suso y En-Nesyri. Navas porque aunque no ha hecho su mejor partido, siempre da lo máximo. El marroquí porque se fajó con la defensa rival durante todo el encuentro, con un gran esfuerzo físico. Tuvo un par de ocasiones, donde llegó algo forzado al remate, y fue clave en la expulsión de Víctor Sánchez. Y Suso… bueno, prácticamente este punto se lo debemos a él, pues en el primer gol se sacó un pase perfecto, medido, a Ocampos, y el segundo lo marcó él, de tiro raso, fuerte y ajustado.

En cuanto a los peores jugadores, sin duda han sido Banega, Reguilón y Sergi Gómez. Banega se ha empañado en demostrar que tiene la cabeza en otro lugar. Parece otro. Su calidad es innegable, pero raro es el partido en el que hace más bien que mal al equipo.

Me preocupa esta racha, sobre todo, porque Lopetegui parece, cada día que pasa, más incapaz de sacar el equipo a flote. Milagrosamente, a pesar de los muchos puntos perdidos en las últimas jornadas, aún estamos en puestos europeos, pero me pregunto hasta cuándo se aguantará a Lopetegui, quien, según Monchi, era su apuesta personal. ¿Vamos a esperar a que estemos fuera de Europa? ¿O quizás vamos a esperar a que estemos en la octava plaza? Probablemente, será cuando se dé este último caso, porque, al fin y al cabo, queda feo cesar a un entrenador cuando tiene al equipo quinto, con los mismos puntos que el cuarto, o cuando esté a poca distancia de los puestos Champions.

Sin embargo, la realidad es que en Getafe tenemos una oportunidad de oro para dar un gran paso adelante. Pero hay que ser conscientes de que allí va a ser muy difícil sacar algo positivo. No ya porque es un estadio que se nos da mal, sino porque es que este Sevilla no está para nada, y menos si seguimos con defensas como Reguilón y Sergi Gómez, que son coladeros. Ojalá me equivoque, pero uno ve un ratito a uno y otro conjunto, y lo veo negro. Más negro que el futuro de Lopetegui en el Sevilla.

 

Celta 2 – Sevilla FC 1. Sin ambición, sin fútbol, sin ideas, sin gol y sin puntos. Derrota merecida

Pintaba bien el partido cuando En-Nesyri adelantó al Sevilla en Balaídos con un buen gol. O, en realidad, no tan bien, porque no estaba haciendo un buen partido, pero, al menos, tampoco pasaba apuros ante el Celta. Un Celta que estaba, más que nunca, con la soga al cuello, y al que podríamos haber ahogado si Ocampos hubiera tenido un poco de generosidad y se la hubiera pasado a En-Nesyri. Una ocasión de dos contra uno SIEMPRE tiene que acabar en gol.

En la segunda parte, mientras más pasaban los minutos menos me gustaba el partido. El Celta era el único que intentaba buscar portería, el único que tenía verticalidad, el único que intentaba combinar al borde del área y buscar centros… mientras que el Sevilla parecía que no tenía intención de buscar el 0-2. O a mí al menos me daba esa impresión.

En los últimos quince minutos el partido se desmadró. Se perdió el orden en el centro del campo, ofrecimos grandes espacios que el Celta aprovechó para contragolpear y para hacer el empate. Empate que creo que fue en propia puerta de Diego Carlos, más que de Aspas. Un poco absurdo que te hagan un contragolpe cuando vas ganando y el equipo rival está desesperado, pero eso es lo que pasó.

Este gol hizo que el partido se volviera más loco aún. El Sevilla buscó el gol pero sin cabeza, sin sentido, y encontró su merecido castigo de la forma más cruel: con gol en el descuento.

El Sevilla de Lopetegui de las primeras jornadas tenía virtudes y defectos, pero ahora sólo tiene defectos. Una de las virtudes fue la fortaleza defensiva que consiguió con la pareja de centrales Diego Carlos-Koundé (quien además también aporta ofensivamente). Desde que cambió eso, bien con la entrada de Carriço, Gudelj o Sergi Gómez, la defensa se ha vuelto bastante vulnerable. Ya no vale un solo gol para llevarse un partido, sino que ya es necesario hacer, como mínimo, dos, y eso difícilmente lo va a conseguir Lopetegui jugando con un solo delantero y con tantos jugadores dedicados a la resta.

Y lo malo es que Lopetegui, al igual que le ocurrió a Pablo Machín, es de los que mueren con sus ideas, de los que ni si quiera piensan en cambiar de sistema, con lo que el futuro se vislumbra bastante negro. Para empezar, ya hemos salido de los puestos Champions, donde llevábamos muchas jornadas, y tenemos a tiro de piedra a Real Sociedad y Valencia.

Veremos a ver qué pasa, porque yo creo que la plantilla que tiene Lopetegui es para que se juegue mucho más al fútbol de lo que lo hace este Sevilla, y es para que se busque los partidos con más ambición, sea cual sea el rival que tengamos enfrente. Y por supuesto, a un rival como el de hoy, no hay que permitirle ni la más mínima opción, y hoy le hemos dado la vida, por no ir a por el partido de verdad cuando el control era total, por esa falta de ambición tan típica de los perdedores. Me desespera cuando el Sevilla se pone por delante en el marcador y se encierra atrás. Eso es culpa de Lopetegui, y lo ha hecho en muchísimas ocasiones esta temporada. Algunas veces le ha salido bien y otras, como hoy, no. Llegó incluso a quitar a los dos delanteros en un partido en el Sánchez Pizjuán.

En fin, habrá que esperar, pero la temporada pasada también hubo partidos como el que se ha marcado hoy el Sevilla, y fueron el principio del fin del entrenador. Así que vaya tomando nota Lopetegui, porque si había aficionados que estaban con él, era porque se estaban consiguiendo resultados. Si estos siguen sin llegar… es que no vamos ni a la Europa League.

Sevilla FC 1 – Alavés 1. Urge un cambio de sistema como local

Lopetegui no lo va a hacer, porque le pasará lo mismo que a Machín, que morirá con su sistema, que era intocable. Pero, en mi opinión, si queremos jugar en Champions, hay que cambiar la dinámica que tenemos en el Ramón Sánchez Pizjuán, de donde ya han volado, nada más y nada menos, que dieciséis puntos. Aún así, después del tropezón de hoy, seguimos clasificados en cuarta posición.

¿Qué quiere decir esto? Pues que el sistema es muy válido para jugar fuera de nuestro estadio y que no nos sirve como locales. Y pienso que la solución pasa por arriesgar más.

Es decir, jugar con dos delanteros. Posiblemente, un 4-4-2 nos daría más poder ofensivo, que es de lo que adolece el equipo, manteniendo un buen nivel de contención, sobre todo ante rivales cuya única intención es esperarnos atrás para sorprender al contragolpe y perder tiempo. Pero hacer recaer la principal responsabilidad en ataque en un único delantero me parece un error, máxime cuando este delantero no destaca precisamente por su facilidad goleadora, anticipación, técnica o velocidad. Alguien que le acompañara, le vendría de perlas, no sólo de cara a gol, sino también para formar la primera línea de contención y dificultar la salida del balón al rival.

Lo que no puede ser es que vuelva a ocurrir lo de hoy, y lo que ya hemos visto otras veces en esta temporada: que al equipo visitante le basta con poner una línea de cinco defensas, con otra por delante, muy cerquita de cuatro centrocampistas, para neutralizarnos. Con esa simple táctica, con ese posicionamiento de catenaccio puro y duro consiguen que les creemos muy pocas ocasiones de gol. Nos llevamos todo el partido moviendo el balón de banda a banda, con la lentitud suficiente como para no encontrar un hueco en la maraña defensiva rival y asemejándose más a un sistema de ataque de balonmano que de fútbol. Para colmo, muchas veces parece que nos da miedo centrar al área o tirar desde la frontal. Cuando posiblemente es la mejor opción: bombardear incesantemente el área, entrando por banda. Porque por el centro será imposible, a no ser que fichemos a jugadores similares a Xavi, Iniesta o Messi, que tenían una calidad que les permitían –o permiten aún– hacer lo que les daba la gana. Pero hay que centrar o tirar, de manera que, si no hay éxito, al menos un rebote o una mano –como ha ocurrido hoy– nos dé opciones de abrir la lata.

Es cierto que jugar con cinco centrocampistas nos dará más fortaleza defensiva, pero no es menos cierto que siempre es complicado defender a balón parado. La mayoría de los goles encajados en casa son en córners o faltas. Y como tenemos tan poco gol, encajar uno nos pone las cosas muy difíciles para dar la vuelta a cualquier resultado adverso. Afortunadamente, hoy a menos hemos podido empatar, pero me temí lo peor cuando marcó el gol el Alavés.

Además, teniendo en cuenta que esta temporada tenemos muy buenos centrales y centrocampistas, no parece una locura jugar con cuatro jugadores en la zona ancha. Lo más normal es que sigamos dominando los partidos ante la gran mayoría de los rivales, pero con más opciones de hacer gol y, por tanto, de ganar, que es lo único que vale cuando se juega en casa.

Por otro lado, creo que Lopetegui no está gestionando nada bien la plantilla. Y no me refiero sólo a los que se han ido aburridos, sin apenas tocar bola, como Chicharito, Pozo y Dabbur, sino a jugadores que están aún en la plantilla, como son los casos de Jordan, Koundé, Munir o Rony Lopes.

A Jordan, cuando mejor estaba jugando, a un nivel magnífico, lo puso en el banquillo sin ninguna razón aparente,  y ya no ha vuelto a ser el mismo.

Con Koundé, igual. Cuando formaba una pareja inexpugnable junto con Diego Carlos, decidió quitarlo para dar entrada a un Carriço que demostró no estar en buena forma. Koundé ha bajado su nivel desde entonces, aunque, en mi opinión, es uno de nuestros mejores centrales, no sólo defendiendo, sino también atacando –hoy ha estado muy cerquita de marcar el 1-0–. Lógicamente, por su falta de experiencia, cometerá errores, como ante el Mirandés, pero eso se soluciona teniendo minutos y continuidad.

Munir, prácticamente igual. Cuando ha jugado, normalmente lo ha hecho bien y ha hecho goles. Pues para Lopetegui prácticamente no cuenta. Y con Rony Lopes, lo mismo de lo mismo. El fichaje más caro de la temporada y yo aún no sé si es buen o mal jugador, porque no le he visto jugar dos partidos seguidos.

Como dije antes, dieciséis puntos han volado ya de nuestro estadio, y como no se hagan cambios, volarán muchos más. Con un ataque tan endeblito, aunque dominemos por completo el partido, como hemos hecho hoy ante el Alavés, estamos a expensas de que a nuestro rival de turno le suene la flauta en cualquier balón parado, golpe de suerte o error arbitral. Y sienta verdaderamente mal que nuestros rivales se lleven tanto con tan poco.

 

 

Mirandés 3 – Sevilla FC 1. El Mirandés fue muy superior. Clasificación más que merecida

Bueno, pues lo que muchos temíamos, ha ocurrido. Y lo temíamos porque el Mirandés jugaba en casa y estaba muy mentalizado. Para ellos es el partido del año, y para el Sevilla es uno más, uno que debe ganar, a no ser que se haga un muy mal partido. Y se hizo un mal partido. Vaya si se hizo. El formato actual de la Copa del Rey no permite errores. Si lo haces mal, palmas. Y palmamos.

En el desastre de hoy –porque es un desastre y de los gordos–, veo dos principales culpables: Lopetegui y Ever Banega. Lopetegui por no poner al equipo titular, cuando el partido de hoy era importantísimo, mucho más importante que el del domingo. Y Ever Banega por su lamentabilísimo partido. No quiero pensar en que su mente está en Arabia, en los treinta millones de euros que se va a llevar calentito, pero lo cierto es que hoy lo ha hecho todo mal. El segundo gol, el que marca una frontera difícil de superar y que es clave, es total responsabilidad suya.

Y menos mal que Vaclík ha hecho un buen partido, porque, de no ser por él, el marcador habría sido de escándalo. Evitó el 3-0 hasta en tres ocasiones, con grandes intervenciones. Especialmente brillante cuando paró el penalti, provocado estúpida e innecesariamente por Diego Carlos.

El Mirandés fue superior en todo: en ganas, concentración, tácticamente, y lo que es más importante: efectividad de cara a puerta. El Sevilla volvió a demostrar que tiene un problema con el gol, y aún está por ver que En- Nesyri y Suso sean la solución.

Él único gol del Sevilla, obra de Nolito, llegó demasiado tarde, con el tiempo ya cumplido.

Sienta mal la derrota, histórica y que debe servir para que no haya más confianzas en el futuro, pero hay que admitir que es merecida. Peor me sienta cuando es inmerecida o por culpa de errores arbitrales.

Y si os sentís mal, como es normal y lógico, pensad en los que se han recorrido los casi ochocientos kilómetros…. Que se dice pronto: casi ochocientos kilómetros que separan Miranda de Ebro de Sevilla, para ver este esperpento.

Evidentemente, la temporada aún puede ser exitosa, pues tenemos en nuestras manos la posibilidad de clasificarnos para la Champions League y alzarnos con la sexta Europa League. Pero lo de hoy ha sido una puñalada en el corazón, de la que hay que recuperarse lo antes posible, pues tenemos por delante retos tan complicados como motivantes.

Ojalá esta eliminación no afecte al importante partido del domingo, ante el Alavés, porque los ánimos pueden estar a flor de piel, y eso siempre es peligroso. Hay que hacer un gran partido, vencer y convencer, para intentar dejar atrás, lo antes posible, el lamentable partido que hemos visto hoy.

Sevilla FC 2 – Granada 0. Cumpleaños felíz, gracias a una soberbia primera parte

El Sevilla ha logrado tres puntos importantísimos, ya que Villarreal y Valencia han ganado sus partidos y hay varios equipos que están muy cerquita. Por tanto, era fundamental no perder más puntos en nuestro estadio.

La primera parte que hizo el Sevilla fue completísima. A los pocos minutos de empezar, el poste nos privó de ver un golazo de Ocampos. Pero el Sevilla siguió atacando la portería defendida por Rui Silva, que muy pronto, en el minuto 10, se convirtió en un espectador más para contemplar el sensacional cabezazo de De Jong a la escuadra, aprovechando un centro medido de Navas.

El Holandés fue el mejor del partido. Todo lo hizo bien: distribuir, presionar, contener, robar balones –bajando hasta el centro del campo en numerosas ocasiones– y, para colmo, abrió la lata con su gol. En mi opinión, ha sido su mejor partido con la camiseta del Sevilla. Mejor incluso que en el Bernabéu.

Al 1-0 siguió un pequeño susto, pues el árbitro, Hernández Hernández, señaló penalti y tarjeta amarilla por una falta de Diego Carlos en el área. Afortunadamente, tras la revisión en el VAR, se retractó y mandó repetir la falta. Aunque la amarilla privará a nuestro mejor central de jugar el próximo partido de Liga, también en casa, ante el Alavés.

El VAR, en manos de árbitros honrados, es toda una garantía. El Sevilla FC llevaría bastantes menos puntos de no estar en marcha ya esta tecnología.

Pasaban pocos minutos de la media hora de partido cuando, en un contragolpe, Nolito hizo otro golazo, con el exterior del pie, ante la salida de Rui Silva, tras asistencia de Reguilón.

Sin embargo, si en la primera parte el dominio del Sevilla fue total, en la segunda fue otra historia. No es que el Granada atosigara mucho, pero todo el mundo era consciente de que había que marcar el tercero, el de la tranquilidad. De no ser así, un gol visitante llevaría a la intranquilidad en la recta final del partido.

El Granada sólo inquietó a balón parado, en córners y faltas, no pasando apuros Vaclík en ningún  momento.

Aunque De Jong fue el mejor del partido, otros jugadores también , rindieron a un muy alto nivel, como Fernando, Óliver Torres, Jesús Navas o Sergi Gómez. No me hizo mucha gracia que Sergi Gómez fuera titular, pues pienso que el que debe acompañar a Diego Carlos es Koundé, pero tengo que admitir que Sergi hizo muy buen partido.

El Sevilla fue incapaz de lograr anotar el tercero, pero al menos sí supo controlar el partido y finalizar con un cómodo 2-0.

Antes del inicio del partido, la celebración del 130 cumpleaños quedó algo empañada por la sorpresiva noticia de que Banega se irá a final de temporada a jugar a Arabia. Esto sólo tiene una explicación: que en Oriente Medio cobrará una verdadera montaña de billetes. Una lástima, porque a Banega aún le queda cuerda para rato, y no debería malgastar su talento en una liga menor.

Ahora bien, aunque Banega sea un jugador extraordinario, también es verdad que aquí no se acaba el mundo. Es cuestión de encontrar un reemplazo que le mejore, porque aunque Banega tiene muchas virtudes, también tiene defectos.

Una vez logrados los tres puntos que nos garantizan seguir en puestos Champions la próxima jornada, queda pensar únicamente en el Mirandés, que es un Segunda División ante el que no cabe confianza alguna, ya que sigue siendo a partido único y, por tanto, fuera de casa. No será fácil, pero no estar en Cuartos de Final de la Copa del Rey sería un fracaso mayúsculo.

 

Madrid 2 – Sevilla FC 1. Derrota por prevaricación

Hace más de una década que el Sevilla no gana en el Bernabéu. Y no es de extrañar. En el Bernabéu siempre nos toman muy en serio y no admiten excesos de confianza con nosotros. Además de que el Madrid, por su poderío económico, siempre tiene una gran plantilla, solemos perder por dos motivos: porque salimos derrotados de antemano, no presentándonos para la batalla; o bien porque tienen que intervenir los árbitros, como ha sido el caso de hoy. La cuestión es que, por una u otra razón, siempre salimos derrotados.

Dejando aparte el mangazo, que es indiscutible, el partido del Sevilla no me ha gustado mucho. Es cierto que, en general, el Sevilla ha controlado bastante bien al Madrid, concediendo muy pocas ocasiones de gol, pero he echado de menos más confianza, creérselo e ir de verdad a por el partido. Y al final hemos encajado dos goles totalmente evitables. En realidad han sido dos regalos. En el primero, Reguilón está muy blandito y permite que Casemiro se quede solo ante Vaclík. En el segundo, Casemiro remata casi en el área pequeña, rodeado de sevillistas que ni le molestan aunque sólo sea un poquito. Y ante un equipo como el Madrid no se pueden permitir esos regalos.

En cuanto a los jugadores, no me gustó Reguilón. Tiene buenas condiciones, pero no defiende bien (no ha sido el primer gol encajado donde puede hacer mucho más), y a la hora de atacar, tampoco es que sea muy decisivo. Si no siguiera la próxima temporada, creo que es perfectamente sustituible.

El mejor del partido me pareció De Jong. Marcó dos buenos goles, aunque la cacicada de Martínez Munuera dejara sin valor el primero de ellos.

Debutó En-Nesyri, y no con muy buen pie, pues tuvo una clara oportunidad y la desperdició. En cualquier caso, parece un buen fichaje, aunque espero un delantero contrastado al final del mercado. Si no llegara, podemos tener problemas para mantener la plaza Champions o para tocar plata. Me refiero a Copa del Rey o Europa League. Lo demás aún está fuera de nuestro alcance.

Derrota, inmerecida, pero al menos se compitió y se tuvo buena actitud, y ya con eso, teniendo en cuenta los esperpentos que hemos visto en ese estadio, no es poco.

Ahora toca pensar en el Granada. Pero ojalá, como ha dicho Monchi, alguna vez retiremos al equipo del césped. O lo haga algún otro equipo. Pero eso sí, las represalias serían tremendas. Por eso, seguramente, aún no lo ha hecho nadie, por muchas veces que se haya sido pisoteado.

Sevilla FC 1 – Athletic Club 1. Tres posibles soluciones para la falta de gol

Ayer, una vez más, el Sevilla se mostró inoperante a la hora de crear ocasiones y, lógicamente, así lo más probable es que sigan volando puntos del Ramón Sánchez Pizjuán. Además, los rivales necesitan hacer muy poquito para llevarse el botín. Ante este panorama, yo sólo veo tres posibles soluciones:

La primera opción es cambiar el sistema de juego. Esto parece que no pasa por la cabeza de Lopetegui, que sigue fiel a su sistema con un solo delantero. Pero, a mi modo de ver, un solo delantero apenas exige a una defensa bien armada, como suele ser habitual en nuestro estadio, donde los equipos se encierran con las líneas muy juntas, acumulando defensas y más defensas. Por tanto, y teniendo en cuenta que tenemos un centro del campo y defensa fuertes, tendríamos más opciones de gol jugando con dos delanteros, al menos en los partidos de casa, porque fuera se están sacando los partidos adelante con más o menos apuros.

La segunda opción es cambiar al delantero centro. Esto sí ha pasado por la cabeza de Lopetegui, pero no le ha dado resultado, ya que ni Munir ni Chicharito reúnen las condiciones para jugar como único delantero, sobre todo ante defensas muy pobladas. Aunque le he visto muy poco, parece que nuestro mejor delantero para jugar como único punta podría ser Dabbur. Tiene más corpulencia que Munir y Chicharito y más técnica, visión de juego y gol que De Jong. Bueno, cualquiera tiene más gol que De Jong. Sólo ha marcado dos goles –los mismos que Diego Carlos– y ayer mismo nos volvió a dar muestras de su incapacidad anotadora al rematar al poste un excelente pase de Jesús Navas, cuando tenía toda la portería para él.

Como quiera que Lopetegui, por motivos que se me escapan, tiene más que sentenciado a Dabbur, y no lo alinea ni a punta de pistola, sólo queda una tercera opción: fichar en el mercado de invierno.

Esto de fichar en el mercado de invierno siempre es difícil, pues a los mejores jugadores no le van a dejar salir a mitad de temporada y además, si provienen de otra liga o son de otra nacionalidad, podrían necesitar un periodo de adaptación, y lo cierto es que tiempo no nos sobra. Posiblemente, habría de salir uno de nuestros delanteros y llegaría un cedido con opción a compra o un bueno-bonito-barato, uno de esos mirlos blancos tan difícil de encontrar.

Pero es obvio que hay que hacer algo. Si queremos ir a Champions no podemos permitirnos el lujo de estar media hora sin tirar a puerta. O si nos meten un gol, ver casi imposible la remontada. Lopetegui y Monchi deben encontrar una solución al gol. Pero sobre todo, Lopetegui, porque me da la impresión de que esta plantilla puede gestionarse mejor, y de que esa falta de equilibrio entre defensa y ataque tiene solución. Es cuestión de hacer cambios hasta dar con la clave. Y esos cambios no pasan precisamente por cambiar lo que funciona, es decir, por alinear a Carriço en detrimento de Koundé.

Sevilla FC 1 – Leganés 0. Tres puntos más, a pesar de Lopetegui

Esperaba un partido muy difícil en la mañana de hoy. Sabía que se iban a notar las bajas de Fernando y Ocampos, porque son dos jugadores que marcan diferencias. También sabía que el Leganés iba a, como se suele decir, poner el autobús y a perder tiempo al máximo. Pero lo que no me esperaba, de ninguna de las maneras era la segunda parte que hizo el Sevilla.

Porque la primera siguió el guión previsto: Cuéllar, por delante de él, cinco defensas, cuatro centrocampistas y arriba En-Nesyri, para intentar cazar algún balón, aprovechando su velocidad. El Sevilla, mientras tanto, armado de paciencia, intentando no cometer fallos en la salida de balón, y moviendo el balón con mucha lentitud, lo que hacía que tuviera muy pocas ocasiones, y, además, todas erradas.

En la segunda parte, yo esperaba una continuidad de la primera, pero ni mucho menos fue así. En los primeros minutos pudimos contemplar una jugada desastrosa que no acabó en el «gol tonto de la jornada» de puro milagro. Porque Vaclík se encontró el balón tras un rebote.

Poco después, En-Nesyri estuvo a punto de hacer un golazo de tijera, que salió rozando el poste. Ahí ya el descontento de la grada era manifiesto, y con toda la razón del mundo. Porque lo que no perdona, ni perdonará nunca, la grada de Nervión es la indolencia. Y parecía que los jugadores habían salido del túnel de vestuarios completamente desganados.

El Sevilla estaba KO y empecé a temer lo peor, porque el Leganés ya se dio cuenta de que podía marcar un gol perfectamente y, por tanto, comprar muchas papeletas para puntuar . Menos mal que el Sevilla abrió el marcador. Fue un centro al área rematado por Koundé. Cuéllar, estorbado por un defensa propio rechazó el balón con dificultad, pero lo dejó perfecto para que Diego Carlos rematara a placer. Ya lo único que le faltaba al brasileño es que también hiciera goles. Y encima un gol que vale tres puntos.

Pero quedaba casi media hora y el Sevilla seguía con dificultades para crear ocasiones y, por supuesto, finalizarlas. Con Nolito y De Jong en punta, difícilmente vamos a ganar partidos con claridad, porque ambos necesitan muchas ocasiones de gol y muchos minutos para marcar. Por eso Lopetegui cada día me desespera más: por su obstinación en dar la titularidad a estos dos jugadores, cuando, en mi opinión, aportarían más velocidad, desborde y gol todos los demás delanteros o extremos de la plantilla. Es decir, Munir, Dabbur, Chicharito, y hasta los canteranos Bryan Gil y Pozo, que cuentan más bien poco –aunque no tanto como Dabbur, que ni fue convocado– para el técnico.

Pero ya el colmo ha sido cuando Lopetegui, cuando por fin retira a De Jong, deja estupefecta a la grada cuando lo hace para dar entrada a Sergi Gómez. Es decir, ganando el partido, en lugar de ir a por el segundo para sentenciarlo, lo que hace es cederle al Leganés el centro del campo y permitirle que bombardee el área. Y no nos empataron de milagro. Porque, además, el juego del Leganés es ese: en cuanto tienen ocasión, la ponen en el área, ya que tienen buenos centradores y jugadores que van bien por alto, como En-Nesyri o Carrillo.

Verdaderamente, yo esperaba un final bien distinto: con el Sevilla tocando el balón y mandando en el partido, y, de ninguna de las maneras, un Sevilla atrincherado atrás y, prácticamente, renunciando al ataque tras retirar a su único delantero. Y además, haciéndolo ante el equipo que es merecido colista, pues sólo ha sido capaz de ganar seis puntos de los cuarenta y cinco que han disputado hasta ahora.

Lo bueno es que al final nos llevamos los tres puntos, y cuando se gana todo se da por bueno. Lo malo es que si Lopetegui sigue jugando a la ruleta rusa con esos planteamientos tan cobardes y arriesgados, alguna vez saldrá mal. Y entonces le lloverán críticas por todos lados. Pero por ahora, le está saliendo todo muy bien, hasta el punto de que estamos terceros, en plaza Champions. Y eso también hay que valorarlo y celebrarlo, a pesar de que algunas veces las decisiones de Lopetegui parece que las ha tomado el entrenador rival.

 

Sevilla FC 2 – Qarabag 0. El Sevilla sigue de paseo por el grupo

El Sevilla, hasta ahora, ha ganado todos los partidos del grupo sin apenas problemas. Sólo queda Chipre, y supuestamente no debería tener problemas para hacer el pleno. El visitante de hoy no ha ofrecido la más mínima resistencia. Aguantó la primera parte, metiendo atrás a todo el equipo. Y cuando digo todo el equipo, no es una exageración: seis defensas atrás, tres por delante de ellos (a veces cuatro), y uno más adelantado por si sonaba la flauta en algún posible contragolpe. Pero es que el Qarabag no tiene nada de nada, y no inquietó en absoluto.

La primera parte fue aburridísima, porque la única manera de romper el catenaccio que había propuesto el Qarabag era moviendo rápido el balón y desbordando por banda, y ni Pozo ni Rony lo consiguieron. Cualquier intento por el centro fue cortado por la maraña de defensas que montaban guardia en el área.

La segunda parte fue otra historia. Se notó bastante la entrada de Bryan, que marcó tras desviar un defensa. Era lo lógico, porque había tantos defensas que habría sido raro que su disparo no hubiera tocado a ninguno.

Ahí ya se envalentonaron los visitantes y sólo dejaron cuatro defensas. Con la entrada del Mudo se animó más el partido, apreciándose más verticalidad y desborde. Había más espacios, que los aprovechaban Munir, Pozo y Bryan con velocidad.

En una de estas jugadas llegó el segundo gol. Jugada entre Bryan y Dabbur. El israelí se busca hueco y tira de disparo fuerte y cruzado a la escuadra. Dabbur no había hecho prácticamente nada en todo el partido, fallando incluso un mano a mano, donde le sacó el balón un defensa in extremis, pero marcó un golazo y sentenció el partido. Si un jugador que no goza de continuidad, se pone de gol en varias ocasiones y hace un buen gol, igual es que es más que válido. Personalmente, lo prefiero a De Jong. Y estoy seguro de que acabará siendo titular. Si es que no lo largan en el mercado de invierno, claro.

El partido ha tenido momentos de verdadero tostón, pero será un día inolvidable para Bryan, que ha sido el primer jugador nacido en el siglo XXI en marcar en la Europa League, y para el también canterano Mena, que debutó con el primer equipo del Sevilla.

Quinto partido ganado, quinto partido jugando con los suplentes. Ahora viene lo bueno, que son las fases de eliminatorias, donde los errores son difíciles de enmendar y el nivel de los rivales aumenta considerablemente.

No sé si ganaremos la Europa League, pero sí parece que podemos llegar lejos.

Valladolid 0 – Sevilla FC 1. Tres puntos importantísimos, pero con un alto coste

El Sevilla se coloca tercero tras la importante victoria en Valladolid, un campo donde aún no había ganado nadie. Sin embargo, en el lado negativo, serán baja ante el Leganés Jesús Navas y Ocampos, por acciones en los últimos minutos del partido. El primero se llevó la mano a los isquiotibiales, en lo que parece que es una lesión muscular, y el segundo fue expulsado tontamente, por pasarse de revoluciones. Ocampos perdió el control en una jugada donde le señalaron una falta inexistente, cuando un par de minutos antes el mismo jugador, Nacho, se desentendió del balon y le dejó el codo a Ocampos, en las mismas narices del asistente. Protestó airadamente, de esa forma que no le gusta nada a los árbitros, y le enseñó la segunda amarilla. Nacho pudo ver la segunda amarilla en dos ocasiones pero al final fue Ocampos fue el que se marchó antes de tiempo a vestuarios. Esto es algo que veo observando que se repite en muchos partidos del Sevilla: a los jugadores rivales se les perdona la segunda amarilla con bastante frecuencia. Parece imposible que el Sevilla se quede en superioridad numérica.

Navas y Ocampos serán dos bajas muy  importantes para recbir al Leganés, pues Lopetegui tendrá que renovar la banda derecha completamente. Esperemos que la baja de Navas no sea para muchas semanas, porque es un jugador fundamental.

Del partido lo que más me ha gustado ha sido el resultado, porque yo no me siento cómodo, no me gusta un pelo, ese partido de control que suele proponer Lopetegui en cuanto el Sevilla se pone por delante en el marcador. No me importa que lo haga cuando se lleva una ventaja importante, de dos o tres goles, pero con una ventaja mínima me parece que es jugar con fuego. Y nos pudimos quemar ante el Betis y hoy también. Por fortuna, el Valladolid apenas tuvo ocasiones de gol, y tenemos que felicitarnos por ello, porque está siendo una constante esta temporada.

El único gol del partido llegó en un claro penalti cometido sobre Nolito. Lo lanzó desastrosamente Banega, pero gracias al VAR, se repitió por haberse salido de la línea antes de tiempo. Eso caldeó al público, pero el reglamento es el reglamento. Ahora con el VAR casi todos lo penaltis acaban en gol. La parada de Vaclík ante el Atlético de Madrid ha sido uno de los pocos parados por el guardameta. Banega, en su segunda oportunidad, lo hizo perfecto: fuerte y a la escuadra.

Nolito pudo hacer el segundo antes del descanso, pero falló estrepitosamente, cuando lo más fácil era marcar. Otro partido más donde los delanteros no marcan. Creo que el Sevilla no ganará con solvencia hasta que Lopetegui no se dé cuenta de que Munir, Chicharito y Dabbur son mejores que Nolito y De Jong. Estos últimos ponen toda la voluntad del mundo, pero acierto y goles bien poquito.

En la segunda parte, Lopetegui, obsesionado con ese fútbol control, llegó a jugar sin delanteros. No importó demasiado, porque el Valladolid no inquietó en absoluto. Lo que sí inquietaba y mucho, era lo incierto del resultado, porque en fútbol cualquier rechace o golpe de fortuna del rival te echa por tierra el resultado, y habrían volado dos puntos que tenían que ir para Sevilla sí o sí.

Los máximos culpables del resultado de hoy ha sido Fernando, Diego Carlos y Koundé. Los tres han estado imperiales, inexpugnables e imponiéndose siempre.

Los tropiezos de Valencia y Villarreal –en casa– nos han venido de maravilla. También ha caído la Real Sociedad, pero es previsible jugando en el Bernabéu.

El próximo objetivo en Liga es el Leganés, al que recibiremos en la matinal del domingo. Antes, el jueves, los suplentes tendrán que dar buen cuenta del Qarabag, para conseguir la quinta victoria en la Europa League.

Betis 1 – Sevilla FC 2. Tres puntos merecidos y otro derbi más para la buchaca

Buen partido del Sevilla en líneas generales, ya que el equipo local, si no recuerdo mal, sólo tuvo tres ocasiones claras de gol: un disparo de Fekir por encima del larguero, el gol, y una oportunidad que Vaclík sacó al lateral izquierdo del Betis, quien cabeceó a bocajarro.

El Sevilla fue superior, en todos los sentidos, durante gran parte del partido, donde Ocampos adelantó pronto al Sevilla, en el minuto trece de partido. Poco después dio la sensación de que el Sevilla podría marcar el segundo, pues el Betis estaba grogui, pero, al igual que ocurrió en Valencia, el Sevilla no buscó con decisión ampliar la ventaja. Y el Betis lo aprovechó. Como suele ser habitual, nos ganaron la partida por banda. El punto fuerte de la defensa del Sevilla son sus centrales, y el punto débil sus laterales. Tanto Navas como Reguilón no suelen encimar a los atacantes y permiten que centren al área con demasiada facilidad. Además, ambos flaquean en el juego áreo, como ha mostrado hoy Reguilón, al que el lateral derecho del Betis le ganó el salto en el gol del empate. Además, Loren le ganó la partida a Koundé, quien podría haber dejado en fuera de juego al delantero bético de haber dado un paso adelante para dejarlo en fuera de juego, en lugar de marcarlo de cerca.

El gol fue un mazazo porque era prácticamente la primera ocasión clara del Betis y además fue en los últimos minutos de la primera parte. Sin embargo, el Sevilla se rehizo bien y saltó en el segundo tiempo buscando otra vez la portería bética. De nuevo, lo consiguió al poco tiempo de juego, a los diez minutos de la reanudación. Golazo de De Jong, que aprovechó una buena asistencia de Banega para golpear el balón con violencia y a la escuadra, con su pierna izquierda.

Hoy ha sido uno de los mejores partidos del holandés, pero a mí particularmente sigue sin convencerme, a pesar del gran trabajo de desgaste realizado hoy. Prefiero a jugadores más técnicos y con gol, y creo que estas condiciones las cumplen Chicharito y, sobre todo, Munir y Dabbur. De Jong, por ejemplo, en una recuperación en la última línea bética, desperdició un dos contra uno, por una mala entrega del holandés, al hacer una pared, que era muy fácil.

El Sevilla pudo marcar el tercero por medio de Ocampos, pero Joel hizo una gran intervención.

El Betis, ya por debajo en el marcador, hizo cambios muy ofensivos para lograr el empate, y a partir de aquí no me gustó nada lo que hizo Lopetegui, que fue hacer, precisamente, lo contrario: cambios defensivos para, supuestamente, controlar el partido. Pero lo cierto es que el Sevilla, con esta decisión del entrenador, prácticamente dejó de buscar la opción del tercer gol, dándole oportunidades al Betis, que no desperdiciaba ninguna oportunidad para poner el balón en el área. Por suerte, el equipo local apenas tuvo ocasiones de gol, pero sí pudo complicarse el partido en dos jugadas polémicas que quedaron en nada tras ser revisadas por el VAR. En las dos ocasiones el protagonista fue Mudo Vázquez. En la primera jugada, el balón le da en la mano, dentro del área, de forma involuntaria. Y en la segunda, el Mudo toca levemente a Fekir y éste se tira. Por suerte, las dos jugadas nos favorecieron, pero he visto jugadas parecidas a estas que han acabado en penalti. Depende de que al árbitro que está viendo la pantallita se le crucen los cables o no.

Al final, tres puntos muy merecidos, muy trabajados, y que nos meten en los puestos Champions, en cuarta posición, aunque tenemos por detrás muchos equipos persiguiéndonos a corta distancia.

Parón por Selecciones y a recuperar jugadores. Nos espera otro partido fuera, ante el Valladolid.

 

 

Sevilla FC 1 – At. Madrid 1. Justo reparto de puntos

Otro empate, pero, a diferencia del conseguido contra el Valencia la jornada pasada, en esta ocasión me ha dejado mejor sabor de boca. En Mestalla dio la sensación de que el Sevilla dejó escapar el partido y ayer la impresión que me dio es que el Atlético dejó escapar la ocasión de lograr la victoria ante el Sevilla. Y no lo digo sólo por el penalti –fallo de Diego Costa o paradón de Vaclík, según se mire–, sino porque el Atlético, cada vez que atacaba daba sensación de muchísimo peligro. Y sobre todo, no se puede olvidar la última jugada del partido, donde Koundé retiene el balón casi en la línea de gol, tras una jugada embarullada.

En cualquier caso, también es cierto que el Sevilla hizo lo más difícil (adelantarse en el marcador), y de haber tenido más potencial arriba, probablemente se habría llevado el partido. Pero faltó calidad en los metros finales. Calidad que igual está en el banquillo –no lo sabremos hasta que Dabbur tenga continuidad–, pero, mientras tanto, De Jong sigue con la pólvora mojada y se echa mucho de menos más peligro y efectividad en el área contraria.

Grandísimo partido del Mudo Vázquez, quien además hizo el gol del Sevilla. Lo único que hizo mal fue cargarse con una tarjeta estúpida e innecesaria.

El partido ofensivo del Sevilla fue muy, pero que muy discreto. De hecho, Oblak apenas tuvo que intervenir. Donde sí destacó el Sevilla fue en su labor defensiva, donde se lucieron los centrales. Magníficos tanto Koundé como Diego Carlos.

En mi opinión, el Atlético ha perdido mucho potencial con la marcha de Griezmann y Godín, pero sigue teniendo un gran equipo, ambicioso y con fortaleza física y técnica. Por tanto, el punto conseguido me parece meritorio y justo, aunque el Atlético me pareció ligeramente superior hoy, por lo que me parece un buen punto. Como se suele decir, «si no puedes ganar, al menos empata». Y más aún si ese punto nos permite seguir en la cabeza de la tabla.

González González, al que personalmente temía más que a todo el Atlético de Madrid junto, hizo un buen arbitraje. Las cosas como son. Eso sí, tuvo la oportunidad de expulsar a Thomas por doble amarilla, pero hizo lo mismo que todos los árbitros de los últimos tres partidos que ha jugado el Sevilla: perdonarla y mirar para otro lado. Y es que parece que está prohibido que el Sevilla juegue en superioridad.

Ahora ya toca pensar en el derbi, donde como siempre, seremos los favoritos. Lo cual no quiere decir absolutamente nada. Si jugamos a nuestro nivel habitual, probablemente ganaremos, pero si nos dedicamos a tontear, como ante el Eibar o el Valencia, podemos moder el polvo perfectamente. Confianzas, ninguna.

Valencia 1 – Sevilla FC 1. Punto de oro, pero con la sensación de que se debieron ganar los tres puntos

El punto que ha logrado el Sevilla puede considerarse bueno, porque es un rival directo y porque en la segunda parte, lo hizo casi todo mal, pudiendo perder hasta el partido. No habria sido justo, porque la verdad es que el Sevilla, a poco que hubiera tenido ambición, debió llevarse los tres puntos en litigio. En general, fue superior al Valencia, pero cometió el mismo error que en la temporada pasada: no apuntilló a su rival cuando tuvo la ocasión, y eso ante equipos del nivel del Valencia, se suele pagar hasta incluso con la derrota.

En la primera mitad el equipo de Lopetegui hizo lo más difícil: adelantarse en el marcador. Fue una gran acción en ataque, que culminó con un pase de la muerte de Fernando al punto de penalti, donde remató perfectamente Ocampos, el máximo goleador del equipo.

En la segunda parte no ocurrió lo mismo que en la primera, donde la contienda fue disputada e igualada. El Sevilla se impuso con claridad, pero, para mi gusto, abusó del toque. Obviamente, me gusta que el equipo tenga una alta posesión, pero siempre que se tenga entre ceja y ceja buscar la portería contraria, con verticalidad, para buscar sentenciar el partido. Y el Sevilla no lo hizo. Teniendo una ventaja mínima, eso se llama «jugar con fuego». Así consiguió dar vida a un Valencia que estaba casi muerto y que daba claras muestras de desesperación en el terreno de juego (no creaban ocasiones), en el banquillo (Celades hizo lo tres cambios cuando quedaba casi media hora de partido) y en la grada (se palpaba el nerviosimo).

Pasaban los minutos y el Sevilla no sentenciaba, y además se permitía el lujo de cometer faltas tan innecesarias como peligrosas. Una de ellas fue justo en la frontal del área. Un caramelito para un jugador de la calidad de Parejo, quien, sin embargo, estrelló el balón en la barrera. Pero el Valencia no desaprovechó otro regalo, en esta ocasión una falta de Chicharito. Una de esas faltas laterales que son tan difíciles de defender cuando un equipo tiene buenos lanzadores y rematadores. El saque de Parejo y el cabezazo de Sobrino fueron perfectos. Balón abajo y ajustado al poste. Imposible para Vaclík.

El Sevilla pudo marcar el segundo en algún contragolpe, por ejemplo, cuando Ocampos buscó el lucimiento personal, tirando sin ángulo a puerta, cuando había compañeros en buena posición de remate. Eso sí, el argentino fue de los mejores en Mestalla.

También es cierto que el Sevilla pudo venirse de vacío, pues hizo dos faltas innecesarias más, una de Jordán, y otra, que no recuerdo de quién, pero que fue la última ocasión del partido, ya con el descuento casi cumplido. Y en mi opinión, ambas se defendieron bastante mal, con muchos jugadores en el área, cuando creo que no debió de haber ninguno. Por eso respiré cuando el árbitro señaló el final del partido. En primer lugar, porque normalmente, el que perdona pierde, sobre todo cuando tienes enfrente a un rival de primer nivel. Y en segundo lugar, porque el Valencia es un rival directo, nuestro rival más directo, y al menos le mantenemos la ventaja.

Probablemente, con un poquito más de ambición y confianza para ir a por el partido, nos habríamos llevado lo tres puntos, pero no ha podido ser.

El arbitraje de Del Cerro Grande no me gustó. Demasiadas tarjetas, cuando el partido no fue duro. La que mostró a Ocampos no fue ni falta, con lo que espero que el club la recurra, dado que, hoy por hoy, es el jugador más determinante de la plantilla.

Lo peor fue la lesión de Escudero. Para colmo, Lopetegui dejó fuera de la convocatoria a Reguilón y tuvo que parchear la defensa, doblemente además, pasando Koundé al lateral izquierdo y Gudelj a central.

Igual que pienso que Celades hizo los cambios demasiado pronto, creo que Lopetegui los hizo demasiado tarde, sobre todo el de Munir. Habría venido mejor refrescar al equipo antes, y no en la recta final. Quitando el cambio forzado por Escudero (minuto 28), los otros fueron en los minutos 78 y 84.

Fernando vio la quinta amarilla, con lo que será baja importantísima ante el Atlético de Madrid. A buen seguro que lo echaremos mucho de menos.

El punto sirve para adelantar a la Real Sociedad, que ha caído en su estadio ante el Levante, por 1-2. Aunque con tanta temporada por delante, no tiene importancia, siempre gusta estar lo más arriba posible.

 

 

 

Sevilla FC 2 – Getafe 0. Partidazo de principio a fin, sin fisuras

El Sevilla fue capaz de sacar adelante uno de esos partidos difíciles, feos, donde hay que fajarse casi en cada metro del terreno de juego. Y también supo tener paciencia y concentración para no cometer ese error que provocara el contragolpe o la falta que el Gatafe se llevó esperando durante todo el partido.

Para afear aún más el encuentro, el Getafe se dedicó descaradamente a perder tiempo, sin que el árbitro, el murciano Sánchez Martínez, pusiera ninguna pega. El colegiado, además, también enfadó al público con algunos errores clamorosos de apreciación, o con decisiones inexplicables, como cuando perdonó la segunda amarilla a Mata, en la primera parte. Aunque, en honor a la verdad, también perdonó la segunda amarilla a Banega en el segundo tiempo.

Pero el Sevilla supo sobreponerse a todo.Y lo hizo con una mezcla de fortaleza física, calidad y, como he dicho antes, mucha paciencia. Porque el Getafe presionó de lo lindo, con las líneas muy juntas y con dos puntas que estaban ávidos de coger algún rechace, balón en largo, o simplemente, de aprovecharse de algún error de nuestros centrales, quienes hicieron un gran partido, al igual que casi la totalidad del equipo.

Obviamente, el desgaste que hizo el Getafe en la primera parte fue tremendo, ya que el dominio del Sevilla era total y los azulones se dedicaban a bascular, de banda a banda, en busca de un balón que rara vez tocaban.

El resultado me pareció muy corto, porque, como suele ser habitual, fallamos muchas ocasiones de gol, aunque en algunas de ellas se lució nuestro exguardameta David Soria.

La defensa del Sevilla fue capaz de mantener, una vez más, la portería a cero. Y eso no era fácil, pues Mata, Jorge Molina y Ángel han desmostrado tener facilidad goleadora. La explicación hay que buscarla en el gran partido defensivo del equipo –no sólo la defensa– , que ha posibilitado que el Getafe creara muy pocas ocasiones de gol. Por ejemplo, el partido que ha hecho Fernando ha sido descomunal. Ahí radica parte del éxito del Sevilla de Lopetegui. El brasileño aúna calidad y esfuerzo, siendo un jugador clave. También Jordán hizo un buen partido, pero Banega sigue dando una de cal (su tiro al poste y algún que otro buen pase) y otra de arena (pérdidas absurdas y peligrosas, y su poca cabeza para evitar tarjetas). Para mí, ha sido un milagro que Banega no fuera expulsado. Es más, no entiendo por qué Lopetegui no lo sustituyó. Del mismo modo, creo que Nolito debió ser sustituido antes. Es cierto que Nolito pone toda la voluntad del mundo, pero no es menos cierto que aporta más bien poco. En mi opinión, hay jugadores como Dabbur, Pozo o Bryan Gil que lo harían mejor que el sanluqueño.

Los dos goles fueron muy buenos, de excelente definición, de Chicharito y Ocampos, con asistencias de Óliver Torres y Jesús Navas, respectivamente.

Al final, tres puntos más para la buchaca, en un partido muy trabajado, muy meritorio, ante uno de esos rivales a los que nos cuesta superar y que se nos suele dar mal. Ahí estamos, en quinta posiición, a un punto del Granada, sorprendente líder.

Próximo partido, el Valencia, un rival directo y con mucha calidad en su plantilla. Para puntuar habrá que hacer otro grandísimo partido.