Es casi imposible ganar un partido con una defensa tan endeble. Es más, no recuerdo una defensa tan endeble en el Sevilla, ni siquiera cuando jugaba en Segunda División. Si tenemos suerte, nos meten dos goles. Porque hoy hemos tenido bastante suerte. El resultado bien podría haber sido un 0-5 ó 0-6, puesto que el Atlético tuvo ocasiones muy claras, y sólo Bono o los fallos estrepitosos de los jugadores visitantes evitaron una goleada de escándalo.
El Atlético sólo tuvo que aprovechar dos de nuestros regalos para llevarse el partido. Encajar un gol, prácticamente supone decir adiós a los tres puntos en muchos partidos, porque la nulidad en ataque también es palpable. Un centro del campo lento, muy lento y horizontal, y un único delantero aislado –da lo mismo quien sea, porque está en total inferioridad– entre multitud de rivales son los culpables de la sequía goleadora.
La derrota de hoy ha sido la cuarta de la temporada, lo que supone que, nada más empezar la competición, ya llevamos el mismo número de derrotas que en toda la Liga pasada. Un dato demodelor que deja en evidencia lo que supone prescindir de dos de los mejores centrales de la pasada temporada, a nivel europeo, y sustituirlos por dos jugadores jóvenes sin calidad ni experiencia. Que igual dentro de unos años son unos fueras de serie, pero hoy día no tienen nivel para el Sevilla. Y el fútbol es presente. Si a eso le sumamos la ausencia de Fernando… La planificación esta temporada ha sido desastrosa, y ahora estamos viendo las consecuencias.
La mala noticia es que tiene difícil solución, porque únicamente puede solucionarse con buenos centrales, y no los tenemos. Queda la esperanza de que Marcao se recupere algún día y, además, resulte que sea un buen jugador.
La buena noticia es que hemos llegado a un nivel tan paupérrimo, no ya en defensa, sino en todas las líneas, que es muy fácil mejorar.
La situación es insostenible, y, por tanto, todo parece indicar que Lopetegui dejará de ser entrenador en las próximas horas. Si no ocurre esto, la única explicación que encuentro es que es debido a la mala situación económica del Sevilla y el coste que implicaría la destitución de Lopetegui.
El árbitro, De Burgos Bengoetxea, ha estado mal, aunque no ha influido en el marcador. Eso sí, ha dejado bien claro que es un sinvergüenza, por el doble rasero a la hora de mostrar las tarjetas amarillas.
A ver quién endereza esto, si es que se puede. Porque Lopetegui parece incapaz. Y no hay tiempo.