Valladolid 0 – Sevilla FC 3. Buena victoria en un partido que estorbaba muchísimo

El partido de hoy se las traía. Nada más ver la alineación, me echaba a temblar, pues Badé salía de inicio. Precisamente, el jugador que debía descansar, ya que lo juega todo y es fundamental en el sistema defensivo, se arriesgaba a jugar y, por tanto, a lesionarse. Por suerte, parece que no tenido ningún percance, aunque por TV dijeron los comentaristas que se llevó la mano a la ingle en la recta final del partido.

En general, ha sido un buen partido del Sevilla, que podría haber sido muy plácido de no haber sido por el lamentable arbitraje sufrido. Aunque el Valladolid también tiene motivos para quejarse, por un gol que no subió al marcador por haberse señalado el final un segundo antes de que Escudero tirara a puerta. Torpeza máxima la del colegiado. Si dejas sacar un córner fuera de tiempo, señala el final en cuanto despeje la defensa y no esperes a que rematen en una segunda jugada.

Por contra, al Sevilla, con 0-0 en el marcador, el árbitro le cortó un ataque peligroso, para atender a un jugador rival lesionado; le perdono hasta dos expulsiones al rival (una en la primera parte y otra en la segunda, por dos entradas por detrás a Pape Gueye. Esta segunda además provocó que tuviera que ser retirado en camilla, con muy mala pinta), y anuló un gol a Badé, por una supuesta falta en un salto. Falta que yo no veo por ningún lado.

Una jornada más me pregunto qué tiene que hacer un rival del Sevilla para que le expulsen a un jugador. No me lo explico. Es dificilísimo.

En cuanto al partido, el Sevilla controló buena parte, excepto el final del primer tiempo, donde pasó muchos apuros, disfrutando los locales de varias ocasiones de gol. En la segunda parte llegaron los goles. El primero, de Rafa Mir, rematando con el pecho un buen pase de Montiel; el segundo fue de Papu Gómez, regateando al portero; y el tercero de Tecatito Corona, que volvió de su larga lesión a lo grande.

Dmitrovic tuvo que emplearse a fondo con 0-1 en el marcador. No tuvo que hacer ninguna parada más de mérito, a pesar de que el Valladolid tuvo ocasiones bastante claras, una de ellas dando en el poste.

Tres puntitos que nos dejan los puestos europeos a tiro de piedra, lo que era impensable hasta no hace mucho.Ahora a pensar en el partido del jueves, uno de los más importantes de la historia, ya que nos puede situar en otra final europea. Lo que también era impensable hace unos meses. Lo que hace un buen entrenador y un buen central como Badé.

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