Se ha sufrido hoy de lo lindo, pero ha merecido la pena, pues se ha logrado la clasificación para la Europa League, algo que, desde mi punto de vista, es importantísimo, y más teniendo en cuenta las circunstancias que rodean a este pobre Sevilla, que dista muchísimo del que estamos acostumbrados a ver en los últimos años.
No me gustó nada la primera parte. De partida, me dio la sensación de que el equipo saltó demasiado relajado al terreno de juego, con muy poca intensidad, como no siendo consciente de lo muchísimo que había en juego.
El juego era lentísimo y desesperante, con lo que el Sevilla era incapaz de superar la red defensiva que habían puesto los daneses delante de su área. Mucha culpa de ello lo tenían las cuatro «viejas glorias». De los diez jugadores de campo, cuatro eran extremadamente veteranos, y parecía que competían entre ellos para demostrar cuál era el más lento: Papu –34–, Suso –28, pero parece que tiene 42–, Isco –30, pero parece que tiene 37– y Rakitic –34–. Han perdido velocidad, resistencia, pero, por suerte, aún les queda calidad. De hecho, dos de ellos solventaron el partido en la segunda parte, con dos destellos: Papu asistiendo a En-Nesyri, con un pase perfecto, en fuerza y altura; e Isco, con un disparo lejano pero muy ajustado, que no pudo atajar el guardameta danés. Para rematar la extraña goleada, el remate a placer de Montiel, aprovechando un rechace del portero.
El partido se pudo poner cuesta arriba de no haberse tenido como aliados a los postes. Uno de ellos con 0-0 en el marcador y otro con el 1-0. Habría sido un desastre el no haber ganado hoy, y ciertamente, se estuvo bastante cerca, a pesar del resultado final, que se gestó en los últimos minutos del partido.
Hubo una jugada polémica, por mano de un defensa danés dentro del área. Se revisó en el VAR, y creo que se arbitró bien, porque En-Nesyri hace falta a su defensor, provocando que éste toque involuntariamente con la mano.
El partido cambió a partir de la entrada de Lamela, que dió más velocidad, desborde y profundidad al juego ofensivo.
El Sevilla jugará la Europa League, con la confianza de que Monchi sea capaz de mejorar, y bastante, la plantilla, que es algo que, sorprendentemente, no consiguió en verano. Ni de lejos.